ANTIGUA
NOVENA.
(Recomendada por el Padre Juan del Rizzo) |
Jesús
mío, mi amor, mi hermoso Niño, te amo tanto! ...Tú
lo sabes, Pero yo quiero amarte mas: haz que te ame hasta donde no pueda
amarte más una criatura, que te ame, hasta morir...
Ven a mi, Niño mío; ven a mis brazos, ven a mi pecho, reclínate sobre mi corazón un instante siquiera, embriágame con tu amor. Pero si tanta dicha no merezco, déjame al menos que te adore, que doblegue mi frente sobre el césped que huellas con tus plantas, cuando andas en el pastoreo de tu rebaño. Pastorcillo de mi alma, Pastorcito mío, mira esta ovejita tuya cómo ansiosa te busca, cómo anhela por ti. Quisiera morar contigo Para siempre y seguirte a donde quiera que fueras Para ser en todo momento iluminada con la lumbre de tus bellísimos ojos y recreada con la sin par hermosura de tu rostro y regalada con la miel dulcísima que destila de tus labios. Quisiera ser apacentada de tu propia mano con tus más amadas ovejitas, respirar el ambiente embalsamado de tus ropas y adormilarme a la sombra de tu manto y que nunca más quitaras tu mano de ella. Mas, quisiera Jesús mío : quisiera posar mis labios sobre la nívea blancura de tus pies... Si, amor, mío, no quieras impedirme tanto bien; déjame que me anonade a tus plantas y me abrace con tus pies y los riegue con las lágrimas salidas de mi pecho amante, encendidas en el sagrado fuego de tu amor; déjame besarte y después... no Quiero más, muérame luego! Si, muérame amándote, muérame por tu amor, muérame por ti, Niño mío que eres sumo bien, mi dicha, mi hermosura, la dulzura de mi alma, la alegría de mi pecho, la Paz de mi corazón, el encanto de mi vida. ¡ Ah, morir enfermo de amor y de amor por ti, luz mía, qué dicha Para mi alma, qué consuelo, qué felicidad!! Todo tuyo es mi ser, pues de la nada lo creaste, y me lo diste y otra vez vino a ser tuyo cuando me redimiste y con el precio de tu sangre me compraste; y otras tantas veces, hasta hoy he sido tuyo, cuantos son los instantes que he vivido pues esta vida que tengo, Tú mismo a cada instante me la otorgas, la conserves y la, guardas. Por eso, Jesús mío, a ti quiero tornarme, de quien tantos bienes en uno he recibido. Tú, pues serás, de hoy más mi dueño Único. Tú el único amado de mi alma, porque Sólo Tú eres mi padre y mi hermano y mi amigo; y solo Tú eres mi rey, y creador y redentor, y Tú solo mi Dios y mi soberano Señor. Dulce Jesús mío Divino
Niño de mi alma: dime una vez más que si me amas y dame en
prenda de amor, de amor eterno, tu santa bendición. En el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Rezar tres padrenuestros y una salve, ofrecer confesar y comulgar todos los días de la novena o al menos el ultimo día. No se deje de rezar la novena hasta haber conseguido la gracia. Se suplica rezar un padrenuestro según la intención del Papa, uno según la intención del Obispo y uno según la intención del Párroco. Esta imagen se venera en el 20 de Julio. Publíquese, Arzobispo Coadjutor, V.G Para estar más seguros de conseguir la gracia:
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