Contra la pared Corcino
jueves, 13 de enero de 2000
Por Juanita Colombani
El Nuevo Día
LA DEFENSA del acusado Luis Dubón Otero logró este jueves poner en
aprietos al testigo estrella de la Fiscalía Federal en el caso del Instituto del
Sida, Angel Corcino Maurás.
Interrogado por el defensor Frederick Hafetz, Corcino Maurás tuvo que
admitir que aunque negoció su acuerdo de cooperación con las autoridades
en mayo de 1998, no fue sino hasta este miércoles que dijo por primera
vez que Dubón Otero lo obligó a mentir a la Cámara de Representantes en
1994 y que habló sobre la solicitud de $25,000 de fondos del Instituto que
se hizo para la campaña del candidato novoprogresista a la alcaldía de San
Juan en 1992, Carlos Díaz Olivo.
"No, señor, no lo había mencionado", dijo sobre el pedido de dinero para
Díaz Olivo.
Tiempo de recordar
Alegó que no lo recordó hasta el miércoles, cuando la fiscal María
Domínguez le preguntó, de la misma forma que dijo no recordar las
gestiones de Dubón Otero para que le mintiera a la Cámara.
Corcino Maurás se defendió argumentando que en sus "varias" reuniones
con la Fiscalía Federal y el Negociado Federal de Investigaciones (FBI)
desde 1998 hasta la fecha dijo "todo lo que sabía y todo lo que me
acordaba".
"Lo que no me acordaba, no lo podía decir", indicó.
Las preguntas de Hafetz también llevaron a Corcino Maurás a entrar en
una contradicción sobre el lugar en que alega que Dubón Otero le dijo, en
1990, que no estaba dispuesto a continuar firmando los cheques que se
estaban utilizando para sustraer dinero del Instituto.
El abogado planteó que en el primer juicio Corcino Maurás dijo que
Dubón Otero le expresó su preocupación sobre los cheques en su propia
oficina, mientras que el miércoles declaró que ocurrió cuando Dubón Otero
lo visitó en el Instituto del Sida.
Apura la explicación
El ex contralor del Instituto intentó explicar la inconsistencia diciendo que
consideraba ambos lugares como su oficina.
Hafetz presentó, además, un cheque por $1,318 emitido por el Instituto en
febrero de 1988 a nombre de la corporación Professional Services
Machines, que fue depositado en la cuenta personal de Corcino Maurás.
El Instituto comenzó operaciones en noviembre de 1987.
Hafetz le preguntó si la razón por la que aparecía depositado en su cuenta
era porque apenas poco después de comenzar a trabajar también comenzó
a robar.
Corcino Maurás dijo que eso no era extraño, porque los cheques, para ser
cambiados, iban a parar a diversas cuentas, pero Hafetz le recordó que la
fecha de ese cheque es mucho antes de que comenzaran los supuestos
pagos ilegales al ex alcalde de San Juan, Héctor Luis Acevedo, y al ex
director de Salud de la Capital, Pedro Borrás, que según el testimonio del
propio testigo se iniciaron en 1989. En otra parte del contrainterrogatorio,
el abogado lo llevó a reconocer que Dubón Otero nunca le pidió que
ocultara o destruyera diez cheques por $38,000 que endosó en 1990 y que
el gobierno sostiene fueron convertidos en efectivo para hacer pagos
ilegales a terceros.
"Eso se hizo de forma abierta?", le preguntó el abogado.
"Sí, señor", le respondió el testigo.
Hafetz también presentó documentos para sustentar que un par de las
personas que Corcino Maurás dijo que no prestaron servicios para el
Instituto sí lo hicieron en algún momento, pero el testigo le recordó que si
eran personas enviadas por el Harvard Institute for International
Development, no tenían por qué cobrar del Instituto.
El contrainterrogatorio de Hafetz se prolongó todo el día y continúa hoy,
cuando también se espera que el defensor de Garib, Howard Srebnick, lo
interrogue.
Implica a Rivera Dueño
Con su última pregunta, Hafetz obtuvo que Corcino Maurás implicara en la
conspiración al ex director ejecutivo del Instituto, Jaime Rivera Dueño,
quien se cree que podría ser el segundo testigo de cargo.
"Yo no lo he acusado a él (Rivera Dueño), pero si él tenía conocimiento de
todos esos cheques y de todos esos pagos que se estaban haciendo,
entonces sí él era parte", dijo Corcino Maurás. Varios de los cheques
señalados por Corcino Maurás como que se usaron para desviar fondos
están firmados por Rivera Dueño, quien no está acusado en este caso.