LANDISMO |
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El fenómeno conocido en la historia del cine español como landismo, se refiere
claro está a su protagonista, Alfredo Landa.
Este adjetivo denomina a una serie de títulos que hizo este excepcional actor durante un periodo de su extensa carrera y que dio nombre a toda una serie de títulos, claramente inferiores pero que vivían de sus mismas fuentes. Este quehacer común en la cinematografía popular de los años setenta acabó extendiéndose a toda una manera de hacer cine, y entender algo tan nuestro como es la comedia española, la comedia de situación, de enredo, heredera de las revistas de la época. Este periodo especialmente fructífero del cine español se puede delimitar entre el recrudecimiento de la censura producido a partir de 1969 y el estreno, a partir del 2 de enero de 1978, de las películas clasificas S. Como todo buen cinéfilo sabe con esta clasificación se abarcaba una serie de películas de contenido claramente erótico que según la publicidad de la época, podían "herir la sensibilidad del espectador". Si hemos de hablar de una película, que refleje con claridad la ruptura con el periodo anterior claramente sería No desearás al vecino del quinto (R. Fernández, 1971), que conseguiría uno de los éxitos de taquilla más impresionantes en el cine español y que rompe con la comedia tradicional española de los años cincuenta y sesenta, afincada en el humor de enredo pero blanco. La nueva comedia española que aquí nacía no bebería de las comedias americanas de las décadas procedentes, ni se basaría en el costumbrismo, sino que según nuestra opinión bajaría hasta las calles de la España de la época y reflejaría parodiándola la situación del español medio. Es la idea del vodevil, de la revista, y con el sexo como motor primordial. Algunos expertos consideran el Landismo como un motor de liberación parecido al que se realizaba en el cine de toda Europa. Desde nuestra aventajada posición de estudiosos del fenómeno, debemos discrepar. Las películas catalogadas como landismo se refieren más al chiste fácil, a la fanfarronada, a la machada del hombre de la calle. No constituyen un elemento politizante, sino únicamente lúdico, dando rienda suelta en forma de parodia a los anhelos del español medio de mediados de los setenta. Por ello creemos que el Landismo refleja aunque distorsionados los problemas de la España de la década de los setenta, sirvan de ejemplo algunas de las temáticas recurrentes: El choque entre la España rural y la España urbana e industrial, (El protagonista suele ser siempre un pobre pueblerino que se ve envuelto en los problemas de la ciudad, o que sueña con los placeres que las grandes urbes le ofrecen), la encrucijada entre la imperturbable fémina hispana, dulce, atenta y decente, aunque casi nunca guapa y la mujer surgida de Europa, más independiente y activa en todo, incluido el terreno sexual. Es un choque entre la tradición y la modernidad. El protagonista representará una tradición española recurrente desde los años cuarenta y muy acorde con el régimen, sin embargo mantiene el anhelo de lo nuevo, de lo provocativo , de lo liberal, normalmente reflejado en despampanantes extranjeras en ropa interior. Sin embargo siempre se mantiene presente la sombra de la novia de siempre, la tradicional mujer española, que aunque menos agraciada siempre consigue hacer que el hombre vuelva a su camino, después de los descarríos que ocasiona. El hombre casi nunca consigue su objetivo, su liberación, sino que normalmente es la fémina española la que gana y el hombre es el vapuleado, adoptando un postura sumisa. Este tipo de comedia estaría representado por Alfredo Landa, que significaría una representación física del hombre cotidiano de la España tardofranquista, pequeño y reprimido, abrumado por lo corsés. A este actor se le unirían más tarde actores como José Luis López Vázquez o José Sacristán, que dotarían a sus personajes de una profundidad psicológica mayor, y ahondaría en el dilema del hombre solo, abrumado por las mujeres dominantes. Aparecía aquí un nuevo debate para el español de a pie, la llegada de la democracia, la ruptura con la estabilidad que dejaba atrás y un periodo incierto que se avecinaba inquieto. Las mujeres dejaban su postura tradicional y se mostraban más liberadas, creando de paso una crisis de indentidad en el hombre. Es con la llegada de la democracia donde el landismo pierde su razón de ser, desaparece la idealización del español deprimido de ojos despiertos y viril, para dejar paso a un español más bucólico y abrumado. Este periodo final vería la desaparición en este tipo de cine de Alfredo Landa, dedicado ya a otros proyectos, mientras que las películas de la primera mitad de los setenta se vieron sustituidas por películas más burdas y que se pueden catalogar de subproductos. La implantación de películas de clase S hizo que se multiplicasen los temas eróticos y políticos en las películas de la época, pero esto no llamó la atención del público, pues ya no se reflejaba al español de la época, sólo era una aberración de las películas anteriores. El Landismo fue sustituido por un humor más disparatado pero deudor como el de Pajares o Esteso, que volvió a colocar a la comedia española en el papel que le correspondía.
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PELÍCULAS DESTACADAS:
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