UN JUEGO DE RUPTURAS CONSTANTES
Recuerdo esto que les voy a contar como algo que me rompía todos los esquemas: mentales, morales y espirituales. Se trata del juego de "haz esto", y poco después "haz lo contrario".
Siempre he sido muy lanzado, muy animado para hacer todas las cosas. No tenía miedo a enfrentarme a lo que fuera. Pues a esto ellos le llamaban orgullo. Lo curioso de "mi orgullo" es que me sirvió para sacar a jóvenes de la droga (no exagero), y para resolver otras situaciones A esto le llamaban "más orgullo", porque me pensaba que por eso era más. Pero ese orgullo me costó noches sin dormir, luchando por lo que creo: las personas. Ese orgullo me costó broncas del grupo, y opiniones de todo tipo tanto de dentro como de fuera del grupo. ¡Es tan fácil sentarse en un sillón y calificar cada acción como a uno le venga bien…!
Entonces nos decían que tendríamos que darnos cuenta que en el fondo no éramos capaces de hacer nada. Un día para hacerme ver esto me pidieron que hiciera un trabajo, donde debía usar conocimientos de mi antigua profesión. Tras hacerlo, me hicieron cambiarlo, bajo el argumento de que aprendiese a someterme porque yo no era nada. Los jóvenes que estaban más sometidos, que eran más temerosos a tomar cualquier iniciativa, o eran decaídos, los llamaban humildes, dóciles,… y había que ser como estos.
Me di cuenta de algo más: todos pasábamos por esta "criba de humildad". Pensé: ¿cómo es posible que algunas personas con tanta experiencia en ayudar a los demás tuviesen que ver (a la fuerza) que no eran nada, y que debían darse cuenta que era orgullo sentirse bien cuando ayudaban a alguien y esa ayuda era efectiva? Esto, unido a nuestro escaso sueño, nos iba haciendo más y más pasivos, hasta entrar en un letargo que los psicólogos reconocen como estado hipnótico mental. Y es este el tipo de hipnosis a que se refieren cuando tratan el tema de los grupos sectarios.
Más adelante vendría el contraste: había que tener iniciativas y ser listos. Pero cuando ya nos habían sometido, y nos daba miedo hasta pasear sin permiso del superior (no exagero nada). Sabían que lanzarse, tener iniciativas, ser listos, y todo lo demás era para beneficio del grupo, pues ya estábamos sometidos y convencidos de que nuestra vida era para hacer crecer al grupo. Salir y predicar; pensar cómo ser efectivos en esta labor les encantaba.
Por supuesto, los adeptos se rompen por dentro; no entienden. ¿Cómo antes me decían "sé humilde ", y ahora me piden lo contrario "despierta "? ¿Por qué estos cambios? Es un metamorfismo muy fuerte para la mente humana. Tanto que la destruye o puede ocasionarle daños muy serios.
Estos contrastes son a los que se tiene que enfrentar cuando abandona el grupo. Hay que comenzar por tomar decisiones; y en esto vienen los contrastes a la mente: ¿Hago esto? ¿Hago lo contrario? ¿Esto será mejor? Y, ¿si me equivoco? También se puede comenzar por intentar ser lo que uno era antes de entrar en el grupo. No obstante, es algo que depende de cada cual, y en ello ha de comenzar por lo que vea mejor; ¡pero comenzar por algo!