por María José Ragué Arias
"El extraordinario éxito que conocieron The Beatles se debió en parte al entronque de su difusión comercial con actitudes seudopolíticas y parafilosóficas"
En un principio The Beatles se denominaron The Quarrymen y luego The Silver Beatles: John Lennon, Stuart Sutcliffe, Paul McCartney, George Harrison y Pete Best. Sutcliffe moriría de un tumor cerebral y Best sería reemplazado por Ringo Starr. Su manager, Brian Epstein, los ayudaría a llegar a la fama: cambiaría el aspecto sucio de unos jóvenes que fumaban y bebían en escena, los obligaría a componer temas propios, les buscaría oportunidades. El día 4 de septiembre de 1962, The Beatles, con John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr, entran en los estudios londinenses de Parlophone para grabar su primer disco. El día 5 de octubre de 1962, Love Me Do aparecía a la venta en Gran Bretaña. Era el principio de un mito. Le seguirían Please Please Me; I Saw Her Standing There; Ask Me Why; Do You Want To Know a Secret; There’s a Place; Misery; Anna; A Taste Of Honey, y la explosión de Twist And Shout, una de las canciones más oídas en 1962 y 1963. Fue su primera época. Seguirían sus dos películas A Hard Day’s Night y Help, dirigidas por Lester; luego el apogeo clásico de Revolver y Sgt. Pepper, discos que representaban la perfección en su estilo; el barroquismo de su disco blanco, de música ya más sofisticada, y finalmente su declive con Abbey Road y Let It Be. The Beatles se separaron en 1970, y siguieron caminos diversos, aunque esporádicamente y posiblemente por razones comerciales, se haya hablado de nuevas grabaciones del grupo. Pero lo cierto es que The Beatles fueron los máximos exponentes de la música pop y el mito de esa época.
En el momento cumbre de la contracultura The Beatles cantaban I’d love to turn you on (me gustaría extasiarte) y estaban metidos en el "viaje" de todos los jóvenes, a quienes decían:
Let me take you down
‘cause I’m going to
Strawberry Fields
nothing is real
And nothing to get hungabout
Strawberry Fields forever.
(Déjame llevarte, porque voy a Strawberry Fields, nada es real, no hay nada
que temer, Strawberry Fields para siempre)
O cantaban: Money, for money can’t buy me love (El dinero no me compra el amor) y All you need is love (Lo que necesitas es amor). Los jóvenes abandonaban sus hogares, como en su canción She’s Leaving Home, y la soledad de nuestra sociedad alienada se traslucía en Eleanor Rigby y en Nowhere Man:
Ah, look at all the lonely people!
Where do they all come from?
Ah, look at all the lonely people!
Where do they all belong?
(Mira a toda esa gente solitaria, ¿de dónde ha salido?, mira a toda esa gente
solitaria, ¿a dónde pertenece?)
He is a real nowhere man
sitting in his nowhere land
making all his nowhere plans
for nobody.
(Es un hombre de ninguna parte, sentado en su tierra de nadie, que traza
planes vacíos, para nadie)
En 1968, los códigos sanitarios, los traficantes de drogas nocivas, los rateros, los arrestos, las tiendas de baratijas y los autocares de turistas hicieron mella en los hippies. The Beatles en su disco blanco, de perfectas formas manieristas, cantaban:
I don’t know why
they never told you
how to unfold your love.
I don’t know why
they bought and sold you...
I look at the love
that is there
and I see it is sleeping.
While my guitar gently weeps.
(No sé por qué nunca te enseñaron a desplegar tu amor. No sé por qué te
compraron y vendieron... Veo el amor que tienes ahí, dormido, mienrtas mi
guitarra solloza suavemente)
Pero ya no era lo mismo. The Beatles nunca se convirtieron en
hippies como estos habían tratado de ser Beatles. La fusión fue sólo
la apariencia de un verano.
Más tarde, en Abbey Road y Let It Be, el mensaje era ya débil.
Los jóvenes de la nueva cultura se enfrentaban a un ambiente cada vez más
hostil; muchos esperaban que The Beatles les dieran la respuesta, pero los
problemas de arrestos y supervivencia no afectaban a The Beatles,
protegidos por la muralla de los millones de libras que entretanto habían
ganado. El consejo tímido de Let It Be era:
There will be an answer,
let it be, let it be.
(Habrá una respuesta, dejad que se produzca)
Cantaban a la vez, repetidamente: Nothing’s gonna change my world
(Nada cambiará mi mundo) y se lamentaban: The long and winding road
that leads to your door... (El largo y tortuoso camino que conduce a tu
puerta...)
Fue, tal vez, el fin de una era o de una ilusión. En 1966, The Beatles - cuatro bohemios de pelo largo- tocaban para jovencitas histéricas y chicos de pelo corto. En un concierto rock, de 1970, la mitad del auditorio tenía un aspecto tan "extraño" como John Lennon. El mundo del rock, llevado de su mano, se convirtió en una comunidad sofisticada que se consideraba el centro social y estético de su tiempo. Esta música, provinciana cuando Elvis Presley comenzó a cantar en Memphis, se hizo cosmpolita con The Beatles, y sería, en San Francisco, el foco de energía que impulsaría la nueva cultura.
Cuando The Beatles abandonaron el escenario y los hippies dejaron las flores, en la calle sonarían detonaciones y estallidos; el underground se inclinó hacia la violencia cuando aún sonaban los últimos acordes.
Última modificación: Septiembre 24 1996