CIENCIAS DURAS

Las mujeres científicas pelean por un tratamiento igualitario en un sector en el que el conocimiento o la excelencia todavía se asocian sólo con lo masculino.

Autora: Ana María Amado

(FEMPRESS) Concentración extrema, dedicación, disponibilidad absoluta, rigor, etc., suelen ser las cláusulas del universo de las ciencias. Es difícil aún que se acepte asociarlas con las mujeres porque en el reparto binario entre sexos, de su lado sólo se conciben las condiciones opuestas. Sin embargo, sus aportes al campo del conocimiento resultan cruciales, no sólo en el presente sino en la historia de los descubrimientos científicos que exhibe algo más que unos pocos nombres femeninos de excepción. En el II Congreso Internacional sobre "Mujeres, Ciencias y Tecnología" realizado recientemente en Buenos Aires, se escucharon las experiencias, aportes y reflexiones de un núcleo notable de científicas del país, latinoamericanas y europeas. Diana Maffia, coordinadora de la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología (RAGCyT), institución organizadora del reciente Congreso, se refiere a las estrategias que desarrollan.

(RAGCyT): "La Red Argentina surgió en 1994, en un taller sobre Mujeres, Ciencia y Tecnología, en el Foro de ONGs preparatorio de Beijing. Allí analizamos la situación en América Latina, vimos problemas similares, e hicimos un programa ambicioso hacia el 2000 que venimos cumpliendo bastante bien. Las coordinadoras somos Ana Franchi (química y socióloga), Silvia Kochen (neuróloga) y yo, (filósofa), y las integrantes son investigadoras de todo el país. En 1995 llevamos dos talleres a Beijing (uno sobre Argentina y otro sobre América Latina), y en 1996 se realizó el I Congreso Internacional sobre Mujeres, Ciencia y Tecnología, en Madrid (España). El segundo es el que acaba de realizarse en Buenos Aires, organizado desde el programa que la Red tiene en el Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género de la Universidad de Buenos Aires."

P. Es un hecho que hay cada vez mas mujeres estudiando carreras universitarias del campo de las ciencias, o trabajando en este sector, ¿este dato no influye en el panorama de desigualdades que suele trazarse?

(RAGCyT): "Está claro que las mujeres constituyen casi la mitad del sistema total de investigadores, pero es notorio el descenso a medida que se asciende en las jerarquías. Es lo que más claramente surge por ejemplo del trabajo que con Silvia Kochen y Ana Franchi estamos realizando sobre la inserción de las mujeres en el CONICET, como máximo organismo oficial del Sector de la Ciencia y la Tecnología en nuestro país. De algo más del 50% de participación en el nivel inferior, encontramos en la jerarquía superior menos del 10% de mujeres. Esta tendencia se ha sostenido sin cambios en los años estudiados, 1993 a 1998. Son datos poco coherentes sin duda con la creciente feminización de la matrícula universitaria en ciencias que mencionas."

P. ¿Cuáles serían los puntos centrales donde se establecen las diferencias entre investigadores varones y mujeres?

(RAGCyT): "Una de ellas es el conflicto entre trabajo y vida familiar; otra, las "microdesigualdades", que operan minando el ambiente de trabajo de modo sistemático pero casi invisible, generando un clima hostil y un alejamiento de la circulación de la información. Si observamos la sub-representación alevosa de mujeres en los lugares de decisión y evaluación de los candidatos, vemos que se sostiene la masculinización del sector, casi con espíritu corporativo. Esto, por supuesto, es malo para las carreras de las mujeres, pero lo que nos parece autodestructivo es que es perjudicial para la ciencia misma, ya que la uniformización en la producción de conocimiento preserva ventajas para el grupo hegemónico, pero impide la variación de hipótesis a considerar que es necesaria para la obtención de mejores resultados.

P. Las científicas de distintos campos, me refiero a las tradicionales o consagradas ¿cómo viven el desarrollo de su trabajo en este terreno?

(RAGCyT): "Las científicas que entrevistamos, de modo casi sistemático, comienzan diciendo que nunca fueron discriminadas por el hecho de ser mujeres, que la ciencia tiene modos objetivos de evaluar a los miembros de la comunidad, que los sueldos dependen de la categoría de investigación y no del hecho de ser varón o mujer, etc. Pero cuando entramos en sus historias de vida, a veces en el curso de la misma entrevista se va operando un cambio evidente. En ocasiones, cuando les mostramos otras entrevistas donde las investigadoras han tenido "tropiezos" idénticos a los de ellas, y se observan las sistematicidades, comienza a generarse un compromiso por favorecer el juego limpio y las condiciones más justas de participación. Nuestro Congreso fue cerrado con el testimonio de dos científicas, en un discurso bastante feminista, que pertenecían a este conjunto. Eso nos dio mucha alegría."

P. ¿Qué estrategias se siguen para cambiar el curso de esas prácticas discriminatorias del poder en este terreno?

(RAGCyT): "Además de la Red Argentina, hemos organizado una Red Latinoamericana llamada INCITA (Inventando Ciencia y Tecnología Accesibles), que tiene su sede en México, coordinada por Norma Blazquez Graf. En el ultimo Congreso se ratificó precisamente la estrategia de favorecer redes nacionales y regionales. Los años impares se harán congresos nacionales, y los pares, el encuentro será internacional, como una de las acciones imprescindibles para avanzar en el diagnóstico y las propuestas de equidad en este sector. Se resolvió también que el próximo nacional será en Mendoza, en 1999, y el III Congreso Internacional se hará en el 2000 en Panamá".

P. Tu trabajo en el Congreso se refería especialmente al valor de algunas palabras utilizadas en el área de las ciencias. ¿Qué valor tendría el lenguaje frente a la extrema objetividad que se persigue?

(RAGCyT): "Entre los científicos opera la ilusión de que el lenguaje tiene una referencialidad directa, literal cuando en realidad el lenguaje de la ciencia es por necesidad, metafórico. Me interesan especialmente las metáforas sexuales, porque en ellas se filtran valores que tienen que ver mas con políticas sexuales que con la objetividad o universalidad del saber. Por ejemplo, la "pasividad" del óvulo y la "actividad" del espermatozoide transferían al terreno de la biología de la reproducción lo que se esperaba de la conducta social de los sexos. Esto fue por años un obstáculo epistemológico para analizar la actividad del óvulo. Bueno, cambiar esa metáfora permitió acceder a problemas sin resolver por ese tipo de clausura".

P. ¿Hay políticas institucionales dirigidas específicamente a mejorar las condiciones de inserción de las mujeres en el sector?

(RAGCyT): "Nuestro congreso, si bien generó un clima de profundo compromiso con el diseño de políticas científicas sobre todo en países del sur, fue un congreso académico. En octubre se realizó en Bariloche un encuentro organizado por UNESCO, en el que la Red colaboró como parte del comité científico, que nos parece una iniciativa importante de los organismos internacionales. En países pobres o con muy injusta distribución del ingreso (como el nuestro), donde existe un tercio de la proporción de investigadores que en los países desarrollados y donde están pauperizados, desperdiciar recursos humanos formados por prejuicios sexistas, es simplemente suicida".

 

* Publicado en la revista mensual de información general mujer/fempress, correspondiente al mes de noviembre de 1998.

 

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