LA MUSICA DE 2.001...
Una odisea del espacio significa en la filmografía de Stanley
Kubrick, su primer paso encaminado a controlar el apartado musical de sus
producciones. En sus anteriores películas la banda sonora estaba
realizada por músicos de categoría que habían creado
temas más o menos adecuados a las imágenes del film; es el
caso de Gerald Fried en sus primeras películas, de Alex North en
Spartacus (Espartaco, 1960) de Bob Harris y Nelson Riddle en Lolita (1962)
y de Laurie Johnson en Dr. Strangelove (¿Teléfono rojo? Volamos
hacia Moscú, 1963). En 2001 Kubrick inicia su peculiar selección
de temas musicales que luego se extendería a sus posteriores films,
como Clockwork Orange (La Naranja Mecánica, 1972), donde es ayudado
por Walter Carlos, Barry Lindon ( 1975) con adaptaciones clásicas
a cargo de Leonard Rosenman, y The Shining (El resplandor, 1980) de nuevo
con Walter Carlos (convertido ya en Wendy Carlos).
De todas las películas de Kubrick, "2.001: Una odisea
del espacio" es la única que cuenta con dos bandas sonoras
ya que es precisamente esta película la que marca el paso de la
música compuesta expresamente a la música anterior al film.
Las dos bandas sonoras son:
- La compuesta por Alex North, que permaneció escondida y olvidada
durante muchos años, hasta que en 1.993, de la batuta del gran compositor
Jerry Goldsmith, fué grabada los dias 29 y 30 de enero en los estudios
de Abbey Road en Londres, y cuyos datos puedes leer AQUI.
- La que figura finalmente en el film, cuya explicación sigue
a estas lineas.
2001: Una odisea del espacio es ya un clásico indiscutible,
la película definitiva sobre las atmósferas estelares, la
obra maestra (y como tal, punto de partida para una oleada de imitaciones)
de la ciencia-ficción espacial. Pero también lo es por su
peculiar banda sonora, oscilante entre dos polos opuestos que fusionados
no se repelen si no que consiguen el milagro de atraerse y envolver el
film como un celofán transparente. Esos bornes son, por un lado,
la música clásica en su sentido tradicional, y, por el otro,
la vanguardia innovadora, el progresismo musical. Es decir Johann Strauss,
Richard Strauss y Aram Kachaturian a la derecha, y Gÿorgy Ligeti a
la izquierda.
El técnico, el crítico o el espectador normal, podrían
estar más de acuerdo con la visión fantasmal o ultramoderna
de un mundo de astros y estrellas representada por la música de
Ligeti, ya que al fin y al cabo es una música muy adecuada para
insinuar esa sensación de vacío, ese temor a lo desconocido,
esa soledad del hombre. Por ello, resultó más chocante que
Kubrick optase por un vals vienés para arropar la suprema coreografía
de los astros bailando, mientras las naves flotan -danzan- a su alrededor.
Pero, como se ha comentado en más de una ocasión, ¿Qué
otra música podría haber resultado más eficaz para
representar la enorme danza estelar?
Las películas posteriores sobre los espacios interestelares optaron
por el tradicionalismo musical, con bandas sonoras sinfónicas salvo
muy pocas excepciones. La grabación refleja algunos de los temas
más representativos de esas películas que tienen como tema
común al hombre, en sus viajes y aventuras por esos espacios ya
cotidianos, pero que acontecen, eso sí, después del año
2001...
- Also Sprach Zarathustra (Así habló Zarathustra): Introducción
Autor: Richard Strauss. Interpretado por la Orquesta Filarmónica
de Berlín, conducida por Karl Böhm. La introducción
del poema sinfónico de Richard Strauss puede ser considerado como
el "leit-motiv" del film y casi de la obra Kubrickiana.
Como muy bien señalara el compositor de Opera alemán RICHARD WAGNER,
la música no debe ser un simple fondo musical acompañante
de la situación, sino que debe dar claves al espectador, debe más
bien identificar situaciones (esto está especialmente representado
en la Tetralogia Wagneriana "EL ANILLO DEL NIBELUNGO"
donde cada personaje tiene su tema propio). Sus compases lentos, majestuosos,
suenan en tres momentos claves de la película: al principio en la
presentación, en la que se ve en un mismo plano la Tierra, el Sol
y la Luna; cuando el hombre-mono, Moon-watcher, descubre la utilidad del
hueso como arma; y cuando, por último, Bowman se transforma en bebé-hombre
como símbolo de su nuevo poder, es decir, en los momentos en los
que el monolito ha dado las "instrucciones" para que el hombre
avance en su evolución. Al usar el nombre de Zarathustra, una de
las obras de Nietzsche, puede dar otra de las claves del film, con su teoría
del super-hombre.
- El Danubio Azul. Autor: Johann Strauss. Interpretado por la Orquesta
Filarmónica de Berlín conducida por Herbert Von Karajan.
Nunca hubiese podido imaginar Johann Strauss, cuando compuso su célebre
vals, que con el tiempo sus notas acompañarían las imágenes
de una película y formarían una simbiosis intelectual perfecta,
discutida en su momento, pero plenamente aceptada con los años.
El vals se escucha cuando una vez finalizada la secuencia de los monos
con el hueso de un fémur flotando en el aire, en una de las elipsis
más atrevidas de la historia del cine, éste se transforma
en la aeronave Orión que lleva al Dr. Heywood Floyd hacia la Estación
Espacial V. El brazo de un hombre flotando en la nave por la falta de gravidez,
el juego de luces en los paneles de mando, la Estación Espacial
dando vueltas alrededor de la Tierra a modo de ballet espacial; toda
la placidez que respira el vals de Strauss es estimulada por las imágenes
de "2.001", que en modo de documental nos muestra los avances
del hombre en su conquista por ir más allá de la Tierra.
Kubrick montó la secuencia en base a la música, y no al reves,
por lo que en esto se adelantó también a su tiempo, creado
el primer video-clip de la historia.
- Ballet Suite Gayaneh, adagio Autor: Aram Kachaturian. Interpretado
por la Orquesta Filarmónica de Leningrado conducida por Gennadi
Razhdestvensky. "Gayaneh" es un ballet con música de Kachaturian
que se estrenó en 1942. Aunque el fragmento más popular de
la suite es la Danza del Sable, su hermosísimo, melancólico
y triste adagio fue seleccionado por Kubrick para envolver musicalmente
las primeras escenas de la cinta titulada "Proyecto Júpiter",
imágenes de la "Discovery" en su deambular por el espacio,
dando esa especie de monotonía y aburrimiento que pueden tener las
misiones espaciales. La idea es magnífica, además, ya que
ese adagio es una canción de cuna, y dos niños pequeños,
necesitados de protección es la sensación que nos produce
mientras vemos a los dos astronautas en su soledad mientras suena la nana.
Esta idea fue retomada posteriormente por James Homer en la película
Aliens, en la escena de la hibemación de la protagonista.
- De György Ligeti, Kubrick elige tres piezas para otros tantos
momentos:
- Lux Aeterna, Interpretada por el Coro Norddeustcher Rundfunk conducido por Helmut Franz.
Sus fantasmales tonalidades otorgan una mayor carga de misterio a las escenas
sobre la Luna, cuando el Doctor Floyd y su expedición se dirigen hacia el
Cráter Tycho.
- El Requiem para soprano, mezzo-soprano, 2 coros mixtos y orquesta, interpretado
Orquesta de la Radio de Baviera conducida por Francis Travis. Se escucha como
"leit-motiv" cuando es descubierto el monolito, primero por los
hombres-mono al despertar y en el Cráter Tycho, cuando la expedición
del Doctor Floyd lo investiga, en una misma actitud de recelo y desconfianza.
- Atmospheres, Interpretada por la Südwestfunk Orchestra conducida por Ernest
Bour. Durante el viaje "más allá de las estrellas" del astronauta
Bowman, momento antológico de fascinantes imágenes que constituyen
una auténtica explosión de luz y color.
En estas piezas, la voz humana juega un papel importante con sus ecos distorsionados.