Várices de Miembros Inferiores
ANATOMIA DEL SISTEMA VENOSO
Las venas de las extremidades se dividen en tres sistemas. Está el sistema profundo, debajo del nivel de la aponeurosis de lso músculos, cuyas válvulas dirigen el flujo sanguíneo venoso hacia el corazón. Otro es el sistema superficial, situado en el plano subcutáneo de las extremidades; sus válvulas también están orientadas de modo que el flujo sanguíneo se dirija hacia el corazón. Por último, está un sistema de venas comunicantes que unen a los dos sistemas mencionados. Dichas venas tienen sus válvulas orientadas de modo que la sangre fluya del sistema superficial al profundo. Las venas comunicantes son más notables en la cara interna de la pantorrilla, en que se les conoce como “venas perforantes”.
Al fluir por las venas, la sangre lo hace en concertación con la respiración. Durante la inspiración aumenta la presión abdominal y el flujo venoso en los miembros pélvicos.
TROMBOSIS VENOSA PROFUNDA
Virchow postuló tres mecanismos causales
de la trombosis venosa: lesión endotelial, hipercoagulación
y estasis. Estos factores explican la elevada incidencia de trombosis
venosa profunda después de una operación.
Los trombos surgen en áreas de flujo sanguíneo
rápido (arterias), su color suele ser gris y están compuestos
más bien de plaquetas. A diferencia de ellos, los trombos
que surgen en sistemas de flujo relativamente lento (venas) son de color
rojo y están compuestos fundamentalmente de fibrina y eritrocitos.
CUADROS RELACIONADOS CON LA DIATESIS TROMBOTICA
I. Lesión de células endoteliales
A. Vasculitis inmunitaria
1. Lupus eritematoso sistémico
2. Enfermedad de Buerger
3. Arteritis de células gigantes
4. Enfermedad de Takayasu
5. Vasculitis con factor anticardiolipina
II. Hipercoagulabilidad (depósito inadecuado
de fibrina)
A. Coagulación intravascular diseminada
B. Deficiencia de antitrombina III
C. Deficiencia de proteínas C y S
D. Disfibrinogenemia
III. Estasis
A. Insuficiencia cardiaca congestiva
B. Hiperviscosidad
C. Reposo duradero en cama
D. Trastornos neurológicos con pérdida
de la acción “de bomba” de los músculos en la circulación
venosa
Diagnóstico de trombosis venosa profunda
El diagnóstico clínico preciso de la trombosis venosa profunda es bastante difícil, por lo que se han vuelto fundamentales algunas pruebas objetivas. La prueba más adecuada sigue siendo la flebografía con material de contraste (cuadro 21-1).
EXACTITUD
ESTUDIO
VENAS DE LA
VENAS
FIABILIDAD PARA
PANTORRILLA PROXIMALES
LOCALIZAR EL TROMBO
Ultrasonido Doopler
-
+/-
+/-
Fibrinógeno marcado
Con radionúclidos
+
-
+/-
Pletismografía de impedancia
-
+
-
Ultrasonido dúplex
+/-
+
+
Cuadro 21-1
Tratamiento de la trombosis venosa profunda
En la actualidad se cuenta con tres opciones para
tratar la trombosis venosa profunda (cuadro 21-3). Cada modalidad debe
adaptarse a cada paciente y se basa en el marco en que se ha desarrollado
el problema.
Se ordena reposo en cama durante varios días,
hasta que el trombo se adhiera a la pared de la vena. Se inicia el uso
de anticoagulantes, que se administran durante tres meses como mínimo
después de una crisis de trombosis venosa profunda aguda, y durante
seis meses en el tratamiento de grandes trombos venosos. La terapéutica
se inicia con heparina endovenosa en una dosis inicial de 100 unidades/kg
de peso, seguida de goteo endovenoso continuo para conservar el tiempo
parcial de tromboplastina en cifras cuando menos del doble de lo normal.
Puede iniciarse junto con la heparina el consumo de warfarina oral y se
ha observado efecto anicoagulante adecuado con incrementos mínimos
en el tiempo de trotrombina por arriba de la cifra testigo. La acción
de la heparina se puede revertir rápidamente con sulfado de protamina,
en tanto que con la warfarina se requiere introducción de plasma
fresco congelado o crioprecipitado por goteo endovenoso para corrección
rápida, o administración de vitamina K en caso de normalización
más lenta.
Forma de tratamiento
Innocuidad
Eficacia
Conservación de las
válvulas venosas
Anticoagulantes
-
+
-
Trombolíticos
-
+
-
Trombectomía quirúrgica
+/-
+/-
+/-
Cuadro 21-3
Profilaxis de la trombosis venosa profunda
Método Eficacia Innocuidad
Ambulación temprana
?
+
Administración de warfarina
+
- (hemorragia)
Dextrán
+
- (reacciones alérgicas
insuficiencia car-
diaca congestiva)
Heparinización completa
+
- (hemorragia)
Minidosis de heparina
?
+
Dispositivos de compresión intermitente
+/-
+
Cuadro 21-2
Interrupción de la vena cava inferior
Se ha utilizado esta técnica con el fin de evitar los émbolos a los pulmones (cuadro 21-4). Las indicaciones incluyen embolia pulmonar con contraindicación de anticoagulantes; embolia pulmonar recurrente en sujetos que reciben anticoagulacion adecuada y profilaxis de embolia recurrente después de embolectomía pulmonar. Una indicación relativa de la interrupción de la cava es el caso de una gran trombosis venosa profunda iliofemoral, con contraindicaciones para usar anticoagulantes.
Método de interrupción
Innocuidad
Eficacia
Trombosis de la
cava
Ligadura de vena cava
-
+
100%
Grapa de Adams-De Weese
-
+
26%
Sombrilla de Mobin-Uddin
+/-
+
70%
Balón de Hunter
+
+
100%
Filtro de Greenfield
+
+
5%
Cuadro 21-4
Otros tipos de trombosis venosa profunda
Trombof lebitis superficial. Este proceso se caracteriza por trombosis aséptica de las venas superficiales. En las extremidades pélvicas por lo común se acompaña de venas varicosas y es peligroso sólo cuando se propaga a la vena femoral. El tratamiento incluye medidas de sostén como reposo en cama, compresas calientes y antiinflamatorios. La tromboflebitis superficial de miembros superiores por lo común es consecuencia del uso de dispositivos para goteo endovenoso. La eliminación de la vena está indicada en procesos infecciosos.
Trombosis de la vena subclavia. La
trombosis de la vena sub-clavia ocurre en dos situaciones. La primera seria
el casp de im catéter a permanencia. En este caso conviene
extraerlos. También puede surgir como una “trombosis de esfuerzo”,
por lo común en caso del síndrome del estrecho torácico
superior. Los trombolíticos han sido útiles cuando
la trombosis es de “esfuerzo” y a menudo se necesita ablación de
la primera costilla en caso de ocurrir este síndrome.
EMBOLIA PULMONAR
E1 individuo con embolia pulmonar tiene como cuadro inicial clásico dolor retrosternal, tos, disnea y taquipnea. La hemoptisis aparece tardíamente y depende de infarto pulmonar. Los métodos mas utilizados para descartar otros diagnósticos son electrocardiografía y radiografía de tórax. La medición de gases en sangre arterial suele indicar PO2 menor de 60 mmHg y también disminución de PCO2. Si se coloca un catéter de Swan-Ganz se advierte que las presiones de arteria pulmonar están aumentadas y la presion capilar es normal o menor (cuadro 21-5).
Estudios diagnósticos Innocuidad Exactitud
Gammagrafía de ventilación/riego
+
+/-
Angiografía pulmonar
-
+
Cuadro 21-5
Tratamiento. Se conocen tres métodos
para tratar la embolia pulmonar. El primero es la anticoagulación,
que se utiliza en la mayor parte de los pacientes. La heparinización
evita que el trombo se propague y permite que este sea eliminado lentamente
por los mecanismos trombolíticos intrínsecos. Los trombolíticos
exógenos son eficaces en la lisis rápida del coágulo,
pero conlleva graves complicaciones hemorragicas. La embolectomía
pulmonar está indicada en el sujeto con descompensación hemodinámica
intensa. La técnica se asocia con una mortalidad de 50% cuando
es abierta. En fecha reciente se propuso un procedimiento transvenoso,
pero su eficacia no ha sido bien corroborada.
VENAS VARICOSAS
Diagnóstico. La prevalencia de venas
varicosas aumenta con la edad y suele ser mayor en mujeres. Es importante
diferenciar entre las venas varicosas primarias y las que son secundarias
a una venopatía profunda subyacente. Las venas varicosas primarias
pueden aparecer por mecanismos hereditarios y poseen válvulas insuficientes
dentro del sistema superficial solamente. Las varices secundarias son consecuencia
de insuficiencia de las venas comunicantes y profundas de las piernas.
Ello ocasiona presiones altas dentro de las venas superficiales, dilatación
ulterior e insuficiencia venosa superficial.
Son poco posibles las complicaciones en el caso
de las varices primarias, pero las secundarias a menudo se acompañan
de dermatitis por estasis y úlceras.
Las personas con venas varicosas deben someterse
inicialmente a medidas conservadoras, como serían el uso de medias
elásticas y compresivas, y limitar el tiempo de bipedestación.
Puede utilizarse terapia inyectable si la zona afectada es pequeña
o esta circunscrita. Si fracasan las medidas conservadoras conviene
la ablación quirúrgica; a menudo comprende arrancar la vena
safena interna en todo su trayecto y ligar en la ingle las ramas
vecinas. Las varices accesorias por lo comun se eliminan por multiples
inclsiones pequeñas.
INSUFICIENCIA VENOSA CRONICA
La insuficiencia venosa crónica surge en la mayor parte de los pacientes que han sufrido una trombosis venosa profunda. La fisiopatología subyacente consiste en la recanalización del sistema venoso, con insuficiencia ulterior de las válvulas. En otros casos, la elevada presión venosa estímula la pérdida de líquidos y proteínas y su paso a los tejidos subcutáneos, y con ello fibrosis en ese plano, quiza como consecuencia de oxigenación tisular y metabolismo inadecuados. Esta "liposclerosis" produce el edema pardo que es característico del síndrome posflebítico. La hemorragia microscópica crónica en dichos tejidos hace que se deposite hemosiderina y surja la característica hiperpigmentación parda. A menudo aparecen úlceras, por lo común por arriba del maleolo interno. El edema crónico predispone a crisis repetitivas de celulitis.
El tratamiento de la insuficiencia venosa crónica
en los comienzos es de sostén. Se utilizan a menudo medias
elásticas compresivas y también reposo en cama con elevación
de las piernas y el empleo de botas con pasta de Unna. El tratamiento
quirúrgico se reserva para cuando las úlceras persisten a
pesar de las medidas conservadoras adecuadas. Se pueden ligar las
venas perforantes, a menudo por una incisión subaponeur6tica; sin
embargo, esta técnica a menudo se acompaña de infecci6n de
la herida y úlceras repetitivas. La reconstrucci6n venosa
está indicada en un pequeño nú mero de sujetos con
úlceras venosas que no cicatrizan. La flebografía ascendente
y descendente es una técnica indispensable para saber si las personas
son tratables por técnicas de reconstrucci6n venosa.
LINFEDEMA
El edema de extremidades inferiores por lo comÚn aparece en tres situaciones clÍnicas: edema por sobrecarga de flujo, por insuficiencia venosa y linfedema. El linfedema es unilateral o bilateral y desaparece muy lentamente con la elevación. E1 diagnóstico suele basarse en signos clínicos. Las medidas terapéuticas son de sostén, con uso de medias compresivas elásticas y medidas para evitar factores que predispongan a la celulitis.
El linfedema puede clasificarse en primario y
secundario. El primario se divide en:
1. Congénito: desde el nacimiento;
2. Temprano: comienza en la niñez, y
3. Tardio: comienza en la vida adulta.
La linfografía se ha utilizado para detectar
los linfedemas primarios y diferenciarlos en variedades hiperplasica e
hipoplasica.
El linfedema secundario suele ser consecuencia
de metástasis en ganglios linfáticos y puede observarse después
de radiación, traumatismo o ablación quirúrgica, o
invasión parasitaria. El tratamiento quirúrgico rara
vez se usa en sujetos con linfedema y los resultados se han orientado a
eliminar el tejido subcutáneo de la extremidad. La técnica
original de Charles consistía en la ablación extensa del
tejido linfedematoso, seguida de injertos de piel de la extremidad.
En unos cuantos centros se hacen anastomosis linfovenosas directas pero
su eficacia no se ha corroborado.