FARANDULA
Quique Vallés, Noliyú Rodríguez y
Vanessa Archila Tres "monstricos" radiales intentan
matar a su padre. No a uno, sino a un trío de animadores,
le ha sido encargada la misión de hacer olvidar a Luis
Chataing tras su abrupta salida de El monstruo de las mañanas,
programa transmitido por la emisora 92.9 FM de lunes a viernes
a partir de las 6:00 am. "Hemos retomado un rumbo que se
había perdido con Luis", afirman los hasta hace poco
compañeros inseparables del Monstruo mayor.
Alexis Correia. Un drama digno de la película Kagemusha,
de Akira Kurosawa, se desenvuelve cada mañana de lunes
a viernes en la emisora radial 92.9 FM: el juego eterno de la
sucesión. Sólo que esta vez no se trata de un sustituto,
sino de tres. A Quique Vallés, Noliyú Rodríguez
y Vanessa Archila -estas dos ultimas más conocidas por
su rol ofídico en la sección Tiempo de Cuaimas-
les ha sido encomendada la misión de hacer olvidar la
avasallante personalidad de Luis Chataing, quien a
principios de junio abandonó abruptamente la conducción
del programa El monstruo de las mañanas.
Todo comenzó el 4 de junio, cuando el polémico
Chataing, tras cuatro años en El monstruo, anunció
públicamente su renuncia a 92.9 FM. Los motivos permanecen
en la oscuridad. La representación legal de Chataing afirma
que fue la emisora la que decidió sacarlo del aire intempestivamente.
Los dirigentes de 92.9 se defienden alegando que Chataing solicitó
la rescisión de un contrato que se extendía hasta
el 2004, con el objeto de marcharse a la principal competidora
de la emisora: La Mega 107.3 FM, del circuito Unión Radio.
El pleito no murió allí. Amparándose en
la ley de Derecho de Autor, Chataing exigió a 92.9 la
devolución de la propiedad sobre el nombre El monstruo
de la mañana, asunto que se ventila en un tribunal mercantil.
Agencias publicitarias como Walter Thompson y McCann-Ericksson
todavía no manejan cifras sobre el impacto en la audiencia
de la renuncia de
Chataing.
Por los momentos, El monstruo sigue saliendo al aire de 6:00
am a 9:00 am, horario de vital importancia
que encuentra el grueso de su target en el público juvenil
capturado en el infernal tráfico capitalino. Los
tres nuevos "monstricos", de amplia trayectoria anterior
en el programa -siempre detrás de la poderosa
figura de Chataing-, prefieren no emitir versión alguna,
ni siquiera off the record, sobre el conflicto que
generó la salida del Monstruo mayor. "Eso está
en tribunales, no podemos decir nada", se escudan. Y
no pueden evitar un dejo de incomodidad cada vez que el nombre
de Luis salta en al menos tres cuartas
partes de las preguntas que se les formulan.
-¿Estaban preparados para dar el salto hacia este rol
principal?
-Vanessa: No es cuestión de estar preparados o no.
Noliyú y yo tenemos más de dos años con
Tiempo de Cuaimas. Yo trabajé con Luis desde el principio
de El monstruo, Quique entró dos meses después,
Noliyú ingresó en 1997. Luis Chataing no estaba
sólo delante del micrófono, nosotros teníamos
un papel protagónico detrás de él.
-¿Qué les animó a sustituir a su ex compañero?
¿No pensaron en asumir una posición solidaria con
su
renuncia?
-Vanessa: Siempre hemos dicho que Luis es una escuela, lo
adoramos y lo respetamos muchísimo, pero primero que nada
somos un equipo.
-Quique: Nunca sentí nada raro o malo en sustituir
a Luis. Este es mi programa de toda la vida, por Dios. Lo que
él hizo fue su decisión. Es una situación
difícil por la receptividad de la gente hacia Luis, pero
espiritualmente los tres nos sentimos muy bien.
Dos niñas bien y un tecladista Noliyú y Vanessa,
de 26 años, se graduaron juntas en la promoción
1995 de comunicación social de la UCAB. Y ciertamente,
su imagen y vestuario cuadran a la perfección con la de
dos "niñas bien" de la universidad de Montalbán.
Resulta difícil imaginar su transformación en Tiempo
de cuaimas, segmento en donde destrozan con sus lenguas a la
mitad masculina del mundo y hablan sin pudor de posiciones sexuales
(quizás todo se explique por un mecanismo psicológico
de represión adolescente). Quique (25) es publicista y
músico, ex tecladista del grupo gaitero Los Sandungueros.
Entró a 92.9 FM de manera azarosa: una prima suya que
trabajaba en la emisora
recomendó su vis cómica para una parodia del grupo
Menudo que se iba a hacer en la emisora, a principios del 96.
-La gente dice que Quique quiere parecerse a Chataing, y que
Noliyú habla igual que Erika de la Vega (compañera
de Chataing, que también se marchó del programa).
-Noliyú: La relación de nosotros no era solamente
de trabajo. Salíamos, rumbeábamos, viajábamos
juntos. Cuando tienes tanto contacto con otra persona terminas
pareciéndote.
-Quique: Comprendo que es inevitable la comparación.
Yo fui productor de Luis toda la vida. Somos tan compañeros,
o éramos tan compañeros, hasta hace poco... Los
dos somos como los dos. Imagínate qué situación
tan difícil la mía. Pero no me mortifico, las cosas
caen por su propio peso. Lo mismo le pasó a Gilberto Correa
cuando sustituyó a Amador Bendayán en Sábado
Sensacional.
-¿Cómo ha cambiado el humor de El monstruo de
la mañana con la entrada del trío?
-Vanessa: No pretendemos igualar el humor que tenía
Luis, simplemente somos auténticos. En el programa, yo
suelo ser la mala, la del humor más negro y destructivo.
-Quique: Yo no tengo humor en lo absoluto, ni malo ni bueno.
-Noliyú: Mi humor es el más ligero, los otros
dos siempre se meten conmigo.
-Quique: Lo bueno de hacer este programa y tener a Noliyú
es que ella se ríe de cualquier tontería. El oyente,
al oírla a ella, se ríe también, sin saber
por qué.
-Ustedes han dicho que la personalidad de Luis tendía
a generar en el oyente mucho amor o mucho odio. ¿Quizás
esa radicalidad se diluye con tres animadores?
-Quique: Estamos muy claros, hemos retomado un rumbo que se
perdió en El monstruo desde hacía algún
tiempo atrás. Y ojo, no digo perdido en el sentido de
"desperdiciado", sino que el programa extravió
sus objetivos. Desde que llegamos, lo que nos importa es hacer
una revista musical, que la gente se divierta. Si nos odian o
no nos odian, si la gente se quiere acostar con Noliyú
y Vanessa o no, no es nuestro problema. Lo importante es que
la gente se ría cuando está en una cola infernal,
y eso lo hemos logrado en este poco tiempo. No nos interesa ese
asunto de las personalidades rimbombantes.
Chataing: radio apagada
Luis Chataing no tiene opinión alguna sobre la nueva
versión de El monstruo de la mañana, sencillamente
porque no la ha escuchado. "Decidí no sintonizar
ese programa ni esa emisora más nunca", cuenta el
Monstruo mayor.
Acerca de los comentarios de sus ex compañeros, quienes
opinan que han recuperado un rumbo que se perdió bajo
su conducción, indica: "La primera responsabilidad
de cualquier programa radial es entretener. Si ellos lo han logrado
me parece magnífico, les deseo la mejor suerte. Respeto
su intención, pero me desligué por completo de
sus comentarios a partir de mi salida de El monstruo. En cuanto
a lo de lo radical de mi personalidad, detesto las aguas tibias.
Prefiero ser agua caliente o agua fría, porque en este
medio hay que marcar huella".
Finalmente, Chataing vaticinó "prontas e impactantes
noticias" acerca del litigio judicial que por los momentos
le mantiene alejado de la radio.
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Aniversario 10 Dejando a un lado el agrio pleito de Luis Chataing,
la emisora 92.9 FM se ha dedicado
durante todo el presente mes de julio a festejar su aniversario
número 10. Durante la semana que pasó,
se realizó la actividad denominada "Halar los cables",
en la que los programas de la estación cambiaron su horario
habitual, y todo el personal que trabaja detrás de los
micrófonos tuvo su oportunidad de
dirigirse al público. El pasado martes 20 se celebró
una gran gala con los publicistas y los medios de comunicación.
Festivales de cerveza, perros calientes y rolls en diferentes
locales de la capital, acompañados de concursos sorpresa,
cerrarán esta semana la fiesta aniversaria de 92.9. Y
esté preparado para que en cualquier momento un promotor
adhiera una calcomanía de la emisora en su vehículo.
EL NACIONAL - LUNES 26 DE JULIO
DE 1999
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