Les escribo desde muy lejos y muy aprisa, de modo que no les voy a poder contar nuevas aventuras. Es una lástima porque están interesantes y Pepe el Caimán me ha presentado muchos amigos. Otra vez lo haré.
Ahora quisiera decirles que los quiero mucho y los recuerdo siempre, junto con mamá, aunque, a los más chiquitos casi los conozco por fotografía porque eran muy pequeñines cuando me fui. Pronto yo me voy a sacar una foto para que me conozcan como estoy ahora; un poco más viejo y feo. Esta carta va a llegar cuando Aliusha cumla seis años, así que servirá para felicitarla y desearle que los cumpla muy feliz: Aliusha, debes ser bastante estudiosa y ayudar a tu mamá en todo lo que puedas, acuérdate que eres la mayor.
Tu, Camilo, debes decir menos malas palabras que en la escuela no se puede decirlas y hay que acostumbrarse a usarlas donde se pueda. Celita, ayuda siempre a tu abuelita en las tareas de la casa y sigue siendo tan simpática como cuando nos despedimos ¿te acuerdas? A que no. Tatico, tu crece y házte hombre que después veremos que se hace. Si hay imperialismo todavía, salimos a pelearlo, si eso acabó, tu, Camilo y yo podemos irnos de vacaciones a la luna. Denle un beso de parte mía a los abuelos, a Miryam y su cría, a Estela y Carmita y reciban un beso del tamaño de un elefante, de Papá.
A Hildita, otro beso del tamaño de un elefante y díganle que le escribiré pronto, ahora, no me queda tiempo.
Papá.