TEXTO, SIGNIFICADO, INTENCIÓN

 

A través de la lectura diaria del Gosho grabemos en nuestro corazón la filosofía de la dignidad de la vida y el espíritu de salvar al pueblo

 

Texto

 

Reiko: Todos los días trato de leer el Gosho aunque a veces no entiendo muy bien el significado... ¿O debería decir "muchas veces"? (risas)

Sachiko: Pero es admirable que te esfuerces todos los días en estudiarlo.

Jiro: Es verdad. El hecho de proseguir con la lectura del Gosho es importante. Tal como dice el refrán "la continuidad se convierte en fuerza", esto es lo que construye el núcleo de la fe. Quisiera darte un consejo, Reiko, cuando nos dedicamos al estudio del Gosho debemos considerar tres conceptos: texto, significado e intención.

R: Eso quiere decir...

S: Estos conceptos no se limitan sólo a los sutras y al Gosho sino también abarca una novela, una carta. En cada una de ellas hay un texto, un significado y una intención.

J: Así es. En principio, el texto se refiere al contenido de una carta, una oración o frase. El significado está basado en el razonamiento acertado, comprende la doctrina, la razón y la lógica; y la intención indica el propósito original del texto.

S: Si nos referimos al Gosho, aunque no entendamos profundamente su significado, es muy importante desafiarse todos los días en la lectura del mismo, aunque sea una página. Con el tiempo, uno va entendiendo la doctrina y los principios que la rigen.

J: Aunque el texto sea muy difícil, si lo leemos muchas veces, gradualmente vamos comprendiendo el significado de su contenido. De la misma manera, cuando nos dedicamos a la lectura del Gosho, nos vienen a la memoria nuevas impresiones.

R: Es el mismo texto pero...

S: ¡Es verdad! Yo he tenido esa experiencia.

J: El texto puede ser el mismo pero nuestra impresión va creciendo a medida que avanzamos en el entendimiento de los principios que abarca el contexto y profundizamos nuestro estado de vida.

S: Seguramente, mediante el estudio del concepto de los Diez Estados de vida y el principio de Ichinen Sanzen, bases de la filosofía budista y avanzando en el estudio de esta doctrina entendemos más profundamente el texto.

 

Significado

 

R: Con respecto a este punto, ahora me doy cuenta cabal de su significado... (risas)

J: Preguntando a nuestros predecesores, averiguando en el diccionario, poco a poco, vamos profundizando en las enseñanzas del Gosho, aprendiendo los principios budistas; esta enseñanza corresponde al significado.

R: A pesar de que usualmente estoy rodeada de mis predecesoras de la División de Jóvenes y estudio las bases de las enseñanzas del Budismo, lo que más me ha servido es proseguir asiduamente el estudio del Gosho.

J: Yo también, en mis tiempos de estudiante, tuve la oportunidad de estudiar el Budismo en un grupo llamado "Estudio del Domingo". Nos reuníamos a estudiar los domingos por la mañana y me costaba mucho levantarme ...(risas) Sin embargo creo que todo lo que estudié en esa época constituyó la base de mi formación.

S: Entendiendo los principios budistas del Gosho nos familiarizamos y profundizamos aún más en estos dos últimos conceptos.

R: El texto nos conduce al significado. Por último llegamos la intención.

J: En el Gosho, en la página 342, Nichiren Daishonin explicó que: "Los cinco caracteres de Myoho-renge-kyo no representan el texto del sutra, ni tampoco su significado, sino que constituyen el propósito original del sutra".

S: En conclusión, Nam-myoho-renge-kyo es el Sutra del Loto; más aún, es el propósito original de los ochenta y cuatro mil sutras del Budismo. Y siendo así, en la medida en que nos dediquemos con ahínco al estudio del Gosho, comprenderemos la dignidad ilimitada de la vida y las explicaciones del mar de la vida que atraviesa las tres existencias.

J: Es cierto. Entendiendo claramente el profundo significado del Gosho podemos captar una impresión real del espíritu del Daishonin de salvar a las demás personas, su gran misericordia y la finalidad del Budismo: el Gohonzon. Podemos decir que este es el propósito original del Gosho.

 

Intención

 

S: Hagamos un repaso de los conceptos, por favor. Las palabras de los sutras, el Gosho y los libros constituyen el texto. El significado es lo que se muestra en las escrituras budistas: el contenido de la enseñanza, la doctrina o principio. Finalmente, la intención es algo más profundo, es el propósito original.

R: Son importantes los tres conceptos, desde el texto, pasando por el significado, hasta llegar a la intención.

S: Tienes razón. Pero esto no debe restarle importancia al texto.

J: Así es. En los últimos años, la investigación de la literatura budista ha producido resultados notables. Sin embargo, dondequiera que sea, el Budismo es una filosofía de la práctica y es por eso que mientras nos esforzamos en el estudio del Gosho también debemos acumular experiencias en la práctica. Y es precisamente aquí donde no debemos olvidar que la intención está íntimamente relacionada con el texto presentado en el Gosho.

S: Llevar a la práctica lo estudiado es algo muy importante.

R: Entiendo...

J: Tal vez, tú, Reiko, ya lo hayas estudiado. En el Ongi Kuden (Enseñanzas transmitidas oralmente), primero presenta el texto del Sutra del Loto (texto); luego da la explicación del Gran Maestro T'ien-t'ai (significado) y por último, Nichiren Daishonin explica el profundo propósito original del texto (intención).

S: Por ejemplo, en este gosho dice: "Primero, sobre la frase 'así lo he escuchado'" (texto) "El Hokke Mongu explica…" (significado) "Dice la enseñanza transmitida oralmente…" (intención) (Gosho Zenshu, pág. 709).

R: Quiero leer ese gosho alguna vez.

J: Sin falta, desafíate para leerlo. Si a través de la práctica sincera profundizamos nuestra fe y nuestro estado de vida, podremos sentir en forma personal el significado subyacente en el Gosho, el espíritu del Daishonin de salvar a las demás personas y su gran misericordia (intención). Por ello, todos los días, aunque estemos muy ocupados, debemos dedicarnos a la lectura del Gosho, esforzándonos en los dos caminos de la práctica y el estudio.

 

Seikyo Shinbun, 22 de junio de 1999, pág. 6

 


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