Verdadera Causa Mística

(Honnin-myo)


 

Aclara la profunda causa de la iluminación

 

Abramos el futuro sin ser cautivos del efecto actual

 

Aplicarnos a la fe manteniendo el Gohonzon de las Tres Grandes Leyes Secretas se lo denomina “práctica budista”. Práctica budista significa entrenarse para lograr la iluminación. Esta práctica empieza por un espoleo en el espíritu o una decisión, y trae un beneficio o manifiesta una prueba real y en ambos casos poseen la relación de causa y efecto. Sin decisión, no comienza la práctica budista. Dicho en otras palabras, la decisión provoca la práctica o causa, y nos lleva a un efecto o beneficio. También, cuando veamos este efecto, o sea la prueba real, podremos ver qué tan firme fue la causa, o sea la decisión en la fe.

La causa fundamental para la iluminación es “la verdadera causa”; en cambio, el efecto de la iluminación es “ el verdadero efecto”.

El Gran Maestro T’ien-t’ai, de la China, explica detalladamente la causa y el efecto de la iluminación de Shakyamuni, lo que se explica particularmente en el Sutra del Loto, que es donde aparece esta frase “verdadera causa mística”.

Es decir, “la verdadera causa” es la causa fundamental para la iluminación y como esta verdadera causa posee un estado inexplicable y difícil de interpretar, se lo denomina “místico”.

A propósito, “la verdadera causa” en conclusión es Nam-myoho-renge-kyo, y para esclarecerlo, Nichiren Daishonin el Buda Verdadero del Último Día de la Ley (Mappo), inscribe el Gohonzon de la Ley Mística. Por eso el budismo del Daishonin es llamado “el budismo de la verdadera causa mística”.

Por el contrario, en el Sutra del Loto Shakyamuni explicó principalmente sobre el “efecto”; que él había logrado la iluminación. Intentó despertar la devoción de la gente hacia el Buda mostrando la majestuosa figura venerable de la iluminación. Por lo tanto, el budismo de Shakyamuni es llamado “budismo del verdadero efecto místico”.

La relación entre “la verdadera causa mística” y “el verdadera efecto místico” se lo podrá comparar con la semilla y el fruto. Los árboles crecen, acumulan elementos nutritivos y dan frutos magníficos. Lo que corresponde a este fruto será “el verdadero efecto místico”. En cambio, la semilla que posee la fuerza para prolongar el tronco y las ramas, crear hojas frondosas, arraigar sus raíces y por fin fructificar en abundancia correspondería a la “verdadera causa mística”. Claro que el fruto o prueba real de la victoria es muy importante; pero en “el efecto verdadero” se esconde un gran peligro.

El verdadero efecto místico, doctrina que guía a la gente hacia la figura del magnífico Buda, suele hacer que la gente viva dirigiéndose al pasado y quedándose con el efecto actual. La Soka Gakkai amonesta esta tendencia e insiste que se debe excluir esta manera de vivir y lo lleva a la práctica.

O sea, la gente suele estar contenta con la situación presente y ser cautiva de este aspecto actual que se ha manifestado como efecto. Por ejemplo, cuando se tiene éxito en algo, algunos se alegran y embriagan con ese “efecto” y no intentan desarrollarse más pensando en el futuro. Por el contrario cuando sale mal algo, algunos caen en la desgracia, otros se aferran tanto a ese “efecto” que por tal aflicción hasta llegan a abandonar la vida. Estos dos aspectos contrarios de la vida parecen inversos; pero podemos observar un punto en común y es que en ambos casos viven atados y sujetos a este efecto del presente dirigiendo la mirada hacia el pasado.

En cambio, la manera de vivir acorde a la “verdadera causa mística” es siempre intentar abrir la posibilidad infinita que se posee, tomando el presente por punto de partida y dirigiendo la mirada hacia el futuro. Indica una forma de vida enérgica, tan enérgica que hasta llega a cambiar la tristeza y la infelicidad en resorte para el desarrollo.

Se dice que el ser humano suele ser arrastrado por la inercia y propenso a caer en el conservadurismo y en el ocio; pero si nos desafiamos y rompemos con la tendencia de encerrarnos sin dejarnos llevar por el tierno presente esforzándonos en buscar constantemente un desarrollo para el futuro, ¿no creen que dentro de esta figura resuelta y activo se halla una vida más brillante y vital? No nos olvidemos que la vida será como el agua estancada si nos quedamos contentos con “el verdadero efecto”.

No retroceder cediendo ante la apariencia actual pensando que “ya está bien”, “ya estoy conforme”, sino avanzar con más esperanza hacia el futuro pensando “a partir de ahora”, “en lo futuro”. ¿No creen que esta actitud sería una manera de viva importante para todos?

Nichiren Daishonin enseña como una amonestación en Sobre las persecuciones acaecidas al Buda: “Fortalezcan su fe día tras día y mes tras mes. Si su determinación se debilita tan sólo un instante, los demonios sacarán ventaja (Los principales escritos de Nichiren Daishonin, Vol. 1. Pág. 246)”.

Uno no obtiene la victoria en la vida si no decide desarrollarse mañana más que hoy, el mes próximo más que este mes, ni continúa esforzándose ni desafiándose. Este pasaje del Daishonin es una frase que enseña directamente la fe de la “verdadera causa mística”, la que nosotros los creyentes de la Ley Mística debemos mantener.

“No avanzar es retroceder”. Añado precisamente que el gongyo y la invocación del daimoku confortables de cada día constituyen una fuente para avanzar, del presente hacia el futuro con seguridad, lleno de coraje, esperanza y convicción.

 


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