William Shaw
Capítulo 1
El doctor Bernard Rimland en el Instituto de Investigación sobre el Autismo en los Estados Unidos se hizo la pregunta, ¿Existe una epidemia de autismo? Sus datos en la Tabla 1 demuestran que, entre 1965 y 1969, sólo el 1% de los padres que le consultaron, lo hacían relacionado a un niño menor de 3 años con autismo. Sin embargo, entre el 1994 y 1995, esta cifra se incrementó hasta 17%. Probablemente el incremento del porcentaje podría atribuirse a dos factores: 1) un mayor conocimiento sobre el autismo por parte de los médicos y los padres, lo que llevaría a un diagnóstico temprano de autismo y/o 2) a una incidencia mayor del autismo en el grupo más joven de edad. Además, un mayor número de pediatras y médicos que ejercen en el campo del autismo han notado un aumento en la incidencia de esta enfermedad. El pediatra, doctor William Crook que ha ejercido la medicina desde 1950 y que conocía los síntomas del autismo, dice que el no vio un caso de autismo hasta 1973, 24 años después de haber comenzado a ejercer. Muchos otros profesionales que están trabajando en este campo del autismo, piensan que ha habido un incremento en la incidencia del autismo, por lo que es necesario determinar si los factores genéticos o bien los ambientales, son los más importantes como agentes causantes del autismo. Si el autismo se debe principalmente a factores genéticos la incidencia del autismo sería constante. Además, el porcentaje de individuos con autismo en un grupo de edad específico sería el mismo. De modo que, si la incidencia de autismo entre los niños de 3 años es uno en mil, la incidencia de autismo entre los de 50 años también debería ser de uno en mil.
Tabla 1
¿EXISTE EPIDEMIA DE AUTISMO? | ||
Año |
% de niños menores de 3 años |
Número |
1965-69 |
1 |
919 |
1970-79 |
5 |
4.184 |
1980-89 |
5 |
4.018 |
1990-93 |
8 |
6.785 |
1994-95 |
17 |
13.916 |
Afortunadamente, estos datos fueron recogidos en Islandia (2). Islandia es un país ideal para esta evaluación ya que una sola institución confirmó todos los casos de autismo en todo el país y debido a que los investigadores personalmente revisaron todos los casos diagnosticados en todo el país.
Las diferencias a causa de que diferentes personas hicieran los diagnósticos fueron minimizados. Estos investigadores encontraron que la incidencia de autismo se había duplicado a lo largo de los últimos 20 años. Adicionalmente, la proporción entre hombre y mujer había aumentado significativamente a lo largo del mismo periodo de tiempo. Este estudio es extremadamente importante ya que demuestra que factores diferentes a la genética pueden estar causando el autismo. ¿Cuáles serían algunos de estos factores no-genéticos?
Kontstantareas y Homatidis (3) de la Universidad de Guelph en Ontario, Canadá, encontraron una elevado índice de correlación entre la frecuencia de infecciones en el oído y la incidencia de autismo. Encontraron que cuanto más pequeño padeciera un niño una infección del oído, más probable era que el niño sufriera una forma más severa de autismo. También descubrieron que un aumento en la incidencia de infecciones del oído estaba asociada con una forma mas severa en vez de la forma más leve de autismo. Muchos estudios similares se han llevado a cabo en el campo del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)). Estos estudios también indican que el incremento de la infección del oído a temprana edad resulta en mayores índices de hiperactividad (4-8). Roberts y sus colaboradores (4) informaron que la otitis media recurrente durante la infancia mostraba una corelación con un aumento en la pérdida de concentración de los estudiantes en etapas posteriores de sus vidas. Otros estudios (5-8) muestran una corelación entre la otitis media recurrente durante la infancia y una puntuación baja en los coeficientes de inteligencia (IQ) posteriores, resultados pobres en las pruebas de lectura, de ortografía y de matemáticas, las repeticiones de curso o suspendidos, incremento en los déficit de atención y en los problemas de conducta en la escuela.
Tanto los grupos de investigación del autismo y de TDAH han asumido que la deficiencia en la audición a raíz de la infección del oído es lo que ha causado el desarrollo anormal. Mi propia interpretación de estos datos es que los derivados de la levadura y de las bacterias resistentes a los medicamentos absorbidos por el cuerpo desde el intestino después del uso excesivo de antibióticos es la causa de estas epidemias. Los capítulos posteriores tratarán los mecanismos de este problema en mayor detalle.
Los antibióticos fueron introducidos a escala comercial casi al final de la segunda guerra mundial. En 1949, la producción de antibióticos era muy baja, cerca de 80 toneladas por año (9). Aparte de una producción baja, el tipo de antibiótico utilizado era mayormente de tipo inyectable. Pero para 1950, los antibióticos orales estaban aumentando. Los antibióticos orales se toman por vía oral en vez de ser inyectados intramuscularmente. Yo era un niño en la primaria en los años cincuenta, y mis antibióticos fueron inyectados en las nalgas. Hacia el 1954, se producían 250 toneladas de antibióticos al año. Para el 1990, 20,000 toneladas (40 millones de libras) de antibióticos se producían por año (9). Yo creo que este crecimiento explosivo en el uso de antibióticos es un factor de importancia en el aumento en la incidencia del autismo y otros trastornos en el adulto como es la fibromialgia. En los Estados Unidos una de las principales razones para el uso de antibióticos en niños es una condición denominada otitis media o infección del oído.
De acuerdo a una publicación (10) realizada por "El Foro para la Otitis Media", un grupo de eminentes pediatras y científicos de todas partes de los Estados Unidos puntualizaron:
La otitis media ha resultado ser una verdadera mina tanto para los médicos de primera instancia como para la industria farmacéutica. Ahora considere otros 30.000 millones de dólares al año gastados en terapia del lenguaje y del desarrollo (11) y miles amillones de dólares más, invertidos para tratar TDAH, PDD, autismo y otros trastornos. De hecho, si el sobreuso de antibióticos está relacionado con el aumento de estos trastornos, entonces el impacto económico de la otitis media es de veras muy grande.
Además del uso exagerado de antibióticos en humanos, el uso de antibióticos en animales para el consumo de humanos se ha disparado, no porque nuestros animales están más enfermos de lo normal, sino porque aumentan de peso con mayor rapidez cuando les añaden antibióticos a su alimento. Se supone que a los animales se les retira el uso de antibióticos antes de que sean sacrificados, de manera que la mayor parte de antibióticos se haya eliminado en el momento de su sacrificio si es que el dueño sigue los reglamentos. Sin embargo, la ecología microbiana anormal en los intestinos de estos animales causada por el uso de estos productos persiste; es posible que los derivados químicos (tales como las gliotoxinas) producidas en el intestino de estos animales por levaduras, hongos y bacterias resistentes a los antibióticos pueden ser absorbidos al torrente sanguíneo de estos animales y estén probablemente presentes por igual en la carne. Es difícil saber cuan serio es este problema para los humanos que consumen esta carne. Pamela Scott, quien ha escrito un capítulo de este libro, estaba tan preocupada por este problema que sólo le daba a su hijo carne de animales que no habían sido expuestos a los antibióticos en el forraje.
De acuerdo con el Dr. Stuart Levy, un profesor en la Escuela de Medicina de la Universidad de Tuft, en su libro "La Paradoja del Antibiótico: Cómo los Medicamentos Milagrosos están destruyendo el Milagro" (9), el uso de antibióticos para engordar animales y para otros usos agrícolas también selecciona bacterias resistentes las cuales entran al ecosistema en la carne y heces de estos animales y pueden infectar a los humanos. El Dr. Levy encontró que seis meses después de haber utilizado antibióticos en el alimento para pollos, muestras tomadas a humanos en la comunidad circunvecina contenían las mismas bacterias resistentes que se habían desarrollado en los pollos. El uso de antibióticos humanos en el alimento para animales se ha prohibido en Gran Bretaña pero se permite y se usa ampliamente en los Estados Unidos. Incluso se han añadido antibióticos al agua en donde se cría el salmón y el bagre; se han encontrado bacterias resistentes a los antibióticos en estos bagres. Además, antibióticos tales como la estreptomicina y la oxitetraciclina se han usado en aviones de fumigación para controlar las enfermedades en árboles frutales y en papas, permitiendo el desarrollo de bacterias resistentes en los suelos en una amplia área geográfica. Algunas bacterias patogénicas pueden ser resistentes hasta a 10 diferentes antibióticos.
Las tres bacterias más comunes causantes de la infección del oído son Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenza, y Moraxella catarrahalis. Estos organismos son responsables del 70-90% de todas las infecciones del oído (12). Estos organismos comúnmente colonizan en la nariz y la garganta de los niños y fácilmente se transportan al oído a través de la trompa de Eustaquio. El Streptococcus pneumoniae es responsable del 30-40% de todos los casos. Hasta un 28% de las cepas de este organismo son resistentes a varios tipos de penicilina. La Moraxella catarrahalis es responsable del 12% de todos los casos y el 96% de las cepas de este organismo puede ser resistentes a la penicilina tanto como a la amoxicilina (12). La Moraxella catarrahalis está presente en algún momento en la nariz o la boca del 75% de los niños antes de los 2 años.
El Foro para la Otitis Media (10) declaró:
"Es característico del personal sanitario en los Estados Unidos intervenir en los casos de otitis media supurante, pero este foro estaba sorprendido por los datos que sugieren que esa otitis media era un proceso de supuración que usualmente seguía un curso benigno, sin tratamiento. Así que, aunque ese tipo de estudio puede ser difícil de implementar debido a que va en contra de las actitudes que prevalecen, es esencial una investigación para documentar el curso natural de una otitis media supurante......."
Traducido a un idioma sencillo, esto significa: Los médicos y los padres están acostumbrados a utilizar antibióticos para las infecciones del oído. La prueba de que funcionan a la larga es poco sólida. Sin embargo, va a ser extremadamente difícil cambiar la forma en que se hacen las cosas, pues esto se ha convertido en un hábito.
Una amplia investigación fue llevada a cabo por holandeses, con 1.439 niños, catalogados en dos grupos. A uno de ellos no se les dio nada y a otro les dieron antibióticos y antihistamínicos. En los niños sin tratamiento, el 60% de ellos se recuperaron sin intervención médica en un plazo de tres meses. Esta clase de intervención casi nunca se podría haber hecho en los Estados Unidos. Para darle alguna idea de las diferencias culturales entre ambos países, solamente el 30% de los médicos en Holanda usan antibióticos para tratar infecciones del oído. En los Estados Unidos, encontramos que cerca del 99% de los médicos usan antibióticos para tratar infecciones del oído. También deben culparse a los padres y a los empresarios por este sobreuso, porque con tantas familias en las cuales ambos padres trabajan, las mamás están presionadas a ir a trabajar en vez de quedarse en casa con el niño enfermo. Los papás presionan al médico para que recete un antibiótico aun cuando sea inapropiado. El médico sabe que puede perder el paciente, a menos que acceda.
En otro estudio de 518 niños con infección de oído, Cantekin (13) encontró que seis semanas después de haber descontinuado el antibiótico amoxicilina, la recurrencia era de 2 a 6 veces más elevada en los niños tratados con antibiótico que en aquellos del grupo que se les había dado un placebo. Van Buchem (14) trató un grupo de pacientes con otitis media con antibióticos, otros con tubos en los oídos y a un tercero con ninguno de los dos. El resultado en los tres grupos fue esencialmente el mismo.
Una de las razones por la cual estaba interesado en la otitis media, se debió al hecho de que un alto porcentaje de los niños con autismo cuyos expedientes médicos examiné presentaban un historial de frecuentes infecciones de oído u otras infecciones tratadas con antibióticos. En cientos de expedientes médicos que examiné en el hospital, niños con convulsiones, autismo e incluso psicosis tenían un historial de uso de antibióticos antes de haber desarrollado esas situaciones. El análisis del ácidos orgánicos de la orina de estos niños frecuentemente revelaron altas concentraciones de compuestos derivadas de levaduras y/o bacterias que comúnmente son resistentes a antibióticos de amplio espectro. El patrón era tan prevalente y tan notable que dejó poca duda en mi mente sobre la existencia de una relación entre las altas concentraciones de levadura y derivados de bacterias con los trastornos resultantes.
La exposición al humo de los cigarrillos es también un factor de riesgo significativo para la otitis media. En un estudio con niños británicos de 7 años de edad, los autores encontraron cotidina, un metabolito de la nicotina, presente en la saliva de los niños expuestos al humo de terceros y que la cotidina aumentaba con el número de fumadores en el hogar. Los autores descubrieron que un tercio de los casos de otitis media podía ser atribuido a la exposición del humo procedente de terceras personas.
Las alergias pueden ser la causa principal subyacente de la infección del oído, debido a que la reacción alérgica puede causar inflamación de los tejidos del oído, lo que interfiere con el drenaje adecuado y permite que las bacterias se multipliquen con mayor rapidez. McMahan (16) y Nsouli (17) encontraron que el tratamiento de las alergias subyacentes disminuían en gran medida de la recurrencia de la otitis media. Debido a que las infecciones del oído son problemas médicos difíciles tanto para los padres como para los niños, he elaborado a continuación una lista de diferentes métodos de abordar estas infecciones:
Los siguientes puntos son diferentes técnicas que ayudarán a romper el círculo vicioso y minimizar el daño. Recuerde que existen excepciones a toda regla y que los antibióticos pueden ser en ocasiones necesarios.
1. Resista o mantenga una atenta vigilancia. Use gotas para los oídos que contenga benzocaína y un descongestionante para quitar el dolor. Un amplio estudio conducido en Holanda demostró que había diferencia en los resultados cuando compararon los niños que recibían antibióticos con el grupo que recibía placebos. En Europa no se utilizan tantos antibióticos como en Estados Unidos. Solamente el 31% de los médicos de familia en Holanda utilizan antibióticos para tratar las infecciones del oído. Al no tratar inmediatamente, permiten que el sistema inmunológico de su hijo reaccione y fortalezca sus defensas a favor a futuras infecciones. Si las infecciones son tratadas inmediatamente, el sistema inmunológico no tendrá oportunidad de fortalecerse.
2. Elimine de la dieta la leche, el trigo y otros alimentos que causen alergias. La leche es el principal culpable de las alergias alimenticias y de sinusitis que con frecuencia bloquean la trompa de Eustaquio lo que lleva a la infección del oído. Si la eliminación de la leche y de los lácteos no quitan la infección lleve a su niño con un alergólogo para que le haga las pruebas de alergias. Se ha encontrado recientemente que los péptidos de soja también son relacionados con aquellos de gluten o caseína, y los niveles elevados de péptidos se encuentran frecuentemente en las muestras de individuos en la dieta libre de leche y trigo, pero que toman leche de soja.
3. No permita que se fume dentro de la casa
4. Nunca use antibióticos para el catarro o la gripe ya que los antibióticos matan las bacterias pero no el virus del catarro o de la gripe.
5. Si tiene que usar antibióticos para su hijo, pida a su doctor que le recete el antimicótico nistatina junto con el antibiótico. No existe una reacción adversa entre la nistatina y cualquier otro antibiótico porque la nistatina no se absorbe en el intestino en cantidad apreciable. Si su médico no quiere recetarle nistatina, de algún producto antimicótico natural tal como el ajo, el ácido caprílico o el extracto de la semilla de toronja junto con el antibiótico. La bacteria benéfica Lactobacillus acidophilus puede que no ayude mientras se tomen los antibióticos ya que estos pueden matar también la bacteria acidophilus. La penicilina, el cloramfenicol, la eritromicina, la tetraciclina, la oxacilina, la vancomicina y el ceftriaxone también mataran la bacteria acidophilus. Después de completar el tratamiento de antibióticos, dé suplementos del Lactobacillus acidophilus por lo menos por 30 días. De hecho, considere dar suplementos de acidophilus diariamente para mantener el intestino saludable.
6. Practique un cultivo de la garganta si su niño padece infecciones frecuentes. Los organismos mas comunes responsables de causar infecciones del oído comúnmente habitan en la nariz y la garganta. Existe una vacuna disponible para el Streptococcus pneumoniae el cual es el causante más común de las infecciones del oído. Si su hijo presenta un cultivo de garganta positivo para el Streptococcus pneumoniae, pregúntale a su pediatra sobre la vacuna contra este organismo. La vacuna se denomina vacuna pneumocca polisacárida Tipo 23.
7. Considere la posibilidad de que uno de los padres pueda quedarse en casa hasta que el niño tenga por lo menos dos años de edad y evite las guarderías y centros pre-escolares. La guardería es un criadero de gérmenes.
8. Alimente al seno materno a su niño el mayor tiempo posible, ya que leche materna contiene anticuerpos en contra de la bacteria que causa infecciones de oído y también de otras infecciones. Los niños alimentados al seno materno tienen menos posibilidades de padecer infecciones frecuentes durante los primeros seis meses de vida (18,19).
9. La Equinacea, la flor del maíz fue utilizada extensamente por los Indios de las praderas de los Estados Unidos para tratar infecciones y estos conocimientos fueron transferidos a los colonizadores. La Equinacea es un estimulante del sistema inmune y está disponible en dosis pediátricas en muchos de las tiendas naturistas como son "Wild Oats" en los Estados Unidos y otras. También se puede pedir por teléfono (800 494-WILD en los Estados Unidos) si no hay una tienda cercana (no tengo interés económico en ninguno de los productos mencionados en este libro). Esta terapia es todavía más eficaz si se le pone en los oídos unas gotas de ajo y gordolobo mientras se da la Equinacea (mi hijo utilizó este método y se le quitó el dolor de oído de la noche a la mañana), tres días de tratamiento curará la mayoría de las infecciones del oído. Si aun no funciona, tiene la opción de utilizar antibióticos. La Equinacea es un estimulante general del sistema inmune y ayudará a disminuir la incidencia y severidad de los catarros y la gripe. Este producto se usa extensamente en Alemania para diferentes enfermedades y mucha de la literatura que respalda sus usos está escrita en alemán pero algunos de los artículos escritos en inglés se mencionan en la bibliografía (20-23). La equinacea da mejor resultado si se da por 10 días, se descontinúa por dos semanas antes de comenzar de nuevo.
10. Pídale a su médico que le ponga una inyección de penicilina en vez de darle penicilina oral. Yo las recibí en mi niñez en los años cincuenta al igual que millones de otras personas. El principal beneficio de la inyección es que no mataran las bacterias benéficas del trato digestivo y evita el crecimiento excesivo en el trato digestivo de levadura y bacterias nocivas como la Clostridia. El antibiótico llegará a las células humanas del intestino pero no alcanzará las bacterias que residen en la cavidad intestinal.
11. Si su niño padece cuatro o más infecciones en un año, considere hacer una evaluación de su sistema inmune. Muchos niños con autismo tienen una debilidad innata del sistema inmune llamada inmunodeficiencia. La persona más adecuada para consultar sobre esto se conoce como inmunólogo clínico, el cual es un médico que se especializa en estas enfermedades. Por lo general, estos médicos son también investigadores y están asociados a una escuela de medicina. Si su niño padece de inmunodeficiencia significativa, pregúntele a su médico acerca de la posibilidad de utilizar inyecciones de anticuerpos (llamados IVIG o inmunoglobulina intravenosa) para ayudar al sistema inmunológico de su niño a combatir nuevas infecciones. El Dr. Sudhir Gupta de la Universidad de California en Irvine ha obtenido una remisión total de algunos casos de autismo (24) utilizando el tratamiento con IVIG. Ver el capítulo sobre el sistema inmune para una información más detallada.
12. Consulte a un profesional de la salud con formación en homeopatía. La terapia llamada homeopatía ha demostrado ser más eficaz (25) que el tratamiento convencional con antibióticos en un estudio alemán con 103 niños entre 1 y 11 años de edad. La gotas homeopáticas se encuentran también en la mayoría de las tiendas naturistas. Después de 1 año, el 70.7% de los niños tratados con homeopatía no habían sufrido recaídas comparado con el 56.5% de los niños tratados con antibióticos. El número promedio de recaídas fue también más alto en los niños tratados con antibióticos que aquellos tratados con homeopatía.
13. Considere el uso de tubos en el oído (tubos para la timpanotomía) si todo lo demás no funciona. (tubitos de ventilación en México o drenaje en España, nota del traductor).
Referencias:
1. Rimland B. Is there an autism epidemic? Autism Research Review International 9: 3, 1995.
2. Magnusson P and Saemundsen E. A study of prevalence of autism in Iceland. Proceedings of the 5th European Congress of Autism. Barcelona, Spain, 1996.
3. Kontstantareas M and Homatidis S. Ear infections in autistic and normal children. J Autism and Dev Dis 17:585,1987.
4. Roberts J, Burchinal M, and Campbell F. Otitis media in early childhood and patterns of intellectual development and later academic performance. J Ped Psychol 19:347-367,1994.
5. Hagerman R and Falkenstein A. An association between recurrent otitis media in infancy and later hyperactivity. Clin Pediat 26:253-257, 1987.
6. Teele D, Klein J, Rosner B, and The Greater Boston Study Group. Otitis media with effusion during the first years of life and development of speech and language. Pediatrics 74: 282-287,1984.
7. Silva P, Chalmers D, and Stewart I. Some audiological, psychological, educational, and behavioral characteristics of children with bilateral otitis media with effusion: a longitudinal study. J Learning Disabilities 19: 165-169, 1986.
8. Sak R and Ruben R. Effects of recurrent middle ear effusion in preschool years on language and learning. Developmental and Behavioral Pediatrics 3: 7-11, 1982.
9. Levy S. The Antibiotic Paradox. How Miracle Drugs Are Destroying the Miracle. Plenum Press, New York, 1992.
10. Stool SE et al. Otitis media with effusion in young children. Clinical practice guideline. Number 12. AHCPR Publication No.94-0622.Rockville, M.D.: Agency for Health Care Policy and Research, Public Health Service, US Department of Health and Human Services. July 1994.
11. Nsouli T. Serous otitis media and food allergy. Clinical Pearls News 5: 1, 1995.
12. Barnett E and Klein JO. The problem of resistant bacteria for the management of acute otitis media. Pediatric Clinics of North America 42: 509-517,1995.
13. Cantekin E et al. Antimicrobial therapy for otitis media with effusion. JAMA 266: 3309-3317,1991.
14. Van Buchem F and Dunk J. Therapy of acute otitis media: myringotomy, antibiotics, or neither? Lancet 2: 883-887,1981.
15. Strachah D et al. Passive smoking salivary cotinine concentrations and middle ear effusion in seven-year-old children. Brit Med J 298:1549-1552, 1989.
16. Mc Mahan J et al. Chronic otitis media with effusion: modified RAST analysis of 119 cases. Otolaryngol Head Neck Surgery 89: 427-431,1981.
17. Nsouli T et al. Serous otitis media and food allergy. Ann Allergy 73:215-219,1994.
18. Teele, D et al. Epidemiology of otitis media during the first seven years of life in greater Boston: a prospective cohort study. J Infect Dis 160: 83-94, 1989.
19. Williams E. Breast feeding attitudes and knowledge of pediatricians-in-training. Amer J of Prev Med 11:26-33,1995.
20. Luettig B et al. Macrophage activation and induction of macrophage cytotoxicity by purified polysaccharide fractions from the plant Echinacea purpurea. Infection Immunity 46: 845-849,1984.
21. Roesler J et al. Application of purified polysaccharides from cell cultures of the plant Echinacea purpurea to mice mediates protection against systemic infections with Listeria monocytogenes and Candida albicans. Int J Immunopharmacol 13: 27-37,1991.
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24. Gupta S, Aggarwal, and Heads C. (1995). Dysregulated immune system in children with autism. Beneficial effects of intravenous immune globulin on autistic characteristics. J. Autism Develop Dis 26:439-52,1996.
25. Friese KH et al. Otitis media in children: A comparison of conventional and homeopathic drugs. Head and Neck Otorhinolaryngology 44:462-466, 1996.