TESTIMONIO DE SU MADRE:
Diana Ardila Morales es mi hija; ella es autista, ese fue el diagnóstico que le dieron los médicos, cuando ella tenía 2 años y medio de edad. La vida ha transcurrido bastante dura, porque según los Médicos no ha habido una cura para este problema, pero Gracias a Dios, hoy puedo ver que hay algo muy grande para ella. Dianita ha estado en muchas instituciones, en realidad desde los dos años y medios, y prácticamente no ha habido ningún progreso. La niña no habla, tiene movimientos estereotipados, hay veces que coge algo en las manos y lo balancea, se entretiene mucho jugando con un hilo, se entretiene mucho rayando, le gusta mucho jugar con el agua, es muy risueña, vive muy contenta, vive en su mundo, que es el de un niño autista, completamente aislada, prácticamente ella pudiera estar el tiempo que sea jugando con un hilito, se acuesta y empieza a morder las cobijas, le saca los hilos a las cobijas y hace un hilito con la lana, y empieza a jugar con eso, son horas enteras en eso, en un momentico acaba con un cuaderno rayando y rayando, pero ella no hace ni una figurita, ni una bolita ni nada; raya con mucha hiperactividad, hasta rasga la hoja con la punta del esfero, de la fuerza con que lo afirma. Todo se lo come rápidamente, como sin sentir, hace las cosas sin ninguna consciencia. Se ha sacado callos en los dedos de las manos porque siempre está rozando la uña del dedo pulgar contra el dedo índice, son ambas manos al tiempo. Cuando tiene algo en las manos juega con él, y se nota la fuerza y la hiperactividad de la esquizofrenia que tienen sus dedos. Siempre está metida en su mundo, cuando no está con las cuerditas y los hilitos, toma una aptitud de nerviosismo con las manos, las mueve incesantemente, como entrelazando los dedos y mueve los labios como si estuviera hablando con sigo misma, pero ella no produce ningún sonido, son como estados de ansiedad, de desespero por no tener nada en la mano. Hace poco la saqué del Instituto donde estaba, no hallé ninguna mejoría allí, al contrario la niña se adelgazaba mucho, demasiado, y siempre permanecía muy nerviosa, en cuanto al período le venía cada 15 días cuando la tenía interna y cada 20 días era un descontrol terrible. A medida que va creciendo se va como estancando más, como metiéndose más en su mundo; mantiene como una pereza profunda: aveces no quiere ni levantarse de la cama, para asearla, bañarla, es una lucha tremenda, porque ella no se vale por sí misma, a mi me toca bañarla, vestirla, arreglarla porque ella no colabora en nada, no se da cuenta de las cosas, es completamente ensimismada, en realidad la niña está muy atrasada, hay veces que se rie en la calle sola sin ningún motivo, y siempre lo molesta a uno, porque las personas no entienden y llama mucho la atención por eso, la gente se ríe, se burlan de estos niños, y es una enfermedad muy dura para uno. Tiene una fuerza que aveces hasta me tumba, y es de mal genio, cuando la reprendo por algo, hay veces que de la rabia le tuerce el brazo a uno, como un estado de agresividad violenta. Tiene esos movimientos de mecerse hacia adelante y hacia atrás, y otras veces estando sentada se mece en círculo con gran fuerza, mantiene las manos a la altura de la cara siempre sentada como encorchada rozando los dedos sin parar. Ella no tiene nada de vocabulario, lloraba bastante cuando la llevaba al Instituto, sabe que si nos vestimos es porque vamos a salir, que si le da olor a la comida es porque vamos a comer, no se reconoce a sí mismo. Hay que hablarle incesantemente, y repetidas veces para que ella atienda una orden; su estado es muy profundo. A la niña a los dos años y medios se le vino diagnosticando "Autismo infantil precoz primario", antes de esa edad los médicos no daban con el diagnóstico de qué era lo que ella tenía, siempre fue un ir y venir de un sitio a otro, de una angustia, de una incertidumbre, hasta que por fin una Dra. que estuvo en EE.UU, al analizar a la niña dijo que tenía era autismo, antes los psicólogos decían que lo que ella tenía era un trauma emocional, entonces eso, en realidad me tenía a mí muy confundida, porque en realidad mi primera hija, y con tantos cuidados yo no me imaginaba, qué podría haber sido, que la niña de pronto era sorda, o si a causa de algún golpe, pero después pensando bien las cosas, yo si creo, que a la niña le hizo falta oxígeno al nacer porque no lloró, la verdad, nació muy moradita, pero los médicos nunca me dijeron nada, ni a mí nunca me han dicho nada, simplemente yo..., pienso que pudo haber sido falta de oxígeno en el momento de nacer. La Dra. Ana nos explicó en su consulta que pudo haber sido esta causa.
Diana Ardila Morales y su madre Nelly Morales Después del Tratamiento Segunda Fase Mayo de 1997. |
Diana Ardila Morales, Después del Tratamiento Segunda Fase Junio de 1997. |
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