DELIRIO


MUERTITO HEAVEN
SE INCORPORA


(Como los dos cuentos anteriores sobre el viaje a Corozal y sobre los Navedo, este se envió como artículo a la revista electrónica Nuestra Herencia, usando la forma de una carta, a nuestro amigo Chaz (Charles Fourquet).  El modo que uso para comunicar algunas de las experiencias como genealogista es jocoso, por lo cual en ningún momento debe reflejar algún insulto o falta de respeto a Chaz, al cual todos debemos tanto por su ayuda y dedicación a la genealogía.  Adaptado en su versión en español de aquel artículo.)



Apreciado Chaz:

Quise escribirle sobre los comentarios que han llegado a mí desde sus oficinas en cuanto Muertito Heaven.  Mire, cabeza y duro, la presente es para avisarle de mi protesta formal por su falta de fe y comprensión que Muertito Heaven realmente existe.  Lo próximo que me dirá es que no existen las madrinas hadas ni los Reyes Magos ni mi ángel guardián.  Supongo que debe estar ya listo para tomarse unas vacacioncitas a la isla para que pueda ponerse en contacto de nuevo con nuestras raíces místicas ya que es obvio que los meses invernales fríos y deprimientes del norte le están afectando seriamente a usted y al Dr. Sosa.  Le ruego no permitan le pase igual a la Dra. Ana Cristina, pues Muertito Heaven existe, se lo aseguro.

Una vez..............

Pensaba yo de como averiguar más información sobre nuestro abuelo Luis OQUENDO CRUZ, hijo de Natalio OQUENDO MALDONADO y su Señora esposa, Juana CRUZ, el cual murió cuando papi tenía sólo tres años en el 1928 y que a su vez haba quedado huerfano de madre a temprana edad al morir Juana.  No podíamos encontrar absolutamente nada sobre él, esquivándose este Muertito a costo de nuestra cordura.  Fui a la parroquia de Nuestra Señora del Carmen de Morovis sin éxito ninguno, aunque estudié la entrada sobre un tal Fidel, que mencionaba sus padres (Donato OQUENDO y Petrona CRUZ) sin indicar abuelos o procedencia.  El Fidel había nacido el mismo año que Luis si era que podíamos confíar en el Censo del 1910, el cual sostenía que Luis tenía como catorce años pero no encontré a Luis.  Un par de días después me fuí a la parroquia de la Inmaculada Concepción en Vega Alta tratando de ver si encontraba la madre de Natalio, pues algunos documentos alegaban que era ella Vegalteña, pero nacarile.  Es más (ella se llamaba María Isabel MALDONADO RIVERA), lo que hice fué encontrar a DOS Benito MALDONADO, ambos casados con mujeres llamadas María RIVERA,  ¡qué horror!, y no había manera de saber cuales eran nuestros antepasados pues no sabíamos si los nuestros eran negros o blancos.  Aparentemente, un matrimonio llegó a Vega Alta desde Manatí, mientras los otros eran de Toa Alta.  ¡Qué lío!  Uno de los Benito era ricachuelo y llegó a ser alcalde del pueblo.  Del otro no se sabe mucho pero, al casarse en segundas nupcias en el 1843 con María José RIVERA MELENDEZ, toda la élite del pueblo de Vega Alta sirve como padrino de la boda.

Después de cumplir con mis deberes aquel fin de semana en mi propia parroquia, regresé a Morovis donde la secretaria, gracias a Dios ya jubilada (debería haber sido familia de brujas esa doña que hacía desaparecer precisamente los Tomos que necesitaba), me pelió pero me dejó buscar en un libro de bautismos y finalmente encontré la entrada de un tal José OQUENDO CRUZ, cuya madre se llamaba Juana Petrona CRUZ BERRIOS, y cuyo padre se llamaba Natalio OQUENDO MALDONADO.  ¡Finalmente había encontrado una pista buena!  Regresé a casa, un viaje de dos horas si no se hace entre la media noche y las cinco de la mañana, y llamé a Naranjito pues la entrada bautismal de José hacía mención de que Juana Petrona era changa.  ¡Y LA ENCONTRARON! a ella y a uno de sus hermanos.  Sus padres se llamaban Victoriano DE LA CRUZ DEL ROSARIO y Micaela (o Gabriela?) NATAL BERRIOS y sus abuelos Gerónimo DE LA CRUZ y María DEL ROSARIO y Gregorio NATAL y Manuela BERRIOS, lentamente poniéndome en orden todo el lío de la familia de abuelo Luis.

En mi próximo viaje a Morovis recordé el niño Fidel y sus padres Donato y Petrona y decidí que tenían que ser nuestro Natalio y Juana Petrona (cosa que se comprobó después al encontrar la defunción del niño) y buscando y buscando, hallé la entrada matrimonial de la unión de ellos en el 1889 y como decía que Natalio tenía 20 años, regresé al libro bautismal y, gracias a Dios, por fin encontré a Natalio, en el 1869.  No encontré a nadie más, pero recordando que nuestro bisabuelo, Natalio, era supuestamente un "Don Juan", baje a Vega Baja y le pregunté a las dos tías de papi, hijas de Natalio, Celestina, nacida en el 1909 e Isabelita, nacida 1911 sobre el galán.  Ellas me explicaron que Juana Petrona murió mucho antes de que nacieran (y que a principios de siglo) y que su madre tuvo contrato consensual con Natalio hasta que se fue a Toa Alta a trabajar en la caña a principios de los 1920's.  Allí, se casó de nuevo y allí tuvo un jardín.  "¿Jardín?" pensé y pregunté yo, sólo para recibir la contestación entre risadas y cuchicheos que, allí, su padre Natalio había engendrado varias hijas que ellas no habían visto como en trienta años.  Quedándome con un estupor enorme, recordé que papi una vez había dicho que tenía una tía menor que él, lo cual nunca había creído.  En ese mismo momento llegó la hija de Isabelita del trabajo e interesándose y enterándose del lío hicimos planes para buscar el susodicho "jardín" el próximo fin de semana.

Titi Celestina estaba muy enferma para hacer el viaje, pero Titi Isabelita, pequeña como los duendes pero con el mismo ánimo y determinación, ya estaba lista, montándose antes de que se montara el chofer, para hallar el jardín.  Ella recordaba, más o menos, el barrio donde vivió Natalio en Corozal, y cuando habíamos llegado casi a la colindancia con Naranjito pedimos direcciones y enseguida llegamos a la casa de una de las tías desconocidas de papi Che.  La doña se volvió loca al ver y saber que era su hermana y a su sobrina las que le llevaban esa visita inesperada, ni hablar cuando supo quien era yo, sobrino nieto, curita, genealogista........  Me dijo que entre sus hermanas y ella tuvieron muchos hijos.  Ansioso por saber, pregunté "¿Cuántos?", "¿Cuántas hermanas o cuántos hijos?" fue la respuesta entre risas y carcajadas.  "¡Ambos!" zumbé para enterarme que eran cuatro hermanas con unos veintiocho hijos, sin incluír los de crianza, y muchos, muchos, nietos.  No me avergüenzo al decir que me tuve que sentar, el árbol crece y se hace bosque, pensé.  En eso Tía nos dió la dirección del cantín de su hermana cerca de la plaza de Toa Baja.  ¡Y fuimos para allá también!  ESA tía abuela también lloró al ver a su hermana mayor y su sobrina y, cuando supo que yo era el hijo de uno de sus sobrinos, regocijaba en que Dios había permitido la reunión.  Nunca en mi vida me había sentido tan en casa con extraños como aquel día y como soy el adventurero de la familia, ya estaba preparando mis travesuras.....

Al pasar unos meses hice que papi me visitara en Puerto Rico con uno de mis hermanos alegando que titi Isabelita no se sentía bien y que quería verlo.  El mismo día que llegó lo llevé a ver a la única hermana de mi madre y bajo el pretéxto de que tenía que regresar a Ceiba, comencé el viaje sólo para ir a Toa Baja y estacionarme al lado del cantín de mi Tía abuela.  Sin son ni ton expliqué en qué lugar estabamos y el pobre pai mío, huérfano de padre a los tres años, paladizó.  Fue tremenda escena.  Mi Tía abuela me reconoció y se echó a llorar cuando realizó quién me acompañaba, sin yo decirle, pues decía que papi era el mismo Natalio, y, llorando, la acariciaba: el le llevaba cinco años, nunca lo había conocido pero inmediatamente lo amó....  Al percatarse de que había una tercera persona por poco grita pues Güito asemejaba al único hermano de Natalio que ella conoció, al José cuyo certificado había hallado yo en Morovis.

Este tercer jardín de Natalio estaba compuesto por Rosaura, Tomasa, Catalina y Rosenda (jardín OQUENDO FEBUS lo llamo yo) hijas también de una tal Engracia FEBUS nacidas entre el 1925 y el 1934, solamente una de ellas apenas nueve meses mayor que nuestro padre.  No puedo poner en palabras lo que fue aquella experiencia, ni la próxima, pues inmediatamente se planificó una reunión familiar y antes de papi y Güito regresar a los nuevayores asistimos (dando pela jugando domino).   Estaba yo con mareos, borracho y no había ni "huelío" licor.  Lo único de lo cual puedo pensar es que estan haciéndome la lista de los hijos, nietos y bisnietos de esa rama del árbol, no del bosque genealógico.  ¡Ay bendito!  comenzamos de nuevo.....  Aunque la Doctora y yo tenemos muchos planes, nuestro próximo gran proyecto será el seis de enero del 1999.  Ese es el aniversario de nuestro bautismo, pero no es la piedad que nos mueve, pues por una de esas cosas de la vida, supe que los OQUENDO de Utuado tienen una reunión fiesta de Reyes todos los años para los parientes OQUENDO y aunque yo no se cómo estamos emparentados, puede usted asegurarse que voy a averiguar.

Ah sí, si sabe de alguien que busca sus raíces genealógicas en los pueblos de

Toa Alta, Toa Baja, Corozal, Naranjito, Vega Alta, Vega Baja, Morovis, Orocovis,       Utuado, Ciales, Jayuya, Manatí, Arecibo and posiblemente Adjuntas y Barranquitas
por las siguientes familias DEJEME SABER CUANTO ANTES:
OQUENDO, RAMIREZ, DE LA CRUZ (varias familias?), RIVERA (varias familias?), MALDONADONATAL, PANTOJAS, NAVEDO, DE LOS SANTOS, DEL ROSARIO, BERRIOS, QUIÑONES, LOPEZ, DOLES, SORIANO, MORALES, ARROYO, MELENDEZ, FIGUEROA, VELEZ, DE LA TORRES, AYALAMURIEL, APONTE, ROBLES, RODRIGUEZ y NEGRON (paternos)

PABON, OLIVERAS, OTERO, CLAS (varias familias?), LAUREANO, MIRANDA, DIAZ, GONZALEZ, MORALES, ALVADALEJO, TORRES (varias familias?), DE RIVERA (varias familias?), GARCIA, SALGADO, ROLON, DAVILA, ROBLES (maternos)


 

¡Que vida esta!  Yo quisiera que me canonizaron un día y mi hicieran el verdadero santo patrón de genealogistas.  El pobre que tiene la función ahora mismo parece que esta de vacaciones pero se preparó bien la cama haciendo que me enviaran a Roma, Italia.  Mi plataforma es sencilla: preservación de todos los documentos habidos y por haber, entrada asegurada a todo archivo para genealogistas fidedignos, resolución inmediata a todo obstáculo, eliminación de horas de oficina ya que todo estara computarizado, hasta los Archivos de la Indias y, claro, acceso gratis a Muertito Heaven.  Y, por si acaso, no importa las creencias de los socios, no podemos hacerle a otros lo que nos han hecho a nosotros varias veces.  ¿Sabes una cosa, Chaz?  Me creo perfecto para el trabajo.  Ahora bien, se también que existen dos o tres abogados del diablo allá fuera que me lo van a hacer bien difícil llegar a los altos honores del altar.  Bueno, mi respuesta a todas esas pequeñeces es que espero que nunca encuentres a Muertito Heaven, espero que te encuentre a tí y que te tumbe de culata.  Aquí en Roma sigo soñando de la posibilidad de llegar más allá de los Muertitos que hemos encontrado.

Aún me asombra que en nuestra búsqueda del árbol genealógico no hemos hallado ni una sola persona que no sea criolla.  No entiendo como sea posible que por dos cientos años en algunas líneas y por ciento cincuenta en otras, no hayamos podido encontrar ni uno del otro bando.  Estoy sumamente orgulloso de eso, aunque añoramos brincar el charco para encontrar algún antepasado vasco, castellano o andalúz.  Dicho sea de paso, ¿notaste como los TORRES, ROBLES, RIVERA y MORALES surgen en ambos lados?  Y los mismos pueblos también.  Extraño.  Y ¿qué me dices de esos apellidos menos común: MURIEL, DOLES, CLAS, ALVADALEJO, SORIANO?  Mijo, hay trabajo aquí por unos cincuenta años más, por lo cual te pido que no me envíen paquetando aún, la posición del santo patrón puede esperar un poco más.  Y, Chaz, por favor, déjame, te lo ruego, déjame creer en Muertito Heaven.  Ayúdame aquí, Al.  Me siento como cuando era niño y alguien me dijo que no existían los tres Reyes Magos y, te aseguro, alguien pagará por esa....   elpadre

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©1998-1999 por la Dra. Ana Cristina y el Padre José Antonio Oquendo Pabón (para esta página. Todos los Derechos Reservados.)

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