El siglo XX comienza en el momento de máximo esplendor de
la estética modernista. Iniciado plenamente por Rubén Darío
en 1888 con la publicación de Azul, el Modernismo supone una integración
de diversas tendencias que se habían desarrollado a lo largo de
la segunda mitad del siglo XIX, en especial del Simbolismo y del Parnasianismo.
El Modernismo fue, entre otras cosas, una resurrección de
la angustia que caracterizó a la literatura europea romántica,
que por un momento parecía haber desaparecido con la fe del XIX
en el racionalismo cientifista. Demostrada la inoperancia de la razón
(Schopenhauer, Kant... ) se recupera ese malestar. Y se sueña, en
la nueva poesía, con los momentos felices pasados, donde aún
existían seguridades: la niñez lejana, los paraísos
perdidos, los jardines cerrados y ordenados; añoranzas de un mundo
que se fue.
El Modernismo acoge influencias de diversos movimientos. En realidad
"el Modernismo no rechazó nada como no fuera la vulgaridad, el prosaísmo,
la rutina y el conformismo estético y adocenado" (E.Rull). Con antecedentes
tan diversos (Parnaso, Simbolismo, Poe, decadentismo, prerrafaelismo...),
es fácil entender que existieran tendencias diferenciadas, fundamentalmente
dos: En América (y algunos españoles: M.Machado, Marquina,
Villaespesa...) tomó un sesgo fundamentalmente esteticista; se escribe
una poesía cromática, brillante, sensual. En España
se toma una segunda línea, más sobria y sencilla, que arraigó
en los hombres preocupados por el la decadencia nacional: es la vertiente
conocida como "Generación del 98", que no deja de ser una línea
del Modernismo.
El Modernismo fue conscientemente cosmopolita. Sus cultivadores,
sorprendidos, comprendieron que estaban participando en una evolución
de la sensibilidad que no se limitaba a España, ni siquiera a Europa.
El centro era, indiscutiblemente, París. Los poetas españoles
se inspiraron directamente en Francia (Verlaine), salvo en los aspectos
formales, en los que Darío fue el maestro.
1.1. Principales tendencias del Modernismo.
Las tendencias que influyen en la génesis del Modernismo son
muy variadas. Especialmente relevantes son los movimientos estéticos
franceses. Hay un deseo evidente en los escritores de habla hispana de
crear un lenguaje nuevo ("anti-español", según Jean Franco;
quizás, sencillamente, anti-burgués). Otros movimientos influyen:
la poesía de los estadounidenses Whitman y Poe; el Prerrafaelismo
británico, el decadentismo de D'Anunzio... Sin olvidar las fuentes
hispánicas: Berceo, Manrique, los Cancioneros... Juan Ramón
definió al Modernismo como un movimiento "envolvente", que va acumulando
elementos de diversa procedencia y los hace suyos. E.Rull afirma que "el
Modernismo no rechazó nada como no fuera la vulgaridad, el prosaísmo,
la rutina y el conformismo estético y adocenado"
Las dos tendencias más marcadas dentro del Modernismo son:
1.1.1. Modernismo Canónico (parnasiano).
Movimiento surgido a raíz del Parnaso Contemporáneo
francés (Parnasianismo), liderado por Leconte de Lisle. Nace cuando
un grupo de poetas franceses se unen en 1866 para imponer en el arte un
sentido de disciplina, equilibrio y objetividad. Temas más importantes:
-El escapismo: evasión del mundo real por medio del ensueño.
Evasión que se nutre con una elegancia exquisita, y que se produce
bien huyendo en el espacio (a Oriente) bien en el tiempo (al mundo medieval).
Se da también un gusto por la mitología clásica. Todo
ello como fruto de la idea de que el arte (imaginación, magia) supera
a la vida (vulgar y despreciable) y que ésta debe imitarlo. Se busca
una ética -forma de vida, principios- basados en una estética.
Dioses, ninfas, centauros, caballeros, pierrots, odaliscas, pagodas
y viejos castillos, salones versallescos, jardines perfumados; cisnes,
elefantes y camellos; flores de lis o de loto; brillo de perlas y de marfiles,
de piedras preciosas... son los elementos de este mundo modernista.
-El cosmopolitismo. Es un aspecto más del deseo de
evasión. Además, aporta a los modernistas un sentido aristocrático.
París será la capital del Modernismo.
-La desazón romántica: se exaltan las pasiones y lo
irracional; el misterio, lo fantástico, el sueño. Manifestaciones
de tedio y de profunda tristeza. La melancolía es un elemento central.
Presencia de lo otoñal, lo crepuscular, la noche (aquí se
alejan del Parnaso francés).
-Amor y erotismo. Aparecen poemas de amor delicado y, frente a ellos,
otros de intenso erotismo: los primeros, de amor imposible, los segundos,
de desenfreno, motivados por una actitud antisocial y amoral (búsqueda
del escándalo).
-Temas americanos. No va en contra del cosmopolitismo: se trata
de una evasión más hacia el pasado legendario, hacia los
mitos indígenas. En Hispanoamérica esta línea será
básica (siempre están muy preocupados por su propia identidad).
-Lo hispánico. Este tema se acentúa (sobre todo en
Hispano-América) al advertir el auge de los Estados Unidos. Se reivindica
lo español frente a los valores culturales de la civilización
"yanqui".
En conclusión, se ansía un mundo armónico,
pleno y rodeado de perfección. Esos deseos son también la
base de la Estética modernista:
-Búsqueda de los valores sensoriales, para que todo sea un
goce para los sentidos
-Prodigioso manejo del idioma. Se enriquece poderosamente el lenguaje
poético. La palabra adquiere una importancia vital. Se cuida el
sonido, el ritmo, la referencia histórica o cultural, los valores
simbólicos. Se intenta renovar el significado de las palabras usuales,
crear un léxico propio de la poesía.
-Enorme renovación en el campo de la métrica.
1.1.2. Modernismo Simbolista.
Parte del Simbolismo francés: Baudelaire, Rimbaud, Mallarmé,
Verlaine. Lo esencial es la sugerencia (de ahí la importancia que
dan a la música), el poder evocador de las palabras. El didactismo
debe quedar desterrado (Poe hablaba de la "herejía del didactismo").
El Modernismo Simbolista, si bien deja notar la influencia de todas
las características señaladas para la línea parnasiana,
toma otras vertientes distintas: su "evasión" no se produce hacia
mundos lejanos, sino hacia el mundo interior del poeta. Los autores españoles
leen antes que Rubén Darío a Verlaine. Ello explica que el
Modernismo español sea más Simbolista que el hispanoamericano.
Machado, por ejemplo, aprendió de Rubén Darío la musicalidad,
pero la interiorización la aprendió en Unamuno y, con anterioridad,
en Bécquer y Rosalía (R.Gullón). Y esto resultó
mucho más influyente, ya que por este camino se llega al Simbolismo
(notemos que el Modernismo simbolista está muy próximo a
la Generación del 98, frente al Modernismo Canónico, que
se aparta bastante). El Modernismo Simbolista va dejando de ser, poco a
poco, Modernismo, iniciando una búsqueda de nuevos caminos, de salidas
poéticamente válidas (A.Machado, Juan Ramón).
Después de la interiorización el poeta vuelve sus
ojos al mundo exterior. Se descubre el paisaje, que se entiende como símbolo
de la Historia o del poeta. Cuando A.Machado nos hable del campo castellano,
nos estará hablando o de sí mismo o de la Historia. Este
paisaje tendrá un valor de símbolo (R.Senabre).
1.1.2.1. Definición de símbolo.
El símbolo se diferencia de la metáfora en que esta
sustituye algo preexistente, mientras que el símbolo se crea para
nombrar una realidad que carece de nombre; es decir, no es un método
de sustitución léxica, ya que no designa a algo materialmente
preexistente. El símbolo tiende a designar lo no designado, lo inefable.
Pero como el poeta necesita usar palabras que se entiendan, tiene que recurrir
a palabras cotidianas a las que dota de un significado del que carecen
en la lengua común. Y se es consciente de que estamos ante un lenguaje
nuevo, por eso el poeta nos va dando claves de interpretación, para
que podamos acceder a él. Juan Ramón Jiménez escribe
el siguiente poema, que abre el libro Piedra y Cielo:
"El Poema"
¡No le toques ya más,
que así es la rosa!
El título ("El Poema") nos da una clave. El pronombre /le/
hace referencia al mismo poema. "No le toques más, no lo cambies",
parece decirnos J.R., "puesto que ya hemos llegado a la perfección.
Y a ese poema perfecto, con el máximo de expresividad y el mínimo
de palabras lo llamaremos "rosa". Se ha definido un símbolo.
1.2. Métrica modernista.
La métrica modernista está marcada por la experimentación
y la renovación. Sus rasgos principales son:
-Uso de los versos alejandrinos (14), dodecasílabos (12),
y eneasílabos (9), escasos en la tradición poética
anterior.
-Introducción de novedades en las estrofas clásicas:
+Sonetos en alejandrinos, con serventesios en vez de cuartetos.
+Sonetillos (sonetos de arte menor).
+Abundante uso de la silva, en la que, además de los clásicos
endecasílabos y heptasílabos, se añaden pentasílabos
(5) y eneasílabos. También se escriben silvas octosílabas.
+Romances de 7, 9, 11 sílabas por verso.
+Uso de los endecasílabos dactílicos, con acentos
principales en las sílabas 4ª, 7ª y 10ª.
+Uso generalizado del alejandrino en todo tipo de estrofas.
+Aparición del versolibrismo es las últimas etapas
del Modernismo, por influjo de W.Whitman.
+Intentos de crear una poesía basada en pies métricos,
al estilo de la latina ("Salutación del optimista", de Rubén,
escrita en hexámetros).
1.3. Nómina modernista.
1.3.1. Rubén Darío.
-Nació en Nicaragua en 1867. Fue un hombre cosmopolita; viajó
por toda Europa y América (Chile, Buenos Aires, españa, París
-en 1900...). Los excesos le llevan a la muerte en 1916.
-Es el creador y principal representante del Modernismo. Se caracteriza
por su capacidad para poetizar todo tipo de temas: medievales, renacentistas,
dieciochescos, americanos... Es el poeta del amor y el erotismo (Amorós),
en un afán de gozar sin límites.
-Obra.
*Azul (1888). Observamos ya variedad de ritmos y metros. Son poemas
de elegancia refinada, otros de enorme sensualidad. El libro fue desigualmente
recibido (Valera le acusó de "galicismo mental").
*Prosas profanas (1896; en 1901 se añaden 21 poemas). Junto
con Azul, pertenece al Modernismo parnasiano. Esta obra representa la plenitud
del movimiento. Se produce una castellanización de las formas francesas.
Sorprende por la musicalidad de los versos, de enorme variedad: versos
de 11, 9, 14, 12... Es una poesía preciosista, exótica, de
fantasía refinada. El poeta, que ya declaró que detestaba
"la vida y el tiempo que me tocó nacer", se refugia en una torre
de marfil.
El último soneto del libro ("Yo persigo una forma...", poema
nº54, añadido en 1901) marca la evolución en su estilo.
*Cantos de Vida y Esperanza (1905). Se produce una crisis en el
esteticismo anterior. Ahora asistimos a una poesía más íntima,
más preocupada por el Hombre, más angustiada. Por eso, en
esta obra abundan temas serios, hondos, a veces muy amargos. Darío
reflexiona sobre el arte, el placer, el amor, el tiempo, la muerte (preocupación
obsesiva), la vida, la religión...
Destacan varios poemas: "Juventud, divino tesoro" y "Lo fatal".
También trata temas españoles ("Salutación del optimista",
escrito en hexámetros). Muy conocida es la "Oda a Roosevelt", en
la que se critica el imperialismo de los Estados Unidos.
-Estética: Es el principal modernista. Lleva al máximo
todos los postulados de este movimiento (originalidad, renovación
métrica y estrófica, perfección formal, elevado número
de figuras retóricas...). Su figura es fundamental el la lírica
española de este siglo.
1.3.2. El Modernismo en España.
-En España existía un ambiente premodernista similar
al hispanoamericano, que resultó muy influido por la irrupción
de Rubén Darío (al igual también que en H.A.). El
Modernismo en España vino a romper con el tradicionalismo de la
poesía anterior.
-Son fundamentales las figuras de Bécquer y Rosalía,
puente a la modernidad. Su poesía intimista marcará a los
mejores modernistas españoles (se ha hablado de un "Modernismo intimista",
denominación que acogería a A.Machado y a Juan Ramón).
1.3.3.1. Premodernistas.
-Continúan la línea de Campoamor y Núñez
de Arce, con una poesía gran-dilocuente y vacía, de raíz
parnasiana.
-Autores: Ricardo Gil, Manuel Reina y Salvador Rueda (que introduce
innovaciones métricas; su principal obra es En Tropel (1893), prologada
por R.Darío).
1.3.3.2. Modernistas plenos.
Manuel Machado (1874-1947).
-Injusticia histórica con M.Machado.
-Brillantez poética. Preciosismo. Elegancia. Decadentismo.
Poesía desarraigada y escéptica.
-Entre Andalucía y París; se deja notar muy fuertemente
el influjo de Verlaine. Alma(1902) es su mejor obra: ligereza, agilidad,
gracia, colorismo. El resto de su producción no alcanza, en su conjunto,
la misma calidad. Cante hondo (1912) Ars Moriendi (1922), Phoenix (1936).
Otros autores: Fco. Villaespesa (1877-1936), Eduardo Marquina (1879-1946)...
Texto facilitado por:
Juan Antonio González Romano.