El Alalá es una de las formas musicales más primitiva dentro del folklore gallego. Es básicamente un canto interpretado sin acompañamiento de instrumentos y con ritmo libre en el que suele repetirse las sílabas A-la-lá como parte del estribillo.
Es sin duda alguna el más característico de los ritmos gallegos. Su compás característico es el 6/8, presentando una estructura de 2 o más partes. Tenemos dos tipos a grandes rasgos: la muñeira vella y la muñeira nova, caracterizándose la primera por ser cantada y la segunda por ser sólo instrumental.
Dentro de las muñeiras, distinguimos variantes atendiendo
principalmente a la forma en que se baila:
Su ritmo característico es el 2/4 y generalmente carecen de letra. El origen se atribuye a los celtas y sus ritos religiosos al sol. Algunas de ellas contienen algo de pasacalles, aquellas que interpretaban los gaiteros de puerta en puerta por la mañana.
Interpretadas en ritmo 2/4, son típicas composiciones para tocar mientras se marcha por las calles. Dentro de las marchas, destacan las marchas de carácter religioso, como las marchas procesionales, interpretadas al marchar en procesión.
Se caracterizan por tener un compás de 5/4 y ser interpretadas de forma cantada acompañando panderos y otros instrumentos de percusión.
Este ritmo es no de los más extendidos por toda España y por lo tanto, también en Galicia, tomando una nueva forma al ser interpretada en la gaita. El ritmo típico es el 2/4.
Este ritmo se extendió por Galicia en el siglo XIX principalmente, procedente de Europa. El compás es el 2/4.
La jota es otro de los ritmos más extendidos por España, principalmente en Castilla y León. El compás es 3/4. Como variantes de la jota consideramos:
Aquí englobamos todas aquellas canciones interpretadas con la voz y que son características de ciertas épocas del año (Navidad, Mayos, ...), por acontecimientos sociales (bodas, rondas, ...) o bien cantos de oficios. De entre todos, podemos citar los siguientes: