La Danza de los Chapetones :
Esta danza la ejecutan en Panchimalco. Aparecen doce caballeros vestidos de frac y bolero, todos van calzados. Los acompaña una dama, vestida de blanco que representa a la Reina y lleva una diadema en la cabeza. La acompaña su doncella, quien lleva un tarro lleno de chicha para repartir a los danzantes. La danza imita los modales de los españoles y los ridiculiza con movimientos lánguidos y ceremoniosos, ejecutados al son de una delicado vals.









La Danza de la Yegüita:
Esta danza es de origen lenca y se baila en los pueblos indígenas de la región oriental de El Salvador. El danzarín del centro imita a una yegua, baila descalzo o con caites, va disfrazado con una cabeza de caballo muy bien imitada, lleva una albarda a la cintura y una cola trasera. Alrededor de la yegua bailan cuatro indígenas con garrotes en la mano, baile que termina en un simulacro de pelea. La yegua interviene durante la pelea, los separa y pone la paz repartiendo coces y palos a diestra y siniestra, éste en su principal papel en la danza.

La Danza Pascol del Tigre:
Es uno de las danzas más antiguas de Izalco. Representa en pantomima la cacería del tigre. Un grupo de ocho o diez indígenas, disfrazados de cazadores, logran cazar al tigre después de muchos giros, saltos y danzas. Visten un pantalón de manta arrollado hasta la rodilla, llevan el tronco desnudo y se cubren la cara con máscaras de madera, que representan antiguos dioses. El que representa al tigre va cubierto con pieles de tigrillo y en la cabeza lleva una máscara de tigre.

La Danza de la Partesana:
Es una danza guerrera de origen lenca. Se baila también en los pueblos indígenas del Oriente del país. El número de indígenas que intervienen varía, entre cuatro y doce. Llevan unas lanzas bastante largas, terminadas en una punta de metal y adornada con colochos de metal. A esta lanza le llaman Partesana. Otro número igual de indígenas los acompañan llevando banderolas, varitas adornadas con listones, arcos adornados con reliquias y bolas de lana. Los danzantes tiran bien alto las lanzas y las recogen al bajar, después de haber dado muchas vueltas por el aire. Llega un momento en que todas las lanzas entran en movimiento y hacen un efecto de combate.

La Danza del Tunco de Monte:
Es una danza muy antigua de origen indígena. Se ejecuta en casi todos los pueblos indígenas del país. El bailador principal va disfrazado con cuero de un tunco montés, en su danza imita el correr de este animal. Aparecen también en la escena un hombre vestido de chistera y levita, y una vieja vestida con un traje típico de la región y un gran sombrero adornado con flores de papel. Otro hombre disfrazado de perro, dirige el coro. Los participantes en el coro van vestidos con taparrabos y nagüillas de hojas de pacaya, con vistosas plumas en la cabeza, van armados con arcos o con flechas, o con lanzas de madera o varas de huizcoyol.











La Danza de Moros y Cristianos:
Esta danza se ejecuta en casi todos los pueblos indígenas. Las danzantes simulan los combates ocurridos siglos atrás en España, entre otros moros y cristianos. Van disfrazados con trajes de la época de la conquista. Llevan espadas, botas negras y grandes máscaras adornadas con monedas antiguas que colocan alrededor de la cabeza.


La Danza del Torito:
Esta danza se baila en las principales fiestas de los pueblos Nonualcos, principalmente en San Pedro. Sale un hombre disfrazado de "torito", con cuernos en la cabeza y una gran cola trasera. Aparecen luego los toreros disfrazados y enmascarados, bailan al son del pito y el tambor, embistiendo al torito. Después de un rato se hace silencio y se empieza a improvisar bombas como ésta:



"Este torito lo traigo
a comer zacate del balde
sólo por venir a bailar
delante del señor Alcalde".


"Este torito lo traigo
desde San Cruz Michapa
y hoy no me voy de aquí
sin llevarme aquella chata".
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