Escritos de Nichiren Daishonin

Sobre el logro de la Budeidad de quienes por primera vez buscan el Camino mediante el Sutra del Loto

Gosho Zenshu, pág. 552 (fragmento)

“Por lo tanto, uno debiera persistir en la prédica del Sutra del Loto y hacer que lo escuchen. Aquellos que depositen su fe en él, lograrán la Budeidad, y quienes lo calumnien establecerán la ‘relación del tambor venenoso’ y también lograrán la Budeidad. De cualquier modo, la semilla de la Budeidad sólo existe en el Sutra del Loto”.

The Major Writings of Nichiren Daishonin, Vol. VI, pág. 197

Antecedentes

Este gosho posiblemente fue escrito durante el tercer mes del tercer año de la era Kenji (1277), aunque según otras opiniones habría sido escrito en 1271, 1272, 1276, 1281 o incluso en 1282. La destinataria fue una mujer llamada Mioho-ama, que vivía en Okamiya, en la provincia de Suruga. Poco se sabe sobre ella, salvo el hecho de haber mantenido una fe firme durante toda su vida, a pesar de haber enviudado, en 1278, y de perder a su hermano mayor. Al parecer, es la misma persona a quien el Daishonin le dedicó el gosho “La única frase esencial”, en 1278. La frase “quienes por primera vez buscan el Camino” del título, se refiere a las personas que se inician en el Camino, es decir a las personas del Ultimo Día de la Ley, que han realizado pocos actos meritorios en sus existencias anteriores para lograr la Budeidad.

The Major Writings of Nichiren Daishonin, Vol. VI, pág. 208

Puntos Principales

Explicación

“Por lo tanto, uno debiera persistir [...] la ‘relación del tambor venenoso’ y también lograrán la Budeidad”.

Aquí el Daishonin nos enseña que debemos propagar y hacer escuchar la Ley Mística tanto a quienes pueden abrazarla con fe como a quienes calumnian. Al transmitir la Ley Mística hacemos la “siembra de la semilla de la Ley.” El sólo hecho de escuchar la Ley Mística, permite depositar en la vida la semilla para el logro de la Budeidad.
El “tambor venenoso” se refiere a un tambor pintado con veneno, que derriba a todas las personas que escuchan su sonido, aún a aquellos que se niegan a hacerlo. De igual modo, la persona que escucha la Ley, aunque no abrace la fe, podrá superar los deseos mundanos y dirigirse sin falta hacia el camino correcto, al establecer una relación con ella. Por lo tanto, al enseñar la Ley Mística estamos salvando fundamentalmente a esa persona, y obtendremos un beneficio absoluto.

“De cualquier modo, la semilla de la Budeidad sólo existe en el Sutra del Loto.”

Tal como declara el Daishonin aquí, aparte de Nam-myoho-renge-kyo no hay semilla que permita lograr la Budeidad. No hay otro modo, aparte de la Ley Mística, de lograr la transformación del karma y lograr la verdadera felicidad. El Sutra del Loto declara que en todas las personas existe la venerable vida del Buda, y que sin importar cuán profundo sea el sufrimiento de una persona, si manifiesta la vida del Buda, podrá encaminarse hacia la felicidad.
Podemos decir que el acto de transmitir la Ley Mística es la conducta, práctica para despertar la venerable naturaleza de Buda que existe en las profundidades de la vida de todas las personas.
Propagar la Ley es un acto de respeto por la naturaleza de Buda de las personas y es la acción más misericordiosa que podemos realizar como seres humanos. Sin acción, nada cambia. Cuando nos armamos de valor para realizar la práctica por el bien de los demás, se hace posible transformar nuestro karma y transformar nuestra vida interior. Tomen cada uno la determinación de tener valor y misericordia, y transmitamos la Ley Mística.

Daibyakurenge, septiembre de 1998, pág. 43 a 45.



 
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