El Mesías cotidiano
Vieron en aquel hombre
la locura de años y tiempos
de vidas y seres.
Vieron en los párpados quemados
un devastador fuego
de cientos de lágrimas impotentes
que nunca pudieron ver la luz del dia
que nunca fueron.
Vieron en aquel hombre
lo que nunca vieron en ellos mismos
vieron la energía potencial
de miles y miles de pisadas antiguas
vieron el rostro de un lamento
sepultado debajo de cada pie
junto a cada esperanza.
Vieron en aquel hombre
una desnudez tal
Una desnudez tan reconocida
una desnudez tan vergonzosamente conocida
que por un momento
todos tuvieron inmensas ganas de vomitar el tiempo
y de surgir, como nuevos Lázaros, de sus encierros.