Star Wars.
Episodio II. El ataque de los clones -----El deseo de atar todos los cabos es lo que más parece que le ha preocupado a George Lucas, después de que muchos de los seguidores de la serie galáctica se preguntaran como podía evolucionar ese Episodio I hasta aquella primera película, cuarta de la serie. Dos historias paralelas, la batalla frente a ese lado oscuro que comienza a surgir, y la relación romántica entre Amidala y Anakin. Consigue una buena mezcla entre las dos historias, para no acabar aburriendo ninguna de las dos, y mantenernos atentos, sin muchos bostezos, durante las más de dos horas de metraje de la película. Las batallas y los efectos están muy bien trabajados, una buena utilización de la imagen no se recrea en éstos para no dar a pensar al espectador si es un pegote o están bien conseguidos. El guión en varios momentos flojea, sobretodo los diálogos, pero es por ese deseo de Lucas de ir encauzando todo hacia la unión de las dos trilogías. Pero cuando se pone a pelear, cuando los aficionados más disfrutan, por ese deseo de violencia que después no haga tener mala consciencia, el director intenta lucirse, y los actores es cuando se ve que disfrutan más convirtiéndose en héroes de acción. De todas las peleas y enfrentamientos cabe destacar la persecución inicial, muy completa, y adrenalínica, y que se no habías entrado todavía en la película acaba por meterte en ella, y la pelea del Yoda, de la que no quiero comentar nada porque es para verla y disfrutarla, al menos en su primer visionado. La gran batalla que enfrenta a los dos bandos que se supone la mayor pelea de la película, y teóricamente la más grande, acaba siendo una mezcla de Gladiator y Black Hawk Derribado, que personalmente no consiguieron agradarme, y preferí aquellas más individuales, que las grandes batallas.
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