EL CHOQUE CON LA REALIDAD
Cuando decides salirte, o incluso cuando te has salido, el primer impacto es con la realidad misma.
Has vivido encerrado en una nube filosófica que no parabas de meditar. EL grupo así nos lo exigía: escuchar la predicación de la mañana y meditarla durante el resto del día, aunque estuvieses en otras tareas. De esta forma sólo ves lo que quieren que veas.
Recién salido comienzas a ver la realidad; pero aún así sólo llegas a apreciar un 10% en el mejor de los casos. Tu forma de pensar y de reflexionar sobre lo que se te presenta está manipulada, y sigues viendo la mayoría de las cosas con la psicología del grupo. En realidad no eres consciente de la cantidad de mecanismos que han enjertado en tu mente. Casi sin percibirlo, más de una vez te encuentras predicando, enseñando normas del grupo y manipulando las conversaciones.
El encuentro con la realidad es algo que se da progresivamente. Cuesta aceptar las cosas como son, pero el ver una cosa te abre los ojos para ver otras, y así. A la vez vas descubriendo la falsedad de lo que era el grupo, y todo el daño que nos ocasionaron. Y el falso idealismo en el que llegamos a creer y por el que entregamos nuestras vidas.
Lo que no hay que hacer jamás es volverse atrás por lo duro que puedan resultar estos choques. Estos choques, lejos de ser dañinos, son el fruto maduro de una lucha firme y bien realizada. Hay que aceptarlos y saber que, para salir, estos choques se van a producir.