Ciberadicción: ¿Una nueva ludopatía?



 Juan Alberto Estallo Martí
Institut Psiquiàtric. Dpto. de Psicología
14 de Enero del 2000

Índice

  • Introducción.
  • Consideraciones.
  • El concepto de adicción a Internet.
  • Criterios de Diagnóstico.
  • El Tratamiento.
  • Investigaciones fundamentales.
  • El trabajo de la Dra. Kimberly S. Youg.
  • El trabajo de Viktor Brenner.
  • Instituto Federal Suizo de Tecnología. Internet: conducta y adicción.
  • Correlatos fisiológicos.
  • Conclusiones acerca de la conducta adictiva en Internet.
  • Relaciones a través del e-mail.
  • Factores implicados en las relaciones sociales mediante e-mail.
  • Noviazgos ciberespaciales.

  • Introducción.

    "Voy a matarme", decía un adolescente de 17 años - Zachary Loafman-, cuya adicción le absorbió de su familia y amigos, obligándole a mentir y enviándole finalmente al hospital a causa de una depresión.

    Su adicción no era debida al alcohol ni a las drogas, sólo a Internet.
    En los últimos meses se ha convertido en noticia el posible síndrome de dependencia de Internet. El número de páginas dedicadas a este tema en la WWW va progresivamente en aumento (afortunadamente algunas hacen gala de cierto buen humor) y el tema ha trascendido ya a los medios de comunicación.
    La base teórica con que cuentan los defensores de entidades como el IAD (Internet Addiction Disorder) son algunos estudios -descriptivos- acerca de los patrones de uso de Internet, de los que quizá resulte aventurado deducir que el uso masivo de los recursos on-line sea preocupante, y muy lejos de los 30 millones de afectados con los que especula el periodista Hughes Henry.
    Datos algo menos dramáticos ofrece la Dra. Kimberly S. Young, cifrando en unos 400.000 el número de norteamericanos afectados por el IAD (de una población de unos 20.000.000 de americanos conectados).
    A estos trabajos debemos añadir numerosos escritos periodísticos que a partir de algunas declaraciones de los autores y espectaculares testimonios establecen sin ningún genero de dudas la existencia de carácter "cuasi" epidémico de dicho síndrome.

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    Consideraciones.

    Es evidente que cuando un usuario convencional deja lista su conexión y puede empezar a navegar por la Red se siente fascinado, utiliza al máximo su correo electrónico (listas de distribución, amistades, etc.) y trata de adentrarse en los demás servicios que suelen ofertarse (News, FTP, Gopher, etc.). Todo ello supone que los tiempos de conexión se vayan disparando progresivamente. Ahora bien, ¿durante cuanto tiempo? ¿Hasta donde?. Es conocido por todos el fenómeno que se produce ante la adquisición de un sistema de videojuegos, apareciendo una curva de utilización caracterizada por elevadas frecuencias de uso en las primeras 3-5 semanas, curva que progresivamente va descendiendo hasta situarse de modo estable en valores que constituyen una fracción de los iniciales.
    Cabe, pues, plantearse si la eclosión de Internet en nuestro país desde finales de 1996 no está produciendo un fenómeno similar al acaecido con los videojuegos a principios de los 90.
    Se empieza a considerar como puede existir un núcleo común a todos los elementos psicopatológicos ligados con la informática, que es el uso abusivo de los ordenadores, considerándose las diferentes manifestaciones como formas clínicas diferentes de un único trastorno.
    Se compara la adicción a Internet con el juego patológico, la adicción al tabaco, el alcoholismo o las compras compulsivas. Al igual que ocurrió con los videojuegos el paralelismo con el conjunto de las toxicomanías es tentador, sin embargo, ya de una manera superficial sólo es posible establecerlo con el juego patológico ya que no debemos olvidar como en este caso tampoco existe una sustancia responsable de la conducta adictiva.
    Tampoco debemos olvidar como los principales objetivos de búsqueda en Internet son los lugares relacionados con el sexo. La búsqueda de estas páginas y su posterior utilización suele consumir una gran parte del tiempo de un buen número de usuarios, por lo que sin ningún genero de dudas deberíamos considerar este tiempo con relación a su objetivo último y no juzgarlo con el mismo criterio que el dedicado a la navegación "per se".
    En general debemos huir de las consideraciones basadas en el caso único, si bien este es el tipo de material que suele aparecer en las publicaciones, tanto escritas como de Internet.
    Algunas personas presentan verdaderos problemas derivados de su afición a los ordenadores y al ciberespacio. Cuando se es despedido del trabajo, se abandonan los estudios o una persona se encuentra inmersa en una demanda de separación a causa de esta actividad se puede sospechar la existencia de una adicción.
    No obstante las "adicciones" en sentido amplio pueden ser saludables, patológicas o una mezcla de ambas. De este modo una persona que se sienta fascinada por su hobby y en el que invierte cantidades ingentes de tiempo tiene la posibilidad de aprender, fomentar la creatividad y comunicarse. La dificultad se sitúa en el punto en que debe trazarse la línea entre un uso intenso de la tecnología y la aparición de las consecuencias derivadas directamente de la actividad. Pensemos, a modo de ejemplo, en aquellos casos en que una deficitaria relación de pareja se ve parcialmente compensada por la comunicación con otras personas mediante el IRC.
    Tampoco debemos olvidar como hasta hoy no existe de modo oficial este trastorno, puesto que el conjunto de síntomas que se describen todavía no ha demostrado ni consistencia ni fiabilidad.
    Según el catedrático Enrique Echeburúa la adicción llega cuando esa afición "interfiere en tu vida cotidiana o no se busca esa conducta para pasarlo bien, sino para no pasarlo mal". En términos muy similares se expresa el psiquiatra Francisco Alonso-Fernandez que señala como los problemas aparecen cuando "existe una absoluta necesidad de desarrollar esa actividad y se experimenta ansiedad si no se lleva a cabo".
     

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    El concepto de adicción a Internet.
    John Suler señala la existencia de dos modelos básicos de la hipotética adicción a Internet. El primero de ellos hace referencia a aquellos sujetos muy aficionados e interesados por sus ordenadores que utilizan la Red para recoger información, jugar en solitario, obtener nuevos programas, etc. pero sin establecer ningún tipo de contacto interpersonal (mas que el necesario para lograr sus propósitos).
    El segundo tipo lo constituiría aquellos sujetos que frecuentan los Chats, MOODS y listas de correo. Todos ellos tienen en común la búsqueda de estimulación social. Las necesidades de filiación, ser reconocido, poderoso o amado subyacen a este tipo de utilización de la Red. En oposición a ellos, los sujetos del primer grupo evitan el "caos" interpersonal que puede cualquier canal de IRC. Para ellos la necesidad de control y la predictibilidad son elementos esenciales.
    Cuando el uso de Internet interfiera de un modo significativo las actividades habituales es cuando podrá ser considerado patológico. Sin embargo la interferencia sobre los hábitos de vida no es un criterio estable ya que varía tremendamente de unos sujetos a otros, variando en función de las disponibilidades de tiempo, dinero y de numerosas circunstancias tanto personales como familiares.
    Mark Griffiths (Psicólogo, Universidad de Plymouth) considera que las nuevas tecnologías son en sí adictivas, presentando patrones comportamentales similares a los del juego patológico o la bulimia. No obstante debemos considerar las actitudes de este autor sobre las nuevas tecnologías desde la perspectiva del familiar de un jugador patológico de maquinas recreativas, que ha publicado algunos trabajos condenando el juego con videojuegos con argumentos de escasa entidad.

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    Criterios de Diagnóstico.

    Pese a este escaso y anecdótico bagaje clínico son numerosas las voces que proponen la inclusión de este supuesto trastorno en los manuales de clasificación (DSM-IV, ICD-10), aventurando borradores de criterios diagnósticos:
    1 Tolerancia (definida por los siguientes criterios).

    1.1 Necesidad de incrementar las cantidades de tiempo conectado a Internet para lograr la satisfacción.
    1.2 Disminución del efecto con el uso continuado de similares tiempos de conexión.

    2 Abstinencia, manifestada por las siguientes características:

    2.1 Síndrome de abstinencia.

    2.1.1 Cesación o reducción del tiempo de conexión (cuando se han dado períodos de tiempo prolongados de uso intenso).
    2.1.2 Dos o más de los siguientes síntomas aparecen después de unos días y hasta un mes de haberse producido el punto anterior.

    2.1.2.1 Agitación psicomotriz.
    2.1.2.2 Ansiedad.
    2.1.2.3 Pensamientos recurrentes (obsesivoides) acerca de lo que estará ocurriendo en Internet.
    2.1.2.4 Fantasías o sueños acerca de Internet.
    2.1.2.5 Movimientos voluntarios o involuntarios similares a los que se efectúan sobre un teclado.

    2.1.3 Los anteriores síntomas producen malestar o deterioran las áreas social, ocupacional o cualquier otra área vital.
    2.1.4 El uso de Internet o de otro servicio on-line es preciso para aliviar o suprimir los síntomas abstinenciales.

    2.2 Se accede a Internet mas a menudo o durante períodos de tiempo mas prolongados de los que se había planeado.

    3. Existen propósitos persistentes e infructuosos de suprimir o controlar el acceso a la Red.
    4. Se invierte una cantidad de tiempo notable en actividades relacionadas con Internet (adquisición de libros, pruebas de nuevos browsers, organización del material descargado, etc.).
    5. Las actividades sociales, profesionales o de recreo disminuyen o desaparecen a causa del uso de Internet.
    6. Se permanece conectado a pesar de saber que ello supone un problema persistente y recurrente de tipo físico, social, laboral o psicológico (privación de sueño, conflictos matrimoniales, negligencia laboral, sentimientos de abandonar a los seres queridos...).

    Sarah Lawrence editora de la revista educativa "Taken Children Seriously" afirma que navegar en la Red no se caracteriza por la repetición irracional de una conducta destructiva, como es el caso de las verdaderas adicciones. Señala como la valoración del tiempo de conexión puede ser una variable engañosa (estudiada desde un punto de vista únicamente cuantitativo).
    Consideremos como la cruzada del propio Ivan Goldberg o la de Kimberly Young requieren elevados tiempos de conexión a Internet, así como muchas horas dedicadas a actividades relacionadas con la red, siendo estos aspectos criterios de diagnóstico del IAD. ¿Sería legítimo considerarlos a ellos como adictos?
    Hasta la fecha no existe un perfil bien definido del usuario adicto a Internet, en general se trata de sujetos jóvenes, preferentemente varones, con un elevado nivel educativo y hábiles en el uso de la tecnología. Se especula con la existencia de un subgrupo de usuarios caracterizado por la timidez, que encuentra en el ciberespacio la posibilidad de liberarse de la ansiedad producida por las relaciones sociales cara a cara, ganando en autoconfianza, dado el relativo anonimato que Internet proporciona.
     

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    El Tratamiento.
    El primer paso es reconocer que se está "enganchado" y estar verdaderamente motivado para dejar el hábito.
    Podemos cuestionarnos si lo que se pretende es una abstinencia completa o bien un uso adaptativo de los servicios de Internet.
    Algunos signos de alerta son; la comprobación compulsiva del correo electrónico y la inversión de mucho tiempo y dinero en servicios On Line.
    Ivan Goldberg insiste en que el tratamiento deberá adaptarse a las circunstancias personales de cada caso, estableciéndose un tiempo de conexión limite (P. Ej. 60 minutos) desconectándose rápidamente una vez transcurrido este período de tiempo. Paralelamente deberá atenderse a las razones subyacentes al abuso de la conexión. Es sabido que mucha gente pasa un tiempo exagerado frente a su ordenador para evitar pensar en aquellas circunstancias que les agobian.
    Internet también ofrece grandes facilidades para la comunicación, que pueden captar los escasos recursos de aquellas personas menos dotadas para esta actividad. Resulta llamativo el gran número de personas que colocan sus anuncios pidiendo establecer relación vía e-mail con cualquier persona. ¿No ocultarán estos anuncios importantes dificultades para relacionarse en la vida real?, ¿No podrá tratarse de personas con autoconceptos devaluados, que pueden empezar de nuevo en el ciberespacio?
    La mayor parte de personas que buscan ayuda por su elevado uso de los recursos de la red lo hacen por indicación de sus jefes (recordemos que el derecho al anonimato no incluye las comunicaciones cuando se realizan desde el puesto de trabajo, por ello es posible monitorizar el tiempo de conexión y la naturaleza de los lugares visitados).
    Las personas que podemos sospechar que tienen problemas con Internet no se conforman con revisar si tienen correo electrónico una o dos veces al día, o bien navegar durante una o dos horas como hacen la mayor parte de usuarios. Se conectan cada vez que pasan cerca de su ordenador, revisan su e-mail 20-30 veces al día y pueden permanecer conectados a la Red durante mas de ocho horas al día.
    Cabe destacar como la mayor parte de los recursos acerca del IAD residen -irónicamente- en la propia Red.
    El mejor tratamiento debería ser la prevención de este tipo de problemas. En los grandes sistemas corporativos o universitarios no resulta difícil establecer mecanismos del tiempo de conexión de los diferentes usuarios, por lo que consideramos factible el realizar intervenciones precoces ante aquellos usuarios que realizan las conexiones más largas y frecuentes. No obstante deberá establecerse claramente en que condiciones se produce la conexión y las necesidades reales del usuario, por lo que recomendamos una actitud de exquisita prudencia.
    En el medio personal y familiar debe confiarse en la propia sensatez de los usuarios, sin embargo pueden ser de ayuda los programas que monitorizan la conexión y que permiten programar alarmas cada cierto tiempo. También resultaría de gran interés un programa que se dedicara a controlar la duración de las sesiones, informando periódicamente al usuario y que, eventualmente, pudiera incluso interrumpir la conexión.
    Los sujetos más proclives a sufrir problemas de este tipo son, una vez más, aquellos que ya presentan déficits específicos en sus habilidades de relación y comunicación. Por este motivo no debemos perder de vista el hecho de que muchos hipotéticos adictos no lo son más que de forma sintomática ya que su conducta en la Red rápidamente se normalizaría en el caso de mejorar las dificultades que parece estar soslayando el ciberespacio. De este modo los adictos al IRC o al e-mail, pueden mejorar súbitamente en el momento en que sus necesidades de comunicación en la vida real aumenten o bien cedan las circunstancias que las restringen.
    Los problemas con Internet aparecerán en el momento en el que sus usuarios deben sacrificar actividades rutinarias (estudios, relaciones sociales, actividades laborales) para permanecer conectados o bien robar horas al sueño. A partir de ahí sus calificaciones escolares o rendimiento laboral disminuyen, muchas veces están demasiado cansados para acudir a sus obligaciones diurnas o bien para realizar sus deberes después de haber invertido parte de la noche en la Red.
    Algunos sujetos no se conforman con reducir el número de horas de sueño o de actividades, sino que llegan a eliminar comidas.

    "Stella Yu, una Universitaria de Carson, California, invertía todo el tiempo que le dejaban libres sus estudios y su trabajo a tiempo parcial en Internet. Se levantaba a las 5:00 AM para conectarse antes de acudir a clase, posteriormente entre sus clases y por la noche, después del trabajo hasta la 1:00 AM. Reconocía hacer siempre promesas por abandonar esta costumbre, sin poderlo conseguir."

    "Linda Tipton, de la Universidad de Maryland describe el caso de estudiantes que utilizaban más de una cuenta para burlar el límite de 40 horas semanales de conexión por estudiante."

    Existen dos factores que justifican el hecho de que los adictos no puedan permanecer sin conectarse; el entretenimiento y la comunicación.
    Internet ofrece una inagotable fuente de entretenimiento, ya sea en el sentido más estricto del término, o bien satisfaciendo la curiosidad de sus usuarios. Sin embargo ello no es suficiente para mantener conectada a una persona durante prolongados períodos de tiempo. La mayor parte reconoce como escribiendo o tecleando se expresan mucho mejor que con la comunicación persona a persona, a ello hay que añadir la ventaja de poder crear un personaje a la propia medida y convertirse en el Yo ideal de uno mismo.

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    Investigaciones fundamentales.

    El trabajo de la Dra. Kimberly S. Youg.
    Uno de los trabajos mas renombrados es el de la Dra. Kimberly S. Young (Universidad de Pittsburgh -Bradford-). Su estudio quizá sea el de mayor extensión y se compone de un cuestionario cuya impresión ocupa la nada despreciable cantidad de 33 páginas. Sin embargo por el momento no es fácil encontrar datos acerca de la explotación de este enorme cuestionario.
     Este trabajo se estructura en las siguientes partes:

    K.S.Young considera que una persona presenta el IAD si responde modo afirmativo a cuatro o más de los siguientes ítems.

    Entre los signos de alerta respecto a posibles problemas con el uso de la Red menciona:

    La Dra. K.S. Young se ha limitado a publicar, por el momento, un artículo en el que presenta el caso de una mujer de 43 años, sin antecedentes de trastorno adictivo, que "demuestra" como las personas no orientadas a la tecnología pueden presentar problemas con Internet. Se espera que presente sus resultados en el verano de 1997 en el Congreso de la APA (American Psychological Association).
    Ha fundado el Centro para el "Tratamiento de la Adicción On Line" (Center for Online Addiction) en la WWW.
    El resto de referencias a este trabajo no son mas que declaraciones de la autora sobre el potencial peligro de "la Red". ("Es una enfermedad más real que el alcoholismo").

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    El trabajo de Viktor Brenner. Marquette University Counseling Center and SUNY-Buffalo. Milwaukee, WI.

    Como primer paso a la definición y aceptación de la adicción a Internet se plantea el conocer los hábitos de utilización de la Red. Considerando que se ha hablado mucho sobre este concepto en los medios de comunicación, si bien la investigación es muy escasa.
    Son muy numerosas las historias relativas a "vampiros" que duermen durante el día y navegan durante toda la noche en Internet. Los responsables de estudiantes universitarios comparten preocupaciones acerca de estudiantes que pasan largas horas en las salas de ordenadores, si bien muy pocas veces se tiene conocimiento directo de algún caso.
    También debemos considerar el espectacular vuelco que ha dado Internet en los últimos años. El perfil del adicto a los ordenadores ha cambiado radicalmente. Ya no es necesario ser un enamorado de la programación o un genio del hardware. En su lugar Internet actúa como una lupa que permite introducir en la informática a un amplio abanico de sujetos, virtualmente todo existe en Internet. Es por ello que el rango de personas que usan (o abusan) de los ordenadores e Internet es más amplio que nunca.
    El cuestionario que se diseñó para realizar el estudio se denominó IRABC (Internet-Related Addictive Checklist).
    Empieza con una serie de preguntas orientadas a obtener datos de filiación y demográficos (edad, sexo, educación, antigüedad en Internet y tipo de conexión). El cuestionario de conductas adictivas constaba de 32 cuestiones derivadas del abuso de sustancias, tal y como el DSM-IV lo define, adaptadas al uso de Internet. La mayor parte de estas preguntas se orientaron hacia las dificultades en organizar el tiempo adecuadamente.
    Se incluyeron también dos tipos adicionales de preguntas; tres estaban orientadas hacia el freeware, intentos gubernamentales por controlar la Red y recursos para adultos. Cuatro ítems mas estaban orientados a controlar la posibilidad de respuestas al azar (escala de infrecuencia de Jackson, 1974).

    Resultados
    En los primeros 30 días en que la encuesta estuvo disponible se registraron 408 accesos desde 25 países, que supusieron 185 encuestas válidas.
    El usuario tipo es un varón de una edad media de 32 años (± 10,5) y con una escolarización de unos 15 años (licenciados o estudiantes de últimos cursos). El 70% de los usuarios son solteros o divorciados, que invierten un promedio de 21 horas semanales (± 14), si bien un 17% de la muestra reconoció invertir mas de 40 horas semanales.
    La antigüedad media en la Red fue de unos 24 meses (± 22) conectándose desde proveedores comerciales u organizaciones de carácter educativo (universidades, escuelas).
     

    Servicio de Internet Hrs/Semana
    e-mail  3,7 hrs (±3,7)
    Usenet News  2,6 hrs (±3,4)
    WWW  8,5 hrs (±4,9)
    IRC  1,5 hrs (±3,3)

    Los sujetos obtuvieron una media de 12 puntos de 32 posibles en la escala de adicción a Internet (± 5,83), oscilando en un rango de puntuaciones de 0 a 30 puntos. La distribución de las puntuaciones tuvo una representación bimodal, diferenciando claramente entre dos grupos de usuarios.
     El autor nos advierte sobre el hecho de que la mayor parte de sujetos de la muestra son usuarios de la WWW, lo que contrasta con la experiencia clínica que indica que los sujetos que mayores problemas tienen con la red son aquellos que se decantan por recursos eminentemente interactivos y sociales (el ejemplo paradigmático es el IRC).
    Casi la mitad de los encuestados reconocieron que su trabajo se había resentido con el uso de la Red, si bien menos de un 10% informó acerca de haber sido reprendido por sus jefes debido a esta actividad. Ello probablemente supone que el uso se realiza durante el tiempo libre.
    Otro hecho sorprendente es que alrededor del 40% de encuestados reconocieron haber conocido personalmente a personas que primero habían conocido en Internet, sin embargo muy pocos de ellos tuvieron encuentros que se pudieran considerar de alto riesgo (parejas sexuales), de hecho la mayor parte de encuentros lo fueron entre colegas o estudiantes.
    Los resultados de la encuesta, en especial su distribución bimodal, ponen en evidencia la existencia de un subgrupo de usuarios que han sufrido variaciones substanciales en sus hábitos de vida atribuibles al uso de la Red. No obstante, de ahí a proclamar la existencia de un trastorno adictivo queda un largo camino por recorrer.
    Todavía debe dilucidarse cual es el componente de Internet relacionado con la conducta abusiva de la Red; el componente social o la vertiente técnica.
     Ivan Goldberg prefiere sustituir el término de adicción a Internet por el de Uso patológico de Ordenadores, estableciendo los siguientes criterios de diagnóstico:

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    Instituto Federal Suizo de Tecnología. Internet: conducta y adicción.
    Este trabajo se basa en un cuestionario redactado en Inglés y Alemán que incluyó cuestiones relativas a las siguientes áreas: Area social, patrones de la Red, sentimientos acerca de la Red, experiencias en el uso de la Red y cuestiones generales y/o de filiación.
    El cuestionario se distribuyó a través de la WWW a sabiendas de que no todos los usuarios tienen necesariamente acceso a este servicio. De este modo se tuvo conocimiento de la existencia de sujetos que únicamente usan la red para jugar MUDs o que sólo tienen acceso al e-mail.
    La recogida de datos se realizó a lo largo de un período de 6 semanas, obteniéndose 454 cuestionarios válidos.
    Este trabajo cuenta con la novedad de haber dividido la muestra en dos grandes grupos. Se incluyó un ítem en el que se pedía a los sujetos si se consideraban o no adictos o dependientes, realizándose posteriormente las comparaciones entre grupos sobre la base de esta pregunta. Además se creó un tercer grupo integrado por aquellos sujetos que optaron por la opción "no sé" a esta pregunta.
    Evidentemente esta característica constituye tanto el punto innovador de este trabajo frente a los demás como el principal punto débil ya que no se puede considerar como criterio suficiente y objetivo el de la propia percepción de los sujetos. Es sabido como los jugadores de videojuegos tienden a sobrestimar el tiempo que pasan ocupados en esta actividad. Es posible que algo similar ocurra con los sujetos mas interesados en Internet, a la vez que podemos suponer que los sujetos cuya actividad resulte extremadamente intensa puedan minimizar su valoración. Pese a ello se consideró que el 10.6% de sujetos que formaron la muestra se adscribía a este grupo.

    Las comparaciones se realizaron basándose en tres grupos:

    Se obtuvieron diferencias significativas en los siguientes aspectos:

    No se registraron diferencias significativas en las siguientes variables:

    A la vista de estos resultados los autores se inclinan a considerar la existencia de una conducta de características adictivas derivada del uso intenso de Internet, sin embargo también recalcan como las diferencias entre los ítems que hacen referencia a los criterios de diagnóstico de un trastorno de estas características no presentan las diferencias tan intensas que se encontrarían en las respuestas a esos mismos ítems en sujetos afectos de cualquier otra adicción.

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    Correlatos fisiológicos.
    Lynne Roberts describió algunos de los correlatos fisiológicos relacionados con el uso intensivo de Internet, aunque no iguala necesariamente estas reacciones con la adicción en su sentido patológico.

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    Conclusiones acerca de la conducta adictiva en Internet.
    Parece razonable aceptar que existe un grupo de sujetos cuya conducta con relación a la Red es cuando menos preocupante por el uso excesivo que de ella hacen. No obstante esta circunstancia por si sola no puede considerarse como un elemento suficiente para proclamar la existencia de entidades nosológicas como el IAD. Recordemos como la dependencia del juego era históricamente conocida mucho antes de que los organismos oficiales aceptaran su inclusión en los manuales de diagnóstico.
    Antes de dar este paso deberemos investigar si esta conducta en relación con la Red no puede considerarse como sintomática de la existencia de otras dificultades. No es extraño pensar que los sujetos que invierten ingentes cantidades de tiempo en el IRC pueden tener dificultades de cierta consideración para la comunicación personal. Recordemos como en parte este aspecto se demostró a partir de los abusos que algunos sujetos cometieron en las party-lines, quienes ofrecieron patéticos testimonios centrados en la soledad, el aislamiento, etc....
    También debe considerarse la posibilidad de que este fenómeno sufra una evolución natural de modo similar a como lo hizo el juego con videojuegos. Recordemos como Internet se encuentra en plena eclosión por lo que un gran número de usuarios todavía pueden considerarse como novatos, evidentemente deslumbrados por las posibilidades que se les ofrecen.
    También encontramos un gran vacío respecto a los estudios de naturaleza clínica, que nos podrían aportar información vital para la comprensión de este fenómeno; en su lugar obtenemos infinidad de testimonios periodísticos cuyo dramatismo nos hace dudar de su completa objetividad. Recordemos como no hace mucho tiempo ocurría un caso similar con el videojuego, nunca se publicaron estudios con población clínica, con toda certeza hoy podemos asegurar que si no se realizaron fue por que esta población no existía, del mismo modo que no es posible -por hoy- hablar en términos estrictos de adicción a Internet.
    Mucho más viable es la posibilidad, que algunos autores mencionan, acerca de la existencia de un trastorno de características difusas caracterizado por el uso abusivo de la alta tecnología. Quien no conoce a sujetos que realizan casi toda su actividad con un ordenador, que viven rodeados de dispositivos electrónicos, para quienes el teléfono móvil y el correo electrónico forman parte de su identidad y que igualan el ocio al uso de videojuegos, canales digitales de TV, que apuestan a través de Internet, etc…

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    Relaciones a través del e-mail.
    El correo electrónico probablemente sea el medio de comunicación de mayor impacto después del teléfono. En muchos aspectos es similar al correo convencional, excepto en los aspectos más molestos (redactar sobres, poner sellos y desplazarse hasta un buzón u oficina de Correos). Además la comunicación es prácticamente inmediata independientemente de donde se encuentre el destinatario.

    Desde el punto de vista de las relaciones personales es frecuente que el e-mail se convierta en un elemento de consolidación de estas relaciones, que habitualmente surgen en los Chats, MOOs y MUDs. Frente a ellos el correo se convierte en un elemento más fiable, privado y sobre todo menos caótico.

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    Factores implicados en las relaciones sociales mediante e-mail.

    Existen una serie de hipótesis planteadas por John Suler (Rider University) con relación a la comunicación mediante el e-mail.

    1. Habilidades de escritura.

    1.1. La efectividad de la comunicación dependerá de sus recursos para la expresión escrita.
    1.2. El estilo personal incidirá en la cualidad de la relación.
    1.3. Las diferencias entre los sujetos en cuanto a sus habilidades de escritura afectarán a la relación.
    1.4. Las habilidades de escritura experimentan variaciones secundarias a la evolución de la relación.

    2. Estructura de los mensajes.

    2.1. Uso de frases introductorias, longitud de los mensajes, espaciado de los párrafos, firma, uso de mayúsculas, etc.
    2.2. La estructura del mensaje reflejará elementos de la personalidad y estilo del remitente.
    2.3. La estructura de los mensajes se modificará en la medida que lo haga la relación.

    3. Desarrollo histórico.

    3.1. Los mensajes evolucionarán en el tiempo del mismo modo en que una relación cara a cara presenta grandes diferencias entre los primeros encuentros y los mas recientes.
    3.2. ¿Cómo se conoce la gente en la Red?. Contenido y características de los mensajes iniciales.
    3.3. ¿De qué modo se elige entre innumerables relaciones potenciales? ¿Que factores influyen en establecer determinadas comunicaciones y cual es su reflejo en los mensajes iniciales?
    3.4. ¿Cómo se expresa la intimidad en los mensajes? ¿De qué modo empieza a fluir la información personal?
    3.5. El paso del ciberespacio a la vida real (cara a cara, teléfono, etc.) y su negociación previa.
    3.6. En caso de que uno de los sujetos se niegue a un encuentro en la vida real, ¿Cómo afecta ello a la relación virtual?
    3.7. ¿Cómo terminan la mayor parte de relaciones a través del e-mail?

    4. El "subject".

    4.1. El "subject" constituye una miniatura de lo que será el contenido del mensaje. Resulta más importante en la medida que el destinatario recibe numerosos mensajes.
    4.2. Habitualmente sintetiza el mensaje, expresa la idea principal, da una respuesta, bromea o contradice al propio mensaje.
    4.3. El contenido de las líneas de "subject" puede considerarse como un fiel reflejo del curso de la relación.

    5. Frecuencia de los intercambios.

    5.1. La intensidad y cualidad de los mensajes varía en función de la frecuencia con que son enviados.
    5.2. ¿Refleja la frecuencia de los mensajes el curso de la relación?
    5.3. ¿Cuáles son las reacciones del remitente cuando no ve su mensaje contestado? ¿Es el silencio un elemento de comunicación?

    6. Lenguaje privado.

    6.1. ¿Se tiende a lo largo del tiempo a desarrollar un lenguaje privado cuando se mantiene una relación prolongada mediante el e-mail?
    6.2. Los acrónimos, neologismos, expresiones o símbolos que se introducen en los mensajes ¿Se desarrollan consciente o inconscientemente?
    6.3. Los significados especiales del lenguaje ¿Llegan a reflejar la naturaleza de la relación?

    7. Registro permanente.

    7.1. Las relaciones mediante el e-mail se diferencian de los encuentros cara a cara en la oportunidad de guardar todos los encuentros porque la interacción se basa en documentos.
    7.2. ¿Esta característica afecta a la relación?
    7.3. ¿Cuáles son los mensajes que se suelen guardar?
    7.4. ¿Cuándo y porque se hace referencia a mensajes anteriores?
    7.5. Los textos que se eligen para incluir en un mensaje de respuesta suelen reflejar los elementos fundamentales de los puntos de vista del remitente.
    7.6. ¿Qué motivo lleva a algunos sujetos a utilizar frecuentes referencias al mensaje que se responde, cuando otros apenas lo hacen?

    8. Relaciones de pareja.

    8.1. Las relaciones de pareja que funcionan simultáneamente (e-mail y cara a cara), ¿Lo hacen en dos niveles psicológicos diferentes?
    8.2. ¿El uso del e-mail expresa pensamientos y sentimientos ocultos en los encuentros personales?
    8.3.¿Cuáles son los procesos psicológicos por los que la gente integra o disocia las comunicaciones por e-mail de las personales?

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    Noviazgos ciberespaciales.
    La novedad que supone -todavía- el correo electrónico es posible que sea uno de los factores que atrae a la gente a iniciar relaciones en el ciberespacio. Además debemos considerar como el relativo anonimato de Internet permite un amplio margen a la fantasía, lo que fácilmente lleva a pensar que uno a encontrado aquello que andaba buscando.
    En cuanto a la calidad de la comunicación hay quien asegura que puede ser incluso más auténtica que la personal dado que es posible librarse de la apariencia física de nuestro interlocutor. No obstante esto solo es cierto parcialmente dado que la mayor parte de la gente, cuando considera haberse enamorado de alguien a través de Internet siente la necesidad de un encuentro personal, probablemente por el hecho de que el contacto directo es una necesidad humana básica, un elemento fundamental de la intimidad.
    Internet es un excelente recurso para conocer gente con nuestras mismas aficiones y con personalidades similares, sin embargo es difícil aceptar que este tipo de relaciones puedan trascender a un plano más personal, tal y como ocurre en el caso de las relaciones sociales cara a cara.
    Mucha gente no desea conocer personalmente a aquellas personas que conoce en la Red, es muy probable que en ello no esté tan implicado el peligro como el hecho de perpetuar una fantasía, es decir podemos considerar estas relaciones como un complemente de la relación personal, del mismo modo que se ven películas o se leen novelas, sin que estas actividades compitan en el desarrollo vital de las personas.
    Algunos han criticado el hecho de que el ciberespacio únicamente propicia relaciones transitorias y superficiales, en cambio no existe duda que Internet ha propiciado largas e intensas amistades, noviazgos e incluso matrimonios. La cuestión se centra en dilucidar que tipo de relación se puede esperar de la comunicación eminentemente textual. Evidentemente ello restringe, o por lo menos obliga a transformar los elementos emocionales, la intimidad y el conflicto, a fin de que se pueda representar en formato textual. Sin embargo y como contrapartida, el anonimato de estas comunicaciones otorga un importante potencial para la espontaneidad y la asertividad que no siempre está presente en las relaciones cara a cara.

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    © Juan Alberto Estallo Martí. Institut Psiquiàtric. Barcelona. Junio-1997.
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