CITAS
Es probable que ningún cómico, salvo
Groucho, haya sido tan citado como Woody Allen. Graham McCann
- Soy lo suficientemente feo y lo suficientemente bajo como para
triunfar por mí mismo.
- ¡Qué equivocada estaba Emily Dickinson!. La esperanza no es esa
cosa con plumas. La cosa con plumas ha resultado ser mi sobrino. Tengo
que llevarle a un especialista en Zurich. (Sin plumas)
- El sexo entre dos personas es una cosa hermosa; entre cinco es fantástico...
- Sólo se vive una vez, pero una vez es más que suficiente si se
hace bien.
- Mis padres no solían pegarme; lo hicieron sólo una vez: empezaron en Febrero de 1940 y terminaron
en Mayo del 43.
- Hay dos tipos de personas: los buenos y los malos. Los buenos duermen bien, pero
los malos parece que se lo pasan mejor cuando están despiertos.
- Nietzsche dice que nosotros viviremos la misma vida nuevamente. Dios!, yo tendré que
ver de nuevo a mi agente de seguros.
- Puede el hombre conocer el universo?, Dios santo, no perderse en Chinatown ya es bastante
difícil.
- Trabajo de psiquiatra: actualmente estoy tratando a dos parejas de hermanos siameses
que sufren de doble personalidad. Me pagan ocho personas. (Zelig)
- El hombre consta de mente y cuerpo, pero el cuerpo es el único que se divierte.
(La última noche de Boris Grouchenko)
- El sexo es lo más divertido que he hecho sin sonreir. (Annie Hall)
- El dinero no lo es todo, pero es mejor que la salud. A fin de cuentas, no
se puede ir a la carnicería y decirle al carnicero: -Mira que moreno
estoy, y además no me resfrío nunca; y suponer que va a regalarte su mercancía
(A menos que el carnicero sea un idiota). (Sin plumas)
- Me gusta leer pornografía en Braile. (Bananas)
- Para tí soy ateo. Para Dios, soy la fiel oposición. (Recuerdos)
- Téngase presente también que para el amante la amada es siempre el más
bello objeto imaginable, si bien para un extraño resultará indistinguible
de cualquier variedad de salmónidos. (Sin plumas)
- Cuando escucho a Wagner durante más de media hora me entran unas
ganas de invadir Polonia. (Misterioso asesinato en Manhattan)
- Tú usas el sexo para expresar cualquier emoción menos amor. (Maridos y mujeres)
-
Métodos de desobedencia cívica:
- Huelga de Hambre: en ella los oprimidos renuncian al
alimento mientras no sean satisfechas sus exigencias. Los políticos
solapados acostumbran a ponerles bizcochos al alcance de la mano o
tal vez queso de cabra, pero hay que resistir. El problema que plantea
la huelga de hambre es que al cabo de unos ciertos días se puede estar
francamente hambriento, sobre todo cuando camiones con altavoces han
sido pagados para desfilar anunciando -Um... que pollo!-. Una variante
para aquellos cuyas convicciones políticas no sean tan radicales, es
dejar de comer cebollinos.
- Sentada: se efectúa el traslado al lugar previsto y se
procede a sentarse, pero hay que estar sentado todo el tiempo. De otro
modo, como se estaría es en cuclillas, postura que carece de significado
político.
- Manifestaciones: el aspecto clave de una manifestación es que
tiene que ser visible. Si una persona se manifiesta con carácter privado
en su domicilio no constituye técnicamente una manifestación, sino
meramente una acción estúpida o comportarse como un asno. (Sin plumas)
- Me divorcié de mi mujer porque me dejó por otra mujer. (Manhattan)
- No creo en una vida posterior, pero por si acaso me he cambiado de
ropa interior. (Sin plumas)
- La diferencia entre la muerte y el sexo es que la muerte es algo que puede hacer
uno solo y sin que nadie se ría después de tí.
- Yo no quiero casarme, sólo quiero divorciarme. (La última noche de
Boris Grouchenko)
- La CIA no se la juega, parte de sus hombres luchan con el presidente y otros luchan
contra él. (Bananas)
- Para el ejército me declararon inutilísimo. Si hubiera una guerra yo sólo
serviría de rehén. (Annie Hall)
- El león y la gacela yacerán juntos, pero la gacela no dormirá muy bien.
(Sin plumas)
- Acabo de conocer a un hombre maravilloso; es de ficción, pero no
se puede tener todo. (La rosa púrpura de El Cairo)
- En Beverly Hills no tiran la basura, la convierten en televisión. (Annie Hall)
- El dinero es mejor que la pobreza, aunque sólo sea por razones económicas.
- No es que tenga miedo a morirme, es tan solo que no quiero estar allí
cuando suceda. (Sin plumas)
- Una relación es como un tiburón; tiene que estar continuamente avanzando o se muere. Y me
parece que lo que aquí tenemos es un tiburón muerto. (Annie Hall)
- Nunca debes matar a un hombre, sobre todo si eso significa quitarle la vida. (La última noche de
Boris Grouchenko)
- Hoy vi un crepúsculo rojo y gualda y pensé ¡Qué insignificante soy!.
Naturalmente, también pensé eso ayer, y llovió. Me sentí asaltado por el odio hacia mí
mismo, y proyecté de nuevo suicidarme... esta vez aspirando hondo cerca de un vendedor de seguros.
(Sin plumas)
- Él era tan duro y romántico como la ciudad que amaba.
Tras sus gafas de montura negra se agazapaba el vibrante poder sexual de un jaguar.
Nueva York era su ciudad y siempre lo sería. (Manhattan)
- Lo asombroso de cuando uno está enamorado es que experimenta un
impulso de cantar. Hay que resistirlo a toda costa, y debe procurarse
también que el macho ardiente no recite las letras de las canciones. (Sin plumas)
- Yo intento hacer con las mujeres lo que Einsenhover ha estado haciendo al país.
(Annie Hall)
- Nunca he tenido un orgasmo no adecuado. El peor orgasmo que tuve fue
uno que me costó dinero. (Manhattan)
- La última vez que estuve dentro de una mujer fue cuando visité la
estatua de la Libertad. (Delitos y faltas)
- Se suicidó, era el mayor intelectual que he conocido, y dejó una nota que decía "salgo
por la ventana".
- El aspecto positivo de la muerte es que es una de las pocas cosas
que pueden efectuarse estando cómodamente tumbado. (Sin plumas)
- Nunca había sido capaz de enamorarme, no había encontrado a la mujer perfecta; siempre
había algo malo. Y entonces conocí a Doris, una mujer maravillosa, con una gran personalidad.
Pero por alguna razón, no me atraía sexualmente, no me preguntes por qué. Luego conocí a
Rita, un animal, indecente, problemática. Me encantaba irme a la cama con ella, pero después
siempre deseaba volver con Doris. Entonces, pensé, si pudiera poner el cerebro de Doris en el
cuerpo de Rita sería maravilloso. Y pensé, por qué no?. Así que preparé la operación y todo
fue perfectamente, cambié las personalidades e hice a Rita una mujer ardiente, dulce, sexy,
maravillosa, madura... Y me enamoré de Doris. (Recuerdos)
- El sexo sin amor es una experiencia vacía. Pero como experiencia
vacía es una de las mejores.
- Yo fui expulsado del colegio por copiar en el examen de metafísica; miré en el alma del muchacho
que se sentaba al lado de mí.
- Mi psicoanalista me advirtió que no saliera contigo, pero eras tan guapa que
cambié de psicoanalista. (Manhattan)
- No quiero alcanzar la inmortalidad mediante mi trabajo, sino
simplemente no muriendo.(La última noche de Boris Grouchenko)
- La mayoría del tiempo no me divierto mucho. El resto del tiempo no proporciono ninguna
diversión a los demás.
- Las mujeres más lindas resultan casi siempre las más aburridas, y
ese es el por qué de que ciertas personas no crean en Dios. (Sin plumas)
- Todos los hombres son mortales. Sócrates era mortal. Por lo tanto, todos los hombres
son Sócrates. Lo que significa que todos los hombres son homosexuales. (La última noche de
Boris Grouchenko)
- Un vendedor ambulante sigue su camino calle abajo vendiendo bollos calientes.
Le atacan unos perros y se sube a un árbol. Para su desgracia, hay más
perros en la copa del árbol. (Cómo acabar de una vez por todas con la cultura)
- Te quiero contar una historia tremenda acerca de la anticoncepción
oral: le dije a esa chica que si quería hacer el amor conmigo y me
dijo que no.
- Mi cerebro es mi segundo órgano favorito. (El dormilón)
- Si Dios me hiciera una señal, como abrirme una buena cuenta en un banco suizo. (
La última noche de Boris Grouchenko)
- Hay peores cosas en la vida que en la muerte. Si has pasado una tarde con un vendedor de
seguros sabes a lo que me refiero.
- Los estudiantes que logran la unidad no podrán luego salir por la puerta de clase.
- No creo en las relaciones extramatrimoniales. La gente debería aparearse
para siempre, como las palomas, o los católicos. (Manhattan)
- Hoy soy una estrella. ¿Qué seré mañana? ¿Un agujero negro?.
- ¡Señor, Señor! ¿Qué has estado haciendo tú últimamente?. (Sin plumas)
- No te metas con la masturbación. Es hacer el amor con alguien a quien yo quiero. - Audio
(Annie Hall)
- Yo sufría de incontinencia cuando era pequeño, y como solía dormir con una
manta eléctrica, estaba continuamente electrocutándome. (Bananas)
- ¿Es sucio el sexo?. Únicamente si se hace bien.
A continuación, algunos pasajes de actuaciones de Woody Allen en sus comienzos:
- Una vez, va y me secuestran. Estaba parado delante de la escuela
cuando de pronto llega un coche negro, bajan dos tipos y me preguntan
si quiero ir con ellos a un país donde todo son hadas y duendes y
podré tener todos los tebeos que quiera, y bombones de chocolate, y
golosinas, ya saben. Y yo les dije que sí. Entonces subí al coche con
ellos, porque pensé, qué diablos, este fin de semana tampoco tengo
nada que hacer.
Así que se me llevan y envían a mis padres una nota de rescate.
Pero resulta que mi padre tiene malos hábitos de lectura, y aquella
noche se acostó con la nota de rescate y se quedó dormido antes de
terminarla. Entretanto, me llevan a Nueva Jersey maniatado y
amordazado. Cuando mis padres comprenden por fin que estoy
secuestrado, pasan a la acción de inmediato: alquilan mi habitación.
La nota de rescate dice que mi padre debe dejar mil dólares dentro
de un árbol hueco en Nueva Jersey. Reunir los mil dólares no le costó
nada, pero al cargar el árbol hueco hasta Nueva Jersey se hernió.
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El FBI rodea la casa. "Soltad al chico -exigen-, dadnos las pistolas y
salid con las manos en alto."
Los secuestradores contestan: "Soltaremos al chico, pero dejad que
nos quedemos las pistolas y que subamos al coche."
El FBI dice: "Soltad al chico y subid al coche, pero dadnos las
pistolas."
Los secuestradores insisten: "Soltaremos al chico, pero dejadnos
quedar con las pistolas, no necesitamos el coche."
El FBI contesta: "Quedaos con el chico.. ." Esperen un momento,
creo que aquí he metido la pata.
El FBI decide utilizar gases lacrimógenos. Pero no tienen gases
lacrimógenos, de manera que varios de los agentes empiezan a
interpretar la escena de la muerte de Camille. Con los ojos arrasados
de lágrimas, mis secuestradores se rinden. Los condenan a quince
años de trabajos forzados, pero doce de ellos se fugan, unidos por
una larga cadena sujeta a los tobillos, haciéndose pasar por una
gigantesca pulsera de amuletos.
- Disculpen un momento, pero es que debo comprobar la hora.
Aquí son muy puntillosos respecto a la hora, y, por lo que oigo ahí
detrás, parece que el conjunto ya ha comenzado a preparar sus
instrumentos. » (Contempla el reloj y lo levanta en alto, como para
que lo vieran los 1.200 espectadores). «No sé si ustedes lo verán,
pero es un reloj muy elegante.» Se lo acerca a la cara y lo examina
con atención. «Tiene incrustaciones de mármol. Creo que me da un
aire italiano.» Una pausa. «Me lo dio mi abuelo en su lecho de
muerte. Y muy bien de precio.»
- Y ahora viene una historia que les parecerá increíble. Una vez
cacé un alce. Me fui de cacería a los bosques del estado de Nueva
York y cacé un alce. Así que lo aseguré sobre el parachoques de mi
automóvil y emprendí el regreso a casa por la carretera de West Side.
Pero lo que yo no sabía es que la bala no le había penetrado en la
cabeza; sólo le había rozado el cráneo y lo había dejado inconsciente.
Y justo cuando estaba cruzando el túnel de Holland, el alce se
despertó. Así que estaba conduciendo con un alce vivo en el
parachoques, y el alce hizo señal de girar. Y en el estado de Nueva
York hay una ley que prohíbe llevar un alce vivo en el parachoques
los martes, los jueves y los sábados. Me entró un miedo tremendo.
Y de pronto lo recordé: unos amigos míos celebraban una fiesta de
disfraces. Iré allí, me dije. Llevaré el alce. Me desprenderé de él
en la fiesta. Ya no será responsabilidad mía. Así que me dirigí a la
casa de la fiesta y llamé a la puerta. El alce estaba a mi lado.
Cuando el anfitrión abrió, lo saludé: "Hola, ya conoces a los Solomon.
" Entramos. El alce se incorporó a la fiesta. Le fue muy bien.
Ligó y todo. Un tipo se pasó una hora y media tratando de venderle
un seguro.
Dieron las doce de la noche, y empezaron a repartir los premios a
los mejores disfraces. El primer premio fue para los Berkowitz, un
matrimonio disfrazado de alce. El alce quedó segundo. ¡Eso le sentó
fatal! El alce y los Berkowitz cruzaron sus astas en la sala de
estar, y quedaron todos inconscientes. »Yo me dije: Ésta es la mía.
Me llevé el alce, lo até sobre el parachoques y salí pitando hacia el
bosque. Pero me había llevado a los Berkowitz. Así que estaba
conduciendo con una pareja de judíos en el parachoques. Y en el
estado de Nueva York hay una ley que, los martes, los jueves y muy
especialmente los sábados...
A la mañana siguiente, los Berkowitz despertaron en pleno bosque
disfrazados de alce. Al señor Berkowitz le dieron caza, lo disecaron
y lo colocaron como trofeo en el Club Atlético de Nueva York.
Pero les salió el tiro por la culata, porque es un club donde no se
admiten judíos.
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Groucho Marx