FOBIA SOCIAL
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La Fobia Social como enfermedad curable, es una molestia que afecta a muchas personas,es sin duda un tema poco conocido,por las características
propias de la enfermedad, pero seguramente nos tropezemos todos los días con personas que padecen de ello en mayor o menor grado.
Con esta página pretendo satisfacer una necesidad de aportar algo de luz al asunto. Ya que lo considero importante.
¿Qué es una fobia social?
Una fobia es básicamente un miedo. Todos tenemos miedo a cosas tales como las alturas, las arañas o las cucarachas, pero para la mayoría estos miedos no suelen interferir en nuestras vidas. Los miedos se convierten en fobias cuando interfieren de forma consistente en nuestra actividad diaria impidiendo o dificultando que llevemos cabo o disfrutemos de cosas que con anterioridad no presentaban problema alguno. Muchos nos ponemos un poco nerviosos antes de conocer a gente nueva, pero una vez que estamos allí podemos afrontar la situación e incluso llegar a disfrutar de la misma. Sin embargo, algunas personas se ponen realmente ansiosas en esas situaciones, de forma que no solamente no disfrutan de esta situación, sino que llegan incluso a tener que evitar por completo la misma. Esto es lo que tanto los médicos como los psicólogos llaman fobia social.
Existen dos clases principales de fobia social:
Fobia social "general":
Si usted sufre una fobia social general, le preocupará el convertirse en el centro de la atención de los demás en cualquier lugar en que se encuentre con otras personas. Se encontrará a sí mismo preocupado de que todo el mundo le mira y se da cuenta de lo que usted hace. Puede tener miedo de que le presenten a otras personas y le preocupará incluso el comer o beber en público. Probablemente le será difícil entrar en las tiendas o restaurantes. Puede sentirse tan avergonzado por tener que desvestirse en público, que no querrá ir a la playa. También es posible que le sea difícil enfrentarse a su jefe o a sus colegas o compañeros de trabajo, incluso cuando realmente debería hacerlo.
Las fiestas suelen presentar problemas particulares. Muchos vacilaríamos ligeramente antes de entrar en una habitación abarrotada de gente, pero a la personas que tiene una fobia social puede resultarles casi imposible el entrar en la misma, pudiendo llegar incluso a pensar que tiene una claustrofobia. Cuando finalmente consiga entrar en la habitación, el que tiene una fobia social, se sentirá como si todas las personas que allí están le observaran. Con frecuencia resulta tentador el consumir alguna bebida alcohólica para facilitar el afrontamiento de estas situaciones temidas, lo cual suele hacer que la persona con fobia social comience a beber antes de ir al pub o a la fiesta intentando relajarse lo suficiente, como para poder disfrutar de la situación.
Fobia social "específica":
Es una fobia particular que afecta a aquellas personas que por su profesión o modo de vida tiene que ser inevitablemente el centro de atención de los demás. La fobia social específica suele causar problemas únicamente cuando tiene lugar la situación particular. Puede afectar a cualquier persona que tenga que actuar o hablar en público, siendo por tanto más frecuente entre los vendedores, actores, músicos, profesores o representantes sindicales. La personas afectadas podrán relacionarse con los demás sin mayor problema, pero cuando se encuentren en una situación en la que han de actuar o hablar en público, se pondrán muy ansiosos, pudiendo tartamudear o incluso llegar a enmudecer por completo. Este tipo de trastorno puede afectar incluso a personas que son expertas hablando en público y que lo hacen regularmente. En el peor de los casos les resultará imposible hablar en público o incluso hacer una pregunta.
¿Cómo la siente?
Si tiene una fobia social le preocupará mucho el hacer el ridículo delante de los demás, y se sentirá muy ansioso antes de enfrentarse a la situación que teme. Se encontrará con anterioridad revisando, con gran detalle, todas aquellas cosas que le pueden poner en un apuro. Cuando se encuentre con gente se sentirá aún más ansioso, y puede llegar a ser incapaz de decir o hacer lo que desea. Una vez que todo acaba, se preocupará sobre lo que ha pasado, de nuevo en gran detalle, y deseará haber hecho las cosas de forma diferente. De alguna forma es una profecía autocumplida. Se preocupa tanto de parecer preocupado que realmente parece preocupado. Su preocupación es su peor enemigo.
Las personas que padecen estos tipos de fobia social, suelen compartir una serie de síntomas físicos como son: tener la boca muy seca, sudar en gran cantidad, sufrir palpitaciones (sensación de que el corazón le late muy rápido, o irregularmente) y tener ganas de orinar o defecar. Otras personas experimentarán síntomas más evidentes para los demás como: ruborizarse o enrojecer, tartamudear, o experimentar sacudidas y temblores. En ocasiones respirará demasiado rápido, lo cual le dará la sensación de adormecimiento y hormigueo de los dedos de las manos y los pies. Estas molestias, en sí mismas, pueden llegar a ser bastante alarmantes haciendo que la ansiedad incluso empeore.
Ataques de pánico
En algunas ocasiones, estos síntomas de la ansiedad pueden finalizar en un ataque de pánico. Este consiste en un corto periodo de tiempo, generalmente dura únicamente unos minutos, en los que el paciente siente una ansiedad sobrecogedora, con sensación de terror y de pérdida de control, llegando incluso a pensar que están volviéndose locos o que se van a morir. Estas desagradables sensaciones alcanzan un punto máximo y después pasan rápidamente dejando en el individuo una sensación de gran debilidad y cansancio. Aunque estos ataques son muy alarmantes, suelen parar por sí mismos y no le dejaran ninguna secuela física.
¿Afecta la forma en que usted piensa de sí mismo?
El padecer una fobia social puede ser muy desmoralizante ya que los demás hacen cosas fácilmente que para usted resultan imposibles. Usted puede pensar que es bastante aburrido y puede también preocuparle que los demás también lo piensen. Tener una fobia social puede convertirle en una persona muy susceptible y reacio a molestar a otras personas, incluso cuando usted debería. Es fácil ver cómo esto puede hacerle sentirse deprimido e infeliz, pudiendo incluso provocar que su problema empeore.
¿Cómo afecta a la vida de las personas?
Muchos pacientes hacen frente a su fobia social organizando sus vidas alrededor de sus síntomas, pero esto significa que ellos (y sus familias) tienen que privarse de muchas cosas que de otra manera disfrutarían. No pueden visitar el colegio de sus hijos, no pueden ir de compras, o ir al dentista, y pueden llegar a evitar activamente cualquier promoción o ascenso en el trabajo, incluso cuando son capaces de desempeñar un puesto de mayor responsabilidad. Cerca de la mitad de los que tienen una fobia social grave, particularmente los varones, tendrán dificultades para establecer relaciones duraderas.
¿Es muy frecuente?
Entre el 1 y el 2% de los varones y del 2 al 3% de las mujeres padece una fobia social grave.
¿Existe alguna complicación?
Algunas personas pueden estar tan trastornadas por su fobia social que desarrollan una enfermedad depresiva, que puede hacer necesario el tratamiento de la misma. Si alguien de forma constante evita lugares donde hay gente, finalmente podrá llegar a desarrollar un miedo a estos lugares incluso cuando no haya gente en ellos. Se encontrarán incapaces para salir de casa cuando hayan desarrollado una agorafobia. Otros pueden emplear el alcohol, fármacos o tranquilizantes prescritos por sus médicos, para hacer frente a sus síntomas y llegar a hacerse dependientes de los mismos. Sin embargo, a pesar de su ansiedad y de sus ataques de pánico, las personas con fobia social no parecen tener más ataques de corazón que cualquier otra persona.
¿Qué causa la fobia social?
Realmente no lo sabemos. Algunos expertos piensan que podría ser debida a que las personas que desarrollan una fobia social, se han quedado estancadas en la etapa normal de timidez que todos los niños atraviesan entre los 3 y los 7 años.
¿Existen soluciones al problema?
Existen varias formas diferentes de ayudar a las personas con fobia social. Estos métodos pueden ser empleados de forma independiente o conjunta, según las necesidades individuales de cada paciente.
Autoayuda.
Si usted es una persona tímida por naturaleza, desde siempre, puede beneficiarse de asistir a cursos destinados a aumentar su autoconfianza y asertividad en un centro de educación para adultos.
Los ejercicios de relajación pueden ayudarle a sentirse generalmente menos ansioso. Usted podrá obtener mayor información al respecto de su médico de cabecera.
Tratamientos psicológicos.
Entrenamiento en habilidades sociales. Este entrenamiento ayuda a la gente a sentirse más relajada y confiada cuando se encuentra en compañía de otras personas, enseñándoles algunas habilidades sociales simples que muchos damos por asumidas, como por ejemplo "empezar una conversación con un extraño". Se hace insistencia en la práctica y el llamado "feed-back" - la gente se ve a sí misma practicando en un vídeo y así se hace una idea de lo que está haciendo y de la impresión que causa en los demás.
Terapia de exposición.
Esta técnica consiste en ayudar a una persona a relajarse cuando se encuentra en la situación que considera como amenazadora. Una de las terapias de exposición existentes es la conocida como "inundación". Al paciente se le enseña primero como relajarse en una situación amenazadora y a continuación se le sitúa en una situación que normalmente le preocuparía, como una habitación abarrotada de gente. Entonces se le ayuda a relajarse y a que espere a que su ansiedad desaparezca, lo cual ocurre al cabo de un rato.
Terapia cognitiva.
Las cosas que pensamos condicionan nuestro estado de ánimo. Con frecuencia nos ponemos nerviosos como consecuencia del modo en que pensamos. Este tipo de tratamiento ayuda a las personas a cambiar la forma en que piensan de sí mismos y de los demás. Así, por ejemplo, cuando surge un silencio en una conversación, un paciente con una fobia social tenderá a pensar que es por su culpa, y empezará a sentirse ansioso. En la terapia cognitiva, el terapeuta le recordará que lo más probable es que la otra persona se haya quedado sin cosas que decir, una forma mucho más realista y menos preocupante de pensar sobre la situación.
Tratamientos farmacológicos.
Betabloqueantes.
Aunque estos fármacos suelen usarse para tratar la hipertensión arterial, en dosis bajas controlan las repercusiones físicas de la ansiedad y pueden ser tomados inmediatamente antes de encontrarse con la gente o de hablar en público.
Antidepresivos.
Existe un tipo particular de antidepresivos, los llamados "Inhibidores de la Mono Amino Oxidasa" (IMAO) que han demostrado que reducen o incluso hacen desaparecer la ansiedad y el pánico, aunque suele ser necesario que transcurran varias semanas antes de que el tratamiento funcione. Sin embargo, este tipo de fármacos presenta inconvenientes que pueden llegar a ser importantes. Los IMAOs tienden a bajar la presión arterial lo cual puede hacer que el que los toma se sienta débil. Además, algunos alimentos como algunos quesos, algunas cervezas y vinos tintos, productos de la levadura, chocolate, habas y escabeches pueden dar lugar a peligrosas reacciones hipertensivas, de forma que los pacientes que tomen este tipo de fármacos deben llevar a cabo estrictas dietas en las que no figuren estos alimentos.
Existen en la actualidad algunas mejoras en los inhibidores llamados RIMAs (Inhibidores Reversibles de la Mono Amino Oxidasa tipo A) que parecen no causar estas reacciones adversas. Los antidepresivos clásicos no parecen funcionar bien en la fobia social.
Sin embargo, los antidepresivos más recientes (conocidos como ISRS - Inhibidores Selectivos de la Recaptación de la Serotonina) han demostrado ser útiles en el tratamiento de la fobia social, aunque pueden dar lugar a dolores de cabeza y vértigo en las primeras semanas de tratamiento. Con este tipo de antidepresivos usted podrá comer lo que desee.
Tranquilizantes.
Los fármacos como el Valiumâ fueron usados en el pasado para el tratamiento de cualquier tipo de ansiedad. Hoy en día sabemos que son adictivos y que no ayudan a largo plazo y que por tanto no deberían ser empleados en el tratamiento de la fobia social.
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