LA IGNORANCIA VESTIDA DE SABIDURÍA

¿Ha conocido alguna vez a un pobre que un buen día decide vestirse con "cierta" elegancia? Gracioso, ¿verdad? Pues si es un poco observador, mire la lista tan larga de personas que intentan asemejarse a la gente adinerada, ya sea en la forma de vestir, de comer, costumbres, lugares que frecuentan, etc. No hay nada más costoso que ser una persona y aparentar otra (o varias).

Un domingo me lo pasé muy divertido viendo la obra de "El Lazarillo de Tormes". En el intermedio, el protagonista nos hizo reír con las miles de peripecias que ocurren en los teatros; todas ellas del mismo estilo. Se trata de gente que va dándoselas de entendidos en el tema. Así mismo vemos en la ópera, en TV. etc.

Esta moda de la apariencia es conocida por todos, y seguro que también vd. conocerá muchos más ejemplos. Pero más profundo y erróneo que la pobreza con apariencias de riqueza es la ignorancia con apariencia de sabiduría.

Hasta ahora hemos visto lo gracioso y conocido del tema. Pero no es lo mismo si hablamos de grupos coercitivos: ni es gracioso ni conocido. ¡Hay tantas explicaciones tan bien logradas que versan sobre las cuestiones de la vida! ¡Dan solución a tantas cosas, tan inexplicables para el hombre, y con tanta facilidad!

Y esta es una de las razones que usan para convencer a los adeptos que, inocentemente, creen tener las respuestas de lo que les ocurre en su vida y de sus problemas. Es por eso que en momentos de problemas es más fácil verse atrapado por las garras de estos grupos.

La realidad es otra. Esta sabiduría es falsa. Las respuestas que dan no tienen argumentos razonables sino más bien argumentos razonados (digamos: orientados) hacia las creencias del grupo. Pero como nadie les rebate, quien les escucha parece estar entre personas sabias. Y esto le crea una cierta "paz". El pensamiento interior del adepto es: "Todos lo aceptan, todos lo aprueban, todos parecen simpáticos, se plantean buenas cosas,... Debo ser yo el quivocado". Si además la exposición se acompaña con un poco de documentación, unas fotografías manipuladas y alguna noticia desubicada, la sensación de verdad de todo aquello impregna profundamente en la persona que escucha. Esta es una de las razones por las que algunos que entraron en grupos coercitivos, para sacar a otros, testimoniaron: "Casi me convencen y me quedo yo también, aún a sabiendas de lo que era ".

De otra parte nos encontramos con la ignorancia de un público que creen saber qué son y cómo funcionan estos grupos; además de pensar que a ellos no les pasaría. ¡Tales ridículos he visto en personas que afirmaban esto, estando en uno de estos grupos! No es que no les pasara, es que ya les estaba pasando. Y más aún cuando actualmente los grupos sectarios incluyen en su adoctrinamiento una lista de ideas para demostrar por qué ellos no son un grupo manipulador. Igualmente acompañan esta información con una lista de grupos que sí que son peligrosos, y con los argumentos que han de usar en caso de verse acusados por tales "difamaciones". En algunos casos el adoctrinamiento es tan fino que les dejan tiempo para redactar sus propios argumentos con los que defenderse de las acusaciones de sectarismo, creyendo los adeptos que son ellos mismos los que saben con sus ideas que están en un buen grupo.

Ignorancia una vez más vestida de sabiduría: la estupidez elevada al máximo: casos de personas que creen también haber salido y haberse olvidado de todo y que, por no desprogramarse bien, llevan toda su vida acarreando daños del grupo. Así mismo sucede cuando un exadepto ve salirse a otro y se considera un especialista en la materia para ayudar a éste último, dándole consejos y cosas por el estilo.

Cuento todo esto y, podría contar más, porque es precisamente esta ignorancia, tan bien simulada como sabiduría, la que más daño me hizo en su momento cuando me encontré recién salido del grupo. Esa ignorancia que me dañó más por parte de aquellas personas que pretestando su buena voluntad y que ellos no caerían nunca (recital que oí en muchas versiones), pensaban que así me ayudaban. Si al menos me hubiesen escuchado en lo que les decía, posiblemente me habrían ayudado más.

El tope de esta ignorancia lo encontré en la misma Iglesia. No sería justo si, antes de aclarar este punto, no diese claridad a otro aspecto también importante. Y es que cuando me decidí abandonar, hubo personas pertenecientes a la Iglesia que me ayudaron a ello, concientes de que yo no estaba loco y que lo que decía era totalmente cierto. Un agradecimiento muy fuerte a esas personas, de las cuales no revelo más datos por el peligro que les pudiera suponer.

¿Qué sucedió con el resto de personas de la Iglesia? Sucedió que me encontré con la ignorancia más grande de cuantas he visto: creer que todo lo que entra en el barco de la Iglesia es bueno, sólo porque es de la Iglesia, porque viene desde Jesucristo, …

Ya he contado esto anteriormente, pero quisiera hacerlo ahora de un modo más gráfico. Imagínese que alguien le afirma: "Todo el mundo que entra en mi casa es bueno y no se infecta con ninguna enfermedad, porque mi casa está desinfectada y antes de entrar revisamos a quien entra con aparatos médicos". Vd. podría argumentarle: "Sí, pero ¿y si en el reconocimiento médico que le haces te falla el aparato y entra alguien con un virus, y el reconocimiento es erróneo o surge un virus que esos aparatos no controlan? Entrará en tu casa, y os infectará con el virus a los que estéis." Del mismo modo existe mucha gente que pertenece a la Iglesia o que entra dentro de ella y están psicológicamente afectados hasta el punto de manipular los ambientes que mueven o los grupos que dirigen.

En la Iglesia también está el virus del sectarismo y, reconocerlo no es ser un hereje ni un rebelde, sino el comienzo de la extirpación de ese virus. Si una madre dice que su hijo no tiene ninguna enfermedad porque ella le quiere mucho, alguien le diría: "Señora, no tiene nada que ver el amor con las enfermedades". Del mismo modo, no resta nada a la Iglesia, ni al Amor que puede ofrecer al mundo, el hecho de que existan personas y grupos que están manipulando. No reconocerlo sería repetir el mismo fallo que con la Inquisición, por todos conocida, que se consideró buena y santa por ser de la Iglesia. ¡Seamos cuerdos, por Dios! ¡La manipulación de la mente existe dentro de la Iglesia, no de toda, y hemos de erradicarla!

Si un grupo toma el estandarte de católico y, por ello, todos los católicos le excusamos todos sus errores (con excusas tan flojas como que la Iglesia es santa y pecadora a la vez), entonces esos virus están entrando y pueden infectar a nuestros hijos. Y no olvidemos que Jesús aceptó a Judas Iscariote; pero sabía quien era Judas Iscariote Y se lo demostró en la Última Cena.

Quiero decir con esto que la Iglesia ha de ser Misericordiosa y Acogedora de todos; eso no significa que esconda los errores internos. Y mucho menos esconder o disfrazar la ignorancia. Porque la ignorancia al descubierto es curable; pero la sabiduría falsa no ("El que se ensalza, será humillado; y el que se humilla, enaltecido ").

El sabio es la persona que comenzó a saber cuando se dio cuenta que no sabía.

Y termino este apartado diciendo que es inútil dar explicaciones, para un recién salido de uno de estos grupos, dar explicaciones a todo este cortejo de sabios ignorantes, de curiosos aburridos o de televidentes ávidos de morbo. Todo lo que viví y lo que recuerdo de aquello no me sirve más que para cerciorarme de lo siguiente: mi vida ha de ser para todos, pero mis amigos serán aquellos que preguntan poco y hacen mucho, exigen poco y dan mucho, y están cuando les necesitas. Me basta uno de estos, y me sobra el mundo entero.

Quiero, con mi deseo más profundo, que todo esto sirva para bien de todos aquellos que un día lo dejaron todo y, al salir, se encuentran sin un apoyo eficiente, que en muchas ocasiones les obliga a volver al grupo. Por todos los que fueron capaces de dar su vida por un ideal, aunque ese ideal fuese erróneo. Y por los que se entregan cada día, o se entregaron una vez, a ayudar a estas personas. Un fuerte abrazo en la Fe y en el Amor.

  

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