Esta es la historia de Natalia Sandoval, una joven de 17 años de edad e hija de Santiago Sandoval, un ingeniero viudo que tiene una importante firma constructora a la cual se dedica en cuerpo y alma, razón por la que descuida a Natalia y a la hermana mayor de ésta, Beatriz.
Debido a su conducta rebelde y voluntariosa, Natalia está internada en el Instituto Pedagógico Minerva, mismo que dirige Clemencia Castañón, una solterona cruel y ambiciosa que goza haciendo sufrir a las alumnas, escudándose tras una supuesta disciplina y prestigio académico.
Santiago se casa con Ruth Quintana, guapa mujer 20 años menor que él y a quien tiene pocos meses de conocer. La madre de Ruth es Doris, quien junto con Iván, déspota y vividor hermano de la muchacha, planean aprovecharse de la situación. Joel enamora a Beatriz, tratando de afianzar una buena posición económica. Doña Esther, la madre de Santiago, se opone a Ruth y su familia ya que los considera unos arribistas.
En el internado, Natalia convive con otras muchachas que forman un grupo de amigas: Carmen, Dafne, Lucinda y Mirtha. También encontramos a otras chicas, que son antagónicas del círculo al que pertence Natalia, ellas son Rebeca, Brenda y Citlalli.
Al Instituto llega un psicólogo: Enrique Gallardo, quien tiene experiencia trabajando con gente joven. Clemencia Castañón acepta forzada al muchacho ya que es recomendado por Alfonso Ruelas, padre de Carmen y socio de Santiago en su constructora. Clemencia queda inquieta, pues teme que el psicólogo descubra los malos manejos que ella y su sobrino Alejo hacen en la administración del internado.
Desde que se conocen, entre Natalia y Enrique se establece una mutua atracción que al principio se ve trastocada porque ella lo considera un miembro más del equipo de la intolerante señorita Castañón. Animadas por Enrique, Natalia y sus amigas forman un grupo de baile para participar en la competencia interescolar que se lleva a cabo año tras año en el país. Se establece una fuerte rivalidad entre Natalia y Rebeca por ser la capitana del equipo, puesto que finalmente ocupa Natalia.
A pesar de las circunstancias, surge un gran amor entre Enrique y Natalia, quienes enfrentarán prejuicios y malentendidos que urde Gisela Castillo, la frívola novia de Enrique, quien no acepta que él la deje por una jovencita rebelde. Por otro lado, a Natalia la corteja León, un muchacho de su edad que suspira por ella, aunque en el fondo es sólo un simpático conquistador.
A través del año escolar, Natalia y Enrique no sólo lograrán reafirmar su amor, sino que además gracias a la competencia intercolegial de baile, Natalia y sus amigas aprenderán lo valioso que es el espíritu de equipo y descubrirán el valor de la amistad.