Infancia
RATA Los niños nacidos bajo este signo son como plantas delicadas y sensibles: Se encogen ante las palabras duras y las miradas enojadas. Trabajan o estudian infatigablemente, hacen muchas cosas espontáneamente y el único premio que esperan es una palabra cariñosa. Cuando descubren que sus deseos de agradar no están siendo apreciados, se tornan rebeldes e intratables, motivadas principalmente por las desilusiones. Sus finas sensibilidades y la profunda espiritualidad de estos niños frecuentemente se marchitan ante la indiferencia y frialdad de padres irreflexivos y profesores que, por recelo a enchuecar a los hijos, se abstienen de prodigarles cualquier elogio. Los hijos de RATA son inquietos y activos, y si no se les mantiene ocupados, no tardarán en meterse en líos por el simple deseo de hacer alguna cosa. Se les debería permitir que escojan, hasta cierto punto, las ocupaciones, y consentirles que utilicen su natural espíritu de independencia, visto que, mas tarde, cuando no se sientan forzados o conducidos por la voluntad ajena, escogerán mejor el trabajo para la vida. Tratan a sus compañeros con bondad y altruismo, y muestran mucho gusto por los animales. Son muy calurosos y animados por un fuerte deseo de ayudar al prójimo, y se sienten inmensamente felices cuando tienen alguna cosa de la cual preocuparse. Estos niños son muy cascarrabias y muchas veces refuerzan sus palabras duras con golpes y puñetes, pero su furia se les pasa rápido cuando se les habla con palabras dulces y cariñosas, ante las cuales se arrepienten.
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