Nuestro viaje al estado de La Florida tuvo lugar el pasado mes de Mayo de 1999. La razón primordial del viaje era que tenía yo que asistir a un curso de capacitación de visual basic Script que ofrecía la compañía fabricante del software que utilizo en el trabajo para hacer "Optical Character Recognition" (OCR). El curso tendría lugar el Jueves 6 y Viernes 7 de Mayo de 1999 en la ciudad de Tampa. Cuando me confirmaron por parte del trabajo que estaría asistiendo a dicho curso, rápidamente me comuniqué con Lili para darle la noticia. Estaba yo bastante emocionado ya que una vez más se me presentaba la oportunidad de viajar a tan hermoso lugar.
Debido a que no había tomado vacaciones en lo que iba del año, decidí plantearle a mi supervisora la posibilidad de tomar unos dias adicionales para vacacionar y aprovechar el viaje. Le comenté que planeaba llevar conmigo a mi esposa Lili y a mi hija Pamela. A mi supervisora le pareció fabulosa la idea y sin chistar me autorizó cuantos dias adicionales yo deseara. Obviamente, cualquier tipo de gastos adicionales al curso correrían por mi cuenta. Luego de coordinar las reservaciones necesarias con la persona encargada de manejar los asuntos de viajes en la compañía, se arregló que saldríamos temprano desde el aeropuetro internacional de Los Angeles el Lunes 3 de Mayo. El vuelo sería sin escalas hasta Tampa, Florida y el regreso sería desde Tampa a Los Angeles la tarde del Lunes 10 de Mayo.
Llenos de impaciencia, por fin llegó la fecha esperada. Decidimos irnos en el coche al aeropuerto y dejarlo en el estacionamiento de larga estadía. El vuelo salio a primera hora de la mañana. Pam, quien cumplía precisamente 10 meses de edad, se mostraba también alegre y lista para la aventura. Pami se comportó bastante bien en el avión a pesar que hubo bastante turbulencia por un buen rato.
Luego de 4 horas de vuelo, aterrizamos en Tampa poco despues de las cuatro de la tarde. Prontamente, recogimos nuestro equipaje y fuimos a rentar el coche, que resultó ser un Chevrolet Malibu. El clima en la ciudad era bastante agradable. Hacía bastante sol y la temperatura estaba al rededor de los 30 grados. Una vez saliendo del aeropuerto, nos dirigimos hacia el Este ya que nuestro plan era llegar al otro lado de la península antes del anochecer. En un par de horas, atravezamos por Orlando y llegamos poco después a Melbourne. El coche resultó bastante amplio y cómodo para los tres por lo que el viaje no se hizo tan pesado.
Una vez en Melbourne, buscamos un motel donde hospedarnos y posteriormente nos fuimos a cenar. De regreso en el hotel fue una verdadera pesadilla el poder dormir ya que Pami pasó por alto la diferencia de horarios (3 horas) y no tenía sueño. Cuando finalmente dormitó un poco, ya era casi hora de levantarse. Para el siguiente día, Martes 4 de Mayo, teníamos planeado estar unas horas en Melbourne y ya al medio dia dirigirnos hacia el Norte hasta Cocoa Beach.
Temprano por la mañana nos fuimos a la playa luego de haber desayunado. La playa es muy bonita y a Pami le gustó mucho el mojarse los pies con el agua tibia del mar, pero más aún le encantó el sabor de la arena lo cual luego comenzó a ser un problema ya que se la quería estar comiendo. Las olas en el Atlantico son un poco grandes, el aroma del hambiente es el característico del mar y la arena es de un grosor bastante agradable. Como ya caminaba Pamis sola, ella deseaba irse al agua por lo que había que estarla cuidando, cosa que no era de todo su agrado.
Pasado el medio día nos dirigimos hacia Cocoa Beach. Esta cuidad está también junto a la playa a unos 50 kilómetros al Norte de Malbourne. Nuestro objetivo era llegar relativamente temprano para alcanzar hospedaje en un motel ya que esa noche habría una actividad bastante interesante: El depegue de un cohete comercial desde la base de Cabo Cañaveral. Luego de hospedarnos nos informó el administrador del motel que el despegue sería a las nueve en punto de la noche y que solo había que dirigir la vista hacia el Norte para poderlo ver. Como todavía sobraba bastante tiempo, decidimos dirigirnos al centro espacial de la NASA John F. Kennedy.
La entrada al museo del centro espacial es gratuita, solo se cobra por visitas guiadas las cuales ya habían terminado para cuando nosotros llegamos. El centro bien se podría comparar con las exhibiciones que tienen al aire libre en el museo de la Comisión Federal de Electricidad de la Ciudad de México. Como es de suponerse, un gran espacio está dedicado a exhibir modelos de los primeros cohetes que se utilizaron. Hay también un transbordador espacial al cual puede uno entrar en la parte media para ver la cabina de control y el area de carga. De igual modo, el museo cuenta con varias exhibiciones bajo techo con temas relevantes a la investigación espacial, sin poder dejar de mencionar las esperadas cafeterias y tiendas de curiosidades.
Antes de salir del museo nos informaron de un parque ubicado unos cuantos kilómetros al Sur del centro espacial donde se podría apreciar el despegue. Con tiempo suficiente, nos fuimos a comer y después nos dirigimos al parque. Para las ocho de la noche, hora en que llegamos al parque, ya había una gran candidad de personas preparandose para ver el despegue. El parque cuenta con un pequeño muelle y al final de éste es de donde se podía ver la plataforma de lanzamiento. La emoción se sentía en el ambiente, muchísimas personas preparadas con sus camaras fotográficas o de video sobre tripies listas para disparar. Otros más con radios portátiles sintonizando la frecuencia del centro espacial. Unos segundos antes de las nueve, la emoción aumentó de nivel cuando todos los espectadores comenzamos a contar .... 10...9..8..7..6..5..4..3..2.. Lift-off! Si bien el estruendo causado por el lanzamiento no era ensordecedor, la plataforma de lanzamiento se iluminó en su plenitud. En tan solo pocos segundos la nave se elevó por el cielo obscuro y estrellado dejando tras de sí una pequeña estela de luz y humo. Posteriormente se comenzó a apreciar el desprendimiento de las diferentes secciones de propulsión hasta que la imagen era ya imperceptible incluso a la vista de la cámara. Aunque con un poco de frío por el aire que hacía y con sueño, Pami tuvo la oportunidad de apreciar algo insólito mientras estaba entre los brazos de mamá. Después del lanzamiento regresamos al motel donde ahora sí descanzamos muy bien los tres.
Miercoles 5 de Mayo: Visita a Daytona Beach.
El Miércoles salimos temprano del motel y nos fuimos a desayunar. Posteriormente nos dirigimos nuevamente hacia el Norte hasta llegar a la cuidad de Daytona, ciudad que es conocida por las carreras de coches. El clima estaba un poco nublado pero aún asi se sentia un calor bastante agradable. Nos dirigimos a la playa la cual resultó bastante diferente a las que habíamos conocido. El agua se ve bastante turbia y la arena está tan apredada que inclusive la playa es utilizada como estacionamiento. Los coches, e incluso las bicicletas pueden andar sobre la arena sin problemas de quedarse estancados. Parece ser que la mayor atracción de la playa es el estacionar el coche y acostarse a tomar el sol con el radio prendido. Tal vez es por eso que ésta es una de las playas más concurridas por los americanos durante sus vacaciones de Semana Santa (Spring break). Luego de caminar por la costera llegamos al muelle el cual cuenta con un restaurant a la mitad. Algo también diferente en este lugar es que para poder pasar al final del muelle, que por cierto no es muy largo, cobran la entrada. Al principio del muelle hay un teleférico el cual corre hasta el final del muelle. Pensamos que valdría mas la pena el subirnos al teleférico que pasar al muelle. A Pami le gustó la sensación de ver las gaviotas hacia abajo mientras éstas volaban.
Unas horas después del medio día decidimos emprender el camino de regreso a Tampa por lo que nuevamente nos dirigimos hacia el Oeste. A pesar que había que atravesar nuevamente toda la península, la única parte difícil fue el tener que atravesar por Orlando ya que nos tocó todo el tráfico de la ciudad. Antes del anochecer nos estabamos registrando el Raddisson hubicado en el centro de Tampa donde la compañía tenía hechas nuestras reservaciones. Nuestra habitación se ubicaba en el piso 14 y la vista era muy bonita ya que por suerte no había otros edificios que nos obstruyeran. A Pamis le gustó mucho la vista y lo que mas le atraía era mirar hacia abajo ya que se alcanzaba a ver la alberca del hotel. Ya que a partir del Miércoles en la noche mis viáticos corrían por parte de la compañía, aprovechamos para irnos a cenar a un buen restaurant y regresar temprano a descansar.
Jueves 6 de Mayo: Estadía en Tampa y visita a San Petersburgo
El Jueves por la mañana me tocó despertarme temprano ya que tenía que estar listo para comenzar mi curso a las ocho de la mañana. Los tres descanzamos muy bien ya que incluso nos proporcionaron una cuna para Pamis. Mientras yo estaba en mi curso, Lili sacó a Pamis en su carreola a conocer el centro de la ciudad. El tener el curso justo en medio del viaje fue bastante conveniente ya que Pam aprovechó para recuperarse de tanto estar en el coche, tomar el sol y meterse a la alberca.
Una vez que salí de mi curso, nos dirigimos los tres al otro lado de la bahía a la ciudad de San Petersburgo. Ambas ciudades están unidas por tres puentes que atraviesan la bahía teniendo cada puente más de 13 millas de longitud. Ya en San Petersburgo nos fuimos al muelle principal el cual cuenta con una construccion de 5 pisos en el centro siendo estando el cuarto piso ocupado por un restaurant que se especializa en comida española. Gracias a que obscurecía tarde, nos quedó suficiente luz para contemplar la bahía y el atardecer.
Viernes 7 de Mayo: De Tampa a Naples
El Viernes no fue en realidad nada diferente que el día anterior. Tuve que asistir a mi curso y fue solamente hasta que éste termino que pudimos continuar con nuestros planes de viaje. Poco después de las cinco de la tarde dejamos el hotel y nos dirigimos ahora con rumbo al Sur. Nuestro objetivo era llegar a la ciudad de Naples la cual es el punto más al Sur antes de comenzar a ir hacia el Este rumbo a Miami. A pesar que era hora del tráfico, no tuvimos mayor problema para salir rápido de Tampa. La carretera estaba bastante despejada y como al igual que las demás, son casi puras rectas, llegamos todavía con suficiente luz de día a Naples. Luego de instalarnos en un motel nos fuimos a cenar y luego a dormir.
Sabado 8 de Mayo: Visitar Naples, Viajar a Fort Lauderdale y llegar a Miami
Comenzamos el día Sábado temprano por la mañana saliendo del motel y dirigiendonos hacia la playa. El día estaba un poco nublado pero el sol radiaba y hacía calor. Luego de manejar un rato por las calles y ver la cuidad, llegamos a la playa. El agua estaba tibia y el oleaje es casi nulo ya que Naples todavía esta dentro del Golfo de México. A Pam le agradó mucho el agua y jugueteamos un buen rato con las conchitas que ahí abundan. Pamis quería meterse a la boca cuanta conchita le llamaba la atención y llegó un momento en que tuvimos que buscar una de un tamaño aceptable para que la pudiera probar y se quitara la tentación. Luego de un rato, dejamos la playa y nos dirigimos hacia el Este.
Tomamos la carretera 75 la cual corre por los limites nortes de los Everglades. En hora y media aproximadamente atravesamos la península y llegamos la ciudad de Fort Lauderdale, la cual se ubica en las costas del Atlántico. Nuevamente nos metimos con Pam al agua. La playa es bastante limpia y el oleaje es bastante moderado. Antes de seguir nuestra travesía hacia el Sur, hubo que enjuagar a Pamis del agua del mar y lo que más le agradó es que las regaderas tenían una salida de agua justo a su altura y se la pasó jugando un rato mas ahí con el agua.
Poco después del medio día nos dirigimos hacia el Sur rumbo a la ciudad de Miami, la cual esta a tan solo unas 30 millas de distancia. Lo que deseabamos hacer era primeramente buscar un motel donde hospedarnos y luego salir a conocer la ciudad. Bueno, debido a que nos perdimos, las cosas resultaron un poco al revés y terminamos visitando varios puntos de la ciudad antes de poder instalarnos. La ciudad es en realidad grande y hay varios puntos que se ven bastante peligrosos. Las secciones se ven bastante marcadas entre las diferentes culturas destacando principalmente: la comunidad de haitianos, cubanos y aunque no en gran cantidad, los mexicanos. El motel donde nos hospedamos estaba junto a la cuidad e Miami Beach la cual es como una pequeña península. Rápidamente nos percatamos que el nivel de vida es mucho más caro ya que el motel nos salió casi un 80% más caro que en otros puntos del estado. Luego de instalarnos, nos metimos un rato a la alberca lo cual se le hizo fabuloso a Pamis.
Posteriormente, nos fuimos a buscar un restaurant donde sirvieran comida cubana. Preguntando finalmente llegamos a un restaurant ubicado en la zona cubana al cual fue a comer el Presidente Ronald Reagan. La comida nos pareció con un buen sazón aunque un poco seca. Ya que fuimos los últimos en llegar al lugar, e ibamos a ser los últimos en salir, nos pudimos poner a platicar con las dos meseras que quedaban y con el dueño del establecimiento quienes nos trataron muy cordialmente por ser mexicanos. Gracias a que nos dieron direcciones precisas, pudimos regresar al hotel sin perdernos. Este día por la tarde comenzó a llover un poco pero el clima cálido era sumamente agradable.
Domingo 9 de Mayo
Nuestros planes para este día estaban planeados en conocer mas a fondo la ciudad de Miami. Temprano por la mañana, luego de arreglarnos y desayunar en el motel, nos dirigimos hacia en embarcadero ubicado junto al centro de la ciudad de donde parten pequeñas embarcaciones y dan paseos por la bahía. Ya que llegamos temprano, pudimos tomar el primer barco antes del medio día. El recorrido duró aproximadamente hora y media y recorrimos principalmente las casas millonarias que se encuentran en las 7 islas (6 de ellas artificiales) que se encuentran el la bahía. Pudimos ver entre muchas otras, la casa de Gloria Estefan, de Julio Iglesias, de Emerson Fitipaldi, del dueño de Bayer, etc. Nos agradó mucho el paseo, el clima aunque con un poco de viento favoreció mucho a que no hiciera tanto calor.
Luego del recorrido por la lancha, nos fuimos hacia las playas al sur de la ciudad. Llegamos a un lugar llamado Key Biscayne. En ese lugar es donde se encuentra uno de los restaurantes de Gloria Estéfan (Stefano's). La playa en donde nos paramos parece ser parte de la bahía porque no hay olas. El agua es tan clara que se alcanzan a ver los cangrejos en el fondo a simple vista. Pamis se durmió por varias horas mientras estuvimos ahí por lo que no pudo meterse al agua como lo hicimos Lili y yo. Ya cuando comenzaba a atardecer, nos tuvimos que ir porque comenzó a lloviznar y aprovechamos para regresar al motel a arreglarnos e ir a comer. En esta ocasión nos fuimos a Miami Beach y nos metimos a otro restaurant de comida cubana. Aún cuando la comida no fue de nuestro completo agrado, sí lo fue el servicio. El el lugar trabajaba un señor que hacía año y medio había salido de la Isla quien amablemente nos platicó algunas de sus experiencias. Luego de comer nos regresamos al motel a descanzar ya que a la mañana siguiente comenzaría nuestro regreso.
Lunes 10 de Mayo: Visita a los Everglades, regreso a Tampa y de vuelta a casa
El Lunes salimos temprano del motel. Sólo quedaba una cosa por cubrir en nuestro itinerario de viaje: visitar los Everglades. Nuestro vuelo de regreso salía casi a las seis de la tarde desde Tampa, por lo que no disponíamos de mucho tiempo. En esta ocasión tendríamos que viajar hacia el Oeste por la carretera 41 la cual atraviesa por la mitad del Parque Nacional. El tráfico estaba un poco pesado debido a reparaciones en las calles de la ciudad por lo cual eran casi las nueve y media de la mañana cuando finalmente pudimos salir de la ciudad. A un costado de la carretera, la cual es de dos carriles, hay un canal un poco amplio donde se alcanzan a ver los cocodrilos nadando o en la orilla tomando el sol. También hay varios lugares los cuales ofrecen visitas turísticas en bote con propulsión de aire. Luego de una media hora de manejo decidimos pararnos en uno de esos lugares. Afortunadamente ibamos preparados con repelente de insectos y vistiendo pantalones y manga larga ya que cuando abrimos las puertas del coche, una gran nube de bichojos voladores nos dió la bienvenida. Mientras esperabamos que saliera la embarcación que nos llevaría al través del los manglares, vimos lo rápido como las personas locales pescaban con anzuelo. Apenas echaban la carnada cuando a los pocos segundos ya estaban desenganchando un pescado.
Finalmente nos subieron a nosotros y como a otras 10 personas a la lancha. Cuando recién arrancamos, la lancha se movía super lento por lo que pensamos que sería un paseo algo aburrido. El señor que conducía la lancha nos pidió, mientras salíamos del canal principal, que aseguraramos nuestras pertenencias pues se podrían volar. Apenas salimos del area de tráfico, la lancha se aceleró a una velocidad tal que en ocasiones costaba un poco de trabajo mantener los ojos abiertos por el viento. Lo más interesante eran la vueltas ya que la lancha comenzaba a virar desde antes que llegaramos al nuevo canal y parecía que nos estrellaríamos con los manglares. A lo largo del recorrido paramos en diferentes parajes donde el señor que conducía nos explicaba sobre la flora y fauna del lugar. Todos los canales estan delimitados por manglares no muy altos y es muy poca la tierra firme que se alcanza a apreciar. El agua es un poco rojiza y el nivel de la misma es en algunos lugares como de apenas 20 centímetros de profundidad. Sin embargo nos explicaron que el nivel de fango bien puede alcanzar varios metros. A Lili, Pam y a mi nos gustó mucho la experiencia y pensamos que bien había valido la pena el parar aunque el tiempo ya se nos comenzaba a venir encima.
Luego del recorrido en lancha, seguimos por la carretera 41 atravezando el Parque. Algo que nos impresionó mucho fue la cantidad tan enorme de animalitos que vimos atropellados junto al pavimento. Por lo mismo, era común que tras ir saliendo de una curva, espantaramos las parbadas de buitres que estaban haciendo lo suyo. También con forme ibamos saliendo de los Everglades, nos percatamos del impacto ecológico tan fuerte que está teniendo la región. En realidad no nos llevó mucho tiempo atravezar el Parque Nacional y debido a la gran vegetación del area, se ve sumamente marcado las areas donde están fraccionando y acabando con el medio ambiente.
La carretera 41 desemboca en Naples y de ahí había que ir nuevamente hacia el Norte para llegar a Tampa. Solo paramos una vez mas para comer algo y que descansara Pamis antes de llegar al Aeropuerto. Luego de entregar el coche y registrarnos, nos informaron que nuestro vuelo se retrasaría debido a la lluvia. El avión que nos traería a casa salía originalmente desde Miami y no había podido despegar todavía. Pamis y yo nos la pasamos jugando en el pasillo del aeropuerto y nos fue muy curioso observar como ella perseguía a cuanto niño o niña pequeños veía para abrazarlos.
Luego de hora y media de retraso pudimos despegar. Pamis nuevamente se portó muy bonita en el avión y finalmente llegamos a Los Angeles ya entrada la noche.
Pamis, sé que eres un poco pequeña para apreciar todos los detalles de este viaje. Sin embargo, Gracias a Dios hemos tenido la gran oportunidad realizarlo y sé que en algun lugar de tu corazón siempre llevarás estos recuerdos. iMamá y yo te queremos mucho!