Cuando
Carmen Maura dejó de
ser la musa de Almodóvar, el relevo lo tomó Marisa Paredes. Ella es una
de esas actrices en la que Pedro piensa cada vez que hace una película para ver
si tiene algún personaje para ofrecerle, porque se declara gran admirador de
ella. Su debut con con él tuvo lugar en 1983 con 'Entre tinieblas', un film
donde se unieron muchas de las actrices que luego serían consideradas 'chicas
Almodóvar'. Aquí era Sor Estiércol -sobran los comentarios sobre su
personaje-, y a partir de ese momento habría un paréntesis en el que Marisa
desapareció del cine para hacer solamente teatro. Hasta que en 1991 Almodóvar
volvió a pensar en ella para dar vida a Becky del Páramo en 'Tacones lejanos'.
Aquí era una cantante de boleros en permanente conflicto con su hija (Victoria
Abril), como si de una estrella del cine americano se tratara. Paredes se
tuvo que preparar a fondo, porque aunque ella no cantara en la película -la voz
era de Luz Casal-, el play-back tenía que ser perfecto. Y lo fue. Su
siguiente papel fue en 'La flor de mi secreto', donde daba vida a Leo, una
escritora de novela rosa, pero cuya vida no se corresponde en absoluto con lo
que cuenta en sus relatos. Era otra mujer en crisis, con abundantes depresiones
y frágil, pero que lucha contra su destino. Las alabanzas, como en la película
anterior, fueron muchas. Y posiblemente las mismas que tendrá en 'Todo sobre mi
madre', donde es Huma Rojo, una actriz que interpreta como nadie a Blanche
Dubois, la protagonista de 'Un tranvía llamado Deseo'. Sin duda, Pedro y
ella se necesitan mutuamente.
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