Sentimiento
Vuelven a veces las pasadas horas
al ocaso verdiazul del horizonte,
como descascaradas noches de verano
a evadirse en el monte.
Hay una infancia quieta entre las cosas
como el gastado aljibe de aquel patio
que ya no tiene dueño.
Vuelve el ocaso rojo a desgranarse
por las calladas sombras,
por la avenida quieta de los tilos
donde mi voz te nombra.