Quizás ya no oigas las palabras dulces
aquellas necias fugadas de seres astutos.
Eres MADRE y así no te ven esos estultos;
hasta el religioso al verte se olvida de sus preces.
Mujer que vas cayendo de lecho en lecho
la vida te concibió y la lujuria te tomó
Y por unos míseros soles otro te reclamó
y por llevarles unos panes la justicia te deshechó.
Desamparada te hallas al margen de la Vida.
No puedes ingresar a la iglesia, estás prohibida
y a sentarte a una taberna huyes herida.
Por ser mujer estás en la boca de esos beatos
Nunca sabrán que eres MADRE.
Y esos cucufatos que nacieron
del vientre de una muyer
yacerán insensatos.
Walter Jesusi Ramírez.
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