Pregúntale a NOAH sobre la diabetes Diabetes: La dieta ¿Por qué requieren dietas especiales las personas con diabetes? ¿Cuáles son las normas generales de una dieta para la diabetes? ¿Cómo se mantiene una dieta diabética? ¿Qué otros comportamientos ayudan a controlar la diabetes? ¿Dónde más puede obtenerse información sobre dietas para la diabetes? Recuadros Indice de glicemia de algunos alimentos Niveles de calorías y números de intercambio ¿Por qué requieren dietas especiales las personas con diabetes? Las dos formas principales de la diabetes, Tipo I y Tipo II, comparten una característica central: niveles de azúcar en la sangre (glicemia o glucemia) elevados debido a insuficiencias absolutas o relativas de insulina, una hormona producida por el páncreas. La insulina es un regulador clave del metabolismo del cuerpo. Después de las comidas, los alimentos son digeridos en el estómago y en los intestinos; los carbohidratos son descompuestos en moléculas de azúcar, de las cuales glucosa es una, y las proteínas son digeridas en sus elementos constitutivos, los aminoácidos. La glucosa y los aminoácidos son absorbidos directamente en el torrente sanguíneo y elevan los niveles de azúcar en la sangre. Normalmente, esto señala a las células beta del páncreas para que secreten insulina, la cual se vierte en el torrente sanguíneo. La insulina, a su vez, permite a la glucosa y a los aminoácidos entrar en las células -más importante, en las células musculares- donde, junto con otras hormonas, decide si estos nutrientes se quemarán para energía o se almacenarán para uso futuro. Conforme el nivel de azúcar en la sangre se cae a niveles como esos antes de una comida, el páncreas reduce la producción de insulina y el cuerpo emplea su energía almacenada hasta que la próxima comida proporciona nutrientes adicionales. En la diabetes tipo I, también conocida como diabetes insulinodependiente o diabetes de inicio juvenil, las células en el páncreas que producen insulina, conocidas como las células beta, son destruidas gradualmente; con el tiempo la deficiencia de insulina es absoluta. Sin insulina para mover la glucosa en las células, los niveles de azúcar en la sangre se vuelven excesivamente altos, una condición conocida como hiperglicemia. El azúcar, la cual el cuerpo no puede usar sin insulina, se vierte en la orina y se pierde. Debilidad, pérdida de peso, hambre y sed excesivos se encuentran entre las consecuencias de esta "inanición en medio de abundancia". Los pacientes se vuelven dependientes de la insulina administrada para sobrevivir. El control alimenticio es muy importante y debe centrarse en balancear la ingesta de alimentos con la ingesta de insulina y el gasto de energía por el esfuerzo físico. Diabetes tipo II, también conocida como diabetes no-insulinodependiente o la diabetes de inicio maduro, es por mucho el tipo de diabetes más común. La mayoría de los diabéticos tipo II producen cantidades variables -hasta normales- de insulina, pero son resistentes a la insulina; o sea, tienen anormalidades en las células del hígado y de los músculos que bloquean su acción. Muchos diabéticos tipo II, sin embargo, parecen ser incapaces de secretar suficiente insulina para superar esta resistencia; es probable que en tales casos hay un defecto adicional en la secreción de insulina por las células beta. La obesidad es común en los diabéticos tipo II y esta condición parece estar relacionada con la resistencia a insulina. La meta primaria para los pacientes sobrepesos de diabetes tipo II es la pérdida de peso y el mantenimiento. Mientras muchos pacientes pueden controlar este tipo de diabetes con una dieta o con medicamentos que estimulan el páncreas para liberar insulina, comúnmente la enfermedad empeora y puede requerir administración de insulina. Las personas con ambos tipos de diabetes se encuentran en peligro de varias complicaciones médicas, incluyendo la cardiopatía y la enfermedad renal. Los requisitos alimenticios para la diabetes deben tomar estos trastornos en consideración. [Para más detalles sobre otros aspectos de la diabetes, por favor véanse el Reporte #9 Diabetes tipo I y el Reporte #60 Diabetes tipo II de Well-Connected]. ¿Cuáles son las normas generales de una dieta para la diabetes? Para la mayoría de las personas con diabetes, el control de la dieta es la clave para controlar esta enfermedad difícil. Esto también es sumamente difícil. El estado actual de la dieta diabética está en flujo, y en este momento, no hay dieta que satisfazca todas las necesidades de todas las personas con diabetes. Por otro lado, alguien que tiene diabetes necesita algún plan para su dieta. Un estudio de 18 meses de personas con diabetes tipo II no encontró diferencia entre una dieta alta en carbohidratos/alta en fibra, una dieta de bajo contenido de grasa y una dieta de manejo de peso; todos los grupos, sin embargo, experimentaron niveles de hemoglobina glicosilada inferiores y niveles de colesterol de LDL inferiores. No hubo cambios en el colesterol de HDL o en los triglicéridos. Los investigadores concluyeron que los beneficios positivos de las dietas se derivaban no de los regímenes específicos, pero porque las personas en el estudio fueron atentas y enfocadas. En otras palabras, cualquier dieta funciona si los pacientes trabajan con ella. Eligiendo una dieta saludable y luego realizando el esfuerzo son las claves primarias para un control exitoso de los niveles de la glucosa sanguínea. Sin embargo, hay algunas constantes. Todas las personas con diabetes deben tener como objetivo niveles saludables de lípidos (colesterol y triglicéridos) saludables y el control de la presión arterial. Las personas con diabetes tipo I y los diabéticos tipo II bajo insulina o medicación oral deben centrarse en coordinar la ingesta de calorías con la administración de insulina, en el ejercicio y en otras variables. Calorías adecuadas deben mantenerse para el crecimiento normal en los niños, para mayores necesidades durante el embarazo y después de la enfermedad. Para diabéticos tipo II sobrepeso que no están tomando medicación, tanto la pérdida de peso y el control de los azúcares en la sangre son importantes. Un peso razonable generalmente se define como lo que es realizable y sostenible, en lugar de uno que se define culturalmente como deseable o ideal. Y las reglas generales para comer saludable se aplican a todos: limite las grasas -particularmente las grasas saturadas-, la proteína y el colesterol, y consuma suficiente fibra y vegetales frescos. La mejor recomendación es que cada persona se reuna con un dietista profesional para planificar una dieta individualizada que considera todas las necesidades de la salud. Componentes alimentarios principales: Carbohidratos. Comparado con las grasas y las proteínas, los carbohidratos tienen el mayor impacto sobre el azúcar en la sangre. Los carbohidratos son o complejos (como en almidones), o sencillos (como en frutas y azúcares). Un gramo de carbohidrato equivale a cuatro calorías. No parece existir una diferencia entre los carbohidratos complejos y los azúcares sencillos en sus capacidades para elevar los niveles de glucosa sanguínea. Esto no implica que los diabéticos deben aumentar su ingesta de azúcares, pero ahora se recomienda que las personas con diabetes vigilen su ingesta total de carbohidratos, que no los separe en azúcares y almidones. Aunque la recomendación actual es que los carbohidratos deben proporcionar entre 50% y 60% de la ingesta calórica diaria, la dieta alta en carbohidratos y baja en grasa recientemente ha venido bajo observación. Diabéticos tipo I que tienden ser sobrepeso y resistentes a insulina producen glucosa en exceso después de la ingesta de carbohidratos, lo cual a su vez requiere más insulina que la procese. Esto conduce a la estimulación del apetito y producción de grasas. Algunos expertos creen que algunos diabéticos tienen problemas con el colesterol y con los niveles de triglicéridos cuando los carbohidratos constituyen más de 50% de la dieta. Si los triglicéridos son altos, los pacientes deben disminuir este nivel a un 45%. En todos casos, los carbohidratos que deben ser enfatizados son los carbohidratos complejos encontrados en granos enteros y en vegetales que ofrecen fibra así como nutrientes importantes. Aunque el azúcar no es el villano que una vez se pensó ser, todavía agrega calorías y aumenta los niveles de glucosa sanguínea rápidamente. El azúcar de las frutas (fructosa) produce un aumento más lento de glucosa que la sucrosa (el tipo más común de azúcar), aunque cantidades grandes de fructosa ejercen un efecto adverso sobre los niveles de colesterol. Azúcar en cualquiera forma no proporciona ningún nutriente y levantando la restricción para los niños con diabetes puede hacer aún más difícil proporcionar la dieta bien balanceada que ellos (y todos) los niños requieren. Las normas nuevas para etiquetas ahora requieren que se enumeren las cantidades de sucrosa o azúcar en gramos; los diabéticos deben evitar los productos que dicen que tienen más de 5g de azúcar por porción. Si no se enumeran cantidades específicas, los pacientes deben evitar productos que enumeran azúcar como uno de los primero cuatro ingredientes en la etiqueta. Los edulcorantes artificiales son alimentos aceptables. Estos incluyen sacarina, aspartame (Nutra-Sweet) y potasio acesulfame (Sweet One). Estudios tempranos encontraron que cantidades grandes de sacarina causa cáncer en ratas, pero estos resultados no parecieron aplicarse a los seres humanos. Aspartame es cerca de 180 veces más dulce que el azúcar, pero pierde su dulzura cuando es calentado y no se puede usar en los productos horneados. Puede agregarse a los alimentos cocidos en la estufa a fines del proceso de cocinar. Las personas con fenilcetonuria (PKU, phenylketonuria), un trastorno raro, no deben usar aspartame, y, en raros casos, el edulcorante causa cefalea (dolor de cabeza) leve o mareos. El potasio acesulfame puede usarse para hornear y cocinar, aunque carece de la textura de azúcar. Proteínas. Las proteínas deben proporcionar 12% a 20% de las calorías. Un gramo de proteína equivale a cuatro calorías. Los estudios están revelando que la reducción de las proteínas en la dieta ayuda a desacelerar la progresión de la enfermedad renal y algunos expertos recomiendan que cualquier persona con diabetes que no sea una mujer embarazada debe restringir la proteína a cerca de 0.4g por cada libra de su peso corporeal ideal -cerca de 10% de las calorías diarias. Grasas. Generalmente se recomienda que las grasas totales deben proporcionar no más de 30% de la dieta, con las grasas saturadas a un máximo de 10%. Las personas con cardiopatía, altos niveles de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL, low density lipoprotein), o aquellas quienes están tratando de perder de peso deben reducir la grasa total a 20% o 25% de su ingesta calórica con no más de 7% siendo de grasas saturadas, y mantener su ingesta de colesterol diaria a menos de 200mg. Las mujeres afroestadounidenses parecen ser particularmente vulnerables al daño de las grasas y están más a riesgo de una resistencia a insulina de dietas alta en grasas que mujeres no afroestadounidense. Las grasas saturadas deben evitarse siempre que sea posible. Aunque principalmente derivada de productos de origen animal, la grasa saturada también se encuentra en varios aceites -aceite de palma tropical, aceite de coco y aceite de mantquilla de cacao. Las personas con diabetes deben evitar los alimentos fritos. E pescado y las aves de corral sin cueros son preferibles a las carnes rojas. Eliminando los fiambres (coldcuts), las salsas cremosas (gravy) y comiendo quesos de bajo contenido de grasa o de leche desnatada ayuda a reducir la ingesta de grasas saturadas. Otros culpables potenciales para el riesgo de la cardiopatía son los ácidos transgrasos -aceites que se han endurecido mediante un proceso de hidrogenación. Las grasas hidrogenadas son contenidas en margarina, en manteca y en muchas comidas corridas y productos horneados, incluyendo la mayoría de los panes blancos. Cuando se compra la margarina, busque la que viene en forma líquida (liquid tub) hecha de grasas polisaturadas o de grasas mono no saturadas. Las grasas mono no saturadas (encontradas en aceite de oliva, aceite canola, en algunas nueces y en aguacates) y las grasas no saturadas (aceite de girasol, de safflower, de soya y de maíz) pueden ejercer algún efecto beneficioso sobre los niveles de lípidos, aunque las grasas no saturadas pueden reducir el colesterol de HDL (lipoproteínas de alta densidad, high density lipoprotein). Algunos estudios pequeños de pacientes con diabetes tipo II han encontrado mejores niveles de triglicéridos y ninguna diferencia en el control de glucosa en dietas altas en aceites mono no saturados comparadas con aquellas dietas altas en carbohidratos. La ingestión de calorías fue la misma para ambas dietas. Más estudios se necesitan sobre los beneficios de dietas altas en grasas mono no saturadas frente al riesgo de aumentar de peso en diabéticos tipo II. Una cucharadita de cualquier clase de grasa, sea aceite de oliva o mantequilla o manteca, equivale a cerca de cinco gramos, o 45 calorías. (Un gramo de todo tipo de grasa equivale a 9 calorías). Una nueva sustituta sintética de grasa, olestra, es hecha de azúcar y de aceite de vegetal y pasa por el cuerpo sin dejar nada de calorías de grasa atrás. Se usará primero en los alimentos de tentempiés (snack foods), como papas fritas. (Debe notarse que los alimentos que contienen esta sustancia todavía tienen calorías de sus propios carbohidratos y proteínas). Algunas personas que han comido hasta cantidades pequeñas, sin embargo, han experimentado retorcijones y diarrea leve a severa. La sustituta de grasa también agota el cuerpo de las vitaminas A, K, D y E y también de los nutrientes posiblemente combatientes del cáncer. Fibras, granos enteros y vegetales. La fibra es un componente alimenticio importante en la lucha para un equilibrio de colesterol saludable y se encuentra en vegetales, frutas y granos enteros. La fibra no puede ser digerida pero pasa a través de los intestinos, extrayendo agua con ella, y es eliminada como parte del contenido de los heces. Un estudio reveló que las personas con una dieta reducida en grasas y una ingesta de fibras de 25g al día redujó su colesterol por 13% comparado con 9% en otro grupo bajo la misma dieta de bajo contenido de grasa pero con 20g de fibra al día. En otro estudio, los pacientes con diabetes tipo II quienes aumentaron su ingesta de fibra a 55g al día experimentaron mejora en sus pesos corporales y glucosa sanguínea y en sus niveles de insulina. La fibra también ayuda a prevenir cáncer del colon y muchos problemas intestinales. Aunque toda la fibra alimenticia es beneficiosa para la salud, un tipo -fibra soluble- es particularmente útil para disminuir los niveles de colesterol en la sangre, posiblemente al eliminar los ácidos de bilis del intestino, las sustancias que desempeñan una función principal en la producción del colesterol. La fibra soluble también mejora los niveles de glucosa sanguínea, aunque probablemente no significativamente. Se encuentra en el afrecho de avena, en el frijol y en otras leguminosas, en la cebada, en las ciruelas y en diversas frutas y vegetales. Las personas que aumentan sus niveles de fibra soluble también deben aumentar su ingesta de agua y de líquidos. Es mejor obtener fibra alimenticia, soluble o insoluble, en la forma natural de granos enteros, nueces, leguminosas, frutas y vegetales. Si resulta difícil hacerlo, el Plantago psyllium, un grano encontrado naturalmente en la India, es un suplemento excelente de fibra soluble (Metamucil, Fiberall, Perdiem). La pectina, un tipo de fibra encontrada en manzanas, toronjas y naranjas, también puede proteger contra la cardiopatía. De particular importancia es la soya, encontrada en el frijol de soya, en tofu y en la leche de soya. Algunos estudios sobre ratas infantiles han implicado la soya y la harina de trigo en acelerar el desarrollo de diabetes tipo I. Este efecto se encontró sólo en ratas muy pequeñas (menores de 70 días). Estos alimentos no fueron nocivos más adelante. Los investigadores no saben que implicaciones esto puede tener en los niños a riesgo de diabetes. Los productos de soya parecen tener beneficios pricipales para las personas mayores y para aquellas con diabetes tipo II. Estudios recientes han encontrado que comer 20 a 25g al día (cerca de 5 a 6 onzas de tofu firme) puede reducir los niveles de LDL y de colesterol totales significativamente. Las personas que comen dietas ricas en soya también tienen un riesgo menor para la enfermedad renal. Las dietas altas en fibra y en ciertos vegetales, incluyendo productos de soya, pueden producir esponjamiento y gas que pueden ser aliviados en algunos casos por una enzima alfa-galactosidasa (Beano) que se vende sin prescripción. Debe notarse que este producto agrega 2 a 6g de carbohidratos por cada 100g de alimentos que se emplean con él. (Este producto no ejerció efecto sobre el gas producido de las alergias a los productos lácteos). Una dieta rica en granos enteros y en vegetales, en todos casos, se recomienda encarecidamente. Vitaminas y suplementos. Vitaminas antioxidantes. Por mucho tiempo se ha conocido que el colesterol lipoproteico de baja densidad (LDL, low density lipoprotein) es un factor principal en la promoción de la coronariopatía. Lo hace mediante la causa de ateroesclerosis, una condición mediante la cual placas de colesterol se acumulan en las arterias y restringen el flujo sanguíneo. Este proceso se acelera en las personas con diabetes. Ahora se conoce que cuando el colesterol de LDL es oxidado por radicales libres, sus acciones en causar ateroesclerosis son realzadas y se vuelve aun más peligroso. En algunos estudios, la vitamina E pareció ayudar al colesterol de LDL a que resistiera la oxidación y pareció reducir el riesgo de coronariopatía. Las personas en los estudios que dependieron sólo de fuentes alimenticias para la vitamina E mostraron poco beneficio, así que tomar suplementos es importante para cualquier protección. Debe notarse que la vitamina E suprime la glucosilación de hemoglobina, lo cual podría causar falsamente mejores resultados de la prueba ya que los niveles de glucosa mismos quizás no sean afectados. La función de otros antioxidantes, particularmente la vitamina C y el caroteno beta, en la prevención de cardiopatía es aún menos claro, aunque una encuesta reciente de médicos informó que 40% de ellos tomaban antioxidantes ellos mismos y dos terceras partes creyó que las personas en alto riesgo para la cardiopatía deberían tomarlos. En cualquier caso, las frutas y los vegetales oscuros, amarillos y rojos que contienen estas vitaminas junto con fibra y otros nutrientes importantes han comprobado tener beneficios para la salud para todos y siempre deben recomendarse sobre cualquier tipo de suplemento. Vitaminas B. Las vitaminas B también parecen tener algunos beneficios principales para el corazón. La niacina (vitamina B3) actualmente se prescribe para bajar tanto el colesterol de LDL como los niveles de triglicéridos, y para elevar los niveles de HDL. Aunque la niacina es disponible sin prescripción, un médico siempre debe supervisar su uso; en las dosis lo bastante altas como para tratar los niveles de colesterol anormales, la niacina puede elevar los niveles de azúcar en la sangre y producir otros efectos colaterales. Desde 1982, varios estudios importantes han demostrado un enlace entre los niveles sanguíneos elevados de hemocisteína, un aminoácido, y un mayor riesgo de ateroesclerosis. Nueva investigación indica que muchas personas con niveles altos de hemocisteína son deficientes en las vitaminas B6, B12, o en ácido fólico, y que los suplementos de estas vitaminas pueden bajar los niveles de hemocisteína a lo normal en unas cuantas semanas. Sin embargo, es demasiado temprano decir que las vitaminas B en realidad reducirán el riesgo de las enfermedades cardiovasculares. Minerales. La deficiencia de magnesio puede tener alguna función en la resistencia a insulina y en la presión arterial alta, pero ningún suplemento se recomienda al menos que un paciente se encuentre tener bajos niveles de este mineral. Para las personas que toman los diuréticos para la presión arterial alta, potasio extra puede necesitarse, pero en otros casos, incluyendo algunos problemas renales, un recargo de potasio puede ocurrir, así que ningún suplemento regular es recomendado sin consultar a un médico. Varias publicaciones populares han informado que los suplementos de cromo son beneficiosos para los pacientes diabéticos. Sin embargo, son beneficiosos solamente para las personas que están malnutridas y que tienen deficiencias de cromo. Ninguna evidencia existe de que el cromo beneficie a los diabéticos bien nutridos. Sodio. La sal puede elevar la presión arterial. Las personas con diabetes, que se encuentran en peligro de vasculopatías (enfermedades vasculares, relacionadas con los vasos sanguíneos), deben limitar la ingesta de sales, particularmente si tienen hipertensión. Un estudio ha indicado que una dieta de sal completamente restrictiva puede aumentar el riesgo para un ataque cardíaco, pero hasta que más estudios puedan confirmar este resultado, nadie debe eliminar toda la sal de su dieta. La meta debe ser limitar la ingesta de sodio diaria a menos de 2,400mg. Alcohol. El alcohol debe emplearse con mesura, si acaso. En las personas que toman insulina o medicamentos de sulfonilurea, el alcohol puede causar una reacción hipoglicémica, de la cual quizás el bebedor no sea ni consciente. Prevención de la hipoglicemia (shock de insulina). Para la prevención de las complicaciones de largo plazo de la diabetes, los expertos ahora están recomendando que los pacientes tipo I deben procurar mantener los niveles sanguíneos lo más cerca de lo normal posible. Tal tratamiento de insulina intensiva aumenta el riesgo de hipoglicemia, que ocurre cuando el azúcar en la sangre es sumamente bajo (menos de 60mg/dl). Es importante que los pacientes chequeen sus niveles sanguíneos lo más posible -cuatro veces al día o más. Los pacientes diabéticos siempre deben cargar consigo dulces (caramelos) duros, jugo o paquetes de azúcar. La familia y los amigos deben informarse de los síntomas y deben administrar tres a cinco pedazos de dulces duros, dos a tres paquetes de azúcar, o la mitad de una taza (cuatro onzas) de jugo de fruta si el paciente no se puede servir él o ella mismo(a). Si hay una respuesta inadecuada en 15 minutos, azúcar oral adicional debe proporcionarse o el paciente debe recibir tratamiento médico de emergencia incluyendo la administración intravenosa de glucosa. Los miembros de familia y los amigos pueden aprender a inyectar el glucagón, una hormona, que, a diferencia de la insulina, aumenta el azúcar en la sangre. ¿Cómo se mantiene una dieta diabética? Varios métodos alimenticios están disponibles para controlar los niveles de azúcar en la sangre. El método más sencillo es seguir la Pirámide de la Guía Alimentaria (Food Guide Pyramid), recomendada por el gobierno para todos. Algunos expertos creen que esto puede ser suficiente para muchas personas con diabetes. Los métodos alimenticios más complejos están disponibles para el control del azúcar en la sangre. Pueden ser eficaces, pero también son complejos y muchos pacientes se desaniman empleándolos. El método más común para controlar el azúcar en la sangre es el uso de Las Listas de Intercambio Diabéticos, diseñado por la Asociación Dietética Estadounidense (American Dietetic Association) y la Asociaciónes Diabética Estadounidense (American Diabetic Association). Los métodos más complejos incluyen contando los gramos de carbohidratos y ajustándolos según los niveles de glucosa sanguínea y tabulando la glucosa total disponible (TAG, total available glucose) derivada de los alimentos que se comen. La cuenta de las calorías generalmente es la base para la pérdida de peso. Si uno de estos métodos funciona en controlar los niveles de glucosa, no hay razón para elegir otro. Cada uno de ellos puede ser eficaz, pero porque reglamentando la diabetes es una situación individual, todas las personas con esta condición deben conseguir ayuda de un profesional en alimentos para seleccionar el mejor método. Por ejemplo, un diabético tipo II que está sobrepeso y es resistente a insulina puede necesitar tener un balance de carbohidrato-proteína diferente a la de un diabético tipo I delgado y en peligro de la enfermedad renal. Vigilancia. Las pruebas periódicas son esenciales para medir los niveles de glucosa y las complicaciones potenciales de la diabetes, como la presión arterial alta y los niveles de lípidos. Tales pruebas también pueden indicar si los planes de dieta actuales están beneficiando al paciente y si deben hacerse los cambios. El tratamiento intensivo actual para la diabetes tipo I generalmente requiere cuatro pruebas diarias o más de azúcar en la sangre. La terapia estándar en general ha sido una prueba de azúcar en la sangre diaria. En general, los niveles de glucosa deben mantenerse dentro del intervalo de la mitad de 100 después de una comida. La medición para la hemoglobina glicosilada (Hemoglobina A1) se hace periódicamente. Niveles de 11% a 12% de hemoglobina de glycolated, por ejemplo, indican niveles de glucosa de más de 300 mg/dl y, en consecuencia, pobre control de los carbohidratos. Niveles altos también indican problemas renales futuros y la necesidad de reducir la ingesta de proteínas. Las pruebas anuales de orina que muestran hasta vestigios microscópicos de una proteína conocida como albúmina también pueden indicar un riesgo futuro para la enfermedad renal grave. La presión arterial y los niveles de lípidos también deben vigilarse regularmente. Control de peso. El control de peso es una parte especialmente importante del manejo de la diabetes tipo II. Dado que los programas de pérdida de peso generalmente son tan infructuosos, sin embargo, los expertos ahora recomiendan que perdiendo entre 10 y 20 libras podría ser una meta razonable y puede controlar el azúcar en la sangre lo suficientemente. La pérdida de peso debe ser gradual; una libra por semana es una meta razonable. La restricción de calorías moderadas (250 a 500 calorías menos de lo que la ingesta diaria es generalmente) puede ser suficiente. (Muchos dietistas recomiendan evitar la báscula durante el estar a dieta; pesándose uno(a) mismo(a) diariamente es autoderrotante y hasta mirando la báscula una vez a la semana puede ser desalentandor). El único método para la pérdida de peso comprobado es reducir las calorías y el hacer ejercicios apropiadamente. No deben saltarse las comidas, en particular para las personas que están bajo insulina. Saltando comidas puede desarreglar el equilibrio entre la ingesta de alimentos y la insulina y también puede conducir al aumento de peso si alimentos extras se necesitan con demasiada frecuencia para compensar los niveles bajos de azúcar en la sangre. Es importante destacar que los trastornos del comer, como la bulimia y la anorexia, se han convertido en un grave problema dentro de la población general y son particularmente serios en los diabéticos tipo I. Un estudio informó que un 37% de mujeres diabéticas omitieron o subutilizaron la insulina para controlar el peso. Los hábitos dietéticos saludables junto con un buen control de la insulina son esenciales en controlar esta enfermedad compleja. Listas de intercambios diabéticos. Los intercambios diabéticos son seis listas diferentes de alimentos agrupados según los contenidos similares de calorías, carbohidratos, proteínas y grasas; estos son almidón/pan, carne, vegetales, fruta, leche y grasa. El objetivo de las listas de intercambio es mantener el equilibrio adecuado de carbohidratos, de proteínas y de grasas a través de todo el día. Las Listas de Intercambio pueden obtenerse con llamar o escribir a la Asociación de Diabetes Estadounidense (American Diabetes Association) [véase ¿Dónde más puede obtenerse información sobre dietas para la diabetes?]. En desarrollar un menú, los pacientes en primer lugar deben establecer con un médico o dietista sus requisitos alimenticios individuales, en particular el número óptimo de calorías diarias y la proporción de carbohidratos, grasas y proteínas. Una persona se permite cierto número de elecciones de intercambio de cada lista de alimentos al día. La cantidad y el tipo de estos intercambios se basan en varios factores, incluyendo el programa de ejercicio diario, la sincronización de las inyecciones de insulina y si un individuo tiene la necesidad de perder de peso, o la necesidad de reducir los niveles del colesterol o de la presión arterial. Las listas de intercambio luego deben emplearse para establecer menús para cada día que satisface estos requisitos. Alimentos pueden sustituirse unos por otros dentro de una lista de intercambio pero no entre las listas aunque tengan el mismo recuento de calorías. En todas las listas, excepto en la lista de frutas, las elecciones pueden duplicarse o triplicarse para suministrar una porción de ciertos alimentos (por ejemplo, 3 selecciones de almidón equivalen a una taza y media de cereal caliente o 3 selecciones de carne equivalen a un hamburguesa de 3 onzas). En las listas de intercambio, algunos alimentos son "libres". Estos contienen menos de 20 calorías por porción y pueden comerse en cualquier cantidad a través de todo el día al menos que se especifique un tamaño para la porción. Lo siguiente son las categorías dadas en las listas de intercambio: Almidones y pan. Cada intercambio bajo almidones y pan contiene cerca de 15g de carbohidratos, 3g de proteína y un vestigio de grasa para un total de 80 calorías. Una regla general es que 1/2 taza de cereal cocido, granos o pasta equivale a un intercambio, y una onza de un producto de pan es una porción. Carnes y quesos. Los grupos de intercambio para la carne y el queso son categorizados por la carne magra (sin grasa) y los sustitutos bajos en grasa, la carne y los sustitutos de grasa media, y alta grasa. Los intercambios altos en grasa deben emplearse un máximo de 3 veces a la semana. La grasa debe eliminarse antes de cocinar. Las cantidades de intercambio en la lista de carne generalmente son una onza y basadas en las carnes cocidas (tres onzas de carne cocida equivale a 4oz de carne cruda). Vegetales. Los intercambios de vegetales son de 1/2 taza si cocidos, 1 taza si crudos y 1/2 taza cuando en forma de jugo. Cada grupo contiene 5g de carbohidratos, 2g de proteína, y entre 2 a 3g de fibra. Los vegetales pueden ser frescos o congelados; los vegetales enlatados son menos deseables porque a menudo son altos en sodio. Deben ser cocidos al vapor o en el microondas sin que se les agregue grasa. Frutas y azúcar. Los azúcares ahora están incluidos dentro del recuento total de carbohidratos en las listas de intercambio. No se consideran ser tan peligrosos como una vez lo fueron para la diabetes, aunque los azúcares todavía no deben ser más de 10% de los carbohidratos diarios. Cada intercambio contiene cerca de 15g de carbohidratos para un total de 60 calorías. Leche y sustitutos. La lista de leche y sustitutos es categorizada por el contenido de grasa similar a la lista de carne. Un intercambio lácteo es generalmente una taza u 8oz. Para aquellas personas que están bajo dietas especiales para la pérdida de peso o para un bajo contenido de colesterol, las listas de leche desnatada y de muy bajo contenido en grasa deben seguirse, y el grupo lácteo entero debe ser evitado. Otras personas deben emplear la lista láctea completa con mucha mesura. Todas las personas con diabetes deben evitar las leches endulzadas, incluyendo la condensada, el chocolate, la leche malteada, los licuados, el suero de la leche (buttermilk) y las mezclas lácteas comerciales no hechas con edulcorantes artificiales. Grasas. La cardiopatía es un riesgo primario para las personas con diabetes, así que los alimentos que son bajos en grasa saturada, en transácidos adípicos y en colesterol, se recomiendan. Sin embargo la grasa no saturada -particularmente la mono no saturada- es un componente necesario de la dieta diabética. Un intercambio de grasa generalmente es 1 cucharadita pero puede variar. La cuenta de carbohidratos y el control de glucosa sanguínea. De los nutrientes, los carbohidratos tienen el mayor impacto sobre el azúcar en la sangre. Tanto las grasas como las proteínas desempeñan funciones menores solamente. Si todos los otros métodos alimenticios fracasan, la cuenta de carbohidratos puede ser beneficiosa, pero es muy compleja y requiere la colaboración del médico. Esta técnica depende del saber el número de carbohidratos necesarios durante el día, cómo calcularlos de los alimentos, y qué tan rápido diferentes alimentos aumentan los niveles de azúcar en la sangre. Para las personas con diabetes tipo I, lecturas múltiples de azúcar en la sangre se toman durante cierto tiempo para determinar los requisitos de insulina diarios que mantendrán el azúcar sanguíneo equilibrado. Un cálculo especial luego se hace para el número de gramos de carbohidratos que son cubiertos por esa dosis diaria de insulina. El próximo paso es encontrar el número de carbohidratos en los alimentos, para que la cantidad correcta pueda comerse para equilibrar la insulina. Las etiquetas ahora enumeran las cantidades de carbohidratos en los alimentos comercialmente preparados. Para los alimentos comunes que no tienen etiquetas, libros que proporcionan el porcentaje de carbohidratos a los nutrientes totales están disponibles. Estos requisitos calculados de carbohidrato, sin embargo, no cubren los períodos bajos de azúcar en la sangre causados por ejercicio y otras condiciones. Para compensar estos períodos, el paciente debe poder calcular el número de gramos de carbohidrato necesarios para lograr un nivel de azúcar en la sangre seguro. Un gramo de carbohidrato eleva el azúcar en la sangre por 3 puntos en las personas que pesan 200 libras, 4 puntos para aquellas que pesan 150 libras y 5 puntos para las que pesan 100 libras. El paciente luego debe elegir no tan sólo la cantidad apropiada de carbohidratos para elevar los niveles de glucosa, pero también las clases específicas que elevarán el azúcar en la sangre dentro de un plazo deseado. Por ejemplo, carbohidratos rápidos pueden necesitarse para disminuciones súbitas del azúcar en la sangre brevemente antes de una comida. Los carbohidratos lentos pueden ser útiles durante períodos largos de ejercicio. Para determinar los carbohidratos rápidos y lentos, se ha desarrollado un índice glicémico de los alimentos. El índice glicémico es un indicador de qué tan rápidamente alimentos específicos afectan al azúcar en la sangre [véanse los cuadros Indice de glicemia de algunos alimentos y Niveles de calorías y números de intercambio debajo]. El índice se basa en una escala de 1 a 100. (Por ejemplo, un comprimido de glucosa equivale a 100 y cuando tomado para la hipoglicemia puede traer alivio en 10 a 15 minutos). Los números dados a cada alimento no son aditivos. En otras palabras, agregando el cereal All Bran con un número del índice glicémico de 49 a un plátano con un índice de 61 no equivale a 110. Las combinaciones alimentarias, sin embargo, sí cambian el impacto sobre el azúcar en la sangre. Por ejemplo, una papa horneada tiene un índice muy alto de 87, pero cuando una grasa como la mantequilla se le agrega, el impacto se desacelera y el índice glicémico de los alimentos combinados es considerablemente menos del de la papa sola. Algunos estudios han revelado que las personas cuyas dietas son generalmente altas en alimentos que tienen un índice glicémico bajo mejoran el azúcar en la sangre, el colesterol y los niveles de triglicéridos que indican que el azúcar todavía puede ser una adición indeseable a una dieta diabética. Aunque tal control estricto de la glucosa generalmente se recomienda para la diabetes tipo I, hay evidencia creciente de que los pacientes tipo II también pueden beneficiarse. En un estudio que compara dos grupos de diabéticos tipo II en un programa de pérdida de peso, un grupo utilizó técnicas conductuales para promover la pérdida de peso. El otro grupo utilizó estas técnicas pero también autovigiló sus niveles de azúcar en la sangre y empleó los resultados con una cuenta de carbohidratos para determinar sus requisitos alimenticios. Ambos grupos mostraron una pérdida de peso igual pero sólo el grupo que empleó el método de contar los carbohidratos para controlar los niveles de glucosa mostró una disminución progresiva en hemoglobina glicosilada -un indicador de menos riesgo para la enfermedad renal. Otros factores que influyen en el mantenimiento de las dietas. Etiquetas alimentarias. Cada año miles de alimentos nuevos se introducen, muchos de ellos anunciados como ser nutricionalmente beneficiosos. Es importante para todos, especialmente para las personas con diabetes, poder diferenciar los reclamos anunciados de la verdad. Las etiquetas alimentarias actuales muestran el número de calorías de grasas, la cantidad de nutrientes que son potencialmente peligrosos (grasas, colesterol, sodio, azúcares) así como los nutrientes útiles (fibra, carbohidratos, proteínas, vitaminas). Las etiquetas también muestran los "valores diarios" ("daily values") -el porcentaje de una dieta diaria que cada uno de los nutrientes importantes ofrece en una sola porción. Lamentablemente, el valor diario se basa en 2,000 calorías, en general mucho mayor de lo que la mayoría de los diabéticos deben tener y las porciones quizás no sean equivalentes a aquellas en las Listas de Intercambio. La mayoría de las personas necesitarán recalcular los gramos y las calorías enumeradas en las etiquetas alimentarias para poder acomedir el tamaño de sus propias porciones y necesidades de calorías. Pesando y midiendo. Pesando y midiendo los alimentos es sumamente importante para conseguir el número correcto de calorías diarias. La mayoría de los alimentos y nutrientes se miden en gramos. Un gramo es muy pequeño, cerca de 1/28 de una onza. Los alimentos son pesados y medidos después de ser cocidos. Es importante tener una balanza alimentaria junto con tazas y cucharas de medir. Balanzas para medir los gramos pueden encontrarse en las tiendas gourmet y en las tiendas de suministro médico. Después de medir todos los alimentos durante una semana o más, la mayoría de las personas pueden hacer cálculos bastante exactos sin tener que medir todo cada vez que ellos comen. Sincronización. La sincronización de las comidas es particularmente importante para las personas que toman insulina; los tipos y las cantidades de alimentos así como las veces de comida y los tentempiés deben determinarse cuidadosamente para que los niveles de glucosa sanguínea se reglamenten adecuadamente. En general, las personas con diabetes tipo I deben comer cerca de 30 minutos después de tomar una inyección de insulina. Tres comidas deben comerse cada día a intervalos regulares -cerca de cuatro a cinco horas aparte. A menudo se necesitan tentempiés, pero deben ser incluidos como parte de los requisitos totales de las calorías diarias. ¿Qué otros comportamientos ayudan a controlar la diabetes? Ayuda profesional. Es muy importante trabajar con un médico y con un dietista para establecer el mejor plan de comida para las necesidades individuales, particularmente para los que necesitan mantener un control estricto de la insulina. Encontrar un dietista es sumamente útil; cerca de 3,000 dietistas registrados pertenecen al Grupo Dietético de Cuidado y Educación de Diabetes (Diabetes Care and Education Diatetic Practice Group) que es un subgrupo de la Asociación Dietética Estadounidense (American Dietetic Association) [véase ¿Dónde más puede obtenerse información sobre dietas para la diabetes? debajo]. Los individuos deben trabajar con sus socios profesionales de la salud para desarrollar menús semanales y gráficas con metas de corto plazo para los niveles de azúcar en la sangre y metas de largo plazo para la hemoglobina glicosilada, el colesterol, la presión arterial y el peso. Lamentablemente, aunque un dietista capacitado es crítico como un socio médico como un médico para las personas con diabetes, hasta ahora pocas pólizas de seguro reembolsan la educación nutricional. Ejercicios. El ejercicio regular es importante para el tratamiento de ambos tipos de diabetes. El ejercicio aeróbico es mejor; caminar, correr, andar en bicicleta, nadar y los bailes aeróbicos son ejemplos. El ejercicio ayuda a bajar el azúcar en la sangre mediante el aumento de la sensibilidad tisular a la insulina; también ayuda a bajar la presión arterial, mejorar los niveles de colesterol, reducir los tejidos grasos y reducir el riesgo de las enfermedades cardiovasculares. Los pacientes que están tomando medicamentos que reducen el azúcar en la sangre, en particular la insulina, deben tomar precauciones especiales antes de embarcarse en un programa de ejercicios. Dado que los niveles de glucosa pueden subir y bajar extraordinariamente durante los ejercicios en la diabetes incontrolada, los diabéticos deben vigilar sus niveles cuidadosamente antes, durante y después de hacer ejercicios. Retarde el ejercicio si la glucosa sanguínea es más de 250mg/dl o menos de 100mg/dl. Para evitar hipoglicemia, los diabéticos deben inyectarse la insulina en sitios lejos de los músculos que más usan durante los ejercicios. También deben evitar el alcohol. Finalmente, los atletas insulinodependientes pueden necesitar reducir las dosis de insulina o ingerir más carbohidratos, especialmente en la forma de tentempiés antes de los ejercicios (la leche desnatada es particularmente útil). Dado que los diabéticos pueden tener cardiopatía silenciosa, siempre deben acudir a sus médicos antes de emprender algún ejercicio enérgico. ¿Dónde más puede obtenerse información sobre dietas para la diabetes? American Diabetes Association (Asociación Estadounidense de la Diabetes) Centro de Servicio Nacional Alexandria, VA 22314 Llame al 800-232-3472 o al 800-DIABETES. Llame o escriba para recibir "Listas de intercambio para la planificación de comidas", (Exchange Lists for Meal Planning), "Leyendo de etiquetas alimentarias" (Reading Food Labels) y "Un mes de comidas" (Month of Meals). Las publicaciones incluyen la revista mensual para pacientes, La predicción de diabetes (Diabetes Forecast), las revistas profesionales La diabetes (Diabetes), El ciudado de la diabetes (Diabetes Care) y El espectro de diabetes (Diabetes Spectrum), y folletos y libros. También ofrecen "El libro de cocina para la familia de la Asociación Dietética Estadounidense" (The American Dietetic Association Family Cookbook). American Dietetic Association (La Asociación Dietética Estadounidense) 216 West Jackson Boulevard Suite 800 Chicago, IL 60606-6995 Esta organización proporciona nombres de dietistas y de programas locales a través de su Consultorio Telefónico de Referencia de Dietistas (Dietitian Referral Hotline). Llame al 800-366-1655 de 9AM a 4PM. National Diabetes Information Clearinghouse, NDIC (Centro de Distribución de Información sobre la Diabetes) Box NDIC Bethesda, MD 20892 El Centro de Distribución de Información forma parte del Instituto Nacional de Diabetes y de Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases) y es una fuente completa de información sobre la diabetes. Ofrece una búsqueda de bibliografía sobre cualquier tema a ningún costo (llame al 301-654-3327). Para quienes tienen computadoras, varios programas de computación están disponibles que ayudarán a calcular y a analizar las comidas diarias. No están disponibles en tiendas. Chequee con el NDIC para una lista de casas editoriales disponibles y solicite descripciones detalladas y demostraciones, si disponibles. Asegúrese que los programas tengan las últimas normas. Indice de glicemia de algunos alimentos PANES pan de centeno alemá (pumpernickel)49 pan de centeno (rye)64 pan blanco72 pan de trigo entero72 GRANOS cebada22 arroz pardo59 maíz dulce58 arroz blanco72 FRIJOLES horneados43 garbanzos36 judía (kideny bean)33 lentejas rojas27 soya13 PRODUCTOS LEVES helados38 leche34 yogur38 CEREALES All Bran54 Corn Flakes83 Swiis Muesli60 Oatmeal53 Puffed Rice90 Shredded Wheat70 PASTA ALIMENTICIA macaroni46 espagueti38 espagueti enriquecido con proteína28 FRUTAS manzana38 plátano61 naranja43 jugo de naranja49 fresas32 PAPAS puré de papa instantáneo86 puré de papa72 new potato58 batata50 blancas87 ñames54 TENTEMPIES papitas de maíz72 galletas de harina de avena57 papas fritas56 AZUCARES fructosa22 miel91 azúcar refinada64 Niveles de calorías y números de intercambio El recuadro debajo enumera los diferentes niveles de calorías con los números de intercambios diarios sugeridos para cada lista alimentaria. Número de intercambios por día para diversos niveles de calorías Calorías 1200 1500 1800 2000 2200 Almidón/pan 5 8 101113 Carne4 5 7 8 8 Vegetales2 3 3 4 4 Frutas3 3 3 3 3 Leche2 2 2 2 2 Grasas3 3 3 4 5 Ultima actualización 11/95 Los reportes de Well-Connected son escritos por escritores médicos con experiencia y revisados y editados por los editores de casa de la Compañia y por una junta de médicos de la Escuela de Medicina de Harvard y del Hospital General de Massachusetts. Los reportes se distinguen de otras fuentes de información disponibles a pacientes y consumidores de servicios para el cuidado de salud por su calidad, detalle informativo y actualidad. La junta consultiva de médicos entonces revisa la pertinencia y la exactitud de la información actualizada. Estos reportes no sirven el propósito de substituir la ayuda o el consejo profesional médico sino más bien para ser utilizados como una ayuda en el entendimiento del conocimiento médico actual. Un médico siempre debe ser consultado para cualquier problema de salud o condición médica. Los reportes no pueden ser duplicados sin el consentimiento expreso del promulgador. Junta editorial © 1996 Nidus Information Services Nidus Information Services (Servicios de información Nidus) Well Connected 175 Fifth Avenue, Suite 2338 New York, New York 10010 1-800-334-WELL (9355) 212-260-4268 Telefax 212-529-2349 Email: nidus@panix.com (Por favor, sólo mensajes en inglés. Gracias). Este material ha sido traducido al español utilizando software especial proporcionado por la Organización Panamericana de la Salud (Pan American Health Organization, PAHO) y poseditado por el personal de NOAH. Esta página ha sido publicada por los miembros del personal de NOAH. Desafortunadamente, NOAH no es capaz de responder a preguntas personales relacionadas a la salud, sin embargo, por favor vea nuestros recursos adicionales de información médica. 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