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publicado por

SOKA GAKKAI INTERNACIONAL

 

No 2576

 

Jueves, 7 de enero de 1999

 

Poemas del presidente Ikeda

 

El día de su cumpleaños, 2 de enero, el presidente Ikeda compuso tres poemas de agradecimiento al esfuerzo infatigable que sus compañeros de fe están dedicando al kosen-rufu en el mundo entero.

 

Poemas dedicados a todos los miembros

 

En el día de mi cumpleaños,

saludo la cumbre nevada

del monte Fuji.

 

*

 

Bajo la luz del sol,

radiante

nuestra magnífica Soka.

 

*

 

Cual majestuoso Sol matinal,

luminosa

nuestra deslumbrante Soka.

 

No 2571

Martes, 5 de enero de 1998

Poemas de Año Nuevo del presidente Ikeda

 

Del Seikyo Shimbun, diario de la Soka Gakkai

 

Durante todo este año de júbilo,

¡a triunfar,

y a crear un mundo

de paz y de felicidad,

basado en la filosofía soberana!

 

*

La marcha triunfal de la Soka

prosigue airosa su rumbo;

la guía el Sol de la Ley Mística,

¡ah, Sol de brillo insuperable!

 

*

¡Ha comenzado el Año Nuevo!

Concretemos una vida

de victoria y esperanza,

y hagamos realidad la visión del Buda:

orgullo nuestro que ha sido, es y será,

a través de los tiempos eternos.

 

1o de enero de 1999

 

 

Del Soka Shimpo, diario de la División de Jóvenes de la Soka Gakkai

 

¡Mis dignísimos jóvenes amigos!

En estas épocas sombrías

de cambios caleidoscópicos,

iluminen el camino

que lleva hacia el siglo nuevo.

 

*

 

¡Jóvenes de misión ilimitada!

Triunfen en todas sus contiendas,

y lleven, en su corazón,

alta, bien alta

la espada de la justicia.

 

*

 

Escriban una historia altiva

durante su juventud,

y sepan que el beneficio

de estar viviendo la existencia más gloriosa

perdurará y será de ustedes

durante el pasado, el presente y el futuro.

 

 

1o de enero de 1999

Daisaku

 

Mensaje de Año Nuevo del presidente de la SGI Ikeda

 

Unir el corazón de la gente con miras al tercer milenio

 

Año Nuevo de 1999... El portal de la historia está por cerrarse sobre el viejo siglo para dar paso al tercer milenio, vasto escenario de una cultura y una civilización nuevas.

La historia está escrita por los pueblos. En particular, sus protagonistas deben ser las personas comunes que integran la ciudadanía.

¿Por qué triunfó la revolución filipina impulsada por el lema "el pueblo al poder"? El ex presidente de ese país, Fidel Ramos, atribuye la causa, sin ninguna duda, a la confianza que se tuvieron los ciudadanos filipinos y a la gran fuerza espiritual que fueron capaces de desplegar.

Hacia una época en que el pueblo asuma el papel protagonista. Hacia un mundo donde los ciudadanos, desde su diversidad, puedan comunicarse ampliamente entre sí. Estos serán, para mí, los rumbos esenciales que deberá plantearse la sociedad humana en el siglo XXI.

Me pregunto cuántas personas habrá realmente convencidas de que podemos cambiar el mundo mediante el poder de los valores espirituales.

Unir a los pueblos, unir sus filosofías... En esta labor portentosa yace el significado profundo del movimiento popular que la SGI viene desplegando en todos los rincones del orbe.

Examinemos el mundo por un instante...

En este planeta, cubierto de bosques, montañas y desiertos, hay tantos sitios y comunidades de los que sabemos tan poco... Sitios y comunidades que han sido cuna de culturas únicas, religiones particulares y pueblos irrepetibles.

En el nivel más esencial y profundo, ¿qué es lo que liga y vincula semejante constelación de diversidad que casi parece desafiar la idea misma de la cohesión?

Ni más ni menos que nuestra pertenencia común al género humano.

Todo comienza por respetar la dignidad humana, por apreciar el valor inherente a la vida de cada persona y reconocer el prodigio de la existencia humana.

 

Por lo tanto, ahora tenemos que iniciar nuestra búsqueda interior.

"¿Cómo deberíamos vivir?"

"¿Cuáles son los auténticos valores de la vida?"

"¿Cuál es el propósito de nuestra existencia?"

Debemos decirle adiós a un mundo en el que estas preguntas no han tenido cabida ni sentido.

 

Las enseñanzas humanísticas del Budismo forjan ciudadanos de pensamiento independiente, capaces de confiar en sus propios recursos.

Los buenos ciudadanos son aquellos que aman su tierra en la misma medida en que aman el mundo. Lo que logrará transformar el mundo, entonces, será una firme alianza de ciudadanos mundiales, dotados de una sólida filosofía humanística.

Por eso sostengo que el desarrollo del pueblo es, a la vez, el cimiento y el marco de todo progreso humano.

El veloz proceso de globalización hace que las diferencias geográficas se tornen cada vez más relativas y menos relevantes; nos es posible pensar el mundo como una sola cosa.

Pero la globalización externa ha traído consigo graves males sociales, que se traducen en situaciones de caos, estancamiento y deterioro de los valores culturales autóctonos.

Nuestro movimiento aspira a la globalización interna --es decir, a la transformación nacida en el interior del ser humano--; apunta al desarrollo de una inmensa red de personas basadas en su motivación interna.

Extendamos, en lo más profundo de nuestra vida, firmes y profundas raíces de la fe, mientras seguimos buscando el despliegue de nuestro ilimitado potencial humano, no desde afuera, sino desde adentro. Y sembremos la semilla de la paz en cada corazón, en todos los corazones, porque de esa forma cultivaremos el vergel florido y exuberante de la paz en el siglo XXI.

Estoy absolutamente convencido de que el trabajo incansable de ustedes, día y noche con miras a este fin, ejercerá un impacto de profundidad insospechada en la futura historia de la humanidad.

En esta encrucijada decisiva, mientras construimos los importantes basamentos del tercer milenio, sigamos dándonos aliento mutuo y apoyo mutuo, para avanzar juntos hacia la paz y la felicidad de todos los pueblos.

 

--Con mi sincera oración por la felicidad, las enérgicas actividades y la larga vida de todos mis preciados compañeros de la SGI, en ciento veintiocho países del mundo.

 

Daisaku Ikeda

1º de enero de 1999

 

Mensaje del presidente Ikeda para las reuniones de gongyo de Año Nuevo

 

A mis respetados y queridos compañeros de la SGI en todo el mundo, ¡tengan todos el más dichoso Año Nuevo! ¡Y felicitaciones por el inicio de este año fundamental, que, como hemos decidido, señala desde ya el comienzo del siglo XXI! ¡Nada me haría tan feliz como saber que están celebrando este día con excelente ánimo, vibrantes de coraje y de esperanza!

En el Gosho, Nichiren Daishonin escribe: "La Luna avanza de Oeste a Este; esto indica que el Budismo de la India, tierra de la Luna, se difundirá hacia el Este. El Sol sale por el Este; esto presagia que el Budismo del Japón, tierra del Sol, regresará a la India". El Daishonin también señala: "Es seguro que, con el tiempo, la amplia propagación [de la Ley] se logrará sin falta, hasta abarcar el mundo entero".

Los miembros de la SGI hemos hecho realidad, al pie de la letra, ambas predicciones del Daishonin: tanto la que se refiere a la transmisión del Budismo hacia el Oeste, como la que anuncia la propagación mundial de la Ley Mística. De no haber sido por la SGI, sus palabras habrían pasado a la historia como una simple falsedad.

Ustedes, los miembros de esta grandiosa organización de justicia que ha heredado el legado y la voluntad del Buda, están trabajando con profundo altruismo para dar a conocer la Ley Mística en todo el mundo. Son, con toda seguridad, Bodhisattvas de la Tierra que han querido nacer aquí, en este mundo y en esta época; son los hijos infinitamente nobles y preciados del Buda.

 

Gracias a su esfuerzo imbatible, hoy el movimiento de la SGI se ha difundido a 128 países y territorios; lo que comenzó siendo una pequeña corriente de agua ha crecido hasta convertirse en un río caudaloso, que irriga y enriquece cada rincón de la tierra. Así pues, yo quiero manifestarle a cada uno de ustedes mi más franco respeto por su trabajo enérgico y tenaz.

 

No sólo están acumulando buena fortuna y beneficios sin límite, sino que, además, sus actos brillarán con esplendor en los anales del Budismo. Tengo la convicción de que los budas de todos los tiempos y espacios los estarán elogiando, y que, como funciones protectoras del universo, infaliblemente los estarán envolviendo a ustedes, a sus hijos y a todos sus descendientes, de aquí a la eternidad.

 

En el Gosho "Retribución por los favores recibidos", el Daishonin proclama: "Si la misericordia de Nichiren es realmente grande y amplia, Nam-myoho-renge-kyo se propagará durante diez mil años y, más aún, por toda la eternidad". No hay ninguna necesidad de que seamos impacientes o de que avancemos con premura desmedida. Lo más importante es que echemos raíces firmes en la sociedad y que hagamos una contribución valiosa a nuestra comunidad y a nuestros países, como ciudadanos irreemplazables.

 

Les pido que, por favor, avancen armoniosa y jubilosamente, con sólida unión tanto en el corazón como en los objetivos. En este drama épico de la vida real que es el kosen-rufu de este mundo, demos lo mejor de nosotros para representar magníficamente el papel de nuestra misión.

 

Yo siempre estoy orando con seriedad para que ustedes, mis queridos amigos del mundo, disfruten de buena salud y de una vida larga y plena, y para que brillen como millonarios de la felicidad. ¡Les deseo lo mejor de lo mejor!

 

Daisaku Ikeda

Presidente

Soka Gakkai Internacional

 

1o de enero de 1999

 

Mensaje de Año Nuevo

 

Ganemos la comprensión y la confianza de nuestra comunidad, mediante el diálogo

 

Por Einosuke Akiya, presidente adjunto de la SGI

 

Quiero desearles a todos un Feliz Año Nuevo, y celebrar junto a ustedes el inicio de este "Año del triunfo en la comunidad para iniciar el nuevo siglo".

Este año marcará un punto de inflexión en nuestro desafío por hacer del siglo próximo la centuria de la humanidad. Como practicantes de la Ley Mística y discípulos de Nichiren Daishonin, apliquemos la sabiduría y la capacidad que hemos adquirido mediante las actividades de la SGI y la práctica budista, para abonar el terreno de la paz en el mundo. El primer paso que tendremos que dar, en tal sentido, será ganar la confianza, el apoyo y la comprensión de nuestra comunidad.

El Daishonin analiza un fragmento del Sutra que dice: "Yo siempre habito en este lugar, y aquí predico la Ley". Al respecto, comenta: "'Siempre habito' indica la morada del devoto del Sutra del Loto". Nuestra comunidad es el lugar de nuestra práctica budista. Como Bodhisattvas de la Tierra, todas las oraciones y las actividades que hacemos por el desarrollo y la prosperidad de la zona donde vivimos brindan innumerables beneficios, no sólo a nuestra propia vida, sino también a la vecindad en sí.

En su propuesta de paz de este año, titulada "La humanidad y el nuevo milenio: Del caos al cosmos", el Presidente de la SGI escribe:

 

Como ciudadanos responsables dentro de su comunidad, los miembros de la SGI, están trabajando para construir un movimiento por la paz, la cultura y la educación. En el contexto inmediato de su vida diaria, actúan con la postura de bodhisattvas, reacios a abandonar o ignorar a los que sufren. Acometen incontables actos en bien de los demás; aquí, se desvelan alentando; allá, dan todo de sí para aliviar la angustia de otro; en todas partes, ayudan a aquellos que los rodean. Estoy orgulloso de las personas que integran nuestro movimiento...

Hay un factor clave, y es de qué manera nosotros, como discípulos, vamos a poner en práctica el corazón de nuestro maestro. Nuestro desafío es convertirnos en personas capaces de brindar cálido apoyo y aliento, y también de compartir los problemas y sufrimientos de los demás; especialmente, las personas que viven en nuestra vecindad.

Todos esos esfuerzos, desde luego, se basan en el diálogo sincero y genuino, de vida a vida. Un escrito budista señala que "la voz cumple la tarea del Buda". Nuestro esfuerzo por transmitirles a los demás la grandeza de la Ley Mística y por hacerles saber lo hermoso que es el mundo de la SGI son, en sí mismos, los actos de un buda. De esto no cabe la menor duda.

Avancemos con valentía y optimismo, emprendiendo durante el año próximo un diálogo franco con todas las personas con quienes nos sea posible, para poder extender más la órbita del kosen-rufu en todo el orbe.

Oro por su buena salud y por sus enérgicas actividades, y también por el desarrollo constante de sus respectivos países y regiones.

 

1º de enero de 1999.

 

Mensaje de Año Nuevo

 

Un avance victorioso hacia el nuevo siglo

 

Por Eiichi Wada, director general de la SGI

 

¡Feliz Año Nuevo para todos! Estoy seguro de que ustedes comparten mi alegría por recibir este "Año del triunfo en la comunidad para iniciar el nuevo siglo" junto a un presidente Ikeda cada vez más activo y resuelto.

El avance global de nuestro movimiento les ha valido, a la SGI y al presidente Ikeda, decenas de premios y honores de países de todo el mundo. Espero que ustedes prosigan, este año también, con su esfuerzo ejemplar para forjar sólidos lazos de confianza y de amistad en su vecindario, que triunfen en la vida cotidiana y que luchen contra la injusticia y las tramas maliciosas que pretenden obstruir el cauce del kosen-rufu.

En vísperas del siglo XXI, la humanidad tiene que resolver aún muchos problemas de gravedad que obstruyen el camino de la paz: ha resurgido el peligro de la proliferación de armas nucleares, los ataques terroristas siguen siendo una presencia frecuente, y prosiguen los conflictos regionales generados a partir de problemas étnicos y religiosos de cariz irresoluble.

Algo para destacar es que las Naciones Unidas han decidido que el 2000, umbral del siglo XXI, será el "Año internacional de la cultura de paz". Tanto la paz como la cultura son producto del ser humano. Y creo que el logro de una paz duradera y genuina necesita, como requisito fundamental, que cada individuo emprenda su propia revitalización y su jubilosa realización como persona. El camino de la revolución humana propiciado en la SGI --es decir, la reforma interior del ser humano-- puede parecer una vía muy larga y penosa hacia la paz del mundo, pero en realidad es la ruta más segura y la más perdurable.

Nichiren Daishonin señala: "Comprender por primera vez que nuestra vida está dotada en forma intrínseca de la Budeidad es algo que aparece descrito [en el Sutra del Loto] como la alegría más inmensa y suprema".

Con el orgullo de desplegar en las filas de la SGI un movimiento que representa la esperanza de la humanidad, y conscientes de la responsabilidad que esto implica, hagamos de 1999 un año de avances contundentes hacia la nueva centuria.

Por favor, acepten mis mejores deseos de salud y de éxito en todas sus actividades, junto con mi oración por el desarrollo sostenido de la SGI en cada país.

 

 

1º de enero de 1999.

 

Mensaje de Año Nuevo

 

Tracemos firmes cimientos para que el siglo XXI sea una época de paz

 

Por Eiko Akiyama, titular de la División de Damas de la SGI

 

¡A todos, les deseo un fabuloso Año Nuevo!

Los meses que tenemos por delante brillan con el resplandor de una esperanza cargada de promesa. A juzgar por el lema, "Año del triunfo en la comunidad para iniciar el nuevo siglo", todo parece dispuesto para sea un nuevo hito crucial, que nos acerque más aún a una centuria de humanismo y de paz, a una centuria de la SGI.

El presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, nos ha invitado a desafiarnos en pos de nuestra revolución humana, y a ser ciudadanos ejemplares dentro de la comunidad en que vivimos. Ahora que comienza el año, confirmemos la resolución de tres puntos que adoptó la Conferencia Mundial de Mujeres de la SGI, celebrada en Osaka en 1997: 1) Por la victoria de la justicia; 2) por la victoria del individuo; 3) por la victoria del pueblo.

Con respecto al primero de ellos, "Por la victoria de la justicia", hay una sola forma de demostrar la verdad y de concretar la justicia, y es triunfar sobre la injusticia. En el Gosho, Nichiren Daishonin cita un célebre texto budista que dice: "A medida que la práctica avanza y crece la comprensión, surgen los tres obstáculos y los cuatro demonios, y compiten entre sí para interponerse". Por lo tanto, abramos camino con fe valerosa y con la decisión intrépida de superar todos los obstáculos, como reinas de la fortaleza y del optimismo.

Con respecto al segundo punto, "Por la victoria del individuo", el Budismo es una contienda por vencer y derrotar la negatividad. Practicamos el Budismo para poder lograr en nuestra vida la plenitud y el éxito; es decir, la victoria. El Daishonin advierte: "No pase esta vida en vano para tener que lamentarse de ello durante los diez mil años siguientes". Mientras nos esforzamos por cultivar un estado de vida basado en nuestra profunda oración al Gohonzon, vivamos fieles a la convicción de nuestra fe.

En lo que concierne al tercer punto, "Por la victoria del pueblo", en todas las épocas, ha sido el pueblo quien emprendió las verdaderas reformas de la historia. Las mujeres, en especial, han desempeñado la responsabilidad crucial de consolidar y promover los cambios. La conducta valerosa e inteligente de la mujer sigue moviendo la marea de la época y de la sociedad hacia rumbos más humanos y solidarios. De esta manera, estamos trazando los firmes cimientos que harán del siglo XXI una época de paz. Como mujeres de la SGI, esto es algo de lo que, realmente, tenemos que estar orgullosas.

Hagamos de 1999 un año decisivo en nuestra lucha por construir la prosperidad y la paz en nuestra comunidad.

Mis mejores deseos para todas las actividades que emprendan en el año venidero.

 

 

1o de enero de 1999.

Gosho Zenshu, pág. 589.

Ib., pág. 816.

Gosho Zenshu, pág. 788.

Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 1, pág. 145.

The Major Writings of Nichiren Daishonin, vol. 5, pág. 173.



 
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