(Bruselas, 1929-Morges, 1993) Actriz de cine estadounidense de origen holandés. Hedda van Heemstra Hepburn-Ruston, hija de un banquero británico y una aristócrata holandesa, nació en Bélgica y fue educada en Inglaterra, donde estudió danza, aunque en su juventud se orientó hacia la profesión de modelo, en la que dio los primeros pasos en Amsterdam. Elegante y sofisticada, su extrema delgadez halló un sitio entre las curvilíneas «stars» de los años cincuenta e impuso su personalísimo estilo en una serie de filmes, algunos de ellos memorables.

«Vacaciones en Roma» (1953), de W. Wyler; «Sabrina» (1954), de B. Wilder; «La calumnia» (1962), de W. Wyler; «My fair lady» (1964), de G. Cukor; «Sola en la oscuridad» (1967) de T. Young; «Dos en la carretera» (1970), de S. Donnen; «Todos rieron» (1981), de P. Bogdanovich y «Para siempre» (1989), de S. Spielberg, son algunos de los títulos de su filmografía.

A partir de los años setenta colaboró con distintas asociaciones de ayuda internacional y consagró los últimos años de su vida a su actividad como embajadora permanente de la Unicef. Como tal, viajó por varios países del Tercer Mundo y sus últimas imágenes difundidas corresponden precisamente a su visita a Etiopía en octubre de 1992, en que hizo una llamada a la solidaridad internacional ante la situación de los niños en ese país de África profundamente afectada y extremadamente delgada. Afectada por un cáncer, murió poco después, en enero de 1993, en su casa de Suiza.