1) Entre noviembre de 1995 y noviembre de 1996 la cantidad de butacas instaladas en las salas de cine de Montevideo aumenta un 27%.-
2) En 1996 la cantidad de espectadores de cine de Montevideo aumenta un 3,8%.-
3) En el mismo plazo la cantidad de estrenos en Montevideo se redujo a 123 el mas bajo historicamente desde 1948 (en 1994 y 1995 hubo unos 160 estrenos y antes de 1993 alrededor de 200).
4) También durante el último año solo se estrenaron 13 filmes de distribuidores independiente, es decir, no pertenecientes a circuitos o cadenas internacionales o transnacionales de distribución
Para hacerlo más subrealista, en 1997 se anuncia la apertura de más salas en Punta Carretas, otras se recuperan y son reabiertas. Como si el pùblico estuviera volviendo masivamente a las salas, y en rigor algo de público está volviendo es cierto. Pero el porcentaje de aumento a fin de año no será muy superior al de 1996. Probablemente el número de estrenos mantenga las cifras miserables de hace un año.
¿Qué está pasando? Si el número de butacas disponibles aumenta casi diez veces más que la cantidad de espectadores alguien debiera estar haciendo un mal negocio. Si habiendo cada vez más butacas ofrecidas, el número de estrenos disminuye drásticamente, aquí habría otro absurdo. Y si con más salas y más butacas hay menos películas independientes en exhibición, la explicación se hace más confusa.
Quizás no haya que explicar nada: las cifras por sí mismas dan pistas sobre lo que ocurre. Las estadísticas frías ayudan a comprender (a veces) fenómenos complejos y en apariencia absurdos.