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Benemérita Centenaria y Heróica Compañía de Bomberos Voluntarios Lima Nº 4


Reseña Histórica leída con motivo del Centésimo

 Trigésimo Cuarto Aniversario de la Bomba LIMA

Por : Sub Teniente CBP. JUAN JOSE BARDALES SIFUENTES

Viernes 21 de Abril del 2000

 

Que lejos estaban de pensar e imaginar los vencedores de la guerra de independencia, que años después, España intentaría en el futuro recuperar sus antiguas colonias bajo la careta de la mentira y la burla. Cuarenta años pasarían para que esa hipótesis de amenaza se convierta en realidad pretextando  mala administración en los países independizados, sumando el pedido de anexión realizado por el gobierno del pusilánime Pedro Santana, quien no podía gobernar la isla de Santo Domingo.

Así con un ánimo revanchista los hijos de los derrotados en los campos de Junín y Ayacucho se echaban a la mar llegando a nuestras costas, con una flota de buques, bajo la denominación de  Expedición Científica. El objetivo era muy claro: poner mano dura contra el Perú y obligarlo a pagar viejas cuentas. Pero  fue cuando la maquinaria  belicista española arrancó motores  después de ocurridos los sucesos en la Hacienda Talambo, donde en un confuso incidente resultasen  muertos un español y un peruano.

  Aun cuando el caso, como debía ser fue ventilado en Tribunales, España  exigía justicia a su manera, enviándonos al inefable Salazar y  Mazarredo para imponernos a toda costa sus prepotentes condiciones.  Como recordaremos,  el citado funcionario no fue atendido jamás  por autoridad peruana alguna,  generando éste hecho indignación a bordo de los buques españoles,  y dando comienzo  por fin al macabro plan  poniendo sitio a las Islas de Chincha.

Vendria después la ignominia denominada Tratado Vivanco-Pareja,  punto de partida para la revolución del general Mariano Ignacio Prado que a nombre de la Nación rechazaría semejante insulto.  El Perú se alzaba en armas contra la amenaza  dispuesto a frustrar hasta con la vida de sus hijos todo intento colonizador.  Pero nuestro país no estaba solo , sus hermanos de Chile, Bolivia, Ecuador y Colombia se le unieron para así convertirse en una sola fuerza americana.

Lamentablemente ,  el español resentido y traicionero no tardaria en insertar su primer golpe:  su  primera victima el indefenso Puerto Chileno de Valparaiso el cual bombardearía impunemente el 31 de marzo de 1866.

Todo ello , en venganza al revés y la vergüenza sufridas por sus buques en el inolvidable combate de Abtao;  y no contentos con este hecho tenebrosos blindados españoles pusieron proa al norte en busca de su nueva víctima:  el Callao,  a donde llegarían días después declarando al 2 de mayo como la fecha de un nuevo bombardeo. 

Por su parte, militares y civiles, se pusieron de pie para iniciar la protección de la plaza y la defensa del honor nacional. La cuota de ejemplo la pusieron los italianos y franceses residentes en Lima, cuando formaron sus respectivas corporaciones de bomberos, ante la amenaza de un posible y devastador incendio,  producido por el bombardeo. La Honorable Municipalidad de Lima no se quedó atrás,  convocando en una Sesión histórica a la juventud selecta de la capital, para el Sabado 21 de abril al medio día.   Doscientos nueve inolvidables firmas,  fueron estampadas en el papel naciendo entonces la Bomba Municipal LIMA.  Doscientos nueve firmas  que servirían de pilares eternos a la mística de la decana de las nacionales, siendo  su primer comandante el pintor y sindico de la Municipalidad  Francisco Lazo.

Días después la hora de la verdad llegó. Mediodía del  Miércoles 2 de mayo de 1866,  cincuenta cañones defendían al Callao contra los 300 cañones incendiarios de Valparaíso.  La América unida  estaba ese día en el puerto,  la razón y la justicia frente a la prepotencia. Cinco horas  duró aquella desigual y a la vez memorable jornada,  en el que le hicimos comer el polvo a los que pregonaban orgullosos desde sus cubiertas : “mas vale la honra sin marina, que la marina sin honra” ,  aquella  misma flota de Méndez Núñez la que al final tuvo que sanar  sus heridas protegidas por la mole de la isla San Lorenzo. 

Por nuestra parte,  a la pérdida de muchos defensores,  debíamos incluir en nuestra lista fatídica al inolvidable Juan Antonio Alarco Espinoza, quien se convirtió en el único Bombero de la Municipal LIMA, que luego del combate  no contestara presente a la hora de pasar lista en la Cruz de Blanco.  Alarco de 26 años había enrumbado a la eternidad en la misma explosión que le arrancara la vida al ilustre José Gálvez.  ! YO SOY PERUANO, A MI ME TOCA! , le dijo al mexicano Manuel  SUBIRIA, para después hacerse cargo del cañón con el que enrumbaría a la gloria.

  Aquella  tarde, la historia quedó escrita y desde ese día recordamos a Juan Antonio como el primer héroe de la Bomba LIMA y de nuestro querido Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú.

  La vida continua y luego de año y medio en que nuestra Bomba Lima estuvo en receso, el haz de luz volvía a encenderse  de la mano de algunos de sus antiguos miembros y de otros nuevos jóvenes ilustres ciudadanos. La juventud y madurez selecta de la ciudad se daría encuentro otra vez  un  8 de septiembre de 1868 pero esta vez serían comandados por el venerable José Francisco Andraca. 

 A partir de allí y con tan auspicioso pasado la Bomba LIMA se convertiría en una de las instituciones mas reconocidas queridas  e ilustres de la nación, pregonando incendio tras incendio el fin supremo de su lema HUMANIDAD Y PATRIA, lema que en  el  futuro sería integrado al  Cuerpo General de Bomberos Voluntarios, como DIOS – PATRIA - HUMANIDAD.  

Años después la hora difícil para el Perú  llegaba el 4 de abril de 1879. Chile, nuestro antiguo aliado contra España, nos declaraba la Guerra y ante esta  difícil situación no tardaron en llegar al escritorio de la comandancia de la Compañía, las carta de licencia de nuestros socios, quienes copiosamente señalaban :

“Ante Ud. Comandante me presento para pedir permiso de ausentarme por haber pedido un puesto en el ejercito que parte al sur en defensa de la Patria”

  y fue así como la   “L” heroica de la LIMA  estuvo presente  el 21 de mayo de 1879 con Manuel Ugarte y Moscoso a bordo de la Fragata Independencia en el Combate de Iquique. Como sabemos nuestro héroe fue herido por la metralla enemiga luego de la desgracia de Punta Gruesa.

Así estuvo la “L” heroica cuando Carlos Richardson organizó con recursos propios y junto al Coronel Alfonso Ugarte un Cuerpo Militar allá en el lejano y entrañable Puerto de Iquique.

  Así estuvo la “L”  heroica presente el 25 de mayo de 1880 en el combate de Lanchas en el Callao, donde finalmente perdiera la vida Ugarte y Moscoso.

  Así, estuvo presente la “L” heroica en el campo de batalla de San Juan en el pecho de  nuestro Capitán Gabriel Torres, quien al mando de su Batallón Nº 6 del Guardia Peruana,  luchó  incansablemente  ante los invasores en la playa de la Chira.

Así estuvo la “L” heroica en el pecho del Teniente Samuel Luis Villarán,  veterano del 2 de Mayo,  sobreviviente en San Juan, finalmente caído por la Patria cinco minutos antes de la 5 de la tarde en el Reducto de la Calera.

  Así estuvo la “L” heroica  orgullosa en el pecho de Manuel Cuadros luego de que se echaran  a pique al LOA y a la COVADONGA,

  Así estuvo la “L” heroica en el pecho de Barrón,Paz Soldan,Rellis, Rioja, Saenz, Del Campo,  De la Colina, Fanning, Cavenecia, Del Castillo, Aservi y Correa y Santiago, todos caídos en Miraflores el 15 de enero de 1881. 

Así estuvo la “L” heroica presentes en los cañones del Cerro Vásquez

Como vemos la Historia de la LIMA corre a la par a la historia de la Patria,  y son muchos los hechos y acontecimientos que por tiempo no podremos mencionar.  Pero nos damos tiempo para comentar la anécdota  vivida frente a la puertas de nuestro cuartel de San Juan de Dios, cuando en 1871 una turba de limeños enardecidos, dieron muerte al Coronel Marcelino Gutiérrez, luego de que sus hermanos asesinaran al Presidente Balta en la casi ya olvidada por la historia “Revolución de los Gutiérrez”.

Pero no solo son hechos, allí están los ciudadanos ilustres que pasaron por nuestra filas, Francisco Lazo, Dionisio Derteano,  Juan de Arona, Osterling, Votto Bernales, el recordado Ricardo Martín Spieell , José Ezeta, Varela y Valle entre muchos otros,  la lista es muy larga.

 Vale la pena recordar en esta ocasión cuando a Manuel Pardo Alcalde de Lima y Presidente del Perú en su momento, le gustaba concurrir a las ceremonias y eventos organizados por la  LIMA,   Como no recordar los desfiles organizados en el Gobierno de Leguía en el que desfilaban los bomberos de la Lima junto a sus colegas de la demás organizaciones bomberiles de la ciudad, como  no recordar  al Presidente José Pardo asistiendo a la ceremonias de nuestro  aniversario,  como no recordar la primer Unidad de rescate y primera Unidad  Médica, como no recordar a la primera Mujer Bombero, sin ir muy lejos como no recordar la presencia de la  “L” heroica y a nuestra recordada Unidad 4.2 de marca Jhon Been en la frontera Norte en el conflicto no declarado con Ecuador, como no recordar la presencia de la  “L“ heroica durante las interminables noches de guardia y  que al final desembarazaron con el asalto a la residencia del embajador japonés.

Señoras y señores, quiero terminar diciendo que el recuerdo de esta parte de la historia a traves de estas líneas nos compromete a todos los que formamos la Bomba Lima en la actualidad, a continuar el ejemplo de los que nos antecedieron y que a partir de la fecha el cuartel de la Lima situada en Candamo, heredero de la mística de los antiguos locales de San Juan de Dios y Lampa, se convierta en un templo dedicado al patriotismo y al sacrificio de los hombres que forjaron su historia. 

MUCHAS GRACIAS.....

 

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