Este segundo cocido, que daba forma y contenido a nuestras aspiraciones de formar un grupo estable se celebró, al igual que el primero, en la Venta de la Colilla
Escamados por el error de planteamiento del primer cocido, optamos por reservar nuestras fuerzas en los prolegómenos. No obstante las dos sopas fueron devoradas casi al 100%, sabedores de que una buena base siempre es necesaria para poder aguantar el vino peleón que acompaña al cocido
Los garbanzos, eje central del cocido, también fueron engullidos casi en un alto porcentaje, repartiendonos la tarea como buenos hermanos. En cuanto a la verdura, el reparto fue desigual, en el pelotón ya se temblaba el episodio final y todos queríamos llegar en condiciones a las últimas rampas
La decepción llegó en el apartado carnívoro. Todo ello debido a un fallo de organización: sacaron la fuente de las viandas demasiado pronto, y cuando nos dispusimos a dar cuenta de ellas ya estaban frías, y no había quien les hicara el diente.
A pesar de este borrón en el servicio, se adoptó el acuerdo de establecer la sede social en la Venta de la Colilla (queda pendiente el asunto de la placa); así como de realizar salidas a otros establecimientos allende los mares para ampliar nuestros horizontes gastronómicos.