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Y, aunque a veces no me importe sé, que el día que la pierda, volveré a sufrir por ... Ella, que aparece y que se esconde; que se marcha y que se queda; que es pregunta y es respuesta; que es mi oscuridad, mi estrella. va conmigo pero no sé donde va. Mi rival, mi compañera; que está tan dentro de mi vida y, a la vez está tan fuera sé que volveré a perderme, y la encontraré de nuevo pero con otro rostro y otro nombre diferente y otro cuerpo. Pero sigue siendo ella, que otra vez me lleva; nunca me responde si, al girar la rueda ... un suspiro en la tormenta, a la que tantas veces le cambió la voz. Gente que va y que viene y, siempre es ella, que me miente y me lo niega; que me olvida y me recuerda. Pero, si mi boca se equivoca, pero, si mi boca se equivoca y, al llamarla nombro a otra, a veces siente compasión por este loco, ciego y loco corazón. Mi delito es la torpeza de ignorar que hay quien no tiene corazón. Y va quemando, va quemándome y me quema. Y, ¿si fuera ella? va conmigo ... digo yo, Mi rival, mi compañera; esa es ella. Pero me cuesta cuando otro adiós se ve tan cerca. Y, la perderé de nuevo, y otra vez preguntaré, mientras se va y, no habrá respuesta. Y, si esa que se aleja ... la que estoy perdiendo ... Y, ¿si fuera ella?. Y, ¿si fuera ella?. Mi delito es la torpeza de ignorar que hay quien no tiene corazón Y va quemando, va quemándome y me quema. Y, ¿si fuera ella? por este loco, ciego y loco corazón. ¿Era? ¿quién me dice, si era ella? Y, si la vida es una rueda y va girando y nadie sabe cuándo tiene que saltar. Y la miro ... y, ¿si fuera ella? ¿si fuera ella? |
quiero que hablemos los dos: tú, de mí; yo, de ti, del corazón, !que sí! Que nunca es bueno el momento hasta que no hay otra opción. Siempre es el mismo cuento... este último momento. Hoy que tenemos la oportunidad -la tengamos o no-, nos callaremos los dos: tú, por mí yo, por ti, por no enredar, !ya ves! ¿por qué será que lo hacemos? Incluso, viendo llegar ese último momento, cuando no queda tiempo, cuando no queda tiempo, para decir, siquiera: "te voy a echar de menos" Si vas a irte...vete, pero no te despidas; sal de noche, sal a oscuras, sal descalza y de puntillas, niña. Vete, vete y cierra la puerta, que no quiero verte salir de mi vida. No más plazos aplazables. Si ha de ser así..., adelante. Y mejor este momento, déjalo para algún otro instante. Acabemos cuanto antes, nadie tiene que arrastrarse, ese último momento, vívelo, y los demás, los demás, que aguanten. Y los demás, que aguanten. Ahora no tengo la ocasión -no la tengo, que no, que más da, ya pasó-, cuánto lamento que al final no hablásemos ninguno de los dos, porque ahora nos sobra tiempo para pensar qué pasó ese último momento, cuando no tuve tiempo -ni tú-, para escribirnos versos de cuando aquellos besos. Si estás oyendo, vuelve. Ni siquiera saludes; |
Tiri-ti-tando de frío. Tiritas pa este corazón partío, pa este corazón partío. que la vida va y viene y que no se detiene... Y, qué sé yo, pero miénteme aunque sea, dime que algo queda entre nosotros dos, que en tu habitación nunca sale el sol, ni existe el tiempo, ni el dolor. a ningún destino, sin ningún por qué. es corazón que no siente, o corazón que te miente amor. Pero, sabes que en lo más profundo de mi alma sigue aquel dolor por creer en ti ¿qué fue de la ilusión y de lo bello que es vivir? si hoy me dejas de nuevo con el corazón partío. ¿Quién me va a pedir que nunca le abandone? ¿Quién me tapará esta noche si hace frío? ¿Quién me va a curar el corazón partío? ¿Quién llenará de primaveras este enero, y bajará la luna para que juguemos? Dime, si tú te vas, dime cariño mío, ¿quién me va a curar el corazón partío? Tiritas pa este corazón partío. nunca fue compartir, sino dar limosna, amor. Si no lo sabes tú, te lo digo yo. Después de la tormenta siempre llega la calma. pero, sé que después de ti, después de ti no hay nada. si hoy me dejas de nuevo con el corazón partío. ¿Quién me va a pedir que nunca le abandone? ¿Quién me tapará esta noche si hace frío? ¿Quién me va a curar el corazón partío? ¿Quién llenará de primaveras este enero, y bajará la luna para que juguemos? Dime, si tú te vas, dime cariño mío, ¿quién me va a curar el corazón partío? |
Mientras hablas pensaré: Qué guapa estás, qué suerte ser la mitad del cuento de un atardecer que observo al escucharte, porque mis ojos son tu voz. mis manos te dibujarán, tu aroma me dirá tu edad. Junto a ti, unidos sin saber por qué, seguramente se me note el resplandor de una ilusión, porque a tu lado puedo olvidar. pero esta noche es como un atardecer, si logras que a la vida me asome, tus ojos sean los que brillen. Y la luna que la borren que en mi eterna oscuridad el cielo tiene nombre: tu nombre. Qué no daría yo por contemplarte aunque fuera un sólo instante. que alguien que te espera, seguro. Una vez más el tiempo se nos fue. ¿volverás?, dime si mañana volverás como lo has hecho cada tarde, para contarme cómo muere el día. Pero como en las cartas ...: dos puntos, posdata, se me olvidaba, no me presenté. sólo fui testigo por casualidad, hasta que de pronto, él me preguntó: era bella, ¿no es verdad? "más que la Luna" -dije yo-, y él sonrió. por intentar amanecer. No volverá a perderse en la noche, porque su alma hoy brilla con más fuerza que un millón de soles. Pero, en su eterna oscuridad, a veces se le oye a voces: qué no daría yo por contemplarte, aunque fuera un sólo instante. No volverá a perderse en la noche, porque su alma hoy brilla con más fuerza que un millón de soles. Pero, en su eterna oscuridad, a veces se le oye a voces: qué no daría yo por contemplarte, aunque fuera un sólo instante. aunque fuera un sólo instante. |
la margarita dijo no. Bajo la lluvia y bajo el Sol, la margarita dijo no. Bajo la lluvia y bajo el Sol, bellos e inmóviles los dos se prometieron no crecer. No sé por qué, me convenció. Hace tanto de aquello. Bajó la Luna y le habló: para volver, la condición es que hay que transformarse en ola y no dejar tu orilla sola, ni siquiera un momento. Pero les pudo la ambición: él quiso acariciar la Luna; ella, ser rosa y amapola. Y esperando visita, deshojé margaritas. Pasaron los años y ella se marchitó deshojando fantasías El niño se hizo mayor. No han vuelto a verle en la vida La margarita dijo no. La margarita dijo no. Pasaron los años y ella se marchitó deshojando fantasías El niño se hizo mayor. No han vuelto a verle en la vida La margarita dijo no. La margarita dijo no. Bajo la lluvia y bajo el Sol, la margarita dijo no. Bajo la lluvia y bajo el Sol, la margarita dijo no. Si bajas, Luna, escúchame, escucha tú esta vez: Para volver, la condición es que aprendamos a crecer, sin que caduque la pasión, aunque no me arrepiento. Sin que nos gane la ambición. Yo quise acariciar la Luna y ella ser rosa y amapola. Y, esperando visita, otra vez, Deshojó margaritas. Pasaron los años y ella se marchitó deshojando fantasías El niño se hizo mayor. No han vuelto a verle en la vida La margarita dijo no. La margarita dijo no. Pasaron los años y ella se marchitó deshojando fantasías El niño se hizo mayor. No han vuelto a verle en la vida La margarita dijo no. La margarita dijo no. Bajo la lluvia y bajo el Sol, la margarita dijo no. Bajo la lluvia y bajo el Sol, la margarita dijo no. Qué extraño es esto del amor, ¿por qué preguntan a una flor? Bajo la lluvia y bajo el Sol, la margarita dijo no. |
Yo sólo quería navegar, poner mis ganas por velas. Y, el mar llené llorando por ella. Un sueño anclado en la Luna. No pude ver orilla ninguna y, normal que naufragase a tu vera. Entre la espuma que acaricia y atropella; como un verso del poema que escribí, se van borrando tus huellas. Mi ilusión es la cometa que se eleva y que se estrella contra mí, contra mí, contra mí. Y aquella brisa que me apagaba poco a poco el sol, ¿dónde quedó? Las noches mágicas, ¿te acuerdas? de charquitos y de estrellas. pero la tormenta la asustó. Mañana, cuando salga el Sol, se reirá de ella, pero de nosotros no. Esta noche hay miles de estrellas y una mágica y radiante Luna llena. resultó ser un desierto: sólo un espejismo de arena y de sal, de risas hoy verdaderas. Suelta velas y verás mi cometa que se eleva y que se va, que se va, que se va. Y las tormentas de caricias, donde el huracán, amándonos. La noche es grande y es eterna. Ya no hay charcos; sólo estrellas. porque la tormenta es nuestra amor, amor, amor. Mañana, cuando salga, el Sol llorará de envidia por ella y por lo que pasó. Esta noche hay miles de estrellas y una mágica y radiante Luna. por ella y por lo que pasó. Esta noche hay miles de estrellas y una mágica y radiante Luna llena. ¿Y las tormentas de caricias, donde el huracán?. |
seguramente entiende de emoción, si hay Dios... Eh, si hay Dios, seguramente entiende de emoción, si hay Dios... Podrás llevarte a aquellos que me importan, Despojarme de mis ropas, desviarme de la luz. Podrás llenar de oscuridad mis sueños, Podrás porque eres tú. Podrás romper de nuevo el juramento, deshaciendo las cadenas que te ataron una vez. Pero dame tú el valor, que tengo miedo. O, puedes darme una esperanza O, arrancarme, al fin las ganas de seguir por ti buscando entre mi almohada ¿qué es una dama blanca? Eh, si hay Dios, seguramente entiende de emoción, si hay Dios... Podría haberte dicho que me importas. Eso... y un millón de cosas. Pude hacerlo y no lo hice y no sé por qué. Será porque es más fácil escribirlo o demostrarlo, que montar un numerito de esos de fatalidad, según lo que establece el reglamento del aparentar. Podría haber llorado un mar de lágrimas Saladas, arrojarme a los abismos y partirme en dos el alma, desatar la tempestad y el huracán de mi garganta, y confesar desesperado que no puedo con mi rabia. Aunque en mi actitud no soy tan evidente, no puedo sufrir más. Que el dolor cuando es por dentro es más fuerte, no se alivia con decírselo a la gente. Lloraré... si sé llorar, como el tímido rocío del clavel, en soledad. Estaré... todos se irán, ya lo sé A tu lado en cada golpe, como lo hacen las orillas y la mar, como lo hace el campo y el agua que lloverá. Podría ser más educado pero, el alma sólo entiende de emoción y si hay Dios, seguro entiende de emoción. Eh, si hay Dios, seguramente entiende de emoción, si hay Dios... Podría haber llorado un mar de lágrimas Saladas, arrojarme a los abismos y partirme en dos el alma, desatar la tempestad y el huracán de mi garganta, y confesar desesperado que no puedo con mi rabia. Aunque en mi actitud no soy tan evidente, no puedo sufrir más. Que el dolor cuando es por dentro es más fuerte, no se alivia con decírselo a la gente. Lloraré... como el tímido rocío del clavel, en soledad. Estaré... todos se irán, ya lo sé A tu lado en cada golpe, como lo hacen las orillas y la mar, como lo hace el campo y el agua que lloverá. Podría ser más educado pero, el alma sólo entiende de emoción y si hay Dios, seguro entiende de emoción. Eh, si hay Dios, seguramente entiende de emoción, si hay Dios... Eh, si hay Dios, seguramente entiende de emoción, si hay Dios... Eh, si hay Dios, sea como sea es simplemente amor, !ay Dios!... Eh, si hay Dios, seguramente entiende de emoción, si hay Dios... Eh, si hay Dios, seguramente entiende de tu amor, si hay Dios... Eh, si hay Dios, seguramente entiende de emoción, ... |
Tienes algo... no sé que es. Hay tanto de melódico en tu fantasía... y un toque de misterio, mi límite. Conservo algún recuerdo que no debería, lo sé, ¿qué puedo hacer? A todos no ocurre: la monotonía nos gana la batalla alguna vez. Alguna vez, alguna vez, alguna vez.... por enseñarme a ver el cielo más azul, por ser mi compañera y darme tu energía; no cabe en una vida mi gratitud por aguantar mis malos ratos y manías, por conservar secretos en ningún baúl, capaz de ganar y de perder. En serio, te lo agradezco que hayas sido mía. Si ves que mi canción acaso no resulta, avísame y recojo la melancolía.... melancolía. envuelta en una promesa de eterna pasión; una esperanza pintada en un mar de cartón; un mundo nuevo que sigue donde un día lo pusiste. Tú eres esa mujer por quien me siento ese hombre capaz de querer, viviendo cada segundo la primera vez, sabiendo que me quisiste y todo aquello que me diste. Derrama los secretos: abre aquel baúl. Sigamos siendo cómplices en compañía, de aquello que me diste bajo el cielo azul. Por aguantar mis malos ratos y manías, por conservar secretos que me guardas tú.. Quiero ser por una vez, capaz de ganar y de perder. No sabes lo que ha sido que hayas sido mía. Comprendo que agotaste toda tu dulzura, pero no me pidas, niña, la melancolía..., melancolía. envuelta en una promesa de eterna pasión; una esperanza pintada en un mar de cartón; un mundo nuevo que sigue donde un día lo pusiste. Tú eres esa mujer por quien me siento ese hombre capaz de querer, vivo cada segundo la primera vez, sabiendo que me quisiste y todo aquello que me diste. donde un día lo pusiste. Tú eres esa mujer por quien me siento ese hombre capaz de querer, vivo cada segundo la primera vez, sabiendo que me quisiste y todo aquello que me diste. |