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Pregúntale a NOAH sobre el alcoholismo
Alcoholismo
¿Qué es el alcoholismo?
¿Qué causa el alcoholismo?
¿Quién se vuelve un(a) alcohólico(a)?
¿Qué tan serio es el alcoholismo?
¿Cómo se diagnostica el alcoholismo?
¿Cuál es el tratamiento para la supresión del alcohol?
¿Cuál es el tratamiento de largo plazo para el alcoholismo?
Medicamentos para mantener la abstinencia
¿Por qué sufren recaídas las personas con alcoholismo?
¿Cuáles son los riesgos y los beneficios del beber moderadamente?
¿Dónde más se puede obtener ayuda para el alcoholismo?
Fuentes adicionales de información reciente
¿Qué es el alcoholismo?
El alcoholismo es una enfermedad crónica, progresiva y a menudo mortal; es un
trastorno primario y no un síntoma de otras enfermedades o problemas
emocionales. La química del alcohol le permite afectar a casi todo tipo de
célula en el cuerpo, incluyendo aquellas en el sistema nervioso central. En el
cerebro, el alcohol interactúa con centros responsables del placer y de otras
sensaciones deseables; después de una exposición prolongada al alcohol, el
cerebro se adapta a los cambios que produce el alcohol y se vuelve dependiente
de él. Para las personas con alcoholismo, beber se convierte en el medio
primario mediante el cual pueden tratar con personas, el trabajo y sus vidas. El
alcohol domina sus pensamientos, emociones y acciones. La gravedad de esta
enfermedad es influida por factores como la genética, la psicología, la cultura
y el dolor físico.
¿Qué causa el alcoholismo?
El beber consistentemente y en forma sostenida puede con el transcurso del
tiempo causar síntomas de supresión durante los períodos de no tomar y un
sentido de dependencia, pero esta dependencia física no es la única causa del
alcoholismo. Estudios sobre las personas con enfermedades crónicas quiénes han
tomado medicamentos para el dolor durante mucho tiempo han encontrado que una
vez que estas personas resisten el proceso de retiro físico, a menudo pierden
todo deseo para los medicamentos que habían estado tomando. Para desarrollar
alcoholismo, otros factores generalmente juegan un rol, incluyendo la biología y
la genética, la cultura y la psicología.
Química cerebral.
El deseo para el alcohol durante la abstinencia, el dolor de la supresión y
la tasa alta de recaídas se deben a la adaptación y dependencia del cerebro
a los cambios en su química causados por el uso de largo plazo del alcohol.
El alcohol actúa como un depresivo en el sistema nervioso central y causa
relajación y euforia. En el cerebro, un grupo pequeño de mensajeros
químicos, conocidos como neurotransmisores, es responsable de los cambios en
el comportamiento después de beber alcohol. De interés especial para los
investigadores son el neurotransmisor ácido aminobutérico gamma (GABA, gamma
aminobutyric acid), la dopamina y la serotonina.
Factores genéticos.
En las personas con alcoholismo severo, los investigadores han ubicado un
gen que afecta la función de una estructura de nervio-célula conocida como
receptor de dopamina D2 (DRD2), el cual, a su vez, influye la actividad de
dopamina. Este gen también se encuentra en las personas con el trastorno de
déficit de atención, quienes tienen un mayor riesgo para el alcoholismo, y
es también presente en las personas con el síndrome de Tourette y autismo.
La asociación de este gen con estos problemas neurológicos conduce a algunos
expertos a creer que el gen receptor de dopamina D2 no es una causa primaria
del alcoholismo, pero que las personas con este gen tienen mayor
probabilidad de beber para tratar los síntomas psicológicos y conductuales
de sus trastornos neurológicos. Además, un estudio principal no encontró
alguna conexión en lo absoluto entre el gen DRD2 y el alcoholismo. Se
necesita más trabajo en esta área.
Depresión y ansiedad.
Algunas personas beben para aliviar la ansiedad o la depresión, y teorías se
han propuesto sobre el hecho de que una tendencia hereditaria para la
depresión o la ansiedad puede hacer a personas más propensas al alcoholismo.
Estudios han indicado, sin embargo, que cuando los niños de padres
alcohólicos son criados por padres no alcohólicos, sus riesgos para el
alcoholismo permanecen altos pero oportunidades para la depresión o la
ansiedad no son mayores que las de la población general. En efecto, la
ansiedad y la depresión mismas son causadas por el alcoholismo y pueden ser
reducidas después de la supresión del alcohol. La depresión y la ansiedad
también pueden desempeñar una función principal en el desarrollo de
alcoholismo en los ancianos y en otros quienes son sujetos a cambios de vida
no deseados, como la jubilación, la pérdida de un cónyuge o amigo(a) y los
problemas médicos.
¿Quién se vuelve un(a) alcohólico(a)?
Sexo y edad.
Más de 18 millones de personas en los Estados Unidos se consideran ser
alcohólicos o dependientes del alcohol y cerca de 20% de personas qué ven a
un médico han tenido un problema relacionado con el alcohol en algún
momento. La mayoría son hombres, pero la incidencia del alcoholismo en las
mujeres ha estado aumentando durante los últimos 30 años. Para los hombres,
el riesgo general para desarrollar alcoholismo es un 3% a un 5%, y para las
mujeres el riesgo es un 1%. Las mujeres tienden volverse alcohólicas más
tarde en la vida que los hombres, pero los problemas médicos que desarrollan
debido al trastorno ocurren por la misma edad que cómo en los hombres,
sugiriendo que las mujeres son más susceptibles a la toxicidad física del
alcohol. Aunque el alcoholismo generalmente se desarrolla a principios de la
edad adulta, los ancianos no son exentos. Es más, unos 3 millones de
estadounidenses mayores de la edad 60 son alcohólicos o tienen un problema
relacionado con el alcohol. El alcohol afecta el cuerpo más viejo de otro
modo; las personas que mantienen los mismos modelos de beber mientras
envejecen fácilmente pueden desarrollar una dependencia de alcohol sin
saberlo.
Historia familiar y rasgos de personalidad.
El riesgo para el alcoholismo en los hijos de padres alcohólicos es un 25%.
El enlace familiar es más débil para las mujeres, pero los factores
genéticos contribuyen a esta enfermedad en ambos géneros. Una familia y una
salud psicológica estables no son protectoras en las personas con un riesgo
genético. Lamentablemente, no hay manera de predecir qué miembros de
familias alcohólicas se encuentran en mayor peligro del alcoholismo. En
estudios, los hombres jóvenes con padres alcohólicos respondieron al alcohol
de un modo diferente que las personas sin una historia familiar; presentaron
menos signos de embriaguez y tuvieron niveles inferiores de las hormonas de
estrés. En otras palabras, sostuvieron su licor mejor. Expertos sugieren que
tales personas puedan heredar una falta de aquellas señales de advertencia
que hacen que otras personas cesen de beber. Una vez se pensó que una
historia familiar vinculada con una personalidad pasiva y necesidades de
dependencia anormales aumentaban el riesgo, pero los estudios no han
soportado esta teoría. Es importante de destacar, sin embargo, que,
hereditario o no, las personas con alcoholismo todavía son legalmente
responsables de sus propias acciones.
Bebiendo en la adolescencia.
Las personas con antecedentes familiares de alcoholismo tienen mayor
probabilidad de empezar a beber antes de la edad de 20 años y de volverse
alcohólicas. Pero cualquier persona que empieza a beber en la adolescencia
está en mayor riesgo. Bebiendo temprano también aumenta el riesgo para el
abuso de drogas.
Grupo étnico y condiciones sociales.
Las diferencias étnicas afectan a la sensibilidad. Los estadounidenses
irlandeses y oriundos están en mayor riesgo; Los estadounidenses judíos y
asiáticos están en un riesgo reducido. Aunque las razones biológicas por el
riesgo alterado no se saben, las personas en ciertos grupos pueden estar en
un riesgo menor debido a la manera en que metabolizan el alcohol. Algunos
asiáticos tienen un gen inactivo para la química dehidrogenasa de alcohol.
Este producto químico es usado por el cuerpo para metabolizar el alcohol
etílico, y en su ausencia, las sustancias tóxicas se acumulan causando
ruborizamiento, mareo y náusea. Las personas con este defecto genético,
entonces, tienen probabilidad de experimentar reacciones adversas al
alcohol. Este defecto no es completamente protector contra el beber, sin
embargo, particularmente si hay presión social agregada, como entre los
miembros de grupos de fraternidad de la universidad. Los riesgos para el
alcoholismo son mayores en las personas con niveles educativos inferiores y
en las personas que fueron desempleadas.
¿Qué tan serio es el alcoholismo?
Cerca de 200,000 defunciones al año pueden ser completamente o parcialmente
atribuidas al beber. El alcoholismo puede matar en muchas maneras diferentes. En
total, reduce la esperanza de vida por 10 a 12 años. Entre más temprano una
persona empieza a beber gran cantidades de alcohol en gran medida, mayores serán
sus perspectivas de desarrollar enfermedades graves más adelante.
La sobredosis.
El alcohol es una droga y personas pueden morir de la sobredosis. Esto es un
peligro específico para los adolescentes que pueden querer impresionar a sus
amigos con su capacidad para beber alcohol pero que todavía no pueden medir
los efectos.
Accidentes y violencia.
El alcohol juega una función mayor en más de la mitad de todas las muertes
automovilísticas. Menos de dos bebidas pueden deteriorar la capacidad para
conducir. El alcohol también aumenta el riesgo para las lesiones
accidentales resultando de muchas otras causas. Un estudio de los pacientes
en una sala de emergencias informó que 47% de las personas que fueron
admitidas para lesiones probaron positivas para el alcohol y 35% estaban
intoxicadas. De las personas que estaban intoxicadas, 75% mostraron
evidencia de alcoholismo crónico. Esta enfermedad es el diagnóstico primario
en una cuarta parte de todas las personas que se suicidan; el alcohol se
implica en 67% de todos los asesinatos.
Problemas médicos.
El alcoholismo puede dañar el cuerpo en tantas maneras, que es imposible
tratar estos problemas plenamente en un informe corto. Lo siguiente son sólo
algunos de los trastornos causados por el consumo crónico del alcohol:
Cardiopatía. Aunque el consumo moderado del alcohol parece reducir el
riesgo de los ataques cardíacos al mejorar los niveles de colesterol,
dosis más grandes de alcohol pueden desencadenar latidos del corazón
irregulares y aumentar la presión arterial hasta en personas sin una
historia de cardiopatía. Un estudio principal encontró que personas que
consumían más de tres bebidas alcohólicas al día tenían una presión
arterial mayor que teetotalers, con los bebedores más empedernidos
teniendo presiónes arteriales aún mayor; las personas que tomaban se
iban de borrachera en borrachera tenían presiones arteriales mayores que
las personas que bebió regularmente. Un estimado 11% de todos los casos
de hipertensión son causados por una ingesta alcohólica excesiva. El
abuso crónico del alcohol también puede lesionar el músculo del corazón
que conduce a la insuficiencia cardíaca; las mujeres son particularmente
vulnerables a este trastorno.
El cáncer. El alcohol quizás no cause cáncer, pero probablemente puede
realzar los efectos carcinogénicos de otras sustancias, como el humo de
cigarrillos. Cerca de 75% de cánceres del esófago y 50% de cánceres de
la boca, la garganta y la laringe se atribuyen al alcoholismo. El
alcoholismo también se asocia con un mayor riesgo para los cánceres
colorrectales. El tabaquismo combinado con el beber realza los riesgos
para todos estos cánceres extraordinariamente. El riesgo para el cáncer
hepático aumenta en los alcohólicos y hasta el beber moderadamente -tres
a nueve bebidas a la semana- puede aumentar las perspectivas del
desarrollo del cáncer de mama en las mujeres.
Trastornos mentales y neurológicos. El uso habitual del alcohol deprime
el sistema nervioso central, produciendo depresión clínica, confusión y,
en los casos graves, psicosis y trastornos mentales. El alcohol también
puede causar problemas neurológicos más leves, incluyendo insomnio y
cefalea (dolores de cabeza) (especialmente después de beber vino rojo).
Excepto en los casos graves, el daño neurológico no es permanente y la
abstinencia casi siempre conduce a la recuperación de la función mental
normal.
Problemas gastrointestinales (del tubo digestivo). El hígado en
particular es puesto en peligro por el alcohol. Aquí, el alcohol se
convierte en una sustancia aún más tóxica, acetaldehído, que puede
causar daño sustancial, incluyendo cirrosis en 10% de personas con
alcoholismo. El daño hepático es más común y se desarrolla más
rápidamente en las mujeres que en los hombres con historias similares
del abuso de alcohol. Dentro del tracto gastrointestinal, el alcohol
puede contribuir a la causa de úlceras y de pancreatitis, una grave
infección del páncreas. En una escala menor, puede causar diarrea y
hemorroides.
Trastornos de la piel, musculares y óseos. El alcoholismo severo se
asocia con la osteoporosis, la emaciación de los músculos con
hinchazones y dolor, las heridas de la piel y comezón. Además, parece
que las mujeres dependientes del alcohol confrontan un mayor riesgo para
el daño a los músculos, incluyendo músculos del corazón, por los efectos
tóxicos del alcohol.
Las infecciones. El alcohol suprime el sistema inmunitario y las
personas con alcoholismo son propensas a las infecciones, en particular
a la neumonía.
Problemas sexuales. El alcoholismo aumenta los niveles de la hormona
femenina estrógeno y reduce los niveles de la hormona masculina
testosterona, factores que contribuyen a la impotencia en los hombres.
El tabaquismo. Un estudio reciente concluye que alcohólicos que fuman
se enfrentan con un riesgo mayor del tabaco que del alcohol. El
tabaquismo es 2 a 3 veces tan prevalente entre las personas que abusan
sustancias que la población general; se cree que alcohólicos constituyen
una cuarta parte de todos los fumadores. Más alcohólicos mueren de
enfermedades relacionadas con el tabaco, como la cardiopatía o el
cáncer, que de la enfermedad hepática crónica, la cirrosis, u otras
enfermedades relacionadas con el beber excesivamente.
La diabetes. El alcohol puede causar hipoglicemia, una disminución en
el azúcar sanguíneo, que es especialmente peligrosa para las personas
con diabetes que están tomando insulina. Las personas que están
intoxicadas quizás no puedan reconocer los síntomas de la hipoglicemia,
una enfermedad particularmente peligrosa.
La malnutrición y el síndrome de Wernicke-Korsakoff. Una pinta de
whisky proporciona cerca de la mitad de las calorías diarias que
necesita un adulto, pero no tiene valor nutritivo. Además de reemplazar
los alimentos, el alcohol también puede dificultar la absorción de las
proteínas, las vitaminas y otros nutrientes. La malnutrición puede
causar muchos problemas en las personas con alcoholismo, pero la
carencia de la vitamina B tiamina es un riesgo específico. Puede dar
lugar a una grave enfermedad, el síndrome de Wernicke-Korsakoff, el cual
puede causar daño cerebral permanente y la muerte. En un estudio, 40% de
las personas con este síndrome murieron durante el tratamiento del
alcoholismo. Los síntomas son el tambaleo severo, la confusión y la
pérdida de la memoria. Otro problema nutricional grave es la carencia de
la vitamina B ácido fólico, la cual puede causar anemia severa.
Síndrome de dificultad respiratoria agudo. El síndrome de dificultad
respiratoria agudo (ARDS, acute respiratory distress syndrome) es a
veces una forma mortal de la insuficiencia del pulmón que puede ser
causada por varias afecciones médicas (incluyendo la cirugía del baipás
del corazón y del pulmón, una infección severa, el trauma, las
transfusiones de sangre, la neumonía y otras infecciones del pulmón). Un
estudio reciente indica que los pacientes de terapia intensiva con unos
antecedentes del abuso de alcohol tienen un riesgo significativamente
mayor para el desarrollo de ARDS durante la hospitalización.
Interacciones de medicamentos. Los efectos de muchos medicamentos son
fortalecidos por el alcohol, mientras que otros son inhibidos. De
importancia especial es su efecto de refuerzo sobre los medicamentos que
también deprimen el sistema nervioso central, incluyendo medicamentos de
antiansiedad, sedativos, antidepresivos y antipsicóticos. El alcohol
interactúa con muchos medicamentos usados por diabéticos. Dificulta los
medicamentos que previenen las crisis convulsivas y con aquellos usados
para prevenir la coagulación de la sangre. Aumenta el riesgo para la
hemorragia del tubo gastrointestinal en las personas que toman aspirina
u otros medicamentos inflamatorios sin esteroides. En otras palabras,
tomando casi cualquier medicación debe excluir el beber alcohol.
Embarazo y desarrollo infantil. Hasta las cantidades moderadas de
alcohol pueden tener efectos dañinos sobre el feto en desarrollo,
incluyendo bajo peso al nacer y un mayor riesgo para el aborto
espontáneo. Las cantidades altas pueden causar síndrome alcohólico
fetal, que puede dar lugar al daño cerebral y tanto al retardo mental
como al del crecimiento. Un estudio reciente indica un riesgo
significativamente mayor para la leucemia en los lactantes de mujeres
que beben cualquier tipo de alcohol durante el embarazo.
Problemas para las personas mayores. Conforme envejecen las personas el
cuerpo metaboliza el alcohol de manera diferente. Toma menos bebidas
para intoxicarse, y los órganos pueden ser dañados por cantidades más
pequeñas de alcohol. En un estudio de personas con cirrosis alcohólica,
la tasa de mortalidad para las personas mayores de 60 años de edad fue
50% comparado con sólo 7% para los jóvenes. Además, hasta una mitad de
los 100 medicamentos más prescritos para las personas mayores reacciona
negativamente con el alcohol. Los médicos pueden pasar por alto el
alcoholismo al evaluar a los pacientes ancianos, atribuyendo
equivocadamente los signos del abuso de alcohol a los efectos normales
del proceso de envejecimiento.
Efectos psicológicos sobre los niños. Casi siete millones de niños
viven en hogares con al menos un padre alcohólico. El alcoholismo
aumenta el riesgo para el comportamiento y el abuso violentos. Los niños
de padres alcohólicos tienden responder peor que otros académicamente,
tener una incidencia mayor de depresión, ansiedad y estrés y tener un
autoestima inferior que otros niños. Los hogares alcohólicos son menos
cohesivos, tienen más conflictos y sus miembros son menos independientes
y expresivos que en los hogares no alcohólicos o con padres alcohólicos
en recuperación. Además del riesgo hereditario para el alcoholismo
posterior, un estudio encontró que 41% de estos niños tenían graves
problemas de hacer frente con las cosas y adaptarse; los efectos de un
padre alcohólico sobre los niños pueden ser de toda la vida. Un estudio
encontró que los niños que se diagnosticaron con depresión principal
entre las edades de seis y 12 años tenían mayor probabilidad de tener a
padres o parientes alcohólicos que los niños que no estaban deprimidos.
Los niños con trastorno bipolar fueron tres veces más probables de tener
una madre dependiente del alcohol, y los niños que sufrían de la
depresión más probables de tener un padre que fue alcohólico. Hay unos
20 millones de niños adultos de padres alcohólicos, quienes, un estudio
sugerió, están en mayor riesgo para dejar un matrimonio y para los
síntomas psiquiátricos. El estudio concluyó que los únicos sucesos con
mayor repercusión psicológica en los niños son los abusos sexual y
físico.
Costos económicos. El alcoholismo y el abuso del alcohol le cuestan al
país cerca de $135 mil millones de dólares cada año por los costos
médicos y la productividad de trabajo perdida.
¿Cómo se diagnostica el alcoholismo?
A menudo, las primeras indicaciones del alcoholismo son las respuestas físicas
desagradables a la supresión que ocurren durante los períodos aunque breves de
abstinencia. Aún con síntomas de supresión, sin embargo, las personas con
alcoholismo casi siempre niegan el problema, dejando que colegas, amigos, o
familiares reconozcan los síntomas y tomen las primeras medidas hacia un
tratamiento.
El alcoholismo puede desarrollarse insidiosamente; a menudo no hay línea clara
entre el beber problemático y el alcoholismo. A veces las personas experimentan
depresión de largo plazo o ansiedad, insomnio, dolor crónico o estrés personal o
de trabajo que conducen al uso del alcohol para el alivio, pero a menudo ningún
suceso extraordinario ha ocurrido que podría explicar el problema del beber
alcohol. Las personas que son alcohólicas tienen poco o ningún control de la
cantidad que beben o de la duración o la frecuencia de su beber alcohol. Están
ocupados con beber, niegan su propia adicción y siguen bebiendo aunque estén
conscientes de los peligros. Con el transcurso del tiempo, algunas personas se
vuelven tolerantes a los efectos del beber y requieren más para intoxicarse,
creando la ilusión de que pueden "sostener su licor". Tienen lapsos de pérdida
de memoria (black-outs) después de malestares frecuentes al otro día (crudas)
que causan que pierdan el día de trabajo. Pueden beber solos y también comenzar
a principios del día. Periódicamente dejan de beber o cambian de un licor duro a
la cerveza o al vino, pero rara la vez duran estos períodos. Los alcohólicos
severos a menudo tienen una historia de accidentes, de inestabilidad matrimonial
y en el trabajo y problemas de salud relacionados con el alcohol. Los incidentes
episódicos violentos y abusivos contra los cónyuges y los niños y una historia
de accidentes no explicados o frecuentes son a menudo signos del abuso de drogas
o del alcohol.
Los miembros de la familia no siempre pueden depender de un médico para hacer un
diagnóstico inicial, aunque los signos del alcoholismo se vean durante una
exploración física. Aunque 15% a 30% de pacientes que se hospitalizan sufran del
alcoholismo o de la dependencia del alcohol, los médicos a menudo fracasan en
examinar el problema. Los médicos quizás no reconozcan los síntomas o quizás no
quieran confrontar a los pacientes. Es particularmente difícil diagnosticar el
alcoholismo en los ancianos, donde los síntomas de la confusión, la pérdida de
memoria, o el caerse pueden atribuirse al proceso de envejecimiento. Aunque se
identifique el alcoholismo, los pacientes a menudo no reciben tratamiento para
la adicción. En un estudio, 23% de pacientes en un hospital se encontraron tener
un problema de alcohol, pero sólo a 7.4% se les administró un diagnóstico que
podría haber conducido a un tratamiento.
Pruebas de examen selectivo.
Muchas pruebas de examen selectivo están disponibles para diagnosticar el
alcoholismo, generalmente en forma de cuestionarios estandarizados que el
paciente puede tomar por cuenta propia o en forma de una entrevista
conducida por el médico. Dado que las personas con alcoholismo a menudo
niegan su problema o mienten acerca de ello, las pruebas son diseñadas para
obtener respuestas relacionadas con los problemas asociados con el beber en
lugar de las cantidades de licor consumidas o de los hábitos específicos del
beber. La prueba más rápida toma sólo un minuto; se denomina la prueba de
CAGE, una sigla para las siguientes preguntas: (C) intentos de reducir (Cut)
el beber; (A) molestia (Annoyance) con críticas acerca del beber; (G) culpa
(Guilt) acerca del beber; y (E) uso del alcohol como un abridor de ojos
(Eye-opener). En un estudio, 75% de las personas que respondieron "sí" a dos
o más de las preguntas se identificaron correctamente como alcohólicos. Para
examinar a las mujeres embarazadas para un problema relacionado con el
alcohol, los médicos pueden emplear la prueba de CAGE pero sustituir una "T"
por la "G", con la "T" representando tolerancia; la mujer será preguntada
cuántas bebidas puede tolerar antes de que sienta los efectos. Una respuesta
de más de dos bebidas indica un problema de salud potencial para la madre y
su bebé. Otras pruebas de examen selectivo cortas son la Prueba de Examen
Selectivo de Alcoholismo de Michigan (MASTIL, Michigan Alcoholism Screening
Test), la Prueba de Examen Selectivo de Alcoholismo Autoadministrada (SAAST,
Self-Administered Alcoholism Screening Test) y La Escala de Dependencia de
Alcohol (ADES, The Alcohol Dependence Scale) [véase el cuadro]. Las pruebas
más largas se emplean para medir las consecuencias del beber y el nivel de
autoconocimiento del paciente. Los adolescentes pueden requerir diferentes
tipos de pruebas de aquellas dadas a los adultos. En general, estas pruebas
son exactamente iguales, y aunque ninguna prueba de examen selectivo ofrece
un diagnóstico perfecto, son beneficiosos en muchas maneras. Las pruebas de
examen selectivo a menudo descubren comportamientos de los cuales los
pacientes mismos no están conscientes y pueden ayudar en promover el
autoconocimiento. Son útiles en determinar la gravedad de la condición y el
tipo de tratamientos que pueden ser sumamente útiles.
Exámenes de laboratorio y otras pruebas.
Pruebas para los niveles de alcohol en la sangre no son útiles para
diagnosticar el alcoholismo porque sólo reflejan un momento y no el uso de
largo plazo. Un análisis de sangre del medio del volumen corpuscular (MCV,
mean corpuscular volume) a veces se emplea para medir el tamaño de los
eritrocitos, que aumentan con el uso de alcohol. Otro tipo de análisis de
sangre puede mostrar las elevaciones de ciertas enzimas hepáticas que se
asocian con el abuso del alcohol. Una exploración física y otras pruebas
deben realizarse para descubrir problema médicos. A veces los resultados de
estas pruebas pueden ayudar a convencer a un paciente que busque
tratamiento, particularmente si revelan problemas severos, como una
exploración computadorizada de tomografía (CT) que muestra la atrofia
cerebral, un análisis de sangre reportando daño hepático, o niveles de
testosterona bajos que indican un riesgo para la impotencia.
Consiguiendo que el paciente busque tratamiento.
Una vez que se hace un diagnóstico, el próximo paso principal es
consiguiendo que el paciente busque tratamiento. Esto a menudo requiere un
esfuerzo colaborativo de los médicos, miembros de la familia, amigos y
empleadores. Las reuniones de grupo entre el paciente y los amigos y los
miembros de la familia que han sido afectados por el comportamiento
alcohólico han sido muy útiles. Este enfoque de intervención debe ser
compasivo pero un informe directo y honesto por cada persona que describa
específicamente cómo han sido individualmente dolidos por el alcoholismo.
Hasta niños pueden participar en este proceso, según su nivel de madurez y
la capacidad para manejar la situación. La familia y los amigos deben
expresar su afecto para el paciente y su compromiso y apoyo completos para
la recuperación, pero deben firmemente y consistentemente exigir que el
paciente busque tratamiento. El paciente y la familia plenamente deben
comprender que el alcoholismo es una enfermedad y que las respuestas a esta
enfermedad -necesidad, ansias, temor de la supresión- son síntomas, no
fallas personales, así como el dolor o el malestar son síntomas de otras
enfermedades. También deben comprender que el tratamiento es difícil y a
veces doloroso, así como tratamientos para otras enfermedades potencialmente
mortales, como el cáncer, son dolorosos, pero que esta es la única esperanza
para una curación. Los empleadores pueden ser particularmente eficaces. Su
aproximación también debe ser compasiva pero fuerte, amenazando al empleado
con pérdida del empleo si él o ella no busca la ayuda. Algunas empresas
grandes proporcionan acceso a programas de tratamiento de bajo costo o
gratis para sus trabajadores.
¿Cuál es el tratamiento para la supresión del alcohol?
Cuando una persona con alcoholismo deja de beber, los síntomas de supresión
empiezan dentro de seis a 48 horas y alcanzan su apogeo cerca de 24 a 35 horas
después de la última bebida. Durante este período la inhibición de la actividad
cerebral causada por el alcohol se revierte bruscamente. Las hormonas de estrés
son sobreproducidas y el sistema nervioso central se vuelve sobreexcitado. Al
entrar a un hospital, los pacientes deben ser dados una exploración física para
cualquier lesión o afección médica y deben tratarse para cualquier problema
potencialmente grave, como la presión arterial alta o el latido del corazón
irregular. La meta inmediata es calmar al paciente lo más pronto posible.
Generalmente se le dan a los pacientes uno de los medicamentos de antiansiedad
conocidos como benzodiacepinas, los cuales alivian los síntomas de supresión y
ayudan a prevenir la progresión al delirium tremens. Una inyección de la
vitamina B tiamina puede darse para prevenir el síndrome de Wernicke-Korsakoff.
Los pacientes deben ser observados durante por lo menos dos horas para
determinar la gravedad de los síntomas de supresión. Los médicos pueden emplear
pruebas de evaluación, como la Escala de Evaluación de Supresión del Instituto
Clínico (CIWA, Clinical Institute Withdrawal Assessment), para ayudar a
determinar el tratamiento y proyectar si los síntomas progresarán en gravedad.
Tratamiento para los síntomas de supresión leves a moderados.
Cerca de 95% de personas tienen síntomas de supresión leves a moderados,
incluyendo agitación, temblores, reposo perturbado y falta de apetito. En
15% a 20% de personas con síntomas moderados, pueden ocurrir crisis
convulsivas breves y alucinaciones, pero no progresan hacia el delirium
tremens completamente desarrollado. Tales pacientes casi siempre pueden ser
tratados como pacientes ambulatorios. Después de ser examinado y observado,
el paciente generalmente es mandado a casa con un suministro medicamentos de
antiansiedad para cuatro días, programado para la próxima visita y para la
rehabilitación y es recomendado regresar a la sala de emergencias si los
síntomas de supresión se vuelven severos. Si es posible, un miembro de la
familia o amigo(a) debe apoyar al paciente durante los próximos pocos días
de supresión.
Tratamiento inicial para el delirium tremens.
Cerca de 5% de pacientes alcohólicos presentan el delirium tremens, el cual
generalmente se desarrolla dos a cuatro días después de la última bebida.
Los síntomas incluyen fiebre, latido rápido del corazón, presión arterial
alta o baja, comportamiento sumamente agresivo, alucinaciones y otros
trastornos mentales. La tasa de letalidad puede ser tan alto como 20% para
las personas con delirium tremens que son no tratadas. A éstas personas se
les administran medicaciones de antiansiedad intravenosamente y sus
condiciones físicas son estabilizadas; y lo más importante, son
administrados líquidos. Restricciones pueden ser necesarias para prevenir
lesiones a sí mismos u a otros.
Farmacoterapia para la supresión.
Benzodiacepinas. Benzodiacepinas son medicamentos de antiansiedad que
inhiben la excitabilidad del nervio-célula en el cerebro. Alivian los
síntomas de supresión y facilitan que los pacientes se queden en
tratamiento. El medicamento puede ser administrado intravenosamente u
oralmente, según la gravedad de los síntomas. Para la mayoría de los
adultos con alcoholismo, los medicamentos de acción prolongada, como el
diazepam (Valium, Valium) o clorodiacepóxido (Librax, Librium),
generalmente se prescriben. Para prevenir las crisis convulsivas, el
médico puede darle al paciente una dosis inicial, o una prueba de carga,
del diazepam de acción prolongada con dosis adicionales para cada una a
dos horas posteriores en el período de supresión. Este régimen puede
causar sedación muy pesada, y las personas con problemas médicos graves,
en particular los trastornos respiratorios, pueden ser administradas
dosis repetidas de benzodiacepinas de acción corta, como loracepam
(Ativan, Ativan) y oxazepam (Serax), los cuales puede detenerse de
inmediato al aparecer cualquier signo de dificultad. Algunos médicos
cuestionan el uso de cualquier medicación de antiansiedad de todos modos
para los síntomas de supresión leves. Otros creen que los episodios
repetidos de supresión, aún las formas leves, que se tratan
inadecuadamente pueden dar lugar a episodios cada vez más severos con
posibles crisis convulsivas y daño cerebral. Benzodiacepinas
generalmente no son prescritas por más de dos semanas o administradas
durante más de tres noches por semana para evitar que una tolerancia se
desarrolle, la cual puede desarrollarse tan poco después de cuatro
semanas después del uso diario. La dependencia física puede
desarrollarse precisamente tres meses después de la dosis normal. Las
personas que descontinúan el uso de benzodiacepinas después de haberlas
tomado durante períodos largos pueden experimentar síntomas de recaída
-perturbaciones en el reposo y ansiedad- que se pueden desarrollar horas
o días después de detener la medicación. Algunos pacientes experimentan
síntomas de supresión causados por los medicamentos, incluyendo
dificultades del estómago, transpiración e insomnio, que pueden durar de
una a tres semanas. Las reacciones secundarias y adversas comunes son
somnolencia durante el día y sentimientos de malestar como después de
una borrachera (cruda). Pueden exacerbarse los problemas respiratorios.
Benzodiacepinas son potencialmente peligrosas cuando se usan en
combinación con alcohol. No deben ser tomadas por mujeres embarazadas o
madres lactantes al menos que totalmente sea necesario.
Otros medicamentos para la supresión leve a moderada. Los bloqueadores
beta, como propranolol (Inderalici, Inderal) y atenolol (Tenormin), a
veces pueden emplearse en combinación con una benzodiacepina. Esta clase
de medicamentos es eficaz en desacelerar el ritmo cardíaco y en reducir
temblores. Cuando usados solos, no alivian otros síntomas del
alcoholismo, incluyendo las crisis convulsivas. Otros medicamentos que
están siendo probados son clonidina (Catapresan, Catapres), bloqueadores
del canal de calcio, bromocriptina y carbamacepina (Tegretol, Tegretol).
Algunos estudios han encontrado que carbamacepina, usada normalmente
para la epilepsia, es tan eficaz como una benzodiacepina en aliviar los
síntomas de supresión y puede ser aun más eficaz para los síntomas
psiquiátricos.
Farmacoterapia para las crisis convulsivas y síntomas severos.
Las crisis convulsivas generalmente son autolimitadas y tratadas sólo con
una benzodiacepina. La fenitoína intravenosa (Dilantin) junto con una
benzodiacepina puede emplearse en los pacientes que tienen antecedentes de
crisis convulsivas, que tienen epilepsia, o cuyas crisis convulsivas no
pueden controlarse. Dado que la fenitoína puede reducir la presión arterial,
el paciente debe tener su corazón vigilado. Para las alucinaciones o el
comportamiento sumamente agresivo, pueden ser administrados los medicamentos
antipsicóticos, particularmente haloperidol (Haldol, Haldol). Para las
personas con ritmos del corazón perturbados, puede ser administrada la
lidocaína (Xylocaina, Xylocaine).
¿Cuál es el tratamiento de largo plazo para el alcoholismo?
Las dos metas básicas del tratamiento de largo plazo son el control estricto del
beber a través de la abstinencia y el reemplazo total de los modelos adictivos
con comportamientos satisfactorios para pasar el tiempo que puedan llenar el
vacío que se crea cuando se ha dejado de beber. Algunos estudios han informado
que algunas personas que habían sido dependientes del alcohol con el tiempo
pueden aprender a controlar su beber y hacer tan bien como los que permanecen
abstinentes. No hay manera de determinar, sin embargo, qué personas pueden dejar
de beber después de una bebida y cuáles no. Alcohólicos Anónimos y otros grupos
para el tratamiento alcohólico cuyas meta es la abstinencia estricta están
preocupados enormemente por la publicidad alrededor de estos estudios, ya que
muchas personas con alcoholismo están ansiosos para una excusa para comenzar a
beber nuevamente. En este momento, la abstinencia es la única ruta segura.
Tratamiento de enfermos hospitalizados versus tratamiento ambulatorio.
Las personas con síntomas de supresión leves a moderados generalmente se
tratan como pacientes ambulatorios y son asignado a grupos de apoyo, a la
orientación, o a ambos. El tratamiento de hospitalización, que podría tomar
lugar en un hospital general o psiquiátrico o en un centro dedicado al
alcohol y al abuso de sustancias, se recomienda para los pacientes con
delirium tremens. El régimen usual allí está compuesto por un examen físico
y psiquiátrico, la desintoxicación, un tratamiento con psicoterapia o
terapia conductual y una introducción a los Alcohólicos Anónimos. Debido al
costo alto de la atención de hospitalización, actualmente se están
cuestionando sus ventajas sobre la atención de pacientes ambulatorios. Un
estudio comparó a los alcohólicos empleados quienes estaban hospitalizados o
quienes eran tratados como pacientes ambulatorios con asistencia obligatoria
en las reuniones de AA o quienes fueron permitidos elegir su propia opción
-incluyendo ningún tratamiento en lo absoluto. Después de dos años, todos
experimentaron menos problemas de trabajo, pero entre aquellos en el grupo
de hospitalización hubo significativamente menos rehospitalizaciones y
permanecieron abstinentes más tiempo que las personas en los otros dos
grupos. Otro estudio analizando los programas de tratamiento para las
sustancias y el alcohol encontró que 75% de enfermos hospitalizados
completaron la terapia comparada con solo 18% de pacientes ambulatorios.
Otros estudios, sin embargo, no han revelado diferencia en los resultados
entre los programas de hospitalización y aquellos ambulatorios. Estudios han
intentado descubrir las características que pueden hacer que las personas
sean más probables de salirse de los programas de hospitalización o los
ambulatorios. Un estudio encontró que las personas que abandonan el
tratamiento ambulatorio son más probables de ser mujeres, jóvenes, no
cualificadas y ser personas con más de un tipo de adicción. Otro informó que
los que dejan el tratamiento de hospitalización en contra del asesoramiento
médico tienden tener trabajos, tener una educación universitaria y haber
tenido una historia de dejar tratamientos.
Psicoterapia y terapia conductual.
Dos formas de psicoterapia diferentes, terapia cognoscitiva-conductual y
psicoterapia de interacción en grupo, han sido de beneficio a las personas
con alcoholismo. Alcohólicos Anónimos (AA), fundado en 1935, es un ejemplo
excelente de la psicoterapia de interacción en grupo y permanece el programa
más conocido para ayudar a las personas con alcoholismo. Ofrece una red de
apoyo muy fuerte que emplea las reuniones en grupo disponibles los siete
días de la semana en ubicaciones a través del mundo. Un sistema de amigos
(buddy system), una comprensión del grupo sobre el alcoholismo y el perdón
de las recaídas son los métodos estándar de AA para aumentar la autoestima y
aliviar un sentido de aislamiento. La aproximación de 12 pasos de AA hacia
la recuperación incluye un componente espiritual que puede disuadir a las
personas que carecen de convicciones religiosas. El rezo y la meditación,
sin embargo, han sabido ser de gran valor en el proceso de curar muchas
enfermedades, aún en las personas sin creencias religiosas específicas.
Programas asociados para miembros, Al-Anon y Alateen, ofrecen ayuda para los
miembros de familia y los amigos. Las terapéuticas
cognoscitivas-conductuales utilizan un enfoque estructurado didáctico. Las
personas con alcoholismo son dadas instrucciones y son asignadas tareas con
la intención de mejorar su capacidad para hacer frente a las situaciones
básicas de la vida, para controlar el comportamiento y para cambiar la
manera en que piensan sobre el beber. Por ejemplo, se les puede solicitar a
los pacientes que escriban unos antecedentes de sus experiencias
relacionadas con el alcohol y que describan lo que consideran ser
situaciones arriesgadas. Luego se les asignan actividades para ayudarles a
hacer frente cuando sean expuestos a "las señales" -lugares o experiencias
que desencadenan el deseo para beber. También se les puede asignar a los
pacientes tareas que están diseñadas para reemplazar el beber. Un ejemplo
interesante y exitoso de tal programa fue uno en el cual los pacientes
fueron reclutados en un equipo de sófbol (softball), que les dió la
oportunidad para practicar las aptitudes de hacer frente, desarrollar
relaciones de apoyo y ocuparse en actividades alternativas saludables. Un
estudio procuró determinar si ciertas personas pueden hacer mejor bajo una
terapia que bajo otra. Investigadores categorizaron a los alcohólicos como
ser ya sea Tipo A o Tipo B. Los individuos Tipo A se volvieron alcohólicos
en una edad posterior, tuvieron síntomas o problemas psiquiátricos menos
severos y mejores perspectivas que aquellos de Tipo B. Las personas en el
grupo de Tipo A respondieron bien a la psicoterapia de interacción en grupo,
que se enfoca en las emociones del individuo y en la relación con el grupo.
No hicieron tan bien con la terapia conductual. Las personas de Tipo B se
volvieron alcohólicos en una edad temprana, tenían un alto riesgo familiar
para el alcoholismo, síntomas más severos y perspectivas peores. Este grupo
hizo pésimo con la terapia de interacción en grupo pero tendió hacer mejor
con la terapia conductual. Esta diferencia en respuesta a los dos
tratamientos duraron todavía después de dos años.
Medicamentos para mantener la abstinencia
Disulfiram.
Disulfiram (Antabuse) causa síntomas dolorosos, incluyendo ruborizamiento,
cefalea (dolor de cabeza), náusea y vómitos si una persona bebe alcohol
mientras tomando el medicamento. Los síntomas pueden desencadenarse después
de beber la mitad de una copa de vino o la mitad de un trago (shot) de licor
y duran desde una media hora a dos horas, según el nivel de la dosis del
medicamento y la cantidad de alcohol consumido. Una dosis de disulfiram
generalmente es eficaz para una a dos semanas. La sobredosis del medicamento
puede ser peligrosa, causando presión arterial baja, dolor del tórax, disnea
y hasta la muerte. Estudios no han revelado que el uso de disulfiram ejerza
efecto sobre el permanecer abstinente, aunque un estudio encontró que el
número total de días en que se bebía fue menos en las personas que tomaron
el medicamento. El medicamento también puede ser más eficaz en los pacientes
casados cuando sus cónyuges aseguran que lo toman.
Naltrexone.
Naltrexone (ReVia) por mucho tiempo se ha empleado para tratar la adicción
narcótica pero sólo recientemente se aprobó para tratar el alcoholismo.
Parece que el medicamento bloquea los efectos placenteros del alcohol.
Cuando se emplea conjuntamente con el asesoramiento para adicciones,
naltrexone reduce el deseo para el alcohol y ayuda a algunos alcohólicos a
que logren abstinencia y eviten una recaída. En un estudio pequeño de
hombres dependientes del alcohol, sólo 23% de los que tomaron naltrexone
sufrieron una recaída en contraposición con 54% de los que no tomaron el
medicamento. La reacción secundaria y adversa más común es la náusea la cual
generalmente es leve y temporal. Las dosis altas causan daño hepático. El
medicamento no debe ser administrada a alguien quien ha abusado los
narcóticos dentro de una semana a 10 días.
Acamprosate.
Acamprosate, un medicamento que bloquea los efectos placenteros del alcohol
al inhibir la transmisión del neurotransmisor ácido aminobutérico gamma
(GABA, gamma aminobutyric acid), ha probado ser eficaz en mantener la
abstinencia cuando combinado con una terapia para la adicción. Acamprosate
es plenamente eficaz después de cerca de una semana del tratamiento. Puede
causar diarrea ocasional.
Los antidepresivos.
La depresión es común entre las personas dependientes del alcohol y puede
conducir a una tasa mayor de recaídas. Un estudio pequeño reciente informó
que las personas administradas el antidepresivo desipramina (Norpramin,
Norpramine y Pertofrane) -estuvieran ellos deprimidos o no- tuvieron menos
días relacionados con el alcohol y un tiempo más largo entre recaídas que
aquellos no tomando el medicamento.
¿Por qué sufren recaídas las personas con alcoholismo?
Entre 80% y 90% de las personas tratadas para el alcoholismo sufren recaídas
-incluso después de años de abstinencia. Los pacientes deben entender que las
recaídas del alcoholismo son análogas a las erupciones recurrentes de las
enfermedades físicas crónicas. Un estudio encontró que tres factores colocaban a
una persona en alto riesgo para una recaída: la frustración y la ira, la presión
social y la tentación interna. El tratamiento para las recaídas, sin embargo, no
siempre requiere comenzar desde el nada (partir de cero) con desintoxicación o
la admisión a un ambiente de hospitalización; a menudo, la abstinencia puede
empezar el próximo día. Perdonándose a si mismo(a) y la persistencia son rasgos
esenciales para la recuperación permanente.
Estrés mental y emocional.
El alcohol bloquea el dolor emocional y a menudo se percibe como un amigo
fiel cuando las relaciones humanas fracasan; también se asocia con la
libertad y una pérdida de inhibición que compensa las rutinas diarias.
Cuando la persona alcohólica trata de dejar de beber, el cerebro busca
restaurar lo que percibe como su propio equilibrio. Las mejores armas del
cerebro contra la abstinencia son la depresión y la ansiedad (los
equivalentes emocionales al dolor físico) que continuan atrayendo a la
persona alcohólica hacia el beber mucho más después de que los síntomas de
abstinencia físicos se hayan detenido. Ni la inteligencia es un aliado en
este proceso, porque el cerebro empleará todos sus poderes de
racionalización para persuadir al paciente a que regrese a beber. Es
importante darse cuenta de que cualquier cambio de vida puede causar
aflicción temporal y ansiedad, hasta cambios para el bien. Con el tiempo y
la sustitución de otros placeres saludables, esta conmoción emocional se
debilita y puede superarse.
Relaciones sociales y la codependencia.
Uno de los problemas más difíciles que una persona con alcoholismo enfrenta
es estando alrededor de las personas que pueden beber socialmente sin
peligro. Un sentido de aislamiento, una pérdida de gozo y la creencia del
exbebedor de que lástima -no respeto- guia el comportamiento de un(a)
amigo(a), puede conducir a la soledad, a la autoestima baja y a un deseo
fuerte para beber. Los amigos cercanos y hasta los compañeros íntimos pueden
tener dificultades en cambiar sus respuestas a esta nueva relación sobria y,
aún peor, promover un retorno al beber. Los cónyuges pueden haber construido
sus propias autoimágenes sobre el sobrevivir de sus parejas o el manejo de
sus comportamientos difíciles y encuentran el significado de sus vidas
amenazados por la abstinencia. Los amigos quizás no acepten fácilmente al
amigo(a) sobrio(a) y tal vez más calmado(a). En tales casos, si los
compañeros o amigos no pueden cambiar, entonces la separación puede ser
necesaria para la supervivencia. No es nada extraño que, cuando confrontada
con tales pérdidas, una persona regresa al beber. El mejor curso en estos
casos es promover a los amigos y miembros de familia cercanos que busquen la
ayuda también. Afortunadamente, grupos como Al-Anon existen para esta
finalidad.
Presiones sociales y culturales.
Los medios de comunicación representan los placeres y el humor de beber en
anuncios y en la programación. Los beneficios médicos de beber leve a
moderadamente con frecuencia se divulgan, dando a los exbebedores la excusa
espuria de regresar al alcohol para su salud.
¿Cuáles son los riesgos y los beneficios de beber moderadamente?
Las personas que no deben beber bajo ninguna circunstancia son aquellas menores
de 21 años, que tienen dependencia en el alcohol u otros problemas médicos, que
están tomando medicamentos que interactúan con el alcohol, y las mujeres que
están embarazadas. Las personas no deben beber antes de conducir u ocuparse en
las actividades que requieren habilidad y atención. Un estudio reciente de los
pacientes de sala de emergencias encontró que habiendo tomado más de una bebida
duplicaba el riesgo para la lesión y más de cuatro bebidas aumentaba el riesgo
once veces. Muchos adultos sanos pueden derivar algunas prestaciones salubres
del beber leve a moderadamente, que en general se define como no más de una
bebida al día para las mujeres y no más de dos para los hombres. Una bebida
consta generalmente de 12-oz de cerveza, 5 oz de vino, o 1.5 oz de licor de una
graduación de 80. Un estudio reciente definió el beber problemático en los
hombres como ser más de 4 bebidas en un día o un máximo de 16 bebidas por semana
y en las mujeres como 3 por día y 12 por semana. El beber leve a moderadamente
parece tener ciertos beneficios sobre los niveles de colesterol, incluyendo
elevar los niveles de colesterol de HDL (altos niveles de HDL se consideran
buenos) y reducir el riesgo de la cardiopatía. En los ancianos, puede estimular
el apetito, ayudar a promover la función intestinal regular y mejorar el estado
de ánimo. Puede reducir el riesgo de los accidentes cerebrovasculares causados
por el endurecimiento de las arterias (aunque aumenta el riesgo del tipo de
accidente cerebrovascular menos común, el cual es causado por hemorragia.)
¿Donde más se puede obtener ayuda para el alcoholismo?
Alcoholics Anonymous (Alcohólicos Anónimos)
P.O. Box 459
Grand Central Station
New York, NY 10163
Llame al 212-870-3400
o visite su sitio en el Internet: http://www.alcoholics-anonymous.org/
Horarios de las reuniones para este grupo pueden averiguarse al llamar
el AA en el directorio de teléfonos. Si no se encuentra,
pregunte a un médico, a un clérigo o a un hospital.
Al-Anon Family Group Headquarters, Inc. (Oficina Central del Grupo de Familia
Al-Anon)
1600 Corporate Landing Pkwy
Virginia Beach, VA 23454-5617
Llame al 800-344-2666 en los Estados Unidos y al 800-443-4525 en Canada para las
reuniones.
O llame al 800-356-9996 en los Estados Unidos y al 800-714-7498 en Canada para
literatura.
Al-Anon fue comenzado por la esposa del fundador de Alcohólicos Anónimos
para ayudar a las familias de alcoholicos. Proporcionan reuniones establecidas
similares a las de AA y materiales educativos. También disponible a través de
Al-Anon es Alateen, una asociación de apoyo para los adolescentes afectados
por personas con alcoholismo. (Este grupo no es para adolescentes con problemas
del beber).
National Clearinghouse of Alcohol and Drug Information (Centro Nacional de
Información sobre el Alcohol y las Drogas)
P.O. Box 2345
Rockville, MD 20852
Llame al 800-729-6686 o visite su sitio en el Internet: http://www.health.org/
Ofrece muchas publicaciones sobre el alcohol y el abuso de sustancias.
Hazelden Foundation (Fundación Hazelden)
P.O. Box 11
Center City, MN 55012-0011
Llame al 800-257-7800 o visite su sitio en el Internet: http://www.hazelden.org/
Centro de tratamiento para la dependencia química que proporciona
materiales educativos para adultos y adolescentes.
Su sitio en el Web es muy útil.
National Council on Alcoholism (Consejo Nacional sobre el Alcoholismo)
12 West 21st Street
New York, NY 10010
Llame al 800-NCA-CALL o visite su sitio en el Internet: http://www.ncadd.org/
Su número de 800 es una línea caliente que requiere un teléfono de botones.
Un mensaje grabado proporcionará un número local para orientación,
ayuda e información después de que el individuo marque su código postal.
En el Internet:
http://www.recovery.org/aa/ es un sitio privado en el Web con buenas conexiones
a otros sitios sobre el alcohol.
Fuentes adicionales de información reciente
"Alcoholism: new insights on old problem" ("Alcoholismo: Nuevas perspectivas
sobre un problema viejo"). HealthNews, May 7, 1996.
"Antidepressant therapy for primary alcoholism" ("Terapia antidepresiva para el
alcoholismo primario"). Journal of the American Medical Association, March 13,
1996.
"Drug approved to treat alcoholism" ("Medicamento aprobado para tratar el
alcoholismo"). FDA Consumer, April 1995
"On your mind" ("En tu mente"). Consumer Reports On Health, February 1996
"Measuring alcohol's effect on you" ("Midiendo el efecto de alcohol sobre
usted"). Johns Hopkins Medical Letter, Health After 50, April 1996
"Seminars in Medicine of the Beth Israel Hospital, Boston: Medical Disorders of
Alcoholism" ("Seminarios sobre medicina del Hospital Beth Israel, Boston:
Trastornos médicos del alcoholismo"). New England Journal of Medicine, October
19, 1995
Examen Selctivo Corto de Michigan sobre el Alcoholismo
The Brief Michigan Alcoholism Screen Test, MAST
1. ¿Piensa usted que es un bebedor normal?Si (0)No (2)
2. ¿Piensan sus amigos o familiares que usted es un bebedor
normal?Si (0)No (2)
3. ¿Ha asistido alguna vez a un reunión de Alcohólicos Anónimos
(AA)?Si (5)No (0)
4. ¿Ha perdido usted amigos o compañeros íntimos a causa del
beber?Si (2)No (0)
5. ¿Se ha visto en problemas en el trabajo alguna vez a causa del
beber?Si (2)No (0)
6. ¿Ha descuidado o desatendido sus obligaciones, su familia, o su
trabajo por más de dos días seguidos a causa de que estaba
bebiendo?Si (2)No (0)
7. ¿Ha tenido alguna vez delirium tremens o temblores severos,
escuchado voces, o visto cosas que no estaban allí después de beber
fuertemente?Si (2)No (0)
8. ¿Ha buscado ayuda con alguien para su beber?Si (5)No (0)
9. ¿Ha estado en un hospital a causa de su beber?Si (5)No (0)
10. ¿Ha sido arrestado por conducir ebrio(a) o por conducir después
de beber?Si (2)No (0)
Note: Alcoholismo es indicado por una puntuación mayor que cinco. Datos de "The
Brief MAST: A Shortened Version of the Michigan Alcoholism Screen Test," por
A.D. Pokorny, B.A. Miller, y H.B. Kaplan, American Journal of Psychiatry,
129:342, 1972 ©1972 American Psychiatric Association. Impreso con permiso.
Ultima actualización 8/96
Los reportes de Well-Connected son escritos por escritores médicos con
experiencia y revisados y editados por los editores de casa de la Compañia y por
una junta de médicos de la Escuela de Medicina de Harvard y del Hospital General
de Massachusetts. Los reportes se distinguen de otras fuentes de información
disponibles a pacientes y consumidores de servicios para el cuidado de salud por
su calidad, detalle informativo y actualidad. La junta consultiva de médicos
entonces revisa la pertinencia y la exactitud de la información actualizada.
Estos reportes no sirven el propósito de substituir la ayuda o el consejo
profesional médico sino más bien para ser utilizados como una ayuda en el
entendimiento del conocimiento médico actual. Un médico siempre debe ser
consultado para cualquier problema de salud o condición médica. Los reportes no
pueden ser duplicados sin el consentimiento expreso del promulgador.
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