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-----Tras varios guiones Luis María se ha decidido a mostrar también su punto de vista de lo que escribe, algo que ya hizo Agustín Díaz Yanes. Pero no consigue realizar una ópera prima tan redonda como aquella. Y no es redonda, no por la historia que nos presenta, si no por como comienza esa historia, y como la acaba. Tanto el inicio como el final parece precipitado, especialmente la resolución del caso. La historia, en cambio, tiene fuerza, tiene ritmo y permite disfrutar de un buen thriller. La interpretación de Resines, acompañada por enormes personajes e interpretaciones secundarias, hace que el desarrollo de la historia vaya creciendo a medida que avanza la investigación. Una investigación de la que el espectador no conoce nada, y está siendo influenciado por el personaje protagonista, parte de la resolución de esta para conocer el final del caso al que se enfrenta la policía.

-----Este es uno de los problemas habituales de los thrillers, que en los últimos años más se ha incrmentado, seguramente a causa del éxito de El Sexto Sentido, se trata de engañar al público o intentarlo engañar, dar información segada de lo que sucede, y hacerlo dudar, pensar, y hacer cambiar constantemente de opinión de los personajes que protagonizan la cinta, y ésta no es una excepción, que es uno de los puntos débiles, ya que cada uno de los personajes que aparecen te hacen ver en el dos o tres personajes diferentes, el bueno y el malo, y si pueden, alguno más.

-----Atención con Esperanza Roy, que puede ser una dura competidora por el Goya a Actriz de Reparto que parecía cantado para la Florinda Chico de No somos nadie.

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