Escritos de Nichiren Daishonin
Gosho de Año Nuevo
Gosho Zenshu, pág. 1491 (fragmento)

“El Japón, por actuar como enemigo del Sutra del Loto, ha provocado una mala fortuna [que viene] desde mil millas, mientras que aquellos que creen en el Sutra del Loto acumularán una buena fortuna [que proviene] desde diez mil millas. La sombra es proyectada por el cuerpo; tal como la sombra sigue al cuerpo, así se abatirá la mala fortuna sobre el país cuyo pueblo sea hostil al Sutra del Loto. Por otra parte, los creyentes en el Sutra del Loto son como el sándalo imbuido de fragancia”.

Los Principales escritos de Nichiren Daishonin, Vol. 1, pág.279

Antecedentes

Este gosho fue escrito para la esposa del señor feudal de Omosu (área próxima al templo principal Taisekiji, en la provincia de Shizuoka) en reconocimiento por las ofrendas que Nichiren Daishonin había recibido de su parte. Esta señora era la hermana mayor de Nanjo Tokimitsu. Introducida al Budismo verdadero por Nikko Shonin, mantuvo su devoción como creyente a lo largo de toda su vida. Nichiren Daishonin le otorgó el nombre budista de Myoichi Sonni.

Puntos principales

@ El Infierno y el Buda no están en un mundo fuera de nosotros, sino que habitan en nuestro corazón.

@ Los infortunios provienen de las palabras que salen de nuestra boca, y nos llevan a la ruina.

@ La buena fortuna proviene de un corazón generoso, que se preocupa por sus semejantes y nos lleva a nuestra felicidad.

@ Todas las personas del Japón, que se oponen al Sutra del Loto están provocando la llegada de su mala fortuna allende mil millas.

@ Por el contrario, los discípulos del Daishonin, quienes creen en el Sutra del Loto (Gohonzon), llaman a la buena fortuna que proviene incluso desde diez mil millas a la distancia.

Explicación

Aunque no se conoce con exactitud el año en el que fue escrito este gosho, es probable que haya sido en el período crítico, de alarma y confusión, que siguió a la invasión del ejército mongol.
En el primer párrafo Nichiren Daishonin señala que el Japón está sufriendo la invasión de un país extranjero como consecuencia de haberse rebelado contra el Sutra del Loto. Por el contrario, aquellas personas que creen en la Ley Verdadera y luchan denodadamente por el kosen-rufu "acumularán una buena fortuna [que proviene] desde diez mil millas".
¿Por qué los infortunios vienen desde mil millas mientras que la buena fortuna proviene desde diez mil millas? Aquí Nichiren Daishonin nos enseña que, a pesar de que todo el país reciba la retribución negativa por haber actuado como enemigo de la Ley, si las personas creen en Nam-myoho-renge-kyo y practican el Budismo Verdadero, sin falta obtendrán grandes beneficios, los cuales superarán incluso la retribución debido a la mala causa cometida.
En otras palabras, Nichiren Daishonin expresa que, aquellas personas que, sobrepasando las dificultades, practican con seriedad el Budismo Verdadero y lo protegen en forma decidida y resuelta, sin falta lograrán la felicidad. El estado más elevado de vida para los seres humanos es aquel en el cual, las personas, basadas en Nam-myoho-renge-kyo, se esfuerzan para lograr la felicidad de todos sus semejantes y la paz dentro de la sociedad.
En el segundo párrafo, Nichiren Daishonin se vale del ejemplo del cuerpo y la sombra para explicar los infortunios que inevitablemente caerán sobre el Japón. El Budismo verdadero es el cuerpo y la sombra la constituye la sociedad. La sombra se proyecta conforme al aspecto que tiene el cuerpo, es decir, si se es hostil con el Budismo verdadero, naturalmente surgirán las consecuencias de ello.
Por otra parte, quienes creen en el Sutra del Loto y se dedican afanosamente a la práctica del kosen-rufu, sin falta lograrán como prueba real, grandes beneficios. Nichiren Daishonin compara a estos creyentes con el aroma dulce y fragante del sándalo. Sin lugar a dudas, aquellas personas que se dedican al kosen-rufu, a pesar de enfrentarse con diferentes sufrimientos a lo largo de su vida, están envueltos en la fragancia que emana de los beneficios y llevarán una vida plena de satisfacciones. ¡Avancemos confiando plenamente en los grandes beneficios de la Ley!

Daibyakurenge, julio de 1998; pág. 43 a 45



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