P: A decir verdad, quisiera retirarme de la compañía actual, en donde trabajo.
R: ¿De veras? Cual es la razón por la cual quieres retirarte de tu compañía actual?
P: Bueno, tengo muchas razones por las cuales quiero retirarme de mi trabajo, pero una de ellas es la relación entre las personas. En esta compañía conocí a una persona que ya trabaja hace tiempo. Es una persona de carácter muy malévolo. Primero lo aguantaba en todo, pero ahora tengo un disgusto que ni siquiera puedo escuchar su voz, por eso cuando el da instrucciones del trabajo, muestro una actitud muy repulsiva. Si sigo así en esta compañía, espiritualmente me daré por vencido y no podré desplegar mi capacidad.
P: ¿Tienes otras razones?
R: Sí, la asignación del trabajo es muy estricta, además esta persona me dice palabras ofensivas, también estos últimos días tengo mucho trabajo en horas extras y aún cuando haya terminado todo mi trabajo el ambiente no me permite salir del lugar.
R: ¿Qué harás después de retirarte de la compañía, o ya encontraste algún empleo fijo?
P: Por el momento no he encontrado ningún trabajo, pero pienso buscar con calma y sin apuro.
R: Hace unos días atrás, también un joven al igual que en tu caso, quería dejar su empleo y vino a consultarme. El trabajaba en una empresa de construcción al igual que yo. Un día en su trabajo tuvo un accidente. Para comenzar una construcción, por supuesto que los materiales son indispensables. Como él era el responsable del lugar, era evidente que él tenía que encargarse de pedir a su jefe para que prepare los materiales y que lleguen en ese día. Sin embargo, llegado el día de la obra, aún no habían arribado los materiales. Él se comunicó urgentemente con su jefe. Sin embargo, la respuesta del jefe fue que “se había olvidado”. Al escuchar esto, él se enfadó, y su jefe, aunque era responsable por lo sucedido le respondió de manera insolente diciendo: “Si no te gusta, puedes renunciar ahora mismo”. En estos tiempos de depresión económica, su jefe le respondió de esta forma para que él renunciara al trabajo por su propia voluntad. De esta manera injusta, iban reduciendo el número de empleados regulares, y empleaban a personas en forma provisoria, reduciendo así los gastos.
P: ¡Qué empresa tan cruel! Él tiene suficiente razón para renunciar a ese sitio. Pero, ¿qué le dijiste cuándo él te contó todo esto?
R: Luego de escuchar todas sus inquietudes, le dije: “No te comportes como un niño”.
P: ¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué quieres decir con eso?
R: Bueno, evidentemente él tiene toda la razón, pero si renuncia deberá buscar un nuevo empleo, y en estos tiempos de depresión económica hay muchas dificultades en la sociedad. Sin embargo ¿quién tuvo que sufrir la humillación y pasar el momento desagradable? Él mismo. A esto lo llamamos karma. Realmente siento pena, pero podrá transformar su karma cambiando su trabajo y su medio ambiente? Mi experiencia me dice que la respuesta es “NO”. No sólo no podrá transformar su karma, sino que sufrirá más que ahora. Él tenía tu misma edad, por eso quería que sobrepasara todos estos obstáculos. No quería que se deje influenciar por los sentimientos transitorios. Hay un gosho que dice: “Sea el maestro de su mente, y no permita que la mente sea su maestro (Gosho Zenshu, pág. 892)”. Quería que tenga un espíritu fuerte e inquebrantable para no dejarse dominar por sus sentimientos. Además quería que recapacitara para que comprenda que todos esos problemas que le sucedían marcaban el momento para transformar y revolucionar su vida. Quería que reviera su postura y enfrente los obstáculos. Es por eso que le dije eso, ya que cómo es un trabajador manual, es muy impaciente. Yo comprendo bien sus sentimientos, porque también soy un trabajador manual. Fue una respuesta estricta, para que llegue a lo más profundo de su vida.
R: Ahora comprendo.
P: Y para elevar su propio estado de vida, ¿qué debe hacer? La respuesta es una sola: hacer las actividades de la organización. Yo también tuve experiencia en esta clase de trabajo. Las empresas de construcción tienen dificultad para reunir fondos. Luego de terminar la construcción, recibimos el pago uno o dos meses después. Mientras tanto, debemos pagar los sueldos. También, teniendo trabajos contratados, necesitamos fondos para comprar los materiales de construcción. Pero si hay un tropiezo financiero, la empresa se va a la quiebra. Esto nos pasó a mi hermano y a mí cuando administrábamos una pequeña empresa de construcción.
Si vences el sufrimiento esta vez, luego no reaparecerá
En ese tiempo no había muchos trabajos debido a la depresión económica. Las acciones de las empresas importantes iban bajando y no había dividendos para las empresas pequeñas. Pero aún así, tenía que pagar los sueldos de los empleados. Este círculo vicioso continuó por algunos años. Yo estaba destruido físicamente. Durante seis meses no me pagaron el sueldo. En esos difíciles momentos nació mi hijo. No teníamos dinero ni para comprarle leche. Recuerdo que recogí todas las monedas caídas dentro del coche. En esa época yo era responsable del grupo Eiko (Gloria), que se ocupa de las instalaciones para exposiciones y ceremonias de Gakkai. Yo siempre estaba muy atareado con esta actividad. Sin embargo, aún estando tan ocupado, mi esposa siempre me saludaba con una sonrisa cuando salía y regresaba tarde al hogar. Mi esposa comprendía desde el fondo del corazón que la única forma de transformar mi karma era haciendo las actividades de la organización. Sufrimos por un largo tiempo, pero logramos sobrepasar estos obstáculos mediante la práctica y las actividades de la organización. Aunque no sabemos si seguirá todo bien a partir de ahora, si de nuevo enfrentamos una situación difícil, ya no sufriremos como antes, porque ahora tengo la convicción de triunfar donde esté. Realmente le agradezco a mi esposa por todos los esfuerzos y el apoyo que me dió.
P: ¡Qué esposa tan maravillosa tienes!
R: Todas las señoras del grupo Eiko son como el sol. Ellas nunca se quejan y siempre son muy alegres y joviales. Mediante el apoyo de la División de Damas y el aliento de los miembros podemos sobrepasar todos los obstáculos. Una vez tuvimos que recibir a un invitado del exterior. Este invitado tenía una entrevista con el Presidente Ikeda. Nosotros cubrimos el suelo de la sala con una alfombra roja. Sin embargo, el invitado no pudo venir a este sitio por su estado de salud, así que el lugar tuvo que ser cambiado. Al día siguiente, el Presidente Ikeda vino a nuestra oficina y nos agradeció repetidamente. Todos nos emocionamos hasta las lágrimas porque la cordialidad de Ikeda Sensei conmovió nuestro corazón. Este es el mundo de Gakkai. Nos da coraje para poder desafiarnos en los momentos difíciles. Por eso, si abandonamos la práctica, finalmente saldremos perdiendo. Antes de cambiar de profesión, no debes escaparte de tu situación actual. Debes aguantar diciéndote que nunca serás vencido por los obstáculos. Así, cuando triunfes encontrando la solución, abrirás el camino hacia la gloria.
Daibyakurenge, agosto de 1998, pág.
55 a 57