En medio de estos calurosos días de verano, y al recordar nuestro niñez, resulta inevitable retornar mentalmente a los días de las denominadas vacaciones utiles en nuestra Alma Mater. Clases para aprendices de la banda, cursos de idioma chino, o de idioma inglés también. Todos siempre con un número interesante de alumnado, quién sabe si por voluntad propia o tal vez a sugerencia de los padres. Pero ahí estaban, departiendo a la salida momentos de sano esparcimiento con aquellos que, más bien, sacrificaban horas de playa, piscina y sol de manera obligatoria. Hablamos, que duda cabe, de los alumnos con cursos de cargo (Matemática, Lenguaje y demás). ¿Pero saben? Creo que a nadie le terminaba de disgustar completamente el levantarse temprano y acudir a estas mencionadas clases. Después de todo tenían un objetivo. Obviamente educativo, pero integrador al fin de cuentas. Sin temor a exagerar, me animo a afirmar que a muchos de mis mejores amigos (y amigas) de colegio los empecé a conocer por aquellos días. Y sin importar en cual de las veredas me encontrara transitando ya que, aunque a algunos pueda sorprender, en unas ocasiones llevé cursos libres y en otra un curso de cargo. Pero bueno, esa ya es otra historia. Desde este pequeño rincón en la red de redes le envío un fuerte abrazo a todos los camaradas de aquellos días. Si conservan los mismos recuerdos que yo, seguramente realizarán con entusiasmo la misma remembranza. Y, como es de esperar, envío también un sincero saludo a nuestros maestros de aquellos singulares cursos. Tengan por seguro que vuestro esfuerzo educativo, de una u otra manera, no fué en vano. Cuídense y...
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