Estos tres cuentos fueron publicados por Ediciones Alternativas. REFLEJOS DEL ALMA. V antologia literaria de cuentos y poesías. Agosto 97.

EL AROMO

Arbolito de mi tierra
Adornas parques en fila "avenida".
Arbolito de setiembre
Arbolito de copa amarilla,
Cando brindas tu florida fronda.
Entre tus amorosas hojitas verdes "enfiladas"
Aparece el manojito mágico.
Naturaleza sabia entre billantes: verde follaje
Y las bolitas flores amarillas
		¡que conjunto!
Entretejes sueños, te los dan quienes te adoran en su jardín.
Embelesados los pajarillos,
Los picaflores ¡pícaros! que pueden tocar esa tu corona amarilla.
Plumaje de niños voladores,
Entre tu pelusita amarilla
Armonía natural
Arbolito de mi tierra
Eres paisaje solo,
Eres parte de belleza única:
Así te quiero,
Así plumoncito amarillo.

ATARDECERES ENTRE OCRES Y VERDES

Son todos iguales... pero ¡ay! no lo son.
El encanto de las hojas que se van acumulando
A la orilla del camino, en la boca de tormenta,
Cada día de otoño
Cuando la ráfa es nueva e imprevista,
... y va quedando al última hojita allá arriba.
Ocres, amarillos entre marrones rojizos
Tonalidades de hojas al viento.
Colores bellísimos que la paleta del pintor no logra plasmar.
... pero el caminante deja deslizar
"su cansado andar" en feliz diálogo.
Su paso y las hojas, el crac del pisaaar
Solo madre naturaleza comrpende y sonría (al diálogo)
Y no se altera. Es parte del tiempo y la naturaleza.
Es allí verde valle, verdes quintas maduras,
De rocía anunciado
Entreveros posibles en el otoño asomado.
¿Esto miras caminante? El atardecer con tus ojos pueblerinos
hoy no es igual a mañana, acarícialo.
Es el atardecer que da abril en tierras del Cono Sur.
Píntalo en tu alma
Guárdalo en tu snesible corazón.
Así vestirás el ocre y el verde, de los dulces
Callados atardeceres de mi tierra armada.
Madre naturaleza
Ofrece siempre su regalo
Atrápalo, vívelo, como joya,
Será tu casa fiel y natural.

LA LUZ DE LA LEJANIA
(A la inconmensurable noche bañada de estrellas)

Allá lejos, susurra alguien.
Cada vez más lejanos caminos celestes.
Luces que no dejan de encandilar
Para vestir la noche ¿a quién iluminan?
A todos los seres que asoman sus ojos al camino.
Distancia, camino andado.
Son creaciones del hombre.
(no quieran engañar al gaucho de mi tierra)
¡El tien su luz infantil!
Son las bellas luciérnagas de la noche estrellada.
Ellas, únicas, pequeñas traviesas,
Andan con su prende y apaga,
En los campos de mi aldea, de mi tierra Argentina.
Señoras aquellas, por su lejanía, incanzables,
Se reflejan en el charco, queriendo regalarle claridad.
Allá las vi en el jagüel, en el rocío de la rosa carmesí
		¡Quién no las ama!
Pero el bichito de luz busca rebelde
La mnao del niño que lo quiere atrapar.
Les place escurrirse entre los pequeños tiernos dedos,
Juegan acaso como la sortija de la calesita
(quien no vivia con el sueño de la vuelta gratis, quien no guarda
la ternura de un bichito y su luz atrapada, luego de mil manotones...)
La alegría pinta la cara del niño
Cacé uno ¡Mamá! y ya se le escapa otra vez al briboncito...
Por un instante tocó la luz
Por un instante fue dueño de una
Pancita de luz viviente.
¡Vivencia infantil! De noche estival.
La lejanía de las estrellas quedaron atrapadas
En tiernos bichitos de luz (farolitos del cielo=
Son como hermanos (estrellas y luciérnagas de la mano)
Que bello unirlos
Allá en la bóveda celeste, eternas luces
Aquí en la tierra, la tierna luz
De los inigualables bichitos de luz.

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