EL PODER



INTRODUCCIÓN

Entre el hombre y los animales se pueden apreciar varias diferencias, tanto intelectuales como emocionales. Una de las diferencias emocionales más notorias es que algunos de los deseos del hombre no tienen fronteras ni pueden ser satisfechos completamente.

Mientras los animales se dan por bien servidos con su existencia y reproducción, el hombre desea además expanderse, y sus deseos en este aspecto están limitados sólo por su propia imaginación.

En este tipo de personas se conjuntan dos características: la nobleza y la impiedad; tristemente estas personas son la mayoría. Es por esto que la convivencia social es tan difícil. De aquí surge la competencia, la necesidad de un gobierno...

La historia humana es fundamentalmente una historia de las luchas que han protagonizado individuos, grupos o naciones por conquistar, mantener o extender el poder. Estas luchas por el poder pueden asumir un carácter violento o pacífico. Como ejemplo de estas luchas tenemos las revoluciones, insurrecciones, guerras, etc. Por otro lado, las luchas pacíficas por el poder muestran un estado avanzado de civilización y un mayor factor de racionalidad. También nos crea una moral que nos previene del anarquismo.

De todos los deseos del hombre, los más fuertes son el de obtener poder y gloria, que, aunque no son idénticos, están estrechamente vinculados. Como regla, sin embargo, la regla general para obtener gloria es obtener poder primero. El poder tiene varias formas de manifestarse: a través de riqueza, armamento, autoridad civil, influencia en la opinión. Ninguna de ellas es más importante que otra, ni puede hallarse aislada de las demás.

Hay muchas maneras en que las distintas sociedades se diferencian con relación al poder. Para empezar, en la cantidad de poder que poseen los individuos u organizaciones; en el tipo de organizaciones que tienen más influencia; en las formas de adquirir el poder.

Donde no hay una institución social que limite el número de individuos que pueden llegar al poder, los más probables a adquirirlo son aquellos que más lo desean. El amor al poder, aunque uno de los más fuertes deseos del hombre, en uno de los peor distribuidos. Es limitado por varios motivos como el amor al placer, a la tranquilidad, y amor a ser aceptado. Aquellas personas cuyo amor al poder no es suficientemente grande, es muy poco probable que puedan cambiar el curso de las cosas. Las personas que logran los cambios son sólo aquellas que realmente quieren hacerlo.




DEFINICIÓN

Max Weber define el poder como la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relación social, aun contra toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad. El concepto de poder es sociológicamente amorfo. Todas las cualidades imaginables de un hombre pueden colocar a alguien en la posición de imponer su voluntad en una situación dada.

Para J. K Galbraith la definición anterior es referida como la percepción común, llegando incluso a insistir en una modificación atribuida a Reinhard Bendix que declara, refiriendo otra vez a Weber, que el poder es la habilidad de una o más personas para imponer su propia voluntad en un acto comunal, contra la voluntad de otros que participan en el mismo acto. Desglosando estas definiciones encontramos como elemento principal la capacidad de ejercer una dominación sobre un individuo o un grupo de forma voluntaria o forzosa, por lo que la propia definición nos introduce a diferencias intrínsecas que nos permitirán establecer rangos y dominios.

En otro sentido, dado que el poder está relacionado con los deseos más profundos de algunos individuos o sociedades es posible explorar las bases filosóficas del poder llegando inclusive al concepto de Todo Poderoso, derivando de ahí en la filosofía judeocristiana el elemento bíblico señalado en el Génesis en donde en la tentación de la serpiente a Adán y Eva se les indica que al comer de la fruta prohibida conocerían el bien y el mal y por lo tanto serían como dioses; lo que nos lleva a concluir que el deseo del poder es la lucha del hombre por llegar a la divinidad.

Adicionalmente y como una explicación moderadora de la definición de Weber, podemos citar a Richard Emerson quien sugiere que el poder reside implícitamente en la dependencia del otro, o en otras palabras, que existe una dependencia mutua entre las partes en una relación de poder, lo que también nos lleva a afirmar que el poder carece de sentido a menos de que se ejerza.

Otro de los estudiosos del poder fue Bertrand Russell quien en su libro titulado Power diferencia tal como ya lo había hecho Weber, a través del análisis de las características, los tipos de poder que en todos los casos involucran las características para que este exista y que fundamentalmente comprenden la capacidad para que un individuo o sociedad realice lo que otro u otros quieren, voluntaria o forzosamente, lo que implica vencedores y vencidos, y lo que explica a la dominación, y finalmente el mando y la influencia sobre otros que en el caso de ser voluntaria nos lleva al liderazgo.




TIPOS DE PODER

Para Bertrand Russell el poder en los seres humanos puede ser clasificado por la manera de influenciar a los individuos o por el tipo de organización involucrada.

Russell indica que un individuo puede ser influenciado por aplicación de poder físico sobre su cuerpo, por inducción al premio o al castigo, influenciando su opinión aun cuando en esta última parte debe incluirse la posibilidad de crear hábitos determinados en otros.

En el caso de las organizaciones, puede hablarse del poder coercitivo, económico o de creencia.

Derivado de lo anterior, Russell habla del poder del liderazgo, el poder de la iglesia, el poder del rey, el poder de la revolución, el poder económico, el poder de la opinión y el poder de los credos.

Para Galbraith, en contrapartida, y partiendo de la muy interesante cuestión relativa a como se impone la voluntad el poder lo divide en tres denominados condigno, compensatorio y condicionado, haciendo énfasis en que existen tres instrumentos para esgrimir el poder y tres características que acuerdan el derecho al uso. El autor anterior define el poder condigno como el que gana la sumisión mediante la habilidad para imponer una alternativa a las preferencias del individuo o grupo. El compensatorio es aquél que logra la sumisión a través de la oferta de una recompensa afirmativa mientras que el condicionado se ejerce cambiando la creencia.

Históricamente el poder en sus diferentes formas, ya sea considerando la clasificación de Weber, de Russell o de Galbraith, podemos establecer como resumen que éste se ha ejercido a través de la coerción, la recompensa y el conocimiento, o bien la referencia.

Cabe mencionar que Weber hace una clasificación adicional en función de la legitimidad, lo que le permite diferenciar poder de autoridad.

Del análisis histórico de Weber y de Bertrand Russell se infiere que el más legítimo de los poderes, ya que es voluntario casi siempre, es el liderazgo; sin embargo , como éste se da a todo lo largo de la historia puede afirmarse que en sus fases de desarrollo la primera manifestación del poder es el dominio sexual de donde surgen en la historia los conceptos de tribu, de clan, etc.

Dijimos anteriormente que el poder busca asemejar al hombre a Dios por lo que es explicable que la forma más arraigada de poder sea el del sacerdocio o de la religión de donde históricamente se deriva el poder monárquico, ambos con connotaciones de absolutismo y de dictadura.

La evolución de la humanidad nos ha traído a la conformación de sociedades estructuradas a través de la regulación de la convivencia social, lo que podemos traducir por el régimen de derecho, partiendo del principio de que la libertad de un individuo termina donde la libertad del otro inicia.

En la época actual es casi un hecho universalmente aceptado que la mejor forma de gobierno o ejercicio del poder delegado es la democracia, aunque en algunos estados se hable de la existencia de partidos de Estado lo que en estricto sentido puede permitirnos afirmar la existencia de oligarquías.

Dada la diferencia filosófica e histórica en la conformación de los Estados modernos democráticos y aún en los casos de las monarquías constitucionales en donde se ha roto el dominio de la monarquía, puede afirmarse que el poder deriva de una libertad constitucional de asociación y de dominación a un poder autoridad voluntariamente aceptado cuya forma puede ser parlamentaria o presidencialista y cuya expresión territorial puede darse como federalista o centralista.

Analizando desde la perspectiva del poder autoridad el avance y el alcance de las formas de organización social no puede determinarse cuales son mejores que otras, pues por citar algunos ejemplos, Inglaterra y España tienen monarquías constitucionalistas mientras que países como Francia e Italia son Repúblicas parlamentarias centralistas en tanto que los Estados Unidos y México son Repúblicas federalistas.

Cabe mencionar, igualmente, que independientemente de las estructuras como mencionadas en párrafos anteriores, desde las primeras constituciones como son la francesa y la norteamericana se plantea la necesidad de la división de poderes para acotar el ejercicio del mismo en cualquiera de sus ramas que en términos generales se conocen como ejecutivo, legislativo y judicial.

Aún con la caída del muro de Berlín y la casi desaparición de los regímenes comunistas, vale la pena mencionar que existe cuando menos filosóficamente un concepto que va más allá de la democracia que como ya sabemos se define como el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, y que consiste en definir a través de la lucha de clases el ejercicio del poder asimilando a los trabajadores como la única variable definida como pueblo y que finalmente terminó en la creación de un partido político dominador, ejerciendo en apariencia por delegación de los obreros el poder concentrado en un polit buró siguiendo los lineamientos planteados originalmente por Marx y Engels y llevados a la práctica bajo el bolcheviquismo por Lenin.




CONCLUSIONES

A través de la historia se ha podido observar que la lucha por el poder ha generado grandes cambios que influyen sobre la actuación de las sociedades humanas. Estos cambios a veces fueron para bien, otras para mal, sin embargo gracias a ellos el mundo ha logrado seguir en una constante evolución.

Las guerra, revoluciones y demás logran un cambio en la perspectiva que tiene el ser humano al momento en que éstas llegan, y el resultado permanecerá estable hasta que llegue alguien con más ansia de poder que logre convencer a sus semejantes de que el cambio es justo y necesario, y que logran a través de la lucha su objetivo; la lucha por el poder es un acto que constantemente se repetirá mientras el ser humano arraigue deseos como éste dentro de sí.

Para terminar quisiera citar una frase muy popular que dice "El poder del amor es lo que mueve al mundo", y con esto pretendo plantear una incógnita que cada individuo debe resolver para sí y con su propio criterio: ¿No será que lo que mueve al mundo es el amor al poder?

Adriana L.A.G.

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