Una experiencia piloto de trabajo comunitario |
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Artículo publicado en Sistemas Familiares,
Año 7, N* 2, Agosto de 1991
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El propósito del presente trabajo es informar acerca de la experiencia, desarrollada con un grupo de docentes del distrito escolar de La Matanza (provincia de Buenos Aires), que tuvo como objetivo el abordaje de los problemas de conducta en el aula, partiendo de una concepción interaccional sistémica.
El aporte de la modalidad de dicho abordaje consiste, fundamentalmente, en el hecho de centrar en el docente la posibilidad de operar sobre las interacciones percibidas como problemáticas, locual permite observar modificaciones significativas con economía de recursos.
En los últimos años, de acuerdo con la experiencia de los docentes del distrito escolar de La Matanza, se han ido incrementando sin pausa los problemas de conducta en el aula. Una de las principales características es la prevalencia, cada vez mayor, de conductas violentas entre los alumnos de escuelas primarias.
Según las últimas estimaciones, el partido de La Matanza, ubicado al sudoeste de la Capital Federal, cuenta con 1.500.00 habitantes, de los cuales el 31,9% tiene entre 0 y 14 años. Dentro del partido se observan grandes diferencias socioeconómicas entre las distintas localidades, de acuerdo con su cercanía a la Capital Federal. Por ejemplo, Ramos Mejía, con 113.500 habitantes, tiene 5,6% de hogares con necesidades básicas insatisfechas (NBI), mientras que González Catán, en el otro extremo, y que cuenta con 100.000 habitantes, tiene un 46,8% de hogares con NBI.
En este marco, sucede un hecho de singular violencia en el aula(una herida de arma de fuego provocada por un alumno a otro) que actúa en el personal docente a modo de disparador, indicando la necesidad de contar con recursos adecuados para enfrentar, no sólo las situaciones violentas, sino también los problemas de conducta en general.
Ante esta situación, el personal del Centro de Investigaciones Eduacativas (CIE), dependiente del distrito escolar de La Matanza, realiza una consulta la Centro Privado de Psicoterapias y solicita asesoramiento profesional para informarse sobre cómo debe manejar estas situaciones.
Aunque no contamos con datos cuantitativos, la descripción hecha por el personal docente, de muchos casos que no han podido ser resueltos satisfactoriamente, es la siguiente:
"Si el sistema es lo que elobservador operador denomina como tal, se trata de elegir el más conveniente. Esto quiere decir la unidad de abordaje conceptual y pragmáticamás adecuada, para que ese operador particular pueda ayudar a alcanzar cierta modificación deseable para los consultantes". (7)
Por consiguiente, el problema de la maestra en el aula no se soluciona y, lo que es peor aún, esta consulta fallida disminuye la posibilidad de una nueva consulta; en el caso de que ésta se realizara, el alumno problemático tendría bajas probabilidades de alcanzar un grado aceptable de éxito, dado que "ya probamos y no resultó". Al mismo tiempo los miembros del Gabinete se sienten impotentes frente a este tipo de casos.
Por intermedio del CIE se organizó, en octubre y noviembre de 1989, una experiencia piloto acotada a tres talleres quincenales, con personal docente (maestras y miembros del Gabinete Escolar) e integrantes del área de Psicología, quienes concurrieron por voluntad propia.
Cada taller fue dividido en dos partes, de acuerdo con sus objetivos. En la primera parte (de dos horas y media de duración) participó todo el personal detallado anteriormente. El objetivo fue entrenar a los docentes en la visión interaccional de las dificultades planteadas y la búsqueda de soluciones alternativas. En la segunda parte sólo participó personal del área de Psicología y del Gabinete, y la finalidad fue entrenarlopara la coordinación de futuros talleres de este tipo.
Estos talleres culminaron con la presentación de un panel, formado por el autor de este artículo y algunos de los participantes en dichas actividades, en las Jornadas Docentes del Area I del distrito escolar, donde se presentó la experiencia frente a un gran número de docentes, muchos de los cuales se mostraron interesados en experimentarla.
La metodología empleada en los talleres fue, en la primera parte, la presentación a cargo de los docentes de los casos problema. Estos fueron analizados a la luz del modelo de resolución de problemas del Brief Therapy Center del Mental Research Institute (MRI) de Palo Alto. Los resultados fueron los siguientes:
En la realización de este trabajo se buscó potenciar los recursos propios de cada uno de los asistentes (tales como ideas, habilidades, experiencias previas, aptitudes, etc.) estimulando la participación y la creatividd del grupo en la elaboración de líneas de acción a seguir. Especialmente, se evitó la simple prescripción de directivas acerca de qué ahcer en cada caso específico, ya que sólo servirían para desempantanar casos. En cambio, de esta manera, se posibilita el desarrollo de habilidades individuales y grupales que permiten cnstruir los problemas de amneras alternativas y, consecuentemente, soluciones opcionales a las que resultan ya ineficaces.
En la segunda parte del taller, en la que participó solamente el personal del Gabinete y del Area de Psicología, se analizó lo realizado en la primera parte, explicando y fundamentando cada uno de los procedimientos empleados. El objetivo era que los participantes aprendieran la metodología y las premisas de este trabajo para que pudieran reproducir la experiencia.
Las premisas que guiaron nuestra intervención pueden ser resumidas de la siguiente manera:
Pensamos que esta foema de acción comunitaria tiene varias ventajas.
En primer lugar, se proporciona al personal docente y del Gabinete una capacitación en un modelo de resolución de problemas queha demostrado ser efectivo y fecundo en otros terrenos, transformándolos en agentes de salud, produciendo un efecto multiplicador muy amplio, porlo cual la población cubierta y beneficiada por este trabajo es sumamente extensa.
En segundolugar, se aprovechan los recursos humanos existentes, sin necesidad de crear nuevos problemas, tales como requerir más nombramientos, partidas, etc. para encarar los problemas de conducta y violencia escolar.
En tercer lugar, disminuirían las derivaciones a tratamientos psicoterapéuticos, evitando pérdidas de horas laborales a la familia, y economizándose horas del profesional en centros de salud mental y hospitales.
En cuartolugar, se incrementa el sentimiento subjetivo de competencia del personal docente, lo que a modo de profecía autocumplidora, debería actuar en beneficio de la eficiencia de la tarea realizada.
En quintolugar, se puede mejorar la relación entre los docentes, los integrantes de los gabinetes y los directivos, en la medida en que cada subsistema puede ser más efectivo y más útil a las demandas de los otros.
A partir de la presente experiencia piloto, entendemos que este esquema de acción comunitaria, el cual opera con quienes tengan capacidad de acción sobre el problema planteado, es un modelo tan efectivo comoeconómico (en términos de recursos humanos y materiales) que puede cubrir áreas sumamente extensas de sectores a los que no llegaríade otra manera.
De cualquier modo, es una experiencia que debe ser realizada durante un lapso más prolongado y con un seguimiento adecuado, para que pueda extenderse en forma más generalizada y de manera más sólida.
1. Casabianca, R. y Hirsch. H., Cómo equivocarse menos en terapia. Un registropara el modelo MRI. Universidad Nacional del Litoral. 1989.
2. Fisch, R., Weakland, J. y Segal, L., La táctica delcambio. Barcelona, Herder, 1982.
3. Frankel, D. "Análisis situacional de las condiciones de vida de la juventud de sectores populares del conurbano bonaerense". Boletín Argentino de Psicología, vol. II, N* 8, 1989, pág. 9-15.
4. Haley, J. Terapia para resolver problemas. Buenos Aires, Amorrortu.1988.
5. Herr, J. y Weakland, J., Terapia interaccional y tercera edad. Buenos Aires, Nadir Editores. 1979
6. Hirsch, H., Rosarios, H. y Bello, J., "Salud mental. Una experiencia de prevención primaria". Medicina y sociedad, vol. 2, N* 2, 1979, pág. 83-95.
7. Hirsch, H. y Rosarios H., Estrategias psicoterapéuticas institucionales. La organización del cambio. Bs. As., Nadir, 1987.
8. Kelmanowicz, V. et al., "Pinocho: una metamorfosis conceptual. Aprendiendoa no fracasar: una modalidad de abordaje para los problemas de aprendizaje". Sistemas Familiares, Año 5, N* 3, 1989, pág. 47-59.
9. Watzlawick, P., Weakland J. y Fisch, R,. Cambio. Formación y solución de los problemas humanos. Barcelona, Herder. 1976.
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