EL ORDENATA
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Importancia de la utilización del Ordenador en atáxicos

Mi Historia con el Ordenador

Normas para una mejor utilización del software de traducción

 

 

1- IMPORTANCIA DE LA UTILIZACIÓN DEL ORDENADOR EN ATÁXICOS. (Por Miguel-A).

He recomendado la utilización de un ordenador a varios atáxicos. Mi consejo no se trata de querer que los demás hagan lo mismo que yo, sino de razonamientos visibles y experiencias totalmente palpables. Resulta evidente que la utilización del ordenador es un pequeño ejercicio para nuestras manos, y eso tiene la correspondiente repercusión positiva en el proceso de degeneración. También resulta evidente que esta actividad puede ayudar a mantener ocupadas nuestras mentes, con la correspondiente ayuda psicológica. De todas formas, no existen muchas opciones en nuestra vida: Estamos en un proceso de degeneración y poco a poco se irá cerrando nuestra posibilidad de elegir actividades. Entonces, el ordenador será el último "en abandonar el barco" [más tieso aún que el capitán :-) ], pues cuando falla algo se puede reponer, y ya quisiéramos los atáxicos contar esa facilidad para nuestro cuerpo..

En mi experiencia por el extranjero, he visto que esta máquina es importantísima entre los atáxicos. A muchos de nosotros nos permite una comunicación que nuestro estado de salud ya nos niega. He visto numerosos atáxicos ante cuya salud, yo tendría que sentirme afortunado: y entre su enorme voluntad y la facilidad concedida por el ordenador, sacan fuerzas para teclear con dificultades cuatro líneas. Incluso conozco varios atáxicos que están utilizando un procesador de textos de reconocimiento de voz, además escriben con gran perfección. Ésta es la traducción de unas palabras [con humor incluido] de Peter, un FAer de 49 años del Reino Unido: "Mi mecanografía manual se ha puesto muy difícil, por lo que en mi computadora utilizo un reconocimiento de voz del sistema llamado "Dragón Dictate". El sistema trabaja realmente bien la mayoría del tiempo, pero a veces juro y me pongo muy terco cuando él no reconoce lo que yo digo. Tengo que tener cuidado de anular cualquier palabra de juramento de las cartas que escribo".

Mi experiencia con un procesador de reconocimiento de voz fue muy incompleta. Yo lo solicité a un amigo porque soy muy lento tecleando... él lo buscó para mí... y lo instaló en mi ordenador. Con su voz clara, el programa escribía bastante bien... pero con mi voz deteriorada por la ataxia, cometía numerosas faltas y me cambiaba palabras enteras. Yo pensé que si tenía que corregir tantas faltas, era mejor escribirlo todo nuevo. "¡Basta ya de hacerte el blandete. Tú de momento no necesitas reconocimiento de voz!". Y lo borré del disco duro. Pero me han dicho que esta clase de programas son totalmente personales, y el secreto de una buena utilización está en adecuar la configuración a las exigencias de modulación de la voz del usuario. De todas formas, desde entonces ya han salido programas de reconocimiento de voz con tecnología más avanzada que aquel de mis pruebas.

Yo podría decir aquí que mis manos no se han deteriorado como correspondería a un proceso degenerativo. Al revés, yo creo que mis manos han mejorado un poquito en más de seis años que llevo con los ordenadores. A inicio, yo tenía muchas dificultades para el tecleo. Por mi lentitud tecleando, numerosas letras se me repetían dos y tres veces... hoy eso también me ocurre alguna vez pero en pocas ocasiones. Cuando yo compré el ordenador, mi hermana atáxica tenía que escribir una carta importante. La escribió con las mismas dificultades que yo, pero no volvió a utilizar el ordenador. Cuando cambié el ordenador, regalé el equipo viejo a la hija de mi hermana atáxica. Mi hermana ha intentado aprender con él, pero se ha cansado por sus dificultades para el tecleo. De ahí extraigo que en atáxicos es urgente comenzar con la utilización del ordenador lo antes posible, pues me temo que yo hoy ya no sería capaz de comenzar de no haber comenzado antes.


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  • 2- MI HISTORIA CON EL ORDENADOR. (Por Miguel-A.).

    Mis comienzos con el ordenador fueron muy complicados y no exentos de momentos jocosos por las dificultades de aislamiento del lugar donde vivo y por mi inexperiencia. Nunca he hecho un curso de ordenador y cuando lo compré, ni siquiera había visto uno ni sabía para qué servía ni cómo se utilizaba. La única visión que yo tenía de un ordenador era en algunas películas de televisión y verle el "culo" en la entidad bancaria que hacía números con mis "deudas" económicas.

    En una ocasión y en la visita a mi familia de un minusválido en silla de ruedas por accidente, me dijo: "- Tú lo que necesitas es un ordenador". Yo pregunté qué era eso y para qué servía, pero no entendí nada de la respuesta, porque él hacía cursos para hacer programas y me habló de su rollo. Yo sentía envidia de aquellas cartas vistas con márgenes perfectos. Yo alguna vez escribía a máquina, pero cuando me acordaba de cambiar de línea, ya había escrito cuatro o cinco letras fuera del papel. Yo le pregunté muy interesado: " - ¿Pero un ordenador sirve para escribir una carta?". Respondió: " - Sí, claro, si dispones de una impresora, te sacará en el papel todo lo que escribas en la pantalla". De inmediato, yo decidí que compraría un ordenador y una impresora.

    Como vivo a 40 Km. de la ciudad, encargué la compra a una hermana. Ella me trajo numerosos folletos... pero como no entendí nada de nada [ni megas, ni memoria, ni inventos] ... dije: " - Un ordenador... sea como sea". Ella me compró un ordenador y una impresora... lo instalamos... sin comprender nada, me leí todos los manuales de instrucciones... y manos a la obra.

    Aquí comenzó mi primer disgusto. Aparecía en pantalla el inductor "C:\>" dispuesto a recibir una orden de comando de sistema operativo... pero yo a lo mío: a escribir la carta, que para eso lo había comprado. El resultado era que el ordenador pitaba como loco y no admitía ni una letra más al acabar la línea. Yo tenía un cabreo fenomenal y hubiera tirado "aquel cacharro" por la ventana. Yo pensaba: " - Este "chisme" ya no me come más el coco, cuando regrese mi hermana que se lo lleve de regalo a Caritas".

    Pasada una semana, hallé un persona que tenía un ordenador y le pedí ayuda para solucionar el problema. Hizo un DIR [orden del sistema operativo], salieron unas letras en la pantalla, y sin más me dijo: "- ¡Si no hay nada!. No es posible escribir una carta. Tú necesitas un procesador de textos". Yo llegué a la falsa conclusión de que un procesador de textos era un aparato parecido a la impresora. Y mandé a mi hermana a comprarlo a la tienda. La respuesta de la tienda fue: "- El chico que hace estas cosas está de vacaciones. Vuelva usted dentro de diez días". Esto para mí era el colmo: una auténtica tomadura de pelo. Yo no podía entender que se fuese a comprar un aparato [una televisión, por ejemplo] y se respondiese: " - Vuelva usted dentro de diez días".

    Pasados diez días, mi hermana volvió a la tienda, y le dieron, de forma gratuita, seis disquettes con una instrucciones para que yo les copiase en el disco duro. ¡Vaya sorpresa! No era difícil la instalación del procesador de textos. La dificultad llego cuando al configurar la impresora, el modelo de la mía no estaba entre cientos de modelos para seleccionar. Después de repasar varias veces la lista y al no ver el modelo de la mía, seleccioné una impresora cualquiera. Ya podía escribir una carta... pero al imprimirla me comía las letras acentuadas. Otro problema. Hasta que en la tienda me dijeron el modelo de impresora que yo debía seleccionar. Mis problemas siguieron, un día se me ocurrió la ingenuidad de formatearlo como solución a un problema: ¡En blanco, me quedé en blanco!. Otro día me cargué el config.sys: ¡La locura con el teclado!. Se marcaba cualquier signo, menos el que yo ordenaba.

    Por fin llegué a conocer bien los programas que tenía. No eran muchos, pues solamente tenía 40 megas de capacidad en el disco duro. El WP 5,1 llegué a conocerlo casi a la perfección. Con el viejo ordenador estuve cuatro años. Luego decidí comprar otro, porque todos me decían que aquel era muy pequeño, pero tuve mejor suerte:

    Yo conocí a José Félix que, aunque no es su oficio, es gran conocedor del mundo de los ordenadores. Él me asesoro... hizo la compra por mí... me lo instaló... me ha metido los programas en el disco duro... y me ha dado instrucciones de manejo. Yo di un salto enorme, pues de 40 megas pasé a 1200 y de 4 de memoria a 32. Además incorporé al equipo nuevos aparatos como el módem y el escáner. José Félix me saca de todos los líos en un santiamén. A veces por teléfono. Los problemas para mí irresolubles, él los soluciona con rapidez. Yo digo: " - Jo, tú tienes manos de Santo". Bueno, también tiene paciencia de Santo, pues siempre responde a las "chorraditas" que yo pregunto. Un día él me dijo: " - Oye, para un poco, vete de una en una, porque pareces una metralleta soltando preguntas.".

    En resumen, utilizar un ordenador para uso personal es bastante fácil si podemos contar con alguien que nos oriente y solucione esos pequeños líos difíciles de entender para un aprendiz, como puede ser la instalación y la configuración de programas y la creación de iconos, y además está dispuesto a dar algunas instrucciones.

    " - ¡Gracias, José Félix!".


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3- NORMAS PARA UNA MEJOR UTILIZACIÓN DE TRADUCTORES DE SOFTWARE. (Por Miguel-A.).

Casi todos nosotros, los atáxicos, cuando hemos llegado a INTERNAF, teníamos un conocimiento bastante elemental del Inglés. En mi caso, este conocimiento era completamente nulo. Cuando estudié el bachillerato se estilaba el Francés como lengua extranjera en los estudios. Hoy no sé escribir Francés, pero, por lo menos, sabría interpretar un texto tras una lectura mental. ¿Pero Inglés?. Casi todos para estar en INTERNAF necesitamos el auxilio de un traductor de software.

Dice el refrán que "más sabe el diablo por viejo que por diablo". Por si pude servir de algo, voy a pegar aquí algunas recomendaciones basadas en la experiencia para realizar una traducción de software. No son reglas para la utilización del programa: cada programa tiene sus normas impuestas por los programadores. Daré algunas directrices que provienen de un año entero de práctica diaria, incluidos sábados y domingos :-) . Nadie piense en mí como "sabelotodo" :-) que se atreve a decir lo que deben hacer los demás, sino como un "viejo" [diablo, sí diablo si quiere] que lo ha aprendido a fuerza de tiempo y de práctica y únicamente pretende ayudar:

Las traducciones de un traductor de software son malas porque actúa de manera fija, sin tener en cuenta las distintas connotaciones de toda palabra. A las dificultades dichas en a frase anterior, se añade el diferente orden de sintaxis entre el Inglés y el Español. No obstante, toda palabra con deficiencia en la escritura nunca será reconocida ni traducida por el traductor. Por ello, un texto recibido será difícil de reparar. En los textos recibidos poco más se puede hacer que tratar de interpretar recomponiendo el puzle a base de la palabras e ideas inteligibles en Español. Y se pretende hacer una traducción sofisticada, aparte de darlo sentido, se pueden consultar las palabras en el diccionario de traductor para quedarse con la connotación más idónea. Sin embargo, si es posible esmerarse mucho en las traducciones Español-Inglés y poco a poco ir cogiendo los trucos del traductor para intentar sacar partido a las normas introducidas por los programadores. No se trata de realizar una buena traducción (eso es imposible), se trata de cómo aprovechar las posibilidades que el software nos concede.

Daré diez normas, pero por encima de todas ellas está la VALENTÍA. Intentarlo sin ningún miedo a cometer errores. Esa es la clave de todo. Quien no se moja, no coge peces. Necesitamos esa valentía para salir del aislamiento a que nos somete la ataxia. Sin miedo. Salga lo que salga. El que hace lo que puede, no esta obligado a más. El traductor de software será como una herramienta más. Tampoco una silla de ruedas es un ideal: es mejor un "Mercedes"... pero... En INTERNAF recomiendo acompañar la versión en Inglés del original en Español.

1 - Escribir frases sencillas y cortas. Resulta evidente que de la calidad del texto en Español va a depender una parte grande de la calidad de la traducción al Inglés que se haga. Cuidar el texto en Español es fundamental. Entretenerse perfeccionando el texto en Español, no significará perder tiempo, sino ganarlo.

2 - En el idioma Inglés nunca se omite el sujeto de una oración: El Inglés repiten yo, tú, nosotros, él, ella, ellos... Aunque resulte feo el Español, es conveniente no omitir nunca el sujeto de una oración, porque en Español hay tiempos de verbos que coinciden 1ª y 3ª persona y puede colocar un "I" (yo) cuando se pretendía que fuera 3ª persona. De todas formas, si no hay sujeto explícito, el traductor lo inventará y pondrá "he/she" cuando no se ha especificado si el sujeto era "él o ella".

3 - Este párrafo dependerá del traductor que se utilice. En la primera versión de traductor que tuve, había que utilizar siempre el tratamiento de usted, porque no reconocía los verbos en segunda persona. Con el actual, sucede todo lo contrario. Si utilizo el tratamiento de usted me arma numerosas confusiones que desaparecen con el tuteo. Pues si no tuteo, los verbos los considerará como 3ª persona y no como 2º y en vez de poner un "you" (tú o usted) se inventa un "he/she" (él/ella). Además, el "su" (de usted) "your" en Inglés es diferente del "su" (de otro) "their". Si necesito tratar de usted a determinada persona, en Inglés no hay ninguna diferencia, y en la parte en Español puedo recurrir al truco de escribir en tuteo y una vez pegado en el mensaje cambiar al tratamiento de usted.

4 - Tener cuidado con el "le" ya sea escrito en solitario o a final de verbo. Normalmente lo traduce por "him" o "him/her" pero debería ser "him" si se habla a alguien masculino, "her" si femenino o "you" por "a usted" si se ha utilizado ese tratamiento de usted.

5 - Cuidar mucho las palabras de doble escritura en Español: Amo y amó, que y qué, esta y está, tenia y tenía, etc., porque las traducirá tal y como están escritas.

6 - Cuidar de poner los acentos. Una palabra acentuada, sin el correspondiente acento, no la traduce. Si se está verde con los acentos, lo mejor es escribir en un procesador de textos con corrector ortográfico para copiarlo y posteriormente pegarlo en el traductor.

7 - Utilizar las comas (,) y los puntos (.) para separar bien las frases. Como el programa tiene que adecuar la sintaxis al idioma de destino, puede poner una palabra en un frase distinta a la de nuestro interés si falta una coma que haga de separación.

8 - Si una palabra no la ha traducido (se queda en un color diferente o con una marca en algunos traductores), meditar sobre la razón: a) puede estar mal escrita (falta un acento o una letra), escribirla bien y volver a traducir. b) No está esa palabra en el diccionario del traductor, cambiar de palabra o expresarse

de otra forma que diga lo mismo sin utilizar esa palabra.

9 - Tratar de utilizar lo menos posible palabras de múltiples significados.

10 - No emplear formas hechas de expresión: cada idioma tiene expresiones propias que no tienen traducción literal.

 


 

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