Salobral
Tenemos el placer de comunicar que se ha degustado un primaveral y magnífico cocido en Salobral. En esta ocasión, ha habido tres nuevas incorporaciones al grupo, que sirvieron para compensar otras tantas bajas; a esos comensales que anteponen la voluntad de sus cónyuges a tan sagrado y digestivo deber, que sepan que fueron el hazmerreír de los allí presentes y que lo suyo ya no tiene arreglo.
Recomendamos al público en general el cocido salobraleño. Un cocido no tan animal como el de La Colilla, pero mejor presentado, particularmente las viandas, repartidas en bandejitas al gusto del consumidor. Aunque sólo sacan una sopa, se puede perdonar, pues la calidad de los ingredientes es máxima y la cantidad sigue siendo pantagruélica.
Lo que no perdonaré es la injusticia cometida con el redactor de estas páginas por el resto de comensales. Y todo ello, por salir a la barra a ver la emocionante retransmisión de los últimos 3 km de la etapa del Giro de Italia, con final en el mítico Gran Sasso, en la que nuestro paisano José María Jiménez había lanzado el ataque que rompió definitivamente el grupo, para finalizar segundo tras Marco Pantani.
¿Acaso no es el ciclismo el deporte que más se asemeja a nuestro amado cocido? ¿Acaso no equiparamos el menú al perfil de una etapa alpina donde cada plato equivale a un puerto de montaña? ¿No es más cierto que alguno de vosotros no salió a ver el Giro porque ya no podía ni levantarse de la silla? ¿No me preguntásteis que cómo iba la cosa cuando entré un momento a por otro cacho de chorizo? Pues, señores, fui sentenciado a "bailar el tocino" junto con los compañeros noveles. En fin, sólo me resta decir que ante tamaña muestra de insolidaridad la venganza será terrible.
Página actualizada el 24 de Mayo del 99.