Editoriales Anteriores Redactado el 16/11/1999
Noviembre 1999

Una de las cosas que de seguro llamó la atención a muchos de los ex-alumnos que volvieron a las instalaciones del plantel durante el 75° Aniversario, fue el cambio tan intenso por el que ha pasado nuestro colegio desde que egresamos de sus aulas.

Y es que, en los últimos tiempos, nuestra Alma Mater ha experimentado cambios realmente dramáticos. Es cierto que el colegio siempre se caracterizó por estar en constante evolución arquitectónica, pero en la última década esto se hizo muy notorio. A finales de los años 80, por ejemplo, desapareció la mitad de lo que nosotros conocíamos como "el bosque", para dar paso a lo que actualmente es la piscina del plantel. Por si fuera poco, lo que quedó de aquel lugar legendario terminó desapareciendo años después, para dar paso a nuevos ambientes aprovechados por el actual alumnado.

Otra de las zonas "desaparecidas" es aquel parque que estaba ubicado tras los mástiles donde continuan izándose a diario las banderas del Perú y del colegio. Allí se edificó hace un tiempo la impresionante "Sala de Trofeos", que en uno de sus ambientes exteriores tiene una pequeña "laguna" que, en parte, rescata aquella que por años estuvo en medio del ahora recordado "bosque".

Pero, indudablemente, lo que más llama la atención de la actual arquitectura octubrina es el nuevo pabellón. Este (que continua siendo edificado en la zona que inicialmente solo le correspondia al comedor, a un viejo salón, a los ambientes de la guardianía, a la sala de ensayos de la banda, etc.) ha sido estratégicamente empalmado con el pabellón donde se ubica el viejo Laboratorio, lo cual lo convierte en el más amplio e impresionante del plantel. Más aún cuando está proyectado para cuatro pisos (tres de ellos ya se encuentran prácticamente habilitados). Esta nueva obra, además de beneficiar al actual alumnado, permitirá captar un mayor número de estudiantes, lo cual contribuirá al crecimiento de la ya numerosa familia octubrina.

Al mirar hacia atrás en el tiempo, y ver como ha cambiado nuestra Alma Mater,es inevitable que nos invada la nostalgia. Sobre todo porque casi todo luce diferente a como lo recordamos. Sin embargo, como lo mencionó el Teacher en algún momento durante la cena de ex-alumnos, aquellas aulas, pasillos y patios siguen siendo los mismos en los que crecimos. La esencia, el espíritu, se mantienen. Y eso es lo que se percibe cuando aceptamos la actual modernidad. Una modernidad absolutamente bienvenida, y que es motivo de orgullo para todos nosotros...

Bueno, nada más por ahora. Esperamos que las novedades de este mes sean de vuestro agrado, y que no olviden que la actualización del site es a mediados de cada mes. Ténganlo muy presente; sobre todo ahora, que se aproxima nuestro gran cambio...

¡Hasta la Próxima!.

Escrito por Erwin F. Zarria León

Octubre 1999 | Indice de Editoriales Anteriores | Diciembre 1999
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